Local view for "http://purl.org/linkedpolitics/eu/plenary/2004-09-14-Speech-2-011"
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"Señoras y Señores Diputados, quisiera ahora utilizar mi privilegio como Presidente para dirigirme a ustedes.
El Parlamento Europeo se ha asociado así al sentimiento de tristeza y a la expresión de solidaridad de los demócratas con las familias enlutadas de forma tan injusta y brutal por esa lacra de la que desgraciadamente ningún país está exento.
Para insistir en ello, para expresar de la forma más solemne y colectiva posible este sentimiento, me he dirigido a los 25 Jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros de nuestra Unión, sugiriéndoles que hoy, junto con nosotros, representantes de los ciudadanos europeos, las escuelas de la UE se recogieran en un minuto de silencio en memoria de los niños de los niños víctimas de la masacre de la escuela de Beslán y, en general, de todos los niños objeto de la violencia terrorista en el mundo. Puedo anticiparles ya que varios países han anunciado que se unirán a esta iniciativa, expresión del sentimiento de los europeos frente a estos acontecimientos terribles.
Señoras y señores diputados, nuestro Parlamento condena y rechaza todas las acciones terroristas, porque el terror, de cualquier signo y en cualquier país, contradice los valores en que se basa la Unión Europea, cuyos ciudadanos esperan que la unidad de Europa sea una forma de luchar más eficazmente contra una amenaza que constituye hoy una de sus principales fuentes de preocupación y de inseguridad.
Permítanme que les diga que no basta manifestar el horror que sentimos. Las condenas reiteradas hacen que las palabras de dolor acaben reflejando frustración e impotencia. No hay excusa ni razón para hechos tan abominables como los que hemos vivido este final de verano, los del 11 de septiembre en Nueva York o los del 11 de marzo en Madrid. Todos los terrorismos son condenables, pero el debate que tiene hoy lugar en el mundo, especialmente en nuestro mundo occidental y desarrollado, no se refiere a su condena sino a la forma de combatirlos. Ciertamente, el fanatismo suicida no se va a detener con argumentos razonables expuestos por personas cultas e inteligentes. Pero tampoco podemos pretender erradicar todas sus causas con el simple e indiscriminado uso de la fuerza, vengando en otros niños el daño hecho a los nuestros y creando una escalada insoportable de violencia.
No ganaremos la batalla contra el terrorismo concibiéndola como una guerra convencional. Este Parlamento debe desarrollar el espacio de seguridad y justicia, impulsar activamente una estrategia antiterrorista basada en la cooperación internacional en materia policial, judicial y de inteligencia, así como en la lucha contra las causas subyacentes que alimentan el fanatismo asesino y suicida.
Analizar no es justificar. Los debates y resoluciones de este Parlamento nunca se podrán confundir con una justificación de la violencia terrorista. La lucha contra el terrorismo nos obliga a una reflexión sobre sus causas para mejor combatirlo y este Parlamento deberá seguir debatiendo con libertad de conciencia, como lo ha hecho hasta ahora, y analizando, en particular, la situación en Chechenia, en Iraq o en Palestina, por airadas que sean las reacciones que nuestra deliberación produzca.
Señoras y Señores diputados, las noticias de este verano han reflejado también otra fuente de preocupación e inseguridad en Europa. Me refiero al fenómeno, cada vez más frecuente, del desplazamiento de la actividad de las empresas dentro de un espacio económico integrado, buscando mejores condiciones laborales y fiscales, lo que llamamos deslocalización.
Habrán podido observar ustedes cómo este fenómeno genera reacciones defensivas en algunos países que pueden condicionar las políticas de solidaridad de la Unión. Ciertamente plantea de forma conflictiva la relación entre competitividad económica y cohesión social, objetivos que, para nosotros, deben ser complementarios y que se proclaman en la construcción europea y, en particular, en la estrategia de Lisboa.
Todo es más complicado de lo que parece. La simple comparación nominal de los costes del trabajo no es quizás la única explicación a este fenómeno. Este debate interesa, sin duda, a los europeos, que esperan una "Europa como solución" y no una "Europa como problema". Por lo tanto, deberá estar muy presente en los trabajos de este Parlamento, a través de los múltiples temas que desbordan nuestra agenda y a los que luego me referiré.
Pero antes, permítanme recordarles que nuestra primera obligación es contribuir al óptimo funcionamiento del Parlamento ampliado, que próximamente contará también con Rumanía y Bulgaria. Recordemos que somos una institución que consume recursos públicos y se enfrenta a nuevos problemas de dimensión y eficacia. Presidiré personalmente un grupo de trabajo encargado de asegurar que nuestra dimensión no disminuya nuestra eficacia.
En primer lugar, les reitero mi agradecimiento por la confianza que en mí
A este respecto, dos cuestiones se presentan como especialmente importantes: el Estatuto de los Diputados y el régimen lingüístico. Ya les anuncié que el Estatuto sería una cuestión prioritaria y, por ello, ya me entrevisté, el pasado 8 de septiembre, con el Presidente en ejercicio del Consejo, Sr. Balkenende, que me aseguró que establecería los oportunos contactos con los representantes de los gobiernos que no pudieron dar su acuerdo a nuestra propuesta de Estatuto, para conocer cuáles podrían ser sus planteamientos alternativos. Les recuerdo que el Parlamento no ha sido nunca informado de las razones por las cuales algunos países no pudieron aceptar esa propuesta.
Creo que, mientras no dispongamos de información al respecto, no deberemos modificar el consenso alcanzado en el seno del Parlamento, sin perjuicio de que reiteremos nuestra permanente disposición al diálogo y un espíritu abierto frente a las sugerencias que recibamos del Consejo o de los Estados miembros que están en mejor situación para avanzar hacia un acuerdo.
En cuanto al régimen lingüístico, debo recordarles que su aplicación está regulada por una disposición de la Mesa del anterior Parlamento, a través de un Código de Conducta sobre el Multilingüismo. Ruego a todos, especialmente a las mesas de las comisiones y a los coordinadores, la máxima colaboración para su adecuada aplicación, habida cuenta de la escasez de recursos de interpretación y traducción que todavía sufrimos y que tardaremos algún tiempo en resolver. Ruego a todo el mundo que adapte permanentemente las necesidades lingüísticas de cada reunión de trabajo a los recursos disponibles.
En cuanto al deseo de algunos diputados, manifestado en el Pleno anterior, de utilizar la lengua que les es propia, pero que no es aún lengua oficial de la Unión, debo recordarles que nuestro régimen lingüístico depende de acuerdos del Consejo, que debe tomarlos por unanimidad, y, mientras no se produzcan, la Presidencia debe exigir el cumplimiento del Reglamento, independientemente de sus opiniones personales.
Por otra parte, quiero recordarles que, cuando se ratifique el Tratado Constitucional -si así ocurre por fin-, el Parlamento Europeo habrá alcanzado su madurez y dispondremos de un marco que definirá de forma estable nuestras funciones y responsabilidades.
Sin embargo, la Constitución no entrará en vigor, si finalmente es ratificada, hasta el 1 de noviembre de 2006. Hasta entonces, nuestra tarea más importante será el impulso y la participación en el debate sobre la ratificación del Tratado Constitucional.
Entre el 29 de octubre, fecha de la firma en Roma del Tratado Constitucional, y el 1 de noviembre de 2006, fecha fijada para su entrada en vigor, mi Presidencia estará marcada por el proceso de ratificación de la Constitución Europea en los 25 Estados miembros. Muchas de las ratificaciones -más o menos una al mes- se expresarán por referéndum. El primero tendrá lugar en mi propio país, España, en febrero de 2005.
Transcurrirán así dos años, que supondrán una gran ocasión para que los europeos se interesen por la Europa que quieren hacer, tal como está definida en ese texto, por lo que les aporta y por qué les importa.
Y nosotros tenemos que tener una actitud de servicio hacia los ciudadanos, innovando la comunicación y elaborando posiciones útiles para ellos. Antes de fin de año, aprobaremos un informe, redactado por los diputados Corbett y Méndez Vigo y debatido en la Comisión de Asuntos Constitucionales.
Este Parlamento debe ser la gran AGORA de Europa. Debemos dar ejemplo de un debate abierto, plural, y democrático. Sin descalificaciones ni maniqueísmos ni pretensiones de monopolizar el sentimiento o la razón europeísta. Nadie está en posesión de la verdadera y única idea de Europa. El debate será complejo por razones identitarias o ideológicas, o por las diferentes concepciones que unos y otros albergamos acerca de la Europa que queremos hacer.
depositaron al elegirme como Presidente de nuestro Parlamento. Ya les anuncié que dejaba para esta sesión plenaria la exposición de mi visión estratégica de la primera mitad de esta legislatura.
Por ello, tenemos que tratar en el seno de la Comisión de Asuntos Constitucionales, en grandes debates, los grandes temas del proyecto constitucional; y he pedido a su Presidente que me haga llegar propuestas concretas para animar así nuestro debate parlamentario.
Pero lo importante no es nuestro debate, sino la forma en que lo perciban los ciudadanos. Lo importante es ilustrarles sobre qué es, qué dice y qué no dice la Constitución. Lo importante es que se pronuncien sobre el texto del tratado Constitucional y no en función del contexto político de cada uno de sus países.
Una vez que el Parlamento haya fijado su opinión deberemos esforzarnos en que se conozca y se tome en cuenta en el proceso de ratificación que ¡ojalá se hubiese podido plantear de forma más paneuropea, más cercana, en todos los países!
Nuestro principal reto es EUROPEIZAR el debate y evitar que las cuestiones de política interna influyan, como sucedió tanto en las pasadas elecciones europeas.
Nos coordinaremos con los Parlamentos nacionales, con los que hemos trabajado estrechamente durante la Convención y yo mismo presidiré un grupo de trabajo dedicado a divulgar la Constitución como proyecto político sometido al más importante debate que los europeos hayan acometido desde que iniciaron su común andar sobre las ruinas de la guerra. A ello les invito.
Pero antes tenemos trabajos más inmediatos. El primero de ellos es la investidura de la Comisión. Hemos leído en alguna prensa que nuestra tarea es una mera formalidad. Para algunos, el resultado está ya descontado y se trata de un proceso meramente formal, sin valor añadido político. Ustedes saben que no es así. Tendremos que demostrarlo.
Cualquiera que sea la apreciación que la Comisión Barroso nos merezca a cada uno de nosotros, la investidura debe ser una gran ocasión para que se conozcan las grandes orientaciones del trabajo que quieren hacer, para conocer las capacidades personales y políticas de los hombres y mujeres que la componen; para conocer lo que los grupos políticos de este Parlamento reclaman de ese órgano que es el motor del gobierno comunitario.
Al inicio de mi intervención les he planteado los dos grandes temas que son hoy fuente de inseguridad en Europa: el terror y las circunstancias sociales que rodean el empleo. ¿Qué dirá, qué propondrá la Comisión sobre estos grandes aspectos? ¿Qué dirá sobre la reforma del Pacto de Estabilidad? Ya sabemos qué ha empezado a decir la Comisión Prodi, y que el Comisario responsable seguirá siendo el mismo.
Tendremos también la ocasión para seguir debatiendo las propuestas de reforma de un Pacto que tiene mucho que ver con la estrategia de Lisboa y que el Sr. Barroso ha situado en el centro de su acción.
Evidentemente, no se trata de presentar un programa político, ni de exponerles mis propias ideas sobre la construcción europea. Mi objetivo como Presidente sólo es describir y orientar las prioridades de nuestra agenda.
¿Cómo quiere la Comisión hacer de Europa una potencia de referencia en el terreno del medio ambiente, del desarrollo sostenible y de la ayuda al desarrollo? ¿Qué dirá sobre la concentración de los medios de comunicación en Europa? ¿Cómo pretende hacer frente a este problema?
¿Cómo ve la relación de Europa con los otros continentes? ¿Y con el mundo islámico? ¿Cómo quiere impulsar las relaciones euro-mediterráneas? ¿Cómo pretende revitalizar el renqueante proceso de Barcelona?
¿Cuál será su relación con este Parlamento? ¿Cómo ve, en esta fase transitoria, sus relaciones con el Alto Representante del Consejo para la Política exterior?
Hablaremos de estos temas y procuraremos que las audiencias se organicen de una forma menos rígida, más viva y espontánea que en el pasado.
Cuando la nueva Comisión esté investida, este Presidente le pedirá que refuerce su presencia en el Parlamento Europeo. Pediré al Presidente de la Comisión que se entreviste regularmente con los Presidentes de los grupos políticos. Formularé la misma petición al Consejo, y en particular, al Alto Representante para la Política exterior, Javier Solana.
Además de nuestras tareas legislativas ordinarias - y hay una de ellas muy importante, la relativa a la Directiva Reach sobre los productos químicos -, de aquí a fin de año tendremos que examinar otras tres grandes cuestiones.
Me referiré, en primer lugar, por su importancia estratégica, a la cuestión de Turquía.Tal como deseábamos, la Conferencia de Presidentes recibirá el 23 de septiembre al Primer Ministro turco, Sr. Erdogan. Como ven, el Sr. Erdogan acudirá a este Parlamento antes de que la Comisión presente su informe, tal como era nuestro deseo.
Formalmente, este Parlamento no tiene ningún papel en la decisión sobre si las negociaciones de adhesión deben abrirse o no en Diciembre. No tenemos ninguna necesidad por tanto de emitir opinión al respecto. Pero sería inconcebible que estuviésemos callados sobre un tema que, al final del camino, por largo que este sea, no podrá decidirse sin nuestro acuerdo. Y lo importante de los caminos no es cuán largos sean, sino adónde llevan.
Considero que este Parlamento debe elaborar un informe sobre la adhesión de Turquía antes del Consejo Europeo de diciembre para poder trasladarle nuestro punto de vista.
Al hacerlo quiero compartir con ustedes el orgullo de pertenecer a la mayor institución parlamentaria multinacional, símbolo de paz y de democracia, respetuosa de la diversidad, foro de debates y de decisiones que afectan a la vida cotidiana de todos los europeos, aunque muchos no sean suficientemente conscientes de ello, y al futuro del mundo en el que vamos a vivir.
Señoras y Señores Diputados, cuestiones como la adhesión de Turquía dan toda la razón de ser a nuestro Parlamento. Es una ocasión para ser protagonistas y no espectadores. Puede ser ese tipo de grandes decisiones donde las dos fuentes de legitimidad no coincidan, donde la opinión de los gobiernos sea una y las de los pueblos, los ciudadanos, sea otra. Es una gran ocasión para debatir sobre la clase de Europa que queremos hacer, y las consecuencias que tendría hacerla de una o de otra manera.
Por eso esperamos que la Comisión emita un informe objetivo de manera que esta Cámara, como el Consejo, adopte su juicio político teniendo muy claras las consecuencias de una u otra decisión - como el sí o el no a la Constitución - las implicaciones que tendría para la Unión la adhesión de Turquía, y las consecuencias que supondría su rechazo para nuestras relaciones con el mundo islámico.
El Parlamento tiene que encarar este debate lejos de reflexiones inopinadas o de ideas preconcebidas, situándolo en una perspectiva estratégica y un horizonte a medio plazo.
Porque hemos de ser conscientes, y estoy seguro de que lo somos, de que el reto más importante que tiene planteada la Europa del futuro es la relación con el mundo islámico y esa relación pasa por Irak, Afganistán y Palestina.
Pero también se basa en una nueva política de vecindad, en el partenariado euro-mediterráneo, y en la integración de la emigración en nuestras ciudades. Hay en Europa 10 millones de musulmanes y en el mundo, 1.000 millones. Cualquiera que sea nuestra decisión, es nuestra responsabilidad demostrar al mundo musulmán que no trazamos nuestras fronteras según el choque de civilizaciones que algunos están empeñados en provocar.
Como contribución a nuestro debate, Señorías, les señalo que he recibido un informe que ha elaborado para la Comisión un comité de expertos, entre los que figuran tres miembros distinguidos de nuestra Institución, que han tenido la amabilidad de presentarlo al Parlamento europeo y cuya lectura me permito aconsejar.
También, antes de fin de año, tendremos que pronunciarnos sobre las perspectivas
financieras cuyo proyecto inicial ha sido ya elaborado por la Comisión y nos será presentado en breve.
Es obvio que los recursos financieros de la Unión deben estar a la altura de nuestras ambiciones y dar respuesta a las expectativas que la ampliación ha generado en muchos ciudadanos y tener en cuenta las inquietudes que ha despertado en otros. El futuro paquete financiero 2007/2013 no solo contiene propuestas presupuestarias. No es solo un presupuesto. Es el marco de referencia de toda una serie de propuestas legislativas sobre la financiación de la Política agrícola, los fondos estructurales, los programas de juventud, las redes transeuropeas ... Prácticamente toda nuestra tarea legislativa quedará condicionada por la forma en que se apruebe este marco de referencia.
Tendremos un papel capital, imprescindible, en la adopción de un paquete legislativo, que estará formado por más de 50 propuestas, que tendrá que ser aprobado en codecisión o en dictamen conforme. Ocasión excelente para demostrar que esto no es una caja de grillos que cantan a al luna, sino un colectivo de personas que toman decisiones sobre temas muy concretos y muy transcendentales.
Este sentimiento de orgullo por todos compartido va parejo a un sentimiento de responsabilidad. Responsabilidad en el ejercicio de nuestros poderes, en nuestra toma de posición en materias internacionales, responsabilidad en el buen funcionamiento de este Parlamento ampliado.
Será, en definitiva, una ocasión única para este Parlamento de hacer valer sus prioridades políticas y así tendrán que entenderlo los europeos si conseguimos traducir nuestra jerga en un lenguaje que forme parte de su cotidianeidad.
Para contribuir a ello, he propuesto a la Conferencia de Presidentes, y así lo decidirá hoy el Pleno, la creación de una comisión temporal ad hoc para iniciar este debate integrando todos los puntos de vista desde los que debe analizarse. En el vértice presupuestario confluyen todos los radios de la rueda europea y debemos analizarlo de una forma compleja y completa, y para ello, creo que una comisión ad hoc, presidida quizá por el propio Presidente del Parlamento, sería un mensaje claro de la importancia que damos a esta tarea.
Y no debemos olvidar que las perspectivas financieras forman parte de un engranaje con otros elementos de nuestras políticas de los que oyen hablar continuamente los europeos y que dudo de que lleguen a comprender toda su trascendencia. Me refiero al Pacto de Estabilidad - ¿estabilidad de qué?, ¿de precios?, pero, ¿por qué solo de precios?- y a la estrategia de Lisboa.
En 2005 habrán pasado cinco años desde que la Unión decidió fijarse el objetivo de "convertirse en la economía basada en el conocimiento más competitiva y dinámica del mundo, capaz de crecer económicamente de manera sostenible con más y mejores empleos y con mayor cohesión social". ¿No les parece que es una frase que empieza ya a sonar ritual? ¿Que toda la transcendencia política que encierra no ha ido seguida de un debate democrático que le diese el alma que necesita para crecer?
Reconozcamos que los objetivos de Lisboa no se están cumpliendo, y parece que tampoco se cumplirán de aquí a 2010. Y este Parlamento debe alzar su voz de preocupación ante un objetivo transcendental para la vida de la Unión que seguimos proclamando ritualmente y quizá no analizando suficientemente en qué vía estamos de conseguirlo. Invitaremos al Sr. Kok a que presente el informe que tiene encargado elaborar sobre los fallos del proceso y sus perspectivas futuras. Creo que, en torno a este informe, el Parlamento debe animar su debate.
Hay que reconocer que en Lisboa se plantearon objetivos muy ambiciosos, formulados en una época de bonanza económica (año 2000), poco antes de que empezara la crisis y el terrorismo la acelerara, y que fueron objeto de un proceso intergubernamental que deja a la buena voluntad de los Estados miembros su aplicación a través de un método de coordinación, que debiera reforzarse.
En este período, sabemos que la inversión en tecnología es baja en comparación con Estados Unidos, que sigue drenando nuestros mejores cerebros, y probablemente de eso tenemos que debatir intensamente. Nuestra formación de capital humano no es la que en Lisboa se decidió que fuera.
Ese proceso de Lisboa coincide con el redoblado protagonismo de las políticas medioambientales. Kioto someterá a la sociedad europea a un estrés parecido al que los criterios de Maastricht le obligaron a asumir, cambiando sus formas de producción y consumo, y ello de una forma que quizá todavía no son suficientemente conscientes nuestros ciudadanos. Estamos a favor de esto, pero tendremos que ver lo que supone y cumplir con la obligación que de ello se deriva.
Y en relación a las propuestas de reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, aunque nuestras competencias al respecto son limitadas, creo que este Parlamento debe hacer un esfuerzo de imaginación política para ponerlo al servicio de la estrategia de Lisboa y, de forma más general, introducir más debate democrático en las grandes orientaciones de la política económica en Europa.
Es aquí donde hay que hacerlo, asociando a los Parlamentos nacionales para que se sientan concernidos por las decisiones europeas que enmarcan la deliberación presupuestaria en cada país.
Un Parlamento a través del que fluye una de las dos fuentes de legitimidad en las que se basa nuestra Unión, la que fluye y representa a los ciudadanos europeos, que no tiene por qué coincidir siempre con la otra, la que emana de los Estados miembros.
En este sentido, saludo la llegada del Señor "EURO", del Sr. Junker, por que es cierto que teníamos un problema en Europa: una demanda de mayor coordinación de las políticas económicas.
Tendremos, obviamente, que analizar el papel que nuestra Unión juega en el mundo y, en particular, dedicar atención a las relaciones trasatlánticas. Creo que ha llegado el momento de demostrar la madurez y la responsabilidad de la diplomacia parlamentaria que ejerce nuestra Cámara, buscando más concertación con la Comisión y el Consejo en nuestro trabajo internacional.
Señoras y señores diputados. La UE es un referente para las demás regiones del mundo. El “sueño europeo” (¿debemos hablar de un
?), de sus padres fundadores, el sueño de reconciliar y unir el continente, es ya una realidad. Y al hacerse realidad, ha perdido su poder de encantación democrática, ha perdido su capacidad de movilizar voluntades y de crear consensos activos.
¿Es posible imaginar otro “sueño europeo” para una Europa más pluriforme? ¿Es posible imaginar otro “sueño europeo” para una Europa que no será la que imaginaron los padres fundadores ni los seis países que la iniciaron? ¿Es posible alumbrar un ideal de civilización, basado en la inclusión, con el que enfrentarse a la intolerancia, al rechazo hacia los inmigrantes, al enfrentamiento étnico y a la intolerancia religiosa?
Creo que a todo ello debe contribuir este Parlamento, porque la mayoría de los ciudadanos que representamos aquí saben, o por lo menos intuyen, que ninguno de sus países podrá enfrentarse solo a la mundialización, a los desequilibrios medioambientales, a la emergencia de Estados-continente, a las amenazas terroristas o a la pobreza y a la inmigración que produce.
Señoras y señores diputados, en Europa ha sonado la hora de los ciudadanos. Quisiera, con todos ustedes, movilizar a sus pueblos y dinamizar a sus sociedades para hacer realidad ese nuevo sueño europeo.
Muchas gracias y buen trabajo
Un Parlamento en el que ya conviven 25 tradiciones parlamentarias diferentes y se expresa en 20 lenguas oficiales y de trabajo, con la complejidad y el coste que ello conlleva. Son muchas lenguas y, sin embargo, aún no representan toda la diversidad lingüística de Europa. A mí en particular se me recuerda este hecho con frecuencia.
En el ejercicio de esta responsabilidad, he pasado los últimos días del verano emitiendo, en nombre de todos ustedes, continuos comunicados de tajante condena de los atentados y acciones terroristas que han golpeado, de la forma más salvaje y cruel, en distintas partes del mundo."@es20
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"Señoras y Señores Diputados, quisiera ahora utilizar mi privilegio como Presidente para dirigirme a ustedes.
El Parlamento Europeo se ha asociado así al sentimiento de tristeza y a la expresión de solidaridad de los demócratas con las familias enlutadas de forma tan injusta y brutal por esa lacra de la que desgraciadamente ningún país está exento.
Para insistir en ello, para expresar de la forma más solemne y colectiva posible este sentimiento, me he dirigido a los 25 Jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros de nuestra Unión, sugiriéndoles que hoy, junto con nosotros, representantes de los ciudadanos europeos, las escuelas de la UE se recogieran en un minuto de silencio en memoria de los niños de los niños víctimas de la masacre de la escuela de Beslán y, en general, de todos los niños objeto de la violencia terrorista en el mundo. Puedo anticiparles ya que varios países han anunciado que se unirán a esta iniciativa, expresión del sentimiento de los europeos frente a estos acontecimientos terribles.
Señoras y señores diputados, nuestro Parlamento condena y rechaza todas las acciones terroristas, porque el terror, de cualquier signo y en cualquier país, contradice los valores en que se basa la Unión Europea, cuyos ciudadanos esperan que la unidad de Europa sea una forma de luchar más eficazmente contra una amenaza que constituye hoy una de sus principales fuentes de preocupación y de inseguridad.
Permítanme que les diga que no basta manifestar el horror que sentimos. Las condenas reiteradas hacen que las palabras de dolor acaben reflejando frustración e impotencia. No hay excusa ni razón para hechos tan abominables como los que hemos vivido este final de verano, los del 11 de septiembre en Nueva York o los del 11 de marzo en Madrid. Todos los terrorismos son condenables, pero el debate que tiene hoy lugar en el mundo, especialmente en nuestro mundo occidental y desarrollado, no se refiere a su condena sino a la forma de combatirlos. Ciertamente, el fanatismo suicida no se va a detener con argumentos razonables expuestos por personas cultas e inteligentes. Pero tampoco podemos pretender erradicar todas sus causas con el simple e indiscriminado uso de la fuerza, vengando en otros niños el daño hecho a los nuestros y creando una escalada insoportable de violencia.
No ganaremos la batalla contra el terrorismo concibiéndola como una guerra convencional. Este Parlamento debe desarrollar el espacio de seguridad y justicia, impulsar activamente una estrategia antiterrorista basada en la cooperación internacional en materia policial, judicial y de inteligencia, así como en la lucha contra las causas subyacentes que alimentan el fanatismo asesino y suicida.
Analizar no es justificar. Los debates y resoluciones de este Parlamento nunca se podrán confundir con una justificación de la violencia terrorista. La lucha contra el terrorismo nos obliga a una reflexión sobre sus causas para mejor combatirlo y este Parlamento deberá seguir debatiendo con libertad de conciencia, como lo ha hecho hasta ahora, y analizando, en particular, la situación en Chechenia, en Iraq o en Palestina, por airadas que sean las reacciones que nuestra deliberación produzca.
Señoras y Señores diputados, las noticias de este verano han reflejado también otra fuente de preocupación e inseguridad en Europa. Me refiero al fenómeno, cada vez más frecuente, del desplazamiento de la actividad de las empresas dentro de un espacio económico integrado, buscando mejores condiciones laborales y fiscales, lo que llamamos deslocalización.
Habrán podido observar ustedes cómo este fenómeno genera reacciones defensivas en algunos países que pueden condicionar las políticas de solidaridad de la Unión. Ciertamente plantea de forma conflictiva la relación entre competitividad económica y cohesión social, objetivos que, para nosotros, deben ser complementarios y que se proclaman en la construcción europea y, en particular, en la estrategia de Lisboa.
Todo es más complicado de lo que parece. La simple comparación nominal de los costes del trabajo no es quizás la única explicación a este fenómeno. Este debate interesa, sin duda, a los europeos, que esperan una "Europa como solución" y no una "Europa como problema". Por lo tanto, deberá estar muy presente en los trabajos de este Parlamento, a través de los múltiples temas que desbordan nuestra agenda y a los que luego me referiré.
Pero antes, permítanme recordarles que nuestra primera obligación es contribuir al óptimo funcionamiento del Parlamento ampliado, que próximamente contará también con Rumanía y Bulgaria. Recordemos que somos una institución que consume recursos públicos y se enfrenta a nuevos problemas de dimensión y eficacia. Presidiré personalmente un grupo de trabajo encargado de asegurar que nuestra dimensión no disminuya nuestra eficacia.
En primer lugar, les reitero mi agradecimiento por la confianza que en mí
A este respecto, dos cuestiones se presentan como especialmente importantes: el Estatuto de los Diputados y el régimen lingüístico. Ya les anuncié que el Estatuto sería una cuestión prioritaria y, por ello, ya me entrevisté, el pasado 8 de septiembre, con el Presidente en ejercicio del Consejo, Sr. Balkenende, que me aseguró que establecería los oportunos contactos con los representantes de los gobiernos que no pudieron dar su acuerdo a nuestra propuesta de Estatuto, para conocer cuáles podrían ser sus planteamientos alternativos. Les recuerdo que el Parlamento no ha sido nunca informado de las razones por las cuales algunos países no pudieron aceptar esa propuesta.
Creo que, mientras no dispongamos de información al respecto, no deberemos modificar el consenso alcanzado en el seno del Parlamento, sin perjuicio de que reiteremos nuestra permanente disposición al diálogo y un espíritu abierto frente a las sugerencias que recibamos del Consejo o de los Estados miembros que están en mejor situación para avanzar hacia un acuerdo.
En cuanto al régimen lingüístico, debo recordarles que su aplicación está regulada por una disposición de la Mesa del anterior Parlamento, a través de un Código de Conducta sobre el Multilingüismo. Ruego a todos, especialmente a las mesas de las comisiones y a los coordinadores, la máxima colaboración para su adecuada aplicación, habida cuenta de la escasez de recursos de interpretación y traducción que todavía sufrimos y que tardaremos algún tiempo en resolver. Ruego a todo el mundo que adapte permanentemente las necesidades lingüísticas de cada reunión de trabajo a los recursos disponibles.
En cuanto al deseo de algunos diputados, manifestado en el Pleno anterior, de utilizar la lengua que les es propia, pero que no es aún lengua oficial de la Unión, debo recordarles que nuestro régimen lingüístico depende de acuerdos del Consejo, que debe tomarlos por unanimidad, y, mientras no se produzcan, la Presidencia debe exigir el cumplimiento del Reglamento, independientemente de sus opiniones personales.
Por otra parte, quiero recordarles que, cuando se ratifique el Tratado Constitucional -si así ocurre por fin-, el Parlamento Europeo habrá alcanzado su madurez y dispondremos de un marco que definirá de forma estable nuestras funciones y responsabilidades.
Sin embargo, la Constitución no entrará en vigor, si finalmente es ratificada, hasta el 1 de noviembre de 2006. Hasta entonces, nuestra tarea más importante será el impulso y la participación en el debate sobre la ratificación del Tratado Constitucional.
Entre el 29 de octubre, fecha de la firma en Roma del Tratado Constitucional, y el 1 de noviembre de 2006, fecha fijada para su entrada en vigor, mi Presidencia estará marcada por el proceso de ratificación de la Constitución Europea en los 25 Estados miembros. Muchas de las ratificaciones -más o menos una al mes- se expresarán por referéndum. El primero tendrá lugar en mi propio país, España, en febrero de 2005.
Transcurrirán así dos años, que supondrán una gran ocasión para que los europeos se interesen por la Europa que quieren hacer, tal como está definida en ese texto, por lo que les aporta y por qué les importa.
Y nosotros tenemos que tener una actitud de servicio hacia los ciudadanos, innovando la comunicación y elaborando posiciones útiles para ellos. Antes de fin de año, aprobaremos un informe, redactado por los diputados Corbett y Méndez Vigo y debatido en la Comisión de Asuntos Constitucionales.
Este Parlamento debe ser la gran AGORA de Europa. Debemos dar ejemplo de un debate abierto, plural, y democrático. Sin descalificaciones ni maniqueísmos ni pretensiones de monopolizar el sentimiento o la razón europeísta. Nadie está en posesión de la verdadera y única idea de Europa. El debate será complejo por razones identitarias o ideológicas, o por las diferentes concepciones que unos y otros albergamos acerca de la Europa que queremos hacer.
depositaron al elegirme como Presidente de nuestro Parlamento. Ya les anuncié que dejaba para esta sesión plenaria la exposición de mi visión estratégica de la primera mitad de esta legislatura.
Por ello, tenemos que tratar en el seno de la Comisión de Asuntos Constitucionales, en grandes debates, los grandes temas del proyecto constitucional; y he pedido a su Presidente que me haga llegar propuestas concretas para animar así nuestro debate parlamentario.
Pero lo importante no es nuestro debate, sino la forma en que lo perciban los ciudadanos. Lo importante es ilustrarles sobre qué es, qué dice y qué no dice la Constitución. Lo importante es que se pronuncien sobre el texto del tratado Constitucional y no en función del contexto político de cada uno de sus países.
Una vez que el Parlamento haya fijado su opinión deberemos esforzarnos en que se conozca y se tome en cuenta en el proceso de ratificación que ¡ojalá se hubiese podido plantear de forma más paneuropea, más cercana, en todos los países!
Nuestro principal reto es EUROPEIZAR el debate y evitar que las cuestiones de política interna influyan, como sucedió tanto en las pasadas elecciones europeas.
Nos coordinaremos con los Parlamentos nacionales, con los que hemos trabajado estrechamente durante la Convención y yo mismo presidiré un grupo de trabajo dedicado a divulgar la Constitución como proyecto político sometido al más importante debate que los europeos hayan acometido desde que iniciaron su común andar sobre las ruinas de la guerra. A ello les invito.
Pero antes tenemos trabajos más inmediatos. El primero de ellos es la investidura de la Comisión. Hemos leído en alguna prensa que nuestra tarea es una mera formalidad. Para algunos, el resultado está ya descontado y se trata de un proceso meramente formal, sin valor añadido político. Ustedes saben que no es así. Tendremos que demostrarlo.
Cualquiera que sea la apreciación que la Comisión Barroso nos merezca a cada uno de nosotros, la investidura debe ser una gran ocasión para que se conozcan las grandes orientaciones del trabajo que quieren hacer, para conocer las capacidades personales y políticas de los hombres y mujeres que la componen; para conocer lo que los grupos políticos de este Parlamento reclaman de ese órgano que es el motor del gobierno comunitario.
Al inicio de mi intervención les he planteado los dos grandes temas que son hoy fuente de inseguridad en Europa: el terror y las circunstancias sociales que rodean el empleo. ¿Qué dirá, qué propondrá la Comisión sobre estos grandes aspectos? ¿Qué dirá sobre la reforma del Pacto de Estabilidad? Ya sabemos qué ha empezado a decir la Comisión Prodi, y que el Comisario responsable seguirá siendo el mismo.
Tendremos también la ocasión para seguir debatiendo las propuestas de reforma de un Pacto que tiene mucho que ver con la estrategia de Lisboa y que el Sr. Barroso ha situado en el centro de su acción.
¿Cómo quiere la Comisión hacer de Europa una potencia de referencia en el terreno del medio ambiente, del desarrollo sostenible y de la ayuda al desarrollo? ¿Qué dirá sobre la concentración de los medios de comunicación en Europa? ¿Cómo pretende hacer frente a este problema?
Evidentemente, no se trata de presentar un programa político, ni de exponerles mis propias ideas sobre la construcción europea. Mi objetivo como Presidente sólo es describir y orientar las prioridades de nuestra agenda.
¿Cómo ve la relación de Europa con los otros continentes? ¿Y con el mundo islámico? ¿Cómo quiere impulsar las relaciones euro-mediterráneas? ¿Cómo pretende revitalizar el renqueante proceso de Barcelona?
¿Cuál será su relación con este Parlamento? ¿Cómo ve, en esta fase transitoria, sus relaciones con el Alto Representante del Consejo para la Política exterior?
Hablaremos de estos temas y procuraremos que las audiencias se organicen de una forma menos rígida, más viva y espontánea que en el pasado.
Cuando la nueva Comisión esté investida, este Presidente le pedirá que refuerce su presencia en el Parlamento Europeo. Pediré al Presidente de la Comisión que se entreviste regularmente con los Presidentes de los grupos políticos. Formularé la misma petición al Consejo, y en particular, al Alto Representante para la Política exterior, Javier Solana.
Además de nuestras tareas legislativas ordinarias y hay una de ellas muy importante, la relativa a la Directiva Reach sobre los productos químicos , de aquí a fin de año tendremos que examinar otras tres grandes cuestiones.
Me referiré, en primer lugar, por su importancia estratégica, a la cuestión de Turquía.Tal como deseábamos, la Conferencia de Presidentes recibirá el 23 de septiembre al Primer Ministro turco, Sr. Erdogan. Como ven, el Sr. Erdogan acudirá a este Parlamento antes de que la Comisión presente su informe, tal como era nuestro deseo.
Formalmente, este Parlamento no tiene ningún papel en la decisión sobre si las negociaciones de adhesión deben abrirse o no en Diciembre. No tenemos ninguna necesidad por tanto de emitir opinión al respecto. Pero sería inconcebible que estuviésemos callados sobre un tema que, al final del camino, por largo que éste sea, no podrá decidirse sin nuestro acuerdo. Y lo importante de los caminos no es cuán largos sean, sino adónde llevan.
Considero que este Parlamento debe elaborar un informe sobre la adhesión de Turquía antes del Consejo Europeo de diciembre para poder trasladarle nuestro punto de vista.
Señoras y Señores Diputados, cuestiones como la adhesión de Turquía dan toda la razón de ser a nuestro Parlamento. Es una ocasión para ser protagonistas y no espectadores. Puede ser ese tipo de grandes decisiones donde las dos fuentes de legitimidad no coincidan, donde la opinión de los gobiernos sea una y las de los pueblos, los ciudadanos, sea otra. Es una gran ocasión para debatir sobre la clase de Europa que queremos hacer, y las consecuencias que tendría hacerla de una o de otra manera.
Por eso esperamos que la Comisión emita un informe objetivo de manera que esta Cámara, como el Consejo, adopte su juicio político teniendo muy claras las consecuencias de una u otra decisión - como el sí o el no a la Constitución - las implicaciones que tendría para la Unión la adhesión de Turquía, y las consecuencias que supondría su rechazo para nuestras relaciones con el mundo islámico.
Al hacerlo quiero compartir con ustedes el orgullo de pertenecer a la mayor institución parlamentaria multinacional, símbolo de paz y de democracia, respetuosa de la diversidad, foro de debates y de decisiones que afectan a la vida cotidiana de todos los europeos, aunque muchos no sean suficientemente conscientes de ello, y al futuro del mundo en el que vamos a vivir.
El Parlamento tiene que encarar este debate lejos de reflexiones inopinadas o de ideas preconcebidas, situándolo en una perspectiva estratégica y un horizonte a medio plazo.
Porque hemos de ser conscientes, y estoy seguro de que lo somos, de que el reto más importante que tiene planteada la Europa del futuro es la relación con el mundo islámico y esa relación pasa por Irak, Afganistán y Palestina.
Pero también se basa en una nueva política de vecindad, en el partenariado euro-mediterráneo, y en la integración de la emigración en nuestras ciudades. Hay en Europa 10 millones de musulmanes y en el mundo, 1.000 millones. Cualquiera que sea nuestra decisión, es nuestra responsabilidad demostrar al mundo musulmán que no trazamos nuestras fronteras según el choque de civilizaciones que algunos están empeñados en provocar.
Como contribución a nuestro debate, Señorías, les señalo que he recibido un informe que ha elaborado para la Comisión un comité de expertos, entre los que figuran tres miembros distinguidos de nuestra Institución, que han tenido la amabilidad de presentarlo al Parlamento europeo y cuya lectura me permito aconsejar.
También, antes de fin de año, tendremos que pronunciarnos sobre las perspectivas
financieras cuyo proyecto inicial ha sido ya elaborado por la Comisión y nos será presentado en breve.
Es obvio que los recursos financieros de la Unión deben estar a la altura de nuestras ambiciones y dar respuesta a las expectativas que la ampliación ha generado en muchos ciudadanos y tener en cuenta las inquietudes que ha despertado en otros. El futuro paquete financiero 2007/2013 no sólo contiene propuestas presupuestarias. No es sólo un presupuesto. Es el marco de referencia de toda una serie de propuestas legislativas sobre la financiación de la Política agrícola, los fondos estructurales, los programas de juventud, las redes transeuropeas ... Prácticamente toda nuestra tarea legislativa quedará condicionada por la forma en que se apruebe este marco de referencia.
Tendremos un papel capital, imprescindible, en la adopción de un paquete legislativo, que estará formado por más de 50 propuestas, que tendrá que ser aprobado en codecisión o en dictamen conforme. Ocasión excelente para demostrar que esto no es una caja de grillos que cantan a al luna, sino un colectivo de personas que toman decisiones sobre temas muy concretos y muy transcendentales.
Será, en definitiva, una ocasión única para este Parlamento de hacer valer sus prioridades políticas y así tendrán que entenderlo los europeos si conseguimos traducir nuestra jerga en un lenguaje que forme parte de su cotidianeidad.
Para contribuir a ello, he propuesto a la Conferencia de Presidentes, y así lo decidirá hoy el Pleno, la creación de una comisión temporal ad hoc para iniciar este debate integrando todos los puntos de vista desde los que debe analizarse. En el vértice presupuestario confluyen todos los radios de la rueda europea y debemos analizarlo de una forma compleja y completa, y para ello, creo que una comisión ad hoc, presidida quizá por el propio Presidente del Parlamento, sería un mensaje claro de la importancia que damos a esta tarea.
Y no debemos olvidar que las perspectivas financieras forman parte de un engranaje con otros elementos de nuestras políticas de los que oyen hablar continuamente los europeos y que dudo de que lleguen a comprender toda su trascendencia. Me refiero al Pacto de Estabilidad - ¿estabilidad de qué?, ¿de precios?, pero, ¿por qué sólo de precios?- y a la estrategia de Lisboa.
Este sentimiento de orgullo por todos compartido va parejo a un sentimiento de responsabilidad. Responsabilidad en el ejercicio de nuestros poderes, en nuestra toma de posición en materias internacionales, responsabilidad en el buen funcionamiento de este Parlamento ampliado.
En 2005 habrán pasado cinco años desde que la Unión decidió fijarse el objetivo de "convertirse en la economía basada en el conocimiento más competitiva y dinámica del mundo, capaz de crecer económicamente de manera sostenible con más y mejores empleos y con mayor cohesión social". ¿No les parece que es una frase que empieza ya a sonar ritual? ¿Que toda la transcendencia política que encierra no ha ido seguida de un debate democrático que le diese el alma que necesita para crecer?
Reconozcamos que los objetivos de Lisboa no se están cumpliendo, y parece que tampoco se cumplirán de aquí a 2010. Y este Parlamento debe alzar su voz de preocupación ante un objetivo transcendental para la vida de la Unión que seguimos proclamando ritualmente y quizá no analizando suficientemente en qué vía estamos de conseguirlo. Invitaremos al Sr. Kok a que presente el informe que tiene encargado elaborar sobre los fallos del proceso y sus perspectivas futuras. Creo que, en torno a este informe, el Parlamento debe animar su debate.
Hay que reconocer que en Lisboa se plantearon objetivos muy ambiciosos, formulados en una época de bonanza económica (año 2000), poco antes de que empezara la crisis y el terrorismo la acelerara, y que fueron objeto de un proceso intergubernamental que deja a la buena voluntad de los Estados miembros su aplicación a través de un método de coordinación, que debiera reforzarse.
En este período, sabemos que la inversión en tecnología es baja en comparación con Estados Unidos, que sigue drenando nuestros mejores cerebros, y probablemente de eso tenemos que debatir intensamente. Nuestra formación de capital humano no es la que en Lisboa se decidió que fuera.
Ese proceso de Lisboa coincide con el redoblado protagonismo de las políticas medioambientales. Kioto someterá a la sociedad europea a un estrés parecido al que los criterios de Maastricht le obligaron a asumir, cambiando sus formas de producción y consumo, y ello de una forma que quizá todavía no son suficientemente conscientes nuestros ciudadanos. Estamos a favor de esto, pero tendremos que ver lo que supone y cumplir con la obligación que de ello se deriva.
Y en relación a las propuestas de reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, aunque nuestras competencias al respecto son limitadas, creo que este Parlamento debe hacer un esfuerzo de imaginación política para ponerlo al servicio de la estrategia de Lisboa y, de forma más general, introducir más debate democrático en las grandes orientaciones de la política económica en Europa.
Es aquí donde hay que hacerlo, asociando a los Parlamentos nacionales para que se sientan concernidos por las decisiones europeas que enmarcan la deliberación presupuestaria en cada país.
En este sentido, saludo la llegada del Señor "EURO", del Sr. Junker, por que es cierto que teníamos un problema en Europa: una demanda de mayor coordinación de las políticas económicas.
Tendremos, obviamente, que analizar el papel que nuestra Unión juega en el mundo y, en particular, dedicar atención a las relaciones trasatlánticas. Creo que ha llegado el momento de demostrar la madurez y la responsabilidad de la diplomacia parlamentaria que ejerce nuestra Cámara, buscando más concertación con la Comisión y el Consejo en nuestro trabajo internacional.
Señoras y señores diputados. La UE es un referente para las demás regiones del mundo. El “sueño europeo” (¿debemos hablar de un
?), de sus padres fundadores, el sueño de reconciliar y unir el continente, es ya una realidad. Y al hacerse realidad, ha perdido su poder de encantación democrática, ha perdido su capacidad de movilizar voluntades y de crear consensos activos.
Un Parlamento a través del que fluye una de las dos fuentes de legitimidad en las que se basa nuestra Unión, la que fluye y representa a los ciudadanos europeos, que no tiene por qué coincidir siempre con la otra, la que emana de los Estados miembros.
¿Es posible imaginar otro “sueño europeo” para una Europa más pluriforme? ¿Es posible imaginar otro “sueño europeo” para una Europa que no será la que imaginaron los padres fundadores ni los seis países que la iniciaron? ¿Es posible alumbrar un ideal de civilización, basado en la inclusión, con el que enfrentarse a la intolerancia, al rechazo hacia los inmigrantes, al enfrentamiento étnico y a la intolerancia religiosa?
Creo que a todo ello debe contribuir este Parlamento, porque la mayoría de los ciudadanos que representamos aquí saben, o por lo menos intuyen, que ninguno de sus países podrá enfrentarse solo a la mundialización, a los desequilibrios medioambientales, a la emergencia de Estados-continente, a las amenazas terroristas o a la pobreza y a la inmigración que produce.
Señoras y señores diputados, en Europa ha sonado la hora de los ciudadanos. Quisiera, con todos ustedes, movilizar a sus pueblos y dinamizar a sus sociedades para hacer realidad ese nuevo sueño europeo.
Muchas gracias y buen trabajo
Un Parlamento en el que ya conviven 25 tradiciones parlamentarias diferentes y se expresa en 20 lenguas oficiales y de trabajo, con la complejidad y el coste que ello conlleva. Son muchas lenguas y, sin embargo, aún no representan toda la diversidad lingüística de Europa. A mí en particular se me recuerda este hecho con frecuencia.
En el ejercicio de esta responsabilidad, he pasado los últimos días del verano emitiendo, en nombre de todos ustedes, continuos comunicados de tajante condena de los atentados y acciones terroristas que han golpeado, de la forma más salvaje y cruel, en distintas partes del mundo."@cs1
"Mine damer og herrer, jeg vil nu gerne have lov til at henvende mig til Dem som Parlamentets formand.
Jeg henvendte mig til Unionens 25 stats- og regeringschefer med det formål at udtrykke denne følelse så højtideligt og kollektivt som muligt. Jeg foreslog, at alle skoler i Unionen skulle gøre os, repræsentanterne for de europæiske borgere, følgeskab og iagttage et minuts stilhed i dag til minde om de skolebørn, der blev dræbt i Beslan-massakren, og mere generelt til minde om alle de børn, der har været ofre for terrorismen. Jeg er glad for at kunne sige, at flere lande allerede har indvilget i at deltage og dermed give de europæiske borgere mulighed for at udtrykke deres følelser omkring disse skrækkelige hændelser.
Parlamentet fordømmer og afviser alle terrorhandlinger, fordi terrorismen, uanset hvor den stammer fra, og hvilket land den rammer, altid er i modstrid med de værdier, EU er baseret på. Befolkningen håber, at et forenet Europa vil være bedre til at bekæmpe denne trussel, som er en af de primære grunde til bekymring og usikkerhed i området.
Jeg er nødt til at sige, at det ikke er nok at give udtryk for vores rædsel over det, der sker. Når gentagne fordømmelser følger hurtigt efter hinanden, kommer vores medfølende ord blot til at afspejle frustration og afmagt. Der findes ingen undskyldninger eller begrundelser for hændelser så grufulde som dem, vi var vidne til i slutningen af sommeren, eller dem, der fandt sted den 11. september i New York og den 11. marts i Madrid. Alle former for terrorisme skal fordømmes. De drøftelser, der for øjeblikket finder sted på verdensplan, og især i vores vestlige, udviklede verden, handler imidlertid om, hvordan vi skal bekæmpe alle former for terrorisme i stedet for at fordømme den. Selvmordsfanatismen vil selvsagt ikke blive bragt til ophør med fornuftige argumenter fra kultiverede og intelligente enkeltpersoner. På den anden side kan man heller ikke forvente at afskaffe alle grundene til den ved simpel, ukritisk brug af magt, hvorved man hævner sig på andre børn for den skade, vores egne har lidt, og udløser en utålelig voldsspiral.
Man kan ikke vinde krigen mod terrorisme, hvis den opfattes som en konventionel krig. Parlamentet skal udvikle området med frihed og sikkerhed. Det skal aktivt fremme en antiterrorstrategi baseret på internationalt samarbejde mellem politiet, retsvæsenet og efterretningstjenesterne. Der er også brug for internationalt samarbejde med henblik på at tackle de underliggende årsager, der giver næring til mordere og selvmordsfanatikere.
Ingen analyse kan berettige terrorismen. Parlamentets forhandlinger og beslutninger må aldrig fortolkes som en retfærdiggørelse af terrorvold. Kampen mod terrorisme kræver, at vi undersøger grundene til terrorismen for at bekæmpe den mere effektivt. Parlamentet skal fortsætte sine forhandlinger med fuld samvittighedsfrihed, sådan som det har gjort det til dato. Det skal navnlig tage situationen i Tjetjenien, Irak og Palæstina op til overvejelse, uanset de vrede reaktioner, dette måtte afføde.
Mine damer og herrer, vi har i sommer via nyhederne fået endnu en kilde til uro og usikkerhed i Europa. Her henviser jeg til den i stigende grad almindelige beslutning om at overføre virksomheders økonomiske aktiviteter inden for et integreret økonomisk område med henblik på at nyde godt af mere gunstige bestemmelser om skat og arbejdskraft. Dette er blevet kendt under betegnelsen udflytning.
De har uden tvivl bemærket, at dette fænomen medfører en forsvarsreaktion i visse medlemsstater, der kan få indflydelse på Unionens solidaritetspolitikker. Det gør i hvert fald interessekonflikten mellem økonomisk konkurrencedygtighed og social samhørighed meget klar. Disse to mål burde være komplementære for os. De er begge vitale for Europas opbygning og især for Lissabon-strategien.
Dette er alt sammen mere kompliceret end som så. En simpel talmæssig sammenligning af udgifterne til arbejdskraft er nok ikke den eneste forklaring på fænomenet. Debatten har uden tvivl vakt særlig interesse hos de europæere, der håber, at Europa vil kunne bevise, at det er en løsning, ikke et problem. Den skal derfor indtage en fremtrædende rolle i Parlamentets arbejde og mere generelt i forbindelse med de mange emner, der fylder vores dagsorden. Det skal jeg komme tilbage til senere.
Jeg skal først minde om, at Parlamentets primære opgave er at hjælpe med til at få det udvidede Parlament til at fungere optimalt. Snart vil også Rumænien og Bulgarien være repræsenteret her i salen. Det er vigtigt for Parlamentet at huske på, at det er en institution, som modtager offentlige midler, og som står over for udfordringer med hensyn til størrelse og effektivitet. Jeg skal selv lede en arbejdsgruppe med henblik på at sikre, at Parlamentets størrelse ikke påvirker dets effektivitet negativt.
I den forbindelse er der to særdeles vigtige emner, nemlig medlemsstatutten og sprogordningen. Jeg nævnte tidligere, at statutten bliver en prioritet. I overensstemmelse hermed mødtes jeg den 8. september med hr. Balkenende, formand for Rådet, som forsikrede mig om, at han i påkommende tilfælde vil tage kontakt til repræsentanterne for de regeringer, der ikke kunne godkende udkastet til statut, og høre deres alternative forslag. Jeg vil gerne minde om, at Parlamentet aldrig blev underrettet om grundene til, at visse lande ikke kunne godkende udkastet.
Jeg vil begynde med at sige, at jeg er dybt beæret over, at De har vist mig den tillid at vælge mig som formand for Parlamentet. Da De valgte mig, sagde jeg, at jeg ville vente med at skitsere mine strategiske visioner for den første halvdel af denne valgperiode til dette plenarmøde.
Jeg mener ikke, at Parlamentets konsensus skal sættes på spil, før vi har modtaget disse oplysninger. Jeg vil dog gerne gentage, at vi er helt klar til at gå ind i en dialog, og at vi er åbne over for alle forslag fra Rådet eller de medlemsstater, der har størst mulighed for at nå frem til en aftale.
Hvad angår sprogordningen, skal jeg minde Parlamentet om, at dens implementering sker i henhold til bestemmelser fastlagt af det tidligere Parlaments Præsidium gennem en adfærdskodeks om flersprogethed. Jeg skal bede samtlige medlemmer, især udvalgsformændene og koordinatorerne, om at bestræbe sig mest muligt på at sikre behørig anvendelse af denne adfærdskodeks i betragtning af manglen på tolknings- og oversættelsesressourcer, som det vil tage nogen tid at få rettet op på. Jeg opfordrer alle til at gøre en ihærdig indsats for at tilpasse sprogdækningen på arbejdsmøderne til de til rådighed stående ressourcer.
I det tidligere Parlament hævdede nogle medlemmer, at de havde ret til at udtrykke sig på deres modersmål, også selv om dette endnu ikke var et officielt unionssprog. I den henseende skal jeg erindre om, at sprogordningen reguleres af aftaler med Rådet. Det kræver en enstemmig beslutning i Rådet. Indtil de relevante beslutninger er truffet, må jeg insistere på, at forretningsordenens bestemmelser overholdes, uanset min personlige holdning til spørgsmålet.
Jeg vil også gerne understrege, at når og hvis forfatningstraktaten ratificeres, vil Europa-Parlamentet have nået skelsår og alder, og det vil så få en ramme, hvor dets opgaver og ansvar lægges fast én gang for alle.
Forfatningen vil imidlertid, hvis den en gang bliver ratificeret, først træde i kraft den 1. november 2006. I mellemtiden er en af Parlamentets vigtigste opgaver at fremme en omfattende debat om ratifikation af forfatningstraktaten.
Fra den 29. oktober, hvor forfatningstraktaten skal undertegnes i Rom, til den 1. november 2006, hvor den skal træde i kraft, vil mit arbejde som formand være præget af ratifikationen af den europæiske forfatning i de 25 medlemsstater. Der vil mere eller mindre være én ratifikation om måneden, og de fleste af dem ved folkeafstemning. Mit hjemland, Spanien, bliver det første land, der skal holde folkeafstemning, i februar 2005.
I disse to år vil europæerne få rig lejlighed til at lære mere om det Europa, de ønsker at skabe, som det står i teksten. Det vil give borgerne mulighed for at vurdere, hvad et sådant Europa kan gøre for dem, og hvorfor det er vigtigt for dem.
Parlamentets medlemmer opfordres til at stå til borgernes tjeneste. Vi skal finde kreative måder at kommunikere med dem på og indtage holdninger, der kan være til nytte for dem. Der vil blive vedtaget en betænkning, som udarbejdes af hr. Corbett og hr. Méndez de Vigo og behandles i Udvalget om Konstitutionelle Anliggender, inden årets udgang.
Parlamentet skal stræbe efter at blive en ægte europæisk forsamling. Det skal blive et eksempel på en åben, pluralistisk og demokratisk debat. Det må ikke være ringeagtende, hyklerisk eller kræve monopol over europæisk ånd og tankegang. Ingen kan hævde at være indehaver af den eneste virkelige europæiske idé. Debatten bliver uden tvivl kompleks som følge af de mange identiteter og ideologier og de forskellige parters forskellige opfattelser af det Europa, vi ønsker at opnå.
Derfor bør nøgleområderne i forfatningsudkastet behandles i forbindelse med omfattende drøftelser i Udvalget om Konstitutionelle Anliggender. Jeg har bedt udvalgets formand om at komme med konkrete forslag, som Parlamentets forhandlinger kan baseres på.
Der er naturligvis ikke tale om at præsentere et politisk program eller fremlægge mine egne idéer for Europas opbygning. Som formand er mit mål ganske enkelt at beskrive prioriteringerne på vores dagsorden og at sætte dem ind i den rette kontekst.
Forhandlingerne i sig selv er imidlertid ikke så vigtige som den måde, de opfattes på af borgerne. Borgerne skal underrettes om, hvad forfatningen egentlig er, og om, hvad den rent faktisk indeholder og ikke indeholder. Det er af afgørende vigtighed, at de stemmer om selve forfatningstraktatens tekst og ikke på grundlag af den politiske situation i deres respektive lande.
Når først Parlamentet har fastlagt sin holdning, skal det sikre, at dets synspunkter bliver kendt, og at der bliver taget hensyn til dem under ratifikationsprocessen. Det er yderst beklageligt, at denne proces ikke bliver en mere veritabel paneuropæisk proces, som er tæt på befolkningen, og at den ikke gennemføres i samtlige lande!
Vores primære opgave må være at gøre debatten europæisk og sikre, at den ikke berøres af indenrigspolitiske spørgsmål, som det er sket ved tidligere valg i Europa.
Parlamentet vil holde kontakt med de nationale parlamenter, som det allerede arbejdede tæt sammen med under konventet. Derudover skal jeg personligt lede en arbejdsgruppe, der har til opgave at fremføre forfatningen som et politisk projekt, der bliver genstand for den vigtigste debat, europæerne har deltaget i, siden de sammen rejste ind i fremtiden og lagde krigens ødelæggelser bag dem. Jeg opfordrer Dem alle til at spille en aktiv rolle i den forbindelse.
Parlamentet skal dog først behandle nogle mere presserende spørgsmål. Det første af disse er Kommissionens indsættelse. Nogle har hævdet, at dette er en ren formalitet. Andre mener, at resultatet er givet på forhånd, og at Parlamentet blot vil gennemgå forslagene og ikke bibringe nogen politisk merværdi. Mine damer og herrer, De ved, at dette ikke er tilfældet, og det skal Parlamentet bevise over for omverdenen.
Medlemmerne har ret til at have deres egen mening om Barroso-Kommissionen. Ikke desto mindre er dens indsættelse en fremragende anledning til at gøre hovedlinjerne i dens program kendt. Det er også en god anledning til at danne sig et indtryk af de personlige og politiske kvalifikationer hos de mænd og kvinder, der udgør den kommende Kommission, og til at stifte bekendtskab med de forventninger, Parlamentets politiske grupper har til den. Kommissionen er naturligvis Fællesskabets drivende kraft.
I begyndelsen af min tale henviste jeg til to emner, der medfører usikkerhed i Europa, nemlig terrorisme og de sociale faktorer, der har indvirkning på beskæftigelsen. Vi afventer utålmodigt den nye Kommissions udtalelser og forslag om disse to emner, lige som vi afventer dens synspunkter vedrørende reformen af stabilitetspagten. Vi kender allerede Prodi-Kommissionens foreløbige svar, og vi ved også, at den pågældende kommissær bliver siddende.
Der vil også være lejlighed til at fortsætte debatten om den foreslåede reform af pagten, som har så stor indflydelse på Lissabon-strategien. Hr. Barroso har sat dette øverst på sin dagsorden.
Der skal stilles spørgsmål om, hvordan Kommissionen har til hensigt at gøre Europa til et foregangseksempel med hensyn til miljø, bæredygtig udvikling og udviklingsbistand, og vi skal ligeledes kende Kommissionens holdning til mediekoncentrationen i Europa og vide, hvordan den har tænkt sig at løse dette problem.
Det er vigtigt at fastlægge Kommissionens syn på forholdet mellem Europa og de øvrige kontinenter og den islamiske verden, og vi skal også vide, hvad den mener om udviklingen af Euro-Middelhavs-forbindelserne og om at få pustet nyt liv i den skrantende Barcelona-proces.
I forbindelse hermed vil jeg gerne delagtiggøre Dem i min stolthed over at være en del af denne den største af alle multinationale parlamentariske institutioner. Den står for fred og demokrati og på samme tid for respekt for diversiteten. Selv om mange europæere ikke er tilstrækkeligt opmærksomme på det, er Parlamentet forum for drøftelser og beslutninger, der påvirker vores liv i dagligdagen og den verden, vi kommer til at leve i i fremtiden.
Vi er ivrige efter at få at vide, hvilket forhold Kommissionen har tænkt sig at have til Parlamentet, og hvordan den forestiller sig, at dens forhold til Rådets højtstående repræsentant for udenrigs- og sikkerhedspolitik skal se ud i denne overgangsfase.
Alle disse spørgsmål skal tages op, og der vil også blive gjort en indsats for at sikre, at høringerne bliver mere levende og spontane og mindre stive, end det tidligere har været tilfældet.
Når Kommissionen er blevet indsat, skal jeg som formand for Parlamentet opfordre den til at øge dens tilstedeværelse i Europa-Parlamentet. Jeg skal anmode Kommissionens formand om at holde jævnlige møder med de politiske gruppers formænd, og jeg skal anmode Rådet om at gøre det samme, især hr. Solana, EU's højtstående repræsentant for den fælles udenrigs- og sikkerhedspolitik.
Parlamentet skal fortsætte sit sædvanlige lovgivningsarbejde, hvor Reach-direktivet om kemiske produkter springer i øjnene. Derudover er der imidlertid tre vigtige spørgsmål, der skal behandles inden årets udgang.
På grund af dets strategiske betydning skal jeg nævne Tyrkiet først. Som vi håbede, får Formandskonferencen den 23. september besøg af den tyrkiske premierminister, hr. Erdogan. Hr. Erdogan vil dermed besøge Parlamentet, før Kommissionen fremlægger sin rapport, som vi ønskede.
I teorien har Parlamentet ingen indflydelse på beslutningen om, hvorvidt der skal indledes tiltrædelsesforhandlinger i december eller ej, og derfor er det ikke forpligtet til at fremsætte sin holdning til sagen. Det ville imidlertid være utænkeligt, at vi skulle forholde os tavse om et spørgsmål, der i sidste ende ikke kan afgøres uden vores samtykke - uanset hvor lang vejen bliver. Og vi skal huske på, at det vigtige ved veje som bekendt ikke er deres længde, men deres endepunkt.
Jeg mener, at Parlamentet bør udarbejde en betænkning om Tyrkiets tiltrædelse før Det Europæiske Råds møde i december, så Det Europæiske Råd til den tid er bekendt med vores holdning.
Mine damer og herrer, spørgsmål som Tyrkiets tiltrædelse er et eksempel på Parlamentets eksistensberettigelse. De giver os mulighed for at gribe ind og ikke blot se til. Beslutninger af denne art er betimelige, når de to legitimitetskilder ikke løber sammen. Regeringerne kan komme til en anden konklusion end befolkningen. Det er bestemt en fremragende anledning til at drøfte udseendet af det Europa, vi gerne vil skabe, og konsekvenserne af den måde, det gøres på.
Vi håber derfor meget, at Kommissionen vil fremlægge en objektiv rapport, der kan sætte Parlamentet og Rådet i stand til at foretage en politisk vurdering ved at give dem et meget klart indtryk af konsekvenserne af de forskellige beslutninger, dvs. på den ene side konsekvenserne af et tyrkisk EU-medlemskab og på den anden side de følger, en afvisning ville få for vores forhold til den islamiske verden. Det samme gælder godkendelsen eller afvisningen af forfatningen.
Parlamentet bør tage fat på denne debat helt uden ubegrundede reaktioner og forudfattede meninger. Debatten bør ses som en del af det strategiske perspektiv på mellemlang sigt.
Vores fælles stolthed skal gå hånd i hånd med vores ansvarsfølelse. Det er vores pligt at være ansvarlige i udøvelsen af vores beføjelser, at træffe beslutninger om vores holdning til internationale anliggender og sikre, at dette udvidede Parlament kommer til at fungere gnidningsløst.
Dette skyldes, at Parlamentet skal være bevidst om, og det er jeg sikker på, at det er, at den største udfordring, fremtidens Europa står over for, er forholdet til den islamiske verden, og dette forhold vedrører også Irak, Afghanistan og Palæstina.
Der er tale om et forhold, der underbygges af en ny naboskabspolitik, Euro-Middelhavs-partnerskabet og integrationen af indvandrerne i vores byer. Der er 10 millioner muslimer i Europa og 1 milliard i verden. Uanset hvilken beslutning vi tager, påhviler det os at bevise over for den islamiske verden, at vi ikke drager vores grænser efter de sammenstød mellem civilisationer, som nogle er opsat på at fremprovokere.
Som et bidrag til denne debat, mine damer og herrer, kan jeg oplyse, at jeg har modtaget en rapport, som er udarbejdet for Kommissionen af en gruppe eksperter, heriblandt tre velkendte medlemmer af Parlamentet, og som de har været så venlige at stille til Europa-Parlamentets rådighed. Lad mig blot sige, at den bestemt er værd at læse.
Inden årets udgang skal Parlamentet også tage stilling til de finansielle overslag, som Kommissionen har udarbejdet det første udkast til, og som vi skulle modtage inden for kort tid.
Unionens finansielle ressourcer bør klart være på højde med vores ambitioner og tilgodese de forventninger, som udvidelsen har skabt hos mange borgere, samtidig med at de tager højde for de bekymringer, udvidelsen har vakt hos andre. Finansieringspakken for perioden 2007-2013 indeholder ikke kun budgetforslag. Den er meget mere end et budget. Den er en referenceramme for en lang række lovgivningsforslag vedrørende finansieringen af den fælles landbrugspolitik, strukturfondene, ungdomsprogrammerne, de transeuropæiske net osv. Den vedtagne referencerammes endelige udformning vil få betydning for stort set alle vores lovgivningsmæssige opgaver.
Parlamentet vil komme til at spille en afgørende rolle i forbindelse med vedtagelsen af lovgivningspakker. Dets rolle i forbindelse med vedtagelsen af denne pakke, som består af over 50 forslag, vil være stor, da den skal vedtages ved fælles beslutningstagning eller gennem proceduren med samstemmende udtalelse. Dette er endnu en fremragende lejlighed til at vise, at Parlamentet ikke blot er en snakkebutik, men en institution, der rent faktisk træffer beslutninger om specifikke spørgsmål med vidtrækkende konsekvenser.
Parlamentet vil kort sagt få en enestående anledning til at gøre sine politiske prioriteringer gældende. De europæiske borgere kan ikke undgå at forstå dette, hvis vi sørger for at oversætte vores jargon til deres dagligdagssprog.
I denne forbindelse har jeg foreslået Formandskonferencen, at der nedsættes et midlertidigt ad hoc-udvalg, der skal sætte gang i debatten ved at inddrage alle de synsvinkler, sagen bør vurderes ud fra. Det skal plenarforsamlingen tage stilling til i dag. Budgettet er det nav, hvorpå alle det europæiske hjuls eger samles. Alle dets detaljer kræver omhyggelig behandling. Derfor mener jeg, at et ad hoc-udvalg, om muligt med Parlamentets formand i formandsstolen, ville sende et klart signal om, hvor stor vigtighed vi tillægger denne opgave.
Det er vigtigt at huske på, at de finansielle overslag hænger snævert sammen med andre aspekter af vores politikker, som borgerne hele tiden hører om, selv om jeg har mistanke om, at de ikke helt forstår betydningen af dem. Her tænker jeg på Lissabon-strategien og stabilitetspagten. Man kan med rette undre sig over, hvad det er, der skal stabiliseres, og hvis det er priserne, hvorfor så kun dem.
I 2005 vil der være gået fem år, siden Unionen satte sig det mål at blive den mest konkurrencedygtige og dynamiske videnbaserede økonomi i verden, en økonomi, der kan skabe en holdbar økonomisk vækst med flere og bedre job og større social samhørighed. Mener Parlamentet ikke, at alt dette begynder at lyde lidt hult, og at de omfattende politiske konsekvenser ikke er blevet fulgt op af den demokratiske debat, der er nødvendig for at skabe den gnist, der skal til for at skabe vækst?
Unionens legitimitet udspringer af to kilder. Den ene finder man her i Parlamentet, og den vælder frem af de europæiske borgere, Parlamentet repræsenterer. Der er ikke nogen grund til, at den altid skal være på linje med den anden, som vælder frem af medlemsstaterne.
Lad os se i øjnene, at Lissabon-målsætningerne ikke er blevet opfyldt, og at de efter alt at dømme heller ikke vil være opfyldt i 2010. Det påhviler Parlamentet at ringe med bekymringens klokker med hensyn til dette vitale mål for Unionens fremtid. Det nævnes igen og igen, som et mantra, men der er sandsynligvis blevet gjort for få overvejelser om, hvordan man bedst muligt kan nå det. Hr. Kok vil blive opfordret til at fremlægge den rapport, han har ansvaret for at udarbejde, vedrørende de punkter, hvor processen er slået fejl, og om fremtidsperspektiverne. Jeg mener, at Parlamentet skal tage udgangspunkt i denne rapport.
Lissabon-målsætningerne var ekstremt ambitiøse og blev udarbejdet på baggrund af det økonomiske opsving, vi var vidne til i 2000, kort tid før starten på den krise, der senere blev forværret af terrorismen. Dette skal indrømmes, lige som det skal indrømmes, at målsætningerne blev fastlagt ved en mellemstatslig procedure, hvor det blev overladt til medlemsstaterne at sørge for, at målene blev nået, via en koordinationsmetode, der har brug for at blive strammet op.
Det er en kendsgerning, at investeringerne i teknologi i Europa har været små i denne periode i sammenligning med USA, og at USA fortsat dræner os for vores bedste hjerner. Dette kræver sandsynligvis en målrettet debat. Den menneskelige kapital bliver ikke udviklet, som det blev besluttet i Lissabon.
Lissabon-processen går hånd i hånd med den øgede vægt på miljøpolitikker. lige som Maastricht-kriterierne vil Kyoto lægge pres på Europa. Vores samfund vil blive tvunget til at ændre dets produktions- og forbrugsmetoder på en måde, som borgerne måske endnu ikke er helt klar over. Vi er for dette, men vi skal tage hensyn til, hvad det betyder, og opfylde de dermed forbundne forpligtelser.
Hvad angår den foreslåede reform af stabilitets- og vækstpagten, mener jeg, at Parlamentet skal gøre en politisk kreativ indsats for at få Lissabon-strategien til at fungere, selv om vores kompetence på området er begrænset. Mere overordnet synes jeg, at Parlamentet skal søge at få indført en mere demokratisk debat omkring de overordnede retningslinjer for den europæiske økonomiske politik.
Denne debat skal finde sted i Parlamentet i samarbejde med de nationale parlamenter, så de føler, at de deltager i den europæiske beslutningsproces om emner, der har konsekvenser for budgetforhandlingerne i de enkelte lande.
Jeg bifalder i den forbindelse hr. Junckers ankomst. Hr. Juncker er også kendt som "hr. Euro". Det er bestemt rigtigt, at vi havde et problem i Europa som følge af kravet om en større grad af koordination af den økonomiske politik.
Vi skal naturligvis overveje, hvilken rolle EU skal spille på verdensplan og især i de transatlantiske forbindelser. Her tror jeg, at tiden er inde til at udvise modenhed og ansvarsfølelse i vores institutions parlamentariske diplomati ved i højere grad at samarbejde med Kommissionen og Rådet på den internationale scene.
Mine damer og herrer, EU er allerede et forbillede for resten af verden. Fællesskabets fædre havde en vision om et forenet og forsonet kontinent. Den såkaldte europæiske drøm er nu blevet til virkelighed, selv om den desværre har mistet sin demokratiske tryllekraft undervejs. Den er ikke længere i stand til at mobilisere viljer og skabe aktiv konsensus.
Lad mig give Dem en ny udfordring, mine damer og herrer. Tør vi drømme en ny europæisk drøm, en drøm om et mere pluralistisk Europa? Tør vi drømme om et Europa, der adskiller sig fra det, Fællesskabets fædre og de seks grundlæggende medlemsstater ønskede? Er det muligt at opstille et civilisationsideal, der bygger på inddragelse, og som kan bruges til at bekæmpe intolerance, afvisning af indvandrere, etniske konflikter og religiøs intolerance?
Parlamentet er nu samlingspunkt for 25 parlamentariske traditioner. Det udtrykker sig på 20 officielle sprog og arbejdssprog med de deraf følgende omkostninger og den deraf følgende kompleksitet. Selv dette store antal sprog afspejler ikke hele den sproglige diversitet i Europa, hvilket jeg ofte bliver mindet om.
Jeg mener, at Parlamentet skal gøre et forsøg. Når alt kommer til alt, ved de fleste af de borgere, vi repræsenterer, i det mindste intuitivt, at ingen af deres lande ville kunne klare globaliseringen på egen hånd. Intet land vil være i stand til at håndtere miljøproblemerne eller fremkomsten af de såkaldte kontinentstater, terrortruslerne, fattigdommen eller de immigrationsstrømme, den forårsager.
Mine damer og herrer, tiden er inde til, at de europæiske borgere giver deres mening til kende. Jeg vil arbejde side om side med Dem, og jeg håber, at vi kan mobilisere befolkningerne på vores kontinent og puste nyt liv i dets samfund, så denne nye europæiske drøm kan blive til virkelighed.
Tak for Deres opmærksomhed, og held og lykke.
Jeg havde lejlighed til at påtage mig førnævnte ansvar i de sidste par dage i sommerpausen. Det var min kedelige pligt at udstede en række erklæringer på Parlamentets vegne, hvori jeg klart og utvetydigt fordømte de terrorangreb og terrorhandlinger, der har fundet sted i forskellige dele af verden på den mest grufulde og barbariske manér.
Europa-Parlamentet er derfor enig med alle demokrater og udtrykker tristhed og solidaritet med alle de familier, der så uretfærdigt er blevet kastet ud i sorg som følge af den brutale plage, som intet land nu desværre går fri af."@da2
"Meine Damen und Herren Abgeordneten, als Präsident des Parlaments möchte ich mich nun an Sie wenden!
Um dieses Gefühl möglichst würdig und gemeinschaftlich zum Ausdruck zu bringen, habe ich mich an die 25 Staats- und Regierungschefs der Mitgliedstaaten gewandt und angeregt, dass alle Schulen in der Union heute gemeinsam mit uns, den Vertretern der europäischen Bürger, eine Schweigeminute zum Gedenken an die Kinder einlegen, die dem Massaker in der Schule in Beslan zum Opfer fielen, und auch an all die anderen Kinder, die dem Terrorismus allgemein zum Opfer fallen. Es freut mich, dass sich zahlreiche Länder dieser Geste anschließen wollen, wodurch die europäischen Bürger die Möglichkeit erhalten, ihren Gefühlen angesichts dieser schrecklichen Ereignisse Ausdruck zu verleihen.
Unser Parlament verurteilt entschieden alle Terroranschläge, weil Terrorismus, unter welchem Vorzeichen und in welchem Land auch immer, den Werten widerspricht, auf die sich die Europäische Union gründet. Die Menschen hoffen, dass ein vereintes Europa besser in der Lage sein wird, diese Bedrohung, die eine der Hauptursachen von Besorgnis und Verunsicherung in der Region darstellt, zu bekämpfen.
Es reicht jedoch nicht, dem Entsetzen, das wir empfinden, Ausdruck zu verleihen. Wenn eine Verurteilung der anderen folgt, so widerspiegeln unsere Worte des Schmerzes nur Frustration und Ohnmacht. Es gibt keine Entschuldigung und keinen Grund für so schreckliche Taten, wie wir sie am Ende dieses Sommers erleben mussten, oder für das, was am 11. September in New York und am 11. März in Madrid geschah. Jede Form von Terrorismus ist zu verurteilen, aber in der Debatte, die heute weltweit geführt wird, insbesondere im Westen und in den entwickelten Ländern, geht es nicht um die Verurteilung des Terrorismus, sondern um seine Bekämpfung. Sicher, selbstmörderischer Fanatismus wird sich nicht mit vernünftigen Argumenten von gebildeten und intelligenten Menschen aufhalten lassen. Aber genauso wenig können wir erwarten, alle seine Ursachen durch bloße und wahllose Anwendung von Gewalt aus der Welt zu schaffen, indem wir uns an anderen Kindern für die Leiden unserer Kinder rächen und so eine unerträgliche Spirale der Gewalt in Gang setzen.
Wir werden den Kampf gegen den Terrorismus nicht gewinnen, wenn wir ihn wie einen konventionellen Krieg betrachten. Dieses Parlament sollte den Raum der Freiheit und Sicherheit weiterentwickeln. Es muss aktiv eine Antiterrorismus-Strategie fördern, die auf internationaler Zusammenarbeit in den Bereichen Polizei, Justiz und Aufklärung beruht. Eine internationale Zusammenarbeit ist auch erforderlich, um die zugrunde liegenden Ursachen zu bekämpfen, die den mörderischen und selbstmörderischen Fanatismus schüren.
Analysieren heißt nicht rechtfertigen. Die Aussprachen und Entschließungen dieses Parlaments sollten niemals als eine Rechtfertigung terroristischer Gewalt gedeutet werden. Der Kampf gegen den Terrorismus verpflichtet uns zur Reflexion über seine Ursachen, um ihn wirksamer bekämpfen zu können. Dieses Parlament muss weiterhin mit voller Gewissensfreiheit diskutieren, wie es bislang der Fall war. Es muss sich mit der Lage insbesondere in Tschetschenien, im Irak und in Palästina befassen, so erbittert die Reaktionen, die dies nach sich zieht, auch sein mögen.
Meine Damen und Herren, die Nachrichten dieses Sommers spiegelten auch eine weitere Sorge und Unsicherheit der Europäer wider. Ich spreche davon, dass innerhalb eines integrierten Wirtschaftsraums immer häufiger Unternehmen ihre Wirtschaftstätigkeit auf der Suche nach günstigeren arbeitsrechtlichen und steuerlichen Voraussetzungen verlegen, was gemeinhin als Produktionsverlagerung bekannt ist.
Sie haben sicherlich beobachten können, wie dieses Phänomen defensive Reaktionen in manchen Mitgliedstaaten hervorgerufen hat, die sich negativ auf die Politik der Solidarität der Union auswirken können. Der Interessenkonflikt zwischen wirtschaftlicher Wettbewerbsfähigkeit und sozialem Zusammenhalt tritt dadurch ohne Zweifel deutlich zutage. Diese beiden Ziele sollten sich ergänzen. Beide sind für den Aufbau Europas und vor allem für die Lissabon-Strategie von entscheidender Bedeutung.
Das ist viel komplizierter, als es den Anschein hat. Ein einfacher Zahlenvergleich bei den Arbeitskosten ist wahrscheinlich nicht die einzige Erklärung dieses Phänomens. Diese Debatte wird wohl vor allem bei denjenigen Europäern auf besonderes Interesse stoßen, die darauf hoffen, dass sich Europa als Lösung erweist und nicht als Problem. Das Parlament muss dieses Problem deshalb bei seiner Arbeit eingehend berücksichtigen, und es muss Eingang in die vielen Themen auf unserer Tagesordnung finden. Doch darauf werde ich noch zu sprechen kommen.
Vorher möchte ich Sie jedoch noch darauf hinweisen, dass unsere vorrangige Aufgabe darin besteht, zur reibungslosen Arbeit des erweiterