Local view for "http://purl.org/linkedpolitics/eu/plenary/2006-10-24-Speech-2-315"
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Señor Mitchell, es verdad que la zona del euro, y la Unión Europea en su conjunto, están registrando crecimiento incluso en el año 2006, en el que se ha iniciado una recuperación económica evidente. Pero, a pesar de esta recuperación económica, seguimos registrando cifras de crecimiento inferiores a las esperadas cuando la unión económica y monetaria entró en la tercera fase y, en cierto modo, hay quien puede intentar establecer una relación entre ese bajo crecimiento, en comparación con otras áreas de la economía mundial, y la existencia de la moneda única o la existencia de la unión económica y monetaria como tal.
Creo que los análisis más rigurosos, no solo los que hace la Comisión, sino los que hacen otras instituciones fuera del ámbito de la Unión Europea, llegan a la conclusión, como nosotros, de que los obstáculos al crecimiento en Europa y, en particular, en las economías más importantes de la zona del euro, son básicamente, fundamentalmente, de naturaleza estructural. Por lo tanto, junto con el respeto de las reglas de funcionamiento y de las reglas de disciplina presupuestaria, o de la independencia del Banco Central Europeo en el diseño de la unión económica y monetaria, tenemos que poner énfasis en políticas de crecimiento de índole estructural, que es lo que, en nuestra jerga, denominamos las políticas de la Estrategia de Lisboa. Parece que la combinación de unas políticas macroeconómicas sanas, tendentes a la estabilidad, y unas políticas de reforma estructural ambiciosas es lo que necesitan nuestras economías.
Desde ese punto de vista, la ampliación, la llegada de diez nuevos miembros en mayo de 2004, ha supuesto un acicate, un incentivo y un revulsivo positivo para las economías europeas en su conjunto. Hace pocos meses, en mayo de 2006, coincidiendo con el segundo aniversario de la llegada de diez nuevos Estados miembros, la Comisión publicó bajo mi responsabilidad una comunicación acerca de las consecuencias económicas de la ampliación. Nuestra valoración sobre las consecuencias económicas de la ampliación ha sido muy positiva; muy positiva para los nuevos Estados miembros y también para los antiguos, para la Unión Europea a quince, entre otras cosas, porque los nuevos Estados miembros están demostrando, en general, una mayor capacidad de implementar reformas estructurales y de abordar los cambios estructurales necesarios. Es verdad que parten de una situación de mayor atraso. Y han introducido un dinamismo, una presión positiva, que está animando también a economías de la antigua Unión Europea a quince» a acelerar el paso en la puesta en marcha de políticas estructurales.
De hecho, creo que algunos de los impactos positivos de las reformas estructurales tendentes a un mayor crecimiento se pueden estar empezando a notar en esta fase de recuperación. Todavía es pronto para decir hasta qué punto las mejoras de productividad que se están registrando en los dos primeros trimestres de este año se deben exclusivamente a motivos ligados al ciclo económico. El Banco Central Europeo tiende a pensar que prácticamente todo el aumento de productividad registrado en los últimos trimestres tiene que ver con el ciclo económico, pero yo creo que hay algunos indicios de que también están empezando a desempeñar un papel positivo en esa mejora de productividad las reformas estructurales que se han adoptado en los últimos años y cuyo ritmo se está empezando a acelerar gracias al impacto positivo de la ampliación."@es20
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"Señor Mitchell, es verdad que la zona euro, y la Unión Europea en su conjunto, están registrando crecimiento incluso en el año 2006, en el que se ha iniciado una recuperación económica evidente. Pero, a pesar de esta recuperación económica, seguimos registrando cifras de crecimiento inferiores a las esperadas cuando la unión económica y monetaria entró en la tercera fase y, en cierto modo, hay quien puede intentar establecer una relación entre ese bajo crecimiento, en comparación con otras áreas de la economía mundial, y la existencia de la moneda única o la existencia de la unión económica y monetaria como tal.
Creo que los análisis más rigurosos, no sólo los que hace la Comisión, sino los que hacen otras instituciones fuera del ámbito de la Unión Europea, llegan a la conclusión, como nosotros, de que los obstáculos al crecimiento en Europa y, en particular, en las economías más importantes de la zona euro, son básicamente, fundamentalmente, de naturaleza estructural. Por lo tanto, junto con el respeto de las reglas de funcionamiento y de las reglas de disciplina presupuestaria, o de la independencia del Banco Central Europeo en el diseño de la unión económica y monetaria, tenemos que poner énfasis en políticas de crecimiento de índole estructural, que es lo que, en nuestra jerga, denominamos las políticas de la Estrategia de Lisboa. Parece que la combinación de unas políticas macroeconómicas sanas, tendentes a la estabilidad, y unas políticas de reforma estructural ambiciosas es lo que necesitan nuestras economías.
Desde ese punto de vista, la ampliación, la llegada de diez nuevos miembros en mayo de 2004, ha supuesto un acicate, un incentivo y un revulsivo positivo para las economías europeas en su conjunto. Hace pocos meses, en mayo de 2006, coincidiendo con el segundo aniversario de la llegada de diez nuevos Estados miembros, la Comisión publicó bajo mi responsabilidad una comunicación acerca de las consecuencias económicas de la ampliación. Nuestra valoración sobre las consecuencias económicas de la ampliación ha sido muy positiva; muy positiva para los nuevos Estados miembros y también para los antiguos, para la Unión Europea a quince, entre otras cosas, porque los nuevos Estados miembros están demostrando, en general, una mayor capacidad de implementar reformas estructurales y de abordar los cambios estructurales necesarios. Es verdad que parten de una situación de mayor atraso. Y han introducido un dinamismo, una presión positiva, que está animando también a economías de la antigua Unión Europea a quince» a acelerar el paso en la puesta en marcha de políticas estructurales.
De hecho, creo que algunos de los impactos positivos de las reformas estructurales tendentes a un mayor crecimiento se pueden estar empezando a notar en esta fase de recuperación. Todavía es pronto para decir hasta qué punto las mejoras de productividad que se están registrando en los dos primeros trimestres de este año se deben exclusivamente a motivos ligados al ciclo económico. El Banco Central Europeo tiende a pensar que prácticamente todo el aumento de productividad registrado en los últimos trimestres tiene que ver con el ciclo económico, pero yo creo que hay algunos indicios de que también están empezando a desempeñar un papel positivo en esa mejora de productividad las reformas estructurales que se han adoptado en los últimos años y cuyo ritmo se está empezando a acelerar gracias al impacto positivo de la ampliación."@cs1
"Hr. formand! Hr. Mitchell, det er rigtigt, at euroområdet, og EU som helhed, registrerer vækst, også i 2006, hvor vi har set et tydelig økonomisk opsving. Men til trods for dette økonomiske opsving registrerer vi fortsat lavere væksttal end forventet, da Den Økonomiske og Monetære Union trådte ind i den tredje fase, og der er nogle, der til en vis grad forsøger at etablere en forbindelse mellem denne lave vækst i sammenligning med andre områder af verdensøkonomien og eksistensen af den fælles mønt eller eksistensen af Den Økonomiske og Monetære Union som sådan.
Jeg mener, at de mest stringente analyser, ikke kun dem, som Kommissionen laver, men også dem, som andre institutioner uden for EU laver, når til samme konklusion som os om, at hindringerne for væksten i Europa og især for de vigtigste økonomier i euroområdet grundlæggende er af strukturel karakter. Vi skal derfor ikke kun lægge vægt på respekt for reglerne om virkemåde og budgetdisciplin eller på Den Europæiske Centralbanks uafhængighed i forbindelse med udformningen af Den Økonomiske og Monetære Union, men også på vækstpolitikker af strukturel karakter, hvilket vi i vores jargon kalder Lissabon-strategi-politikkerne. Det ser ud til, at kombinationen af sunde makroøkonomiske, stabilitetsfremmende politikker og ambitiøse strukturreformspolitikker er det, som vores økonomier har brug for.
Set i dette lys har udvidelsen, de 10 nye landes ankomst i maj 2004, betydet et incitament, en stimulans og et positivt vendepunkt for de europæiske økonomier som helhed. For få måneder siden, i maj 2006, offentliggjorde Kommissionen under mit ansvar og samtidig med toårsdagen for de 10 nye medlemsstaters tiltrædelse, en meddelelse om de økonomiske konsekvenser af udvidelsen. Vores vurdering af de økonomiske konsekvenser af udvidelse har været meget positiv. Den har været meget positiv for såvel de nye medlemsstater som de gamle, for det daværende EU med 15 medlemmer, bl.a. fordi de nye medlemsstater generelt viser en større evne til at gennemføre strukturreformer og håndtere de nødvendige strukturelle ændringer. Det er korrekt, at de tager udgangspunkt i en situation, hvor de var længere bagud. De har også indført en dynamik, et positivt pres, hvilket stimulerer økonomierne i det gamle EU til at fremskynde gennemførelsen af strukturpolitikker.
Jeg synes faktisk, at vi begynder at mærke nogle af de positive virkninger af strukturreformerne til fremme af større vækst i denne opsvingsfase. Det er stadig for tidligt at sige, i hvilken grad de produktivitetsforbedringer, der er registreret i de to første kvartaler i år udelukkende skyldes årsager, der er knyttet til den økonomiske cyklus. Den Europæiske Centralbank mener, at næsten hele den produktivitetsstigning, der er registreret i de sidste to kvartaler, skyldes den økonomiske cyklus, men jeg mener også, at der er indicier på, at de strukturreformer, der er vedtaget i de seneste år, og som begynder at gå hurtigere takket være udvidelsens positive indvirkning, også begynder at spille en positiv rolle i forbindelse med produktivitetsforbedringen."@da2
"Herr Mitchell, es stimmt, dass das Euro-Währungsgebiet und die Europäische Union insgesamt auch im Jahre 2006 ein Wachstum aufweisen und wir den Beginn einer deutlichen wirtschaftlichen Erholung beobachten. Aber trotz dieses Aufschwungs haben wir noch immer Wachstumszahlen, die unter denen liegen, die wir beim Eintritt der Wirtschafts- und Währungsunion in die dritte Phase erwartet hatten. Es gibt auch Kreise, die bis zu einem gewissen Grad versuchen, eine Wechselwirkung zwischen diesem, im Vergleich zu anderen Regionen der Weltwirtschaft, niedrigen Wachstum und der Existenz der gemeinsamen Währung oder der Wirtschafts- und Währungsunion herzustellen.
Ich glaube, dass die strengsten Analysen, nicht nur die der Kommission, sondern auch die anderer Institutionen außerhalb der Europäischen Union, ebenso wie wir zu der Schlussfolgerung gelangen, dass die Wachstumshemmnisse in Europa und insbesondere in den wichtigsten Volkswirtschaften des Euro-Währungsgebiets im Wesentlichen struktureller Art sind. Deshalb müssen wir den Akzent nicht nur auf die Einhaltung der Regeln für das Funktionieren und der Vorschriften für die Haushaltsdisziplin sowie die Unabhängigkeit der Europäischen Zentralbank bei der Gestaltung der Wirtschafts- und Währungsunion setzen, sondern auch auf Wachstumspolitik mit strukturellem Charakter, die wir in unserem Jargon als die Politikbereiche der Lissabon-Strategie bezeichnen. Es scheint, dass unsere Volkswirtschaften eine Kombination aus stabilitätsorientierten, gesunden makroökonomischen Politiken und ehrgeizigen Politiken für strukturelle Reformen erfordern.
Aus dieser Sicht war die Erweiterung, der Beitritt von zehn neuen Mitgliedern im Mai 2004 ein Ansporn, ein Impuls und ein positiver Anreiz für die europäischen Volkswirtschaften als Ganzes. Vor einigen Monaten, im Mai 2006, zwei Jahre nach dem Beitritt von zehn neuen Mitgliedstaaten, veröffentlichte die Kommission unter meiner Verantwortung eine Mitteilung über die wirtschaftlichen Folgen der Erweiterung. Unsere Bewertung der wirtschaftlichen Konsequenzen der Erweiterung war sehr positiv; sie war es für die neuen Mitgliedstaaten und auch für die alten, für die Europäische Union der Fünfzehn, weil die neuen Mitgliedstaaten insgesamt unter anderem eine stärkere Fähigkeit zur Umsetzung struktureller Reformen und der notwendigen strukturellen Veränderungen zeigen. Es ist wahr, dass sie von einer weniger fortgeschrittenen Situation ausgingen. Mit ihnen ist zudem eine Dynamik, ein positiver Druck eingetreten, die auch die Volkswirtschaften der früheren Europäischen Union der Fünfzehn ermutigt, die Umsetzung von Strukturpolitiken zu beschleunigen.
In der Tat bin ich der Ansicht, dass in dieser Erholungsphase einige der positiven Auswirkungen der auf ein stärkeres Wachstum gerichteten strukturellen Reformen sichtbar werden können. Es ist noch zu früh, um zu beurteilen, inwieweit die in den ersten beiden Quartalen des laufenden Jahres festgestellten Verbesserungen bei der Produktivität ausschließlich auf mit dem Wirtschaftszyklus verknüpfte Faktoren zurückzuführen sind. Die Europäische Zentralbank tendiert dazu, praktisch die gesamte in den letzten Quartalen festgestellte Produktivitätssteigerung der Konjunktur zuzuschreiben, aber meines Erachtens gibt es Anzeichen dafür, dass auch die in den letzten Jahren eingeleiteten strukturellen Reformen, deren Tempo sich infolge der positiven Auswirkung der Erweiterung allmählich beschleunigt, beginnen, eine positive Rolle bei dieser Verbesserung der Produktivität zu spielen."@de9
"Κύριε Mitchell, είναι αλήθεια ότι η ευρωζώνη, και η Ευρωπαϊκή Ένωση στο σύνολό της, δείχνει επίσης ανάπτυξη το 2006, και βλέπουμε την αρχή εμφανούς οικονομικής ανάκαμψης. Παρά την οικονομική ανάκαμψη, ωστόσο, εξακολουθούμε να βλέπουμε στοιχεία ανάπτυξης που είναι χαμηλότερα από εκείνα που αναμένονταν όταν η οικονομική και νομισματική ένωση μπήκε στην τρίτη φάση και, ως έναν βαθμό, ορισμένοι προσπαθούν να αποδείξουν μια σχέση μεταξύ αυτής της χαμηλής ανάπτυξης, σε σύγκριση με άλλες περιοχές της παγκόσμιας οικονομίας, και της ύπαρξης του ενιαίου νομίσματος ή της ίδιας της ύπαρξης της οικονομικής και νομισματικής ένωσης.
Πιστεύω ότι οι πιο ακριβείς αναλύσεις, όχι μόνο εκείνες της Επιτροπής, αλλά και άλλων θεσμικών οργάνων εκτός της Ευρωπαϊκής Ένωσης, καταλήγουν στο συμπέρασμα, όπως και εμείς, ότι τα εμπόδια για την ανάπτυξη στην Ευρώπη και, ιδιαίτερα, στις πιο σημαντικές οικονομίες της ευρωζώνης, είναι βασικά, ουσιαστικά, διαρθρωτικής φύσεως. Επομένως, πρέπει να δώσουμε έμφαση όχι μόνο στον σεβασμό των κανόνων λειτουργίας και των κανόνων δημοσιονομικής πειθαρχίας ή στην ανεξαρτησία της Ευρωπαϊκής Κεντρικής Τράπεζας στον σχεδιασμό της οικονομικής και νομισματικής ένωσης, αλλά και στις πολιτικές ανάπτυξης διαρθρωτικής φύσεως, οι οποίες είναι αυτό που, στη γλώσσα μας, αποκαλούμε πολιτικές της Στρατηγικής της Λισαβόνας. Φαίνεται ότι αυτό που χρειάζονται οι οικονομίες μας είναι ένας συνδυασμός υγιών μακροοικονομικών πολιτικών, που στοχεύουν στη σταθερότητα, και φιλόδοξων πολιτικών διαρθρωτικής μεταρρύθμισης.
Σε αυτό το πλαίσιο, η διεύρυνση, η άφιξη δέκα νέων κρατών μελών τον Μάιο του 2004, ήταν μια ώθηση, ένα κίνητρο και ένα θετικό ερέθισμα για τις ευρωπαϊκές οικονομίες στο σύνολό τους. Μερικούς μήνες πριν, τον Μάιο του 2006, συμπίπτοντας με την δεύτερη επέτειο της άφιξης των δέκα νέων κρατών μελών, η Επιτροπή δημοσίευσε, υπ’ ευθύνη μου, μια ανακοίνωση σχετικά με τις οικονομικές συνέπειες της διεύρυνσης. Η αξιολόγησή μας για τις οικονομικές συνέπειες της διεύρυνσης ήταν πολύ θετικές· πολύ θετικές για τα νέα κράτη μέλη και επίσης για τα παλαιότερα, για την Ευρωπαϊκή Ένωση των δεκαπέντε, διότι, μεταξύ άλλων, τα νέα κράτη μέλη, σε γενικές γραμμές, δείχνουν μεγαλύτερη ικανότητα στην εφαρμογή των διαρθρωτικών μεταρρυθμίσεων και κάνουν τις απαραίτητες διαρθρωτικές αλλαγές. Είναι αλήθεια ότι ξεκινούν από μια πιο μειονεκτική κατάσταση. Έχουν εισαγάγει επίσης δυναμισμό, θετική πίεση, η οποία ενθαρρύνει επίσης τις οικονομίες της πρώην Ευρωπαϊκής Ένωσης των δεκαπέντε να επιταχύνουν την εφαρμογή των διαρθρωτικών πολιτικών.
Στην πραγματικότητα, πιστεύω ότι ορισμένες από τις θετικές επιπτώσεις των διαρθρωτικών μεταρρυθμίσεων που στοχεύουν σε μεγαλύτερη ανάπτυξη ενδέχεται να έρθουν στο φως κατά τη διάρκεια αυτής της φάσης ανάκαμψης. Είναι ακόμη πολύ νωρίς να κρίνουμε τον βαθμό στον οποίον οι βελτιώσεις στην παραγωγικότητα που καταγράφονται κατά τη διάρκεια των δύο πρώτων τριμήνων του τρέχοντος έτους οφείλονται αποκλειστικά σε παράγοντες που συνδέονται με τον οικονομικό κύκλο. Η Ευρωπαϊκή Κεντρική Τράπεζα τείνει να αποδίδει πρακτικά όλη την αύξηση στην παραγωγικότητα που καταγράφεται τα τελευταία τρίμηνα στον οικονομικό κύκλο, αλλά προσωπικά πιστεύω ότι υπάρχουν ορισμένες ενδείξεις ότι οι διαρθρωτικές μεταρρυθμίσεις, οι οποίες έχουν υιοθετηθεί τα τελευταία χρόνια και ο ρυθμός των οποίων αρχίζει να επιταχύνεται λόγω του θετικού αντίκτυπου της διεύρυνσης, αρχίζουν να διαδραματίζουν επίσης θετικό ρόλο σε αυτήν τη βελτίωση της παραγωγικότητας."@el10
"Mr Mitchell, it is true that the euro zone, and the European Union as a whole, is also showing growth in 2006, and we are seeing the beginning of clear economic recovery. Despite this economic recovery, however, we are still seeing growth figures that are lower than those expected when the economic and monetary union entered the third phase and, to a certain degree, some people are trying to establish a relationship between that low growth, compared to other areas of the world economy, and the existence of the single currency or the existence of the economic and monetary union itself.
I believe that the most rigorous analyses, not just those by the Commission, but also those by other institutions outside of the European Union, come to the conclusion, like us, that the obstacles to growth in Europe and, in particular, in the most significant economies of the eurozone, are basically, fundamentally, of a structural nature. Hence, we must place the emphasis not only on respect for the operating rules and the rules on budgetary discipline or on the independence of the European Central Bank in the shaping of the economic and monetary union, but also on growth policies of a structural nature, which are what we call, in our jargon, the Lisbon Strategy policies. It appears that what our economies need is a combination of healthy macroeconomic policies, geared toward stability, and ambitious structural reform policies.
From that point of view, enlargement, the arrival of ten new Members in May 2004, has been a spur, an incentive and a positive stimulus for the European economies as a whole. A few months ago, in May 2006, coinciding with the second anniversary of the arrival of ten new Member States, the Commission published, under my responsibility, a communication on the economic consequences of enlargement. Our assessment of the economic consequences of enlargement has been very positive; very positive for the new Member States and also for the old ones, for the European Union of fifteen, because, amongst other things, the new Member States are, generally speaking, showing a greater capacity for implementing structural reforms and making the necessary structural changes. It is true that they are starting from a less advanced situation. They have also introduced dynamism, positive pressure, which is also encouraging economies of the former European Union of fifteen to speed up the implementation of structural policies.
In fact, I believe that some of the positive impacts of structural reforms aimed at greater growth may be coming to light during this recovery phase. It is still too soon to judge the extent to which the improvements in productivity being recorded during the first two quarters of this year are exclusively due to factors linked to the economic cycle. The European Central Bank tends to put practically all of the increase in productivity recorded over recent quarters down to the economic cycle, but I believe that there are certain indications that the structural reforms that have been adopted over recent years and whose pace is beginning to speed up as a result of the positive impact of enlargement are also beginning to play a positive role in this improvement in productivity."@en4
"Señor Mitchell, es verdad que la zona euro, y la Unión Europea en su conjunto, están registrando crecimiento incluso en el año 2006, en el que se ha iniciado una recuperación económica evidente. Pero, a pesar de esta recuperación económica, seguimos registrando cifras de crecimiento inferiores a las esperadas cuando la unión económica y monetaria entró en la tercera fase y, en cierto modo, hay quien puede intentar establecer una relación entre ese bajo crecimiento, en comparación con otras áreas de la economía mundial, y la existencia de la moneda única o la existencia de la unión económica y monetaria como tal.
Creo que los análisis más rigurosos, no sólo los que hace la Comisión, sino los que hacen otras instituciones fuera del ámbito de la Unión Europea, llegan a la conclusión, como nosotros, de que los obstáculos al crecimiento en Europa y, en particular, en las economías más importantes de la zona euro, son básicamente, fundamentalmente, de naturaleza estructural. Por lo tanto, junto con el respeto de las reglas de funcionamiento y de las reglas de disciplina presupuestaria, o de la independencia del Banco Central Europeo en el diseño de la unión económica y monetaria, tenemos que poner énfasis en políticas de crecimiento de índole estructural, que es lo que, en nuestra jerga, denominamos las políticas de la Estrategia de Lisboa. Parece que la combinación de unas políticas macroeconómicas sanas, tendentes a la estabilidad, y unas políticas de reforma estructural ambiciosas es lo que necesitan nuestras economías.
Desde ese punto de vista, la ampliación, la llegada de diez nuevos miembros en mayo de 2004, ha supuesto un acicate, un incentivo y un revulsivo positivo para las economías europeas en su conjunto. Hace pocos meses, en mayo de 2006, coincidiendo con el segundo aniversario de la llegada de diez nuevos Estados miembros, la Comisión publicó bajo mi responsabilidad una comunicación acerca de las consecuencias económicas de la ampliación. Nuestra valoración sobre las consecuencias económicas de la ampliación ha sido muy positiva; muy positiva para los nuevos Estados miembros y también para los antiguos, para la Unión Europea a quince, entre otras cosas, porque los nuevos Estados miembros están demostrando, en general, una mayor capacidad de implementar reformas estructurales y de abordar los cambios estructurales necesarios. Es verdad que parten de una situación de mayor atraso. Y han introducido un dinamismo, una presión positiva, que está animando también a economías de la antigua Unión Europea a quince» a acelerar el paso en la puesta en marcha de políticas estructurales.
De hecho, creo que algunos de los impactos positivos de las reformas estructurales tendentes a un mayor crecimiento se pueden estar empezando a notar en esta fase de recuperación. Todavía es pronto para decir hasta qué punto las mejoras de productividad que se están registrando en los dos primeros trimestres de este año se deben exclusivamente a motivos ligados al ciclo económico. El Banco Central Europeo tiende a pensar que prácticamente todo el aumento de productividad registrado en los últimos trimestres tiene que ver con el ciclo económico, pero yo creo que hay algunos indicios de que también están empezando a desempeñar un papel positivo en esa mejora de productividad las reformas estructurales que se han adoptado en los últimos años y cuyo ritmo se está empezando a acelerar gracias al impacto positivo de la ampliación."@et5
"Arvoisa jäsen Mitchell, on totta, että euroalueen ja koko Euroopan unionin talouden odotetaan kasvavan vuonna 2006, ja näemme, miten talous alkaa selvästi elpyä. Talouden elpymisestä huolimatta jotkin kasvuluvut ovat kuitenkin edelleen alhaisempia kuin ne, joita odotettiin, kun talous- ja rahaliiton kolmas vaihe käynnistyi. Lisäksi on ihmisiä, jotka yrittävät kytkeä – maailmantalouden muihin alueisiin verrattuna – hitaan kasvun ja yhtenäisvaluutan tai itse talous- ja rahaliiton jossain määrin toisiinsa.
Mielestäni kaikkein tarkimmissa analyyseissä, ei pelkästään komission toteuttamissa analyyseissä vaan myös muiden Euroopan unionin ulkopuolisten laitosten suorittamissa analyyseissä, tullaan meidän tavoin siihen tulokseen, että EU:ssa ja erityisesti euroalueen kaikkein merkittävimmissä talouksissa kasvun esteet ovat periaatteessa pohjimmiltaan rakenteellisia. Näin ollen meidän on korostettava, paitsi toimintasääntöjen tai talousarvion kurinalaisuutta koskevien sääntöjen noudattamista tai Euroopan keskuspankin riippumattomuutta talous- ja rahaliiton muokkaamisessa, myös rakenteellisia kasvupolitiikkoja, joita kutsumme omalla erityiskielellämme Lissabonin strategiaan liittyviksi politiikoiksi. Näyttää siltä, että taloutemme tarvitsee vakauteen tähtäävien terveiden makrotaloudellisten politiikkojen ja kunnianhimoisten rakenneuudistuspolitiikkojen yhdistelmää.
Tästä näkökulmasta laajentuminen, kymmenen uuden jäsenvaltion liittyminen Euroopan unioniin toukokuussa 2004, on ollut kannustin, houkutin ja myönteinen yllyke kaikille EU:n talouksille. Muutama kuukausi sitten, toukokuussa 2006, samaan aikaan kun vietimme kymmenen uuden jäsenvaltion liittymisen kaksivuotisjuhlaa, komissio julkaisi minun vastuualueelleni kuuluvan tiedonannon laajentumisen taloudellisista vaikutuksista. Meidän arviomme laajentumisen taloudellisista vaikutuksista on ollut erittäin myönteinen. Se on erittäin myönteinen sekä uusille että vanhoille jäsenvaltioille, 15 jäsenvaltion unionille, koska muun muassa uusien jäsenvaltioiden valmius toteuttaa rakenneuudistuksia ja tehdä tarvittavia rakennemuutoksia on parantunut. On totta, että niiden lähtötilanne on muita huonompi. Ne ovat myös osoittaneet dynaamisuutta ja harjoittaneet myönteistä painostusta, mikä myös rohkaisee aiemman 15 jäsenvaltion unionin talouksia nopeuttamaan rakennepolitiikkojen toteuttamista.
Itse asiassa uskon, että jotkin kasvun parantamiseen tähtäävien rakenneuudistusten myönteisistä vaikutuksista voivat tulla esille elpymisvaiheen aikana. On vielä liian aikaista päätellä, missä määrin tämän vuoden kahden ensimmäisen neljänneksen aikana havaittu tuottavuuden parantuminen johtuu yksinomaan suhdanteista. Euroopan keskuspankilla on tapana laskea viimeisten neljännesten aikana tapahtunut tuottavuuden kasvu lähes täysin taloussuhdanteiden ansioksi, mutta mielestäni on merkkejä siitä, että myös viime vuosina toteutetut rakenneuudistukset, joiden vauhti on kasvamassa laajentumisen myönteisten vaikutusten ansiosta, vaikuttavat myönteisesti tuottavuuden parantumiseen."@fi7
"Monsieur Mitchell, il est vrai que la zone euro, et l’ensemble de l’Union européenne, montrent également des signes de croissance en 2006 et nous constatons le début d’une nette reprise économique. Toutefois, malgré cette reprise économique, nous voyons encore des chiffres de croissance qui sont plus faibles que ce à quoi l’on s’attendait quand l’Union économique et monétaire est entrée dans sa troisième phase. Certains essaient d’ailleurs, dans une certaine mesure, d’établir un lien entre cette faible croissance, par comparaison à d’autres zones de l’économie mondiale, et l’existence de la monnaie unique ou l’existence de l’Union économique et monétaire elle-même.
Je pense que les analyses les plus rigoureuses, pas seulement celles réalisées par la Commission, mais également celles d’autres institutions en-dehors de l’Union européenne, aboutissent comme les nôtres à la conclusion, que les obstacles à la croissance en Europe et surtout dans les économies les plus importantes de la zone euro, sont principalement, fondamentalement, de nature structurelle. Par conséquent, en construisant l’Union économique et monétaire, nous devons mettre l’accent, non seulement sur le respect des règles de procédure et des règles de discipline budgétaire ou sur l’indépendance de la Banque centrale européenne, mais également sur des politiques de croissance de nature structurelle, ce que nous appelons, dans notre jargon, les politiques de la stratégie de Lisbonne. Il s’avère que ce dont nos économies ont besoin, c’est d’une combinaison de saines politiques macroéconomiques axées sur la stabilité, et de politiques ambitieuses de réformes structurelles.
De ce point de vue, l’élargissement, l’arrivée de dix nouveaux membres en mai 2004, a été un encouragement, un incitant, un stimulant positif pour l’ensembles des économies européennes. Il y a quelques mois, en mai 2006, ce qui coïncidait avec le deuxième anniversaire de l’arrivée des dix nouveaux États membres, la Commission a publié, sous ma responsabilité, une communication sur les conséquences économiques de l’élargissement. Notre évaluation des conséquences économiques de l’élargissement a été très positive; très positive pour les nouveaux États membres ainsi que pour les anciens, pour l’Union européenne à quinze, parce que, entre autres, les nouveaux États membres font généralement preuve d’une grande capacité de mise en œuvre des réformes structurelles et de réalisation des changements structurels nécessaires. Il est vrai qu’ils commencent à partir d’une situation moins avancée. Ils ont également introduit du dynamisme, une pression positive, ce qui encourage également les économies de l’ancienne Union européenne à quinze à accélérer la mise en œuvre de politiques structurelles.
En fait, je pense que certains des impacts positifs des réformes structurelles visant à favoriser la croissance pourraient apparaître clairement au cours de cette phase de reprise. Il est encore trop tôt pour déterminer dans quelle mesure les améliorations de la productivité enregistrées au cours des deux premiers trimestres de cette année sont dus exclusivement à des facteurs liés au cycle économique. La Banque centrale européenne a tendance à rapporter quasiment toute l’augmentation de la productivité enregistrée au cours des derniers trimestres au cycle économique, mais je pense que certains indices montrent que les réformes structurelles adoptées ces dernières années et dont le rythme s’accélère suite à l’impact positif de l’élargissement commencent également à jouer a rôle positif dans cette amélioration de la productivité."@fr8
"Señor Mitchell, es verdad que la zona euro, y la Unión Europea en su conjunto, están registrando crecimiento incluso en el año 2006, en el que se ha iniciado una recuperación económica evidente. Pero, a pesar de esta recuperación económica, seguimos registrando cifras de crecimiento inferiores a las esperadas cuando la unión económica y monetaria entró en la tercera fase y, en cierto modo, hay quien puede intentar establecer una relación entre ese bajo crecimiento, en comparación con otras áreas de la economía mundial, y la existencia de la moneda única o la existencia de la unión económica y monetaria como tal.
Creo que los análisis más rigurosos, no sólo los que hace la Comisión, sino los que hacen otras instituciones fuera del ámbito de la Unión Europea, llegan a la conclusión, como nosotros, de que los obstáculos al crecimiento en Europa y, en particular, en las economías más importantes de la zona euro, son básicamente, fundamentalmente, de naturaleza estructural. Por lo tanto, junto con el respeto de las reglas de funcionamiento y de las reglas de disciplina presupuestaria, o de la independencia del Banco Central Europeo en el diseño de la unión económica y monetaria, tenemos que poner énfasis en políticas de crecimiento de índole estructural, que es lo que, en nuestra jerga, denominamos las políticas de la Estrategia de Lisboa. Parece que la combinación de unas políticas macroeconómicas sanas, tendentes a la estabilidad, y unas políticas de reforma estructural ambiciosas es lo que necesitan nuestras economías.
Desde ese punto de vista, la ampliación, la llegada de diez nuevos miembros en mayo de 2004, ha supuesto un acicate, un incentivo y un revulsivo positivo para las economías europeas en su conjunto. Hace pocos meses, en mayo de 2006, coincidiendo con el segundo aniversario de la llegada de diez nuevos Estados miembros, la Comisión publicó bajo mi responsabilidad una comunicación acerca de las consecuencias económicas de la ampliación. Nuestra valoración sobre las consecuencias económicas de la ampliación ha sido muy positiva; muy positiva para los nuevos Estados miembros y también para los antiguos, para la Unión Europea a quince, entre otras cosas, porque los nuevos Estados miembros están demostrando, en general, una mayor capacidad de implementar reformas estructurales y de abordar los cambios estructurales necesarios. Es verdad que parten de una situación de mayor atraso. Y han introducido un dinamismo, una presión positiva, que está animando también a economías de la antigua Unión Europea a quince» a acelerar el paso en la puesta en marcha de políticas estructurales.
De hecho, creo que algunos de los impactos positivos de las reformas estructurales tendentes a un mayor crecimiento se pueden estar empezando a notar en esta fase de recuperación. Todavía es pronto para decir hasta qué punto las mejoras de productividad que se están registrando en los dos primeros trimestres de este año se deben exclusivamente a motivos ligados al ciclo económico. El Banco Central Europeo tiende a pensar que prácticamente todo el aumento de productividad registrado en los últimos trimestres tiene que ver con el ciclo económico, pero yo creo que hay algunos indicios de que también están empezando a desempeñar un papel positivo en esa mejora de productividad las reformas estructurales que se han adoptado en los últimos años y cuyo ritmo se está empezando a acelerar gracias al impacto positivo de la ampliación."@hu11
"Onorevole Mitchell, è vero che la zona euro e l’Unione europea nel complesso mostrano una tendenza di crescita nel 2006 e che stiamo assistendo a una nuova e netta ripresa economica. Ciononostante, ci troviamo ora di fronte a dati di crescita inferiori rispetto a quelli previsti quando l’Unione economica e monetaria è entrata nella terza fase e, in un certo senso, alcuni studi tentano di stabilire una relazione tra questo basso tasso di crescita rispetto ad altre aree dell’economia mondiale e l’esistenza di una moneta unica o della stessa Unione economica e monetaria.
Ritengo che le analisi più rigorose, non solo quelle condotte della Commissione, ma anche da altre istituzioni al di fuori dell’Unione europea, giungano, come noi, alla conclusione che gli ostacoli alla crescita dell’Europa e, in particolare, delle economie più significative della zona dell’euro, sono, in primo luogo, di natura fondamentalmente strutturale. Di conseguenza è necessario porre l’accento non solo sul rispetto delle norme operative o delle regole in materia di disciplina finanziaria, o ancora sull’autonomia della Banca centrale europea nel delineare l’Unione economica e monetaria, ma anche sulle politiche in materia di crescita strutturale, che, in altre parole, sono quelle che in gergo chiamiamo politiche della strategia di Lisbona. Ne consegue che ciò di cui le nostre economie necessitano è una combinazione di politiche macroeconomiche sane, atte a garantire stabilità, e di politiche in materia di riforme strutturali dagli obiettivi ambiziosi.
Da questo punto di vista l’allargamento, l’adesione di dieci nuovi Stati membri nel maggio 2004, ha agito da incoraggiamento, incentivo e stimolo positivo alle economie europee nel complesso. Alcuni mesi fa, nel maggio 2006, in coincidenza con il secondo anniversario dell’ingresso dei dieci nuovi Stati membri, la Commissione ha pubblicato, sotto la mia responsabilità, una comunicazione sulle conseguenze economiche dell’allargamento. Le nostre valutazioni in merito a tali conseguenze sono state molto positive, sia per i nuovi Stati membri che per i vecchi, ossia per l’Unione europea dei Quindici, perché, tra le altre cose, i nuovi Stati membri, in linea generale, stanno dimostrando una maggiore capacità nell’attuazione delle riforme strutturali e delle modifiche strutturali necessarie. E’ indiscutibile che essi partono da una situazione meno avanzata. Hanno anche introdotto un certo dinamismo, una pressione positiva che stimola anche l’ex Unione europea dei Quindici ad accelerare l’attuazione di politiche strutturali.
E’ mia opinione, infatti, che alcuni segnali dell’impatto positivo delle riforme strutturali finalizzate a una maggiore crescita potrebbero emergere durante questa fase di ripresa. E’ ancora presto per giudicare fino a che punto i miglioramenti registrati nella produttività durante i primi due trimestri dell’anno in corso siano esclusivamente dovuti a fattori legati al ciclo economico. La Banca centrale europea tende ad attribuire praticamente tutta la crescita della produttività registrata negli ultimi trimestri al ciclo economico, ma ritengo che alcuni elementi stiano ad indicare che le riforme strutturali adottate in tempi recenti, e che procedono a un ritmo sempre più sostenuto grazie all’impatto positivo dell’allargamento, stanno anche cominciando ad assumere un ruolo positivo in termini di rafforzamento della produttività."@it12
"Señor Mitchell, es verdad que la zona euro, y la Unión Europea en su conjunto, están registrando crecimiento incluso en el año 2006, en el que se ha iniciado una recuperación económica evidente. Pero, a pesar de esta recuperación económica, seguimos registrando cifras de crecimiento inferiores a las esperadas cuando la unión económica y monetaria entró en la tercera fase y, en cierto modo, hay quien puede intentar establecer una relación entre ese bajo crecimiento, en comparación con otras áreas de la economía mundial, y la existencia de la moneda única o la existencia de la unión económica y monetaria como tal.
Creo que los análisis más rigurosos, no sólo los que hace la Comisión, sino los que hacen otras instituciones fuera del ámbito de la Unión Europea, llegan a la conclusión, como nosotros, de que los obstáculos al crecimiento en Europa y, en particular, en las economías más importantes de la zona euro, son básicamente, fundamentalmente, de naturaleza estructural. Por lo tanto, junto con el respeto de las reglas de funcionamiento y de las reglas de disciplina presupuestaria, o de la independencia del Banco Central Europeo en el diseño de la unión económica y monetaria, tenemos que poner énfasis en políticas de crecimiento de índole estructural, que es lo que, en nuestra jerga, denominamos las políticas de la Estrategia de Lisboa. Parece que la combinación de unas políticas macroeconómicas sanas, tendentes a la estabilidad, y unas políticas de reforma estructural ambiciosas es lo que necesitan nuestras economías.
Desde ese punto de vista, la ampliación, la llegada de diez nuevos miembros en mayo de 2004, ha supuesto un acicate, un incentivo y un revulsivo positivo para las economías europeas en su conjunto. Hace pocos meses, en mayo de 2006, coincidiendo con el segundo aniversario de la llegada de diez nuevos Estados miembros, la Comisión publicó bajo mi responsabilidad una comunicación acerca de las consecuencias económicas de la ampliación. Nuestra valoración sobre las consecuencias económicas de la ampliación ha sido muy positiva; muy positiva para los nuevos Estados miembros y también para los antiguos, para la Unión Europea a quince, entre otras cosas, porque los nuevos Estados miembros están demostrando, en general, una mayor capacidad de implementar reformas estructurales y de abordar los cambios estructurales necesarios. Es verdad que parten de una situación de mayor atraso. Y han introducido un dinamismo, una presión positiva, que está animando también a economías de la antigua Unión Europea a quince» a acelerar el paso en la puesta en marcha de políticas estructurales.
De hecho, creo que algunos de los impactos positivos de las reformas estructurales tendentes a un mayor crecimiento se pueden estar empezando a notar en esta fase de recuperación. Todavía es pronto para decir hasta qué punto las mejoras de productividad que se están registrando en los dos primeros trimestres de este año se deben exclusivamente a motivos ligados al ciclo económico. El Banco Central Europeo tiende a pensar que prácticamente todo el aumento de productividad registrado en los últimos trimestres tiene que ver con el ciclo económico, pero yo creo que hay algunos indicios de que también están empezando a desempeñar un papel positivo en esa mejora de productividad las reformas estructurales que se han adoptado en los últimos años y cuyo ritmo se está empezando a acelerar gracias al impacto positivo de la ampliación."@lt14
"Señor Mitchell, es verdad que la zona euro, y la Unión Europea en su conjunto, están registrando crecimiento incluso en el año 2006, en el que se ha iniciado una recuperación económica evidente. Pero, a pesar de esta recuperación económica, seguimos registrando cifras de crecimiento inferiores a las esperadas cuando la unión económica y monetaria entró en la tercera fase y, en cierto modo, hay quien puede intentar establecer una relación entre ese bajo crecimiento, en comparación con otras áreas de la economía mundial, y la existencia de la moneda única o la existencia de la unión económica y monetaria como tal.
Creo que los análisis más rigurosos, no sólo los que hace la Comisión, sino los que hacen otras instituciones fuera del ámbito de la Unión Europea, llegan a la conclusión, como nosotros, de que los obstáculos al crecimiento en Europa y, en particular, en las economías más importantes de la zona euro, son básicamente, fundamentalmente, de naturaleza estructural. Por lo tanto, junto con el respeto de las reglas de funcionamiento y de las reglas de disciplina presupuestaria, o de la independencia del Banco Central Europeo en el diseño de la unión económica y monetaria, tenemos que poner énfasis en políticas de crecimiento de índole estructural, que es lo que, en nuestra jerga, denominamos las políticas de la Estrategia de Lisboa. Parece que la combinación de unas políticas macroeconómicas sanas, tendentes a la estabilidad, y unas políticas de reforma estructural ambiciosas es lo que necesitan nuestras economías.
Desde ese punto de vista, la ampliación, la llegada de diez nuevos miembros en mayo de 2004, ha supuesto un acicate, un incentivo y un revulsivo positivo para las economías europeas en su conjunto. Hace pocos meses, en mayo de 2006, coincidiendo con el segundo aniversario de la llegada de diez nuevos Estados miembros, la Comisión publicó bajo mi responsabilidad una comunicación acerca de las consecuencias económicas de la ampliación. Nuestra valoración sobre las consecuencias económicas de la ampliación ha sido muy positiva; muy positiva para los nuevos Estados miembros y también para los antiguos, para la Unión Europea a quince, entre otras cosas, porque los nuevos Estados miembros están demostrando, en general, una mayor capacidad de implementar reformas estructurales y de abordar los cambios estructurales necesarios. Es verdad que parten de una situación de mayor atraso. Y han introducido un dinamismo, una presión positiva, que está animando también a economías de la antigua Unión Europea a quince» a acelerar el paso en la puesta en marcha de políticas estructurales.
De hecho, creo que algunos de los impactos positivos de las reformas estructurales tendentes a un mayor crecimiento se pueden estar empezando a notar en esta fase de recuperación. Todavía es pronto para decir hasta qué punto las mejoras de productividad que se están registrando en los dos primeros trimestres de este año se deben exclusivamente a motivos ligados al ciclo económico. El Banco Central Europeo tiende a pensar que prácticamente todo el aumento de productividad registrado en los últimos trimestres tiene que ver con el ciclo económico, pero yo creo que hay algunos indicios de que también están empezando a desempeñar un papel positivo en esa mejora de productividad las reformas estructurales que se han adoptado en los últimos años y cuyo ritmo se está empezando a acelerar gracias al impacto positivo de la ampliación."@lv13
"Señor Mitchell, es verdad que la zona euro, y la Unión Europea en su conjunto, están registrando crecimiento incluso en el año 2006, en el que se ha iniciado una recuperación económica evidente. Pero, a pesar de esta recuperación económica, seguimos registrando cifras de crecimiento inferiores a las esperadas cuando la unión económica y monetaria entró en la tercera fase y, en cierto modo, hay quien puede intentar establecer una relación entre ese bajo crecimiento, en comparación con otras áreas de la economía mundial, y la existencia de la moneda única o la existencia de la unión económica y monetaria como tal.
Creo que los análisis más rigurosos, no sólo los que hace la Comisión, sino los que hacen otras instituciones fuera del ámbito de la Unión Europea, llegan a la conclusión, como nosotros, de que los obstáculos al crecimiento en Europa y, en particular, en las economías más importantes de la zona euro, son básicamente, fundamentalmente, de naturaleza estructural. Por lo tanto, junto con el respeto de las reglas de funcionamiento y de las reglas de disciplina presupuestaria, o de la independencia del Banco Central Europeo en el diseño de la unión económica y monetaria, tenemos que poner énfasis en políticas de crecimiento de índole estructural, que es lo que, en nuestra jerga, denominamos las políticas de la Estrategia de Lisboa. Parece que la combinación de unas políticas macroeconómicas sanas, tendentes a la estabilidad, y unas políticas de reforma estructural ambiciosas es lo que necesitan nuestras economías.
Desde ese punto de vista, la ampliación, la llegada de diez nuevos miembros en mayo de 2004, ha supuesto un acicate, un incentivo y un revulsivo positivo para las economías europeas en su conjunto. Hace pocos meses, en mayo de 2006, coincidiendo con el segundo aniversario de la llegada de diez nuevos Estados miembros, la Comisión publicó bajo mi responsabilidad una comunicación acerca de las consecuencias económicas de la ampliación. Nuestra valoración sobre las consecuencias económicas de la ampliación ha sido muy positiva; muy positiva para los nuevos Estados miembros y también para los antiguos, para la Unión Europea a quince, entre otras cosas, porque los nuevos Estados miembros están demostrando, en general, una mayor capacidad de implementar reformas estructurales y de abordar los cambios estructurales necesarios. Es verdad que parten de una situación de mayor atraso. Y han introducido un dinamismo, una presión positiva, que está animando también a economías de la antigua Unión Europea a quince» a acelerar el paso en la puesta en marcha de políticas estructurales.
De hecho, creo que algunos de los impactos positivos de las reformas estructurales tendentes a un mayor crecimiento se pueden estar empezando a notar en esta fase de recuperación. Todavía es pronto para decir hasta qué punto las mejoras de productividad que se están registrando en los dos primeros trimestres de este año se deben exclusivamente a motivos ligados al ciclo económico. El Banco Central Europeo tiende a pensar que prácticamente todo el aumento de productividad registrado en los últimos trimestres tiene que ver con el ciclo económico, pero yo creo que hay algunos indicios de que también están empezando a desempeñar un papel positivo en esa mejora de productividad las reformas estructurales que se han adoptado en los últimos años y cuyo ritmo se está empezando a acelerar gracias al impacto positivo de la ampliación."@mt15
"Mijnheer Mitchell, het is waar dat de eurozone en de Europese Unie als geheel groeien, ook in het jaar 2006, waarin het economisch herstel duidelijk is ingezet. Maar ondanks dit economisch herstel blijven de groeicijfers achter bij de verwachtingen die we hadden bij het ingaan van de derde fase van de Economische en Monetaire Unie, en in zekere zin zou er door sommigen geprobeerd kunnen worden om een verband te leggen tussen die in vergelijking met andere zones van de wereldeconomie lage groei en het bestaan van de eenheidsmunt of het bestaan van de Economische en Monetaire Unie.
Ik denk dat de meest nauwgezette analyses, niet alleen die van de Commissie maar ook die van andere instellingen, buiten de Europese Unie, tot dezelfde conclusie komen als wij, namelijk dat de obstakels voor groei in Europa, met name in de belangrijkste economieën van de eurozone, in wezen structureel van aard zijn. Daarom moeten we niet alleen de operationele regels en de regels met betrekking tot de begrotingsdiscipline of de onafhankelijkheid van de Europese Centrale Bank bij het vormgeven aan de Economische en Monetaire Unie respecteren, maar moeten we daarnaast de nadruk leggen op een beleid dat gericht is op structurele groei, wat wij in ons jargon de Lissabon-strategie noemen. Het lijkt erop dat onze economieën een combinatie van een gezond macro-economisch beleid, gericht op stabiliteit, en een beleid van ambitieuze structurele hervormingen nodig hebben.
Vanuit dat perspectief heeft de uitbreiding, de komst van tien nieuwe leden in mei 2004, gewerkt als stimulans, als een aansporing en als een positieve prikkel voor de Europese economie als geheel. Enkele maanden geleden, in mei 2006, toen het twee jaar geleden was dat de Unie er tien nieuwe lidstaten bij kreeg, heeft de Commissie onder mijn verantwoordelijkheid een mededeling over de economische gevolgen van de uitbreiding gepubliceerd. Ons oordeel over de economische gevolgen van de uitbreiding was heel positief; heel positief voor de nieuwe lidstaten en ook voor de oude lidstaten, voor de Europese Unie van de vijftien, onder andere omdat de nieuwe lidstaten over het algemeen een groter vermogen laten zien om structurele hervormingen door te voeren en de noodzakelijke structurele veranderingen aan te brengen. Het is waar dat ze zijn gestart vanuit een achterstandssituatie. En ze hebben dynamiek ingebracht, een positieve druk, die ook de economieën van de oude Europese Unie van de vijftien een impuls geeft om de pas te versnellen bij het in gang zetten van structureel beleid.
Ik denk dat een aantal van de positieve effecten van de structurele hervormingen die gericht zijn op een hogere groei zich beginnen te laten voelen in deze herstelfase. Het is nog te vroeg om te zeggen in hoeverre de verbetering van de productiviteit die we gezien hebben in de eerste twee trimesters van dit jaar, uitsluitend zijn terug te voeren op het verloop van de economische cyclus. De Europese Centrale Bank neigt ernaar om te denken dat praktisch de hele toename van de productiviteit in de afgelopen trimesters te maken heeft met de economische cyclus, maar ik denk dat er enkele tekenen zijn die aangeven dat de structurele hervormingen die de afgelopen jaren zijn doorgevoerd en waarvan het tempo aan het toenemen is dankzij de positieve impuls die de uitbereiding heeft gegeven, ook een rol beginnen te spelen bij die toename van de productiviteit."@nl3
"Señor Mitchell, es verdad que la zona euro, y la Unión Europea en su conjunto, están registrando crecimiento incluso en el año 2006, en el que se ha iniciado una recuperación económica evidente. Pero, a pesar de esta recuperación económica, seguimos registrando cifras de crecimiento inferiores a las esperadas cuando la unión económica y monetaria entró en la tercera fase y, en cierto modo, hay quien puede intentar establecer una relación entre ese bajo crecimiento, en comparación con otras áreas de la economía mundial, y la existencia de la moneda única o la existencia de la unión económica y monetaria como tal.
Creo que los análisis más rigurosos, no sólo los que hace la Comisión, sino los que hacen otras instituciones fuera del ámbito de la Unión Europea, llegan a la conclusión, como nosotros, de que los obstáculos al crecimiento en Europa y, en particular, en las economías más importantes de la zona euro, son básicamente, fundamentalmente, de naturaleza estructural. Por lo tanto, junto con el respeto de las reglas de funcionamiento y de las reglas de disciplina presupuestaria, o de la independencia del Banco Central Europeo en el diseño de la unión económica y monetaria, tenemos que poner énfasis en políticas de crecimiento de índole estructural, que es lo que, en nuestra jerga, denominamos las políticas de la Estrategia de Lisboa. Parece que la combinación de unas políticas macroeconómicas sanas, tendentes a la estabilidad, y unas políticas de reforma estructural ambiciosas es lo que necesitan nuestras economías.
Desde ese punto de vista, la ampliación, la llegada de diez nuevos miembros en mayo de 2004, ha supuesto un acicate, un incentivo y un revulsivo positivo para las economías europeas en su conjunto. Hace pocos meses, en mayo de 2006, coincidiendo con el segundo aniversario de la llegada de diez nuevos Estados miembros, la Comisión publicó bajo mi responsabilidad una comunicación acerca de las consecuencias económicas de la ampliación. Nuestra valoración sobre las consecuencias económicas de la ampliación ha sido muy positiva; muy positiva para los nuevos Estados miembros y también para los antiguos, para la Unión Europea a quince, entre otras cosas, porque los nuevos Estados miembros están demostrando, en general, una mayor capacidad de implementar reformas estructurales y de abordar los cambios estructurales necesarios. Es verdad que parten de una situación de mayor atraso. Y han introducido un dinamismo, una presión positiva, que está animando también a economías de la antigua Unión Europea a quince» a acelerar el paso en la puesta en marcha de políticas estructurales.
De hecho, creo que algunos de los impactos positivos de las reformas estructurales tendentes a un mayor crecimiento se pueden estar empezando a notar en esta fase de recuperación. Todavía es pronto para decir hasta qué punto las mejoras de productividad que se están registrando en los dos primeros trimestres de este año se deben exclusivamente a motivos ligados al ciclo económico. El Banco Central Europeo tiende a pensar que prácticamente todo el aumento de productividad registrado en los últimos trimestres tiene que ver con el ciclo económico, pero yo creo que hay algunos indicios de que también están empezando a desempeñar un papel positivo en esa mejora de productividad las reformas estructurales que se han adoptado en los últimos años y cuyo ritmo se está empezando a acelerar gracias al impacto positivo de la ampliación."@pl16
"Senhor Deputado Mitchell, é verdade que a zona euro, e a União Europeia no seu conjunto, está a registar um crescimento em 2006, e estamos a assistir ao início de uma recuperação económica evidente. Mas, apesar desta recuperação económica, continuamos a registar números referentes ao crescimento inferiores aos esperados quando a união económica e monetária entrou na terceira fase e, de certa forma, há quem possa tentar estabelecer uma relação entre esse baixo crescimento, em comparação com outras áreas da economia mundial, e a existência da moeda única ou a existência da própria união económica e monetária.
Penso que as análises mais rigorosas, não unicamente as da Comissão, mas também as que fazem outras instituições fora do âmbito da União Europeia, chegam à conclusão, como nós, de que os obstáculos ao crescimento na Europa e, em particular, nas economias mais importantes da zona euro, são basicamente, fundamentalmente, de natureza estrutural. Por conseguinte, paralelamente ao respeito das regras de funcionamento e das regras de disciplina orçamental, ou da independência do Banco Central Europeu na concepção da união económica e monetária, temos de colocar a tónica em políticas de crescimento de índole estrutural, que é o que, no nosso jargão, denominamos as políticas da Estratégia de Lisboa. Parece que a combinação de políticas macroeconómicas sãs, orientadas para a estabilidade, e políticas de reforma estrutural ambiciosas é o que falta às nossas economias.
Desse ponto de vista, o alargamento, a chegada de dez novos membros em Maio de 2004, representou um impulso, um incentivo e um estímulo positivo para as economias europeias no seu conjunto. Há escassos meses, em Maio último, coincidindo com o segundo aniversário da chegada de dez novos Estados-Membros, a Comissão publicou, sob responsabilidade minha, uma comunicação sobre as consequências económicas do alargamento. A nossa avaliação sobre as consequências económicas do alargamento foi muito positiva; muito positiva para os novos Estados-Membros e também para os antigos, para a União Europeia a quinze, porque, entre outros aspectos, os novos Estados-Membros estão a revelar, em geral, uma maior capacidade de implementar reformas estruturais e de proceder às mudanças estruturais necessárias. É verdade que partem de uma situação de maior atraso. Introduziram ainda dinamismo, uma pressão positiva, que está a incentivar também economias da antiga União Europeia a Quinze a acelerar o ritmo da aplicação de políticas estruturais.
Com efeito, penso que alguns dos impactos positivos das reformas estruturais orientadas para um maior crescimento podem começar a observar-se nesta fase de recuperação. Ainda é cedo para dizer até que ponto as melhorias de produtividade que se registaram nos dois primeiros trimestres deste ano se devem exclusivamente a factores associados ao ciclo económico. O Banco Central Europeu tende a pensar que praticamente todos os aumentos de produtividade registados nos últimos trimestres estão associados ao ciclo económico, mas eu penso que há alguns indícios de que também estão a começar a desempenhar um papel positivo nessa melhoria da produtividade as reformas estruturais adoptadas nos últimos anos e cujo ritmo está a começar a acelerar-se graças ao impacto positivo do alargamento."@pt17
"Señor Mitchell, es verdad que la zona euro, y la Unión Europea en su conjunto, están registrando crecimiento incluso en el año 2006, en el que se ha iniciado una recuperación económica evidente. Pero, a pesar de esta recuperación económica, seguimos registrando cifras de crecimiento inferiores a las esperadas cuando la unión económica y monetaria entró en la tercera fase y, en cierto modo, hay quien puede intentar establecer una relación entre ese bajo crecimiento, en comparación con otras áreas de la economía mundial, y la existencia de la moneda única o la existencia de la unión económica y monetaria como tal.
Creo que los análisis más rigurosos, no sólo los que hace la Comisión, sino los que hacen otras instituciones fuera del ámbito de la Unión Europea, llegan a la conclusión, como nosotros, de que los obstáculos al crecimiento en Europa y, en particular, en las economías más importantes de la zona euro, son básicamente, fundamentalmente, de naturaleza estructural. Por lo tanto, junto con el respeto de las reglas de funcionamiento y de las reglas de disciplina presupuestaria, o de la independencia del Banco Central Europeo en el diseño de la unión económica y monetaria, tenemos que poner énfasis en políticas de crecimiento de índole estructural, que es lo que, en nuestra jerga, denominamos las políticas de la Estrategia de Lisboa. Parece que la combinación de unas políticas macroeconómicas sanas, tendentes a la estabilidad, y unas políticas de reforma estructural ambiciosas es lo que necesitan nuestras economías.
Desde ese punto de vista, la ampliación, la llegada de diez nuevos miembros en mayo de 2004, ha supuesto un acicate, un incentivo y un revulsivo positivo para las economías europeas en su conjunto. Hace pocos meses, en mayo de 2006, coincidiendo con el segundo aniversario de la llegada de diez nuevos Estados miembros, la Comisión publicó bajo mi responsabilidad una comunicación acerca de las consecuencias económicas de la ampliación. Nuestra valoración sobre las consecuencias económicas de la ampliación ha sido muy positiva; muy positiva para los nuevos Estados miembros y también para los antiguos, para la Unión Europea a quince, entre otras cosas, porque los nuevos Estados miembros están demostrando, en general, una mayor capacidad de implementar reformas estructurales y de abordar los cambios estructurales necesarios. Es verdad que parten de una situación de mayor atraso. Y han introducido un dinamismo, una presión positiva, que está animando también a economías de la antigua Unión Europea a quince» a acelerar el paso en la puesta en marcha de políticas estructurales.
De hecho, creo que algunos de los impactos positivos de las reformas estructurales tendentes a un mayor crecimiento se pueden estar empezando a notar en esta fase de recuperación. Todavía es pronto para decir hasta qué punto las mejoras de productividad que se están registrando en los dos primeros trimestres de este año se deben exclusivamente a motivos ligados al ciclo económico. El Banco Central Europeo tiende a pensar que prácticamente todo el aumento de productividad registrado en los últimos trimestres tiene que ver con el ciclo económico, pero yo creo que hay algunos indicios de que también están empezando a desempeñar un papel positivo en esa mejora de productividad las reformas estructurales que se han adoptado en los últimos años y cuyo ritmo se está empezando a acelerar gracias al impacto positivo de la ampliación."@sk18
"Señor Mitchell, es verdad que la zona euro, y la Unión Europea en su conjunto, están registrando crecimiento incluso en el año 2006, en el que se ha iniciado una recuperación económica evidente. Pero, a pesar de esta recuperación económica, seguimos registrando cifras de crecimiento inferiores a las esperadas cuando la unión económica y monetaria entró en la tercera fase y, en cierto modo, hay quien puede intentar establecer una relación entre ese bajo crecimiento, en comparación con otras áreas de la economía mundial, y la existencia de la moneda única o la existencia de la unión económica y monetaria como tal.
Creo que los análisis más rigurosos, no sólo los que hace la Comisión, sino los que hacen otras instituciones fuera del ámbito de la Unión Europea, llegan a la conclusión, como nosotros, de que los obstáculos al crecimiento en Europa y, en particular, en las economías más importantes de la zona euro, son básicamente, fundamentalmente, de naturaleza estructural. Por lo tanto, junto con el respeto de las reglas de funcionamiento y de las reglas de disciplina presupuestaria, o de la independencia del Banco Central Europeo en el diseño de la unión económica y monetaria, tenemos que poner énfasis en políticas de crecimiento de índole estructural, que es lo que, en nuestra jerga, denominamos las políticas de la Estrategia de Lisboa. Parece que la combinación de unas políticas macroeconómicas sanas, tendentes a la estabilidad, y unas políticas de reforma estructural ambiciosas es lo que necesitan nuestras economías.
Desde ese punto de vista, la ampliación, la llegada de diez nuevos miembros en mayo de 2004, ha supuesto un acicate, un incentivo y un revulsivo positivo para las economías europeas en su conjunto. Hace pocos meses, en mayo de 2006, coincidiendo con el segundo aniversario de la llegada de diez nuevos Estados miembros, la Comisión publicó bajo mi responsabilidad una comunicación acerca de las consecuencias económicas de la ampliación. Nuestra valoración sobre las consecuencias económicas de la ampliación ha sido muy positiva; muy positiva para los nuevos Estados miembros y también para los antiguos, para la Unión Europea a quince, entre otras cosas, porque los nuevos Estados miembros están demostrando, en general, una mayor capacidad de implementar reformas estructurales y de abordar los cambios estructurales necesarios. Es verdad que parten de una situación de mayor atraso. Y han introducido un dinamismo, una presión positiva, que está animando también a economías de la antigua Unión Europea a quince» a acelerar el paso en la puesta en marcha de políticas estructurales.
De hecho, creo que algunos de los impactos positivos de las reformas estructurales tendentes a un mayor crecimiento se pueden estar empezando a notar en esta fase de recuperación. Todavía es pronto para decir hasta qué punto las mejoras de productividad que se están registrando en los dos primeros trimestres de este año se deben exclusivamente a motivos ligados al ciclo económico. El Banco Central Europeo tiende a pensar que prácticamente todo el aumento de productividad registrado en los últimos trimestres tiene que ver con el ciclo económico, pero yo creo que hay algunos indicios de que también están empezando a desempeñar un papel positivo en esa mejora de productividad las reformas estructurales que se han adoptado en los últimos años y cuyo ritmo se está empezando a acelerar gracias al impacto positivo de la ampliación."@sl19
"Herr Mitchell! Det är sant att euroområdet, och Europeiska unionen som helhet, även visar tillväxt under 2006, och vi ser början på en tydlig ekonomisk återhämtning. Men trots den ekonomiska återhämtningen ser vi fortfarande tillväxtsiffror som är lägre än de som förväntades när den ekonomiska och monetära unionen gick in sin tredje fas, och i viss mån försöker en del påvisa ett förhållande mellan den låga tillväxten, jämfört med andra områden av världsekonomin, och förekomsten av en gemensam valuta eller existensen av själva den ekonomiska och monetära unionen.
Jag anser att de striktaste analyserna, inte bara de som görs av kommissionen, utan även de av andra institutioner utanför Europeiska unionen, i likhet med oss kommer till slutsatsen att hindren för tillväxt i Europa, och särskilt i de mest betydande ekonomierna i euroområdet, i grund och botten är av strukturell art. Följaktligen måste vi lägga tonvikt inte bara vid respekt för de operativa bestämmelserna och bestämmelserna om budgetdisciplin eller vid Europeiska centralbankens oberoende i fråga om att utforma den ekonomiska och monetära unionen, utan också vid tillväxtpolitiska åtgärder av strukturell art, vilket är vad vi i vårt språkbruk kallar för Lissabonstrategin. Det verkar som om våra ekonomier behöver en kombination av sunda makroekonomiska åtgärder, inriktade på stabilitet, och ambitiösa strukturpolitiska reformer.
Från den synpunkten har utvidgningen, tillkomsten av tio nya medlemmar i maj 2004, varit en sporre, en drivfjäder och positiv stimulans för de europeiska ekonomierna som helhet. För några få månader sedan, i maj 2006, samtidigt med tvåårsjubileet av tillkomsten av tio nya medlemsstater, offentliggjorde kommissionen, inom mitt ansvarsområde, ett meddelande om de ekonomiska konsekvenserna av utvidgningen. Vår bedömning av de ekonomiska konsekvenserna av utvidgningen har varit mycket positiv; mycket positiv för de nya medlemsstaterna och även för de gamla, för EU-15, eftersom de nya medlemsstaterna bland annat, generellt sett, visar större förmåga att genomföra strukturella reformer och göra de strukturella förändringar som krävs. Det är sant att de börjar från en mindre framskjuten position. De har också kommit med dynamik, positiv konkurrens, som också uppmuntrar ekonomierna i det tidigare EU-15 att påskynda genomförandet av strukturpolitiska åtgärder.
Jag anser att en del av de positiva följderna av strukturella reformer som syftar till ökad tillväxt kan bli skönjbara under denna återhämtningsfas. Det är fortfarande för tidigt att bedöma i vilken utsträckning de förbättringar av produktiviteten som registrerades under de två första kvartalen i år enbart beror på faktorer som kan knytas till den konjunkturcykeln. Europeiska centralbanken har en benägenhet att hänföra praktiskt taget hela den produktivitetsökning som registrerats under senare kvartal till den konjunkturcykeln, men jag anser att det finns vissa tecken på att de strukturella reformer som har antagits under senare år och som börjar skjuta fart som en följd av utvidgningens positiva effekter också börjar spela en positiv roll för denna förbättring av produktiviteten."@sv21
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lpv:unclassifiedMetadata |
"Joaquín Almunia,"5,19,15,1,18,14,16,11,11,13
"Miembro de la Comisión"5,19,15,1,18,14,16,11,13
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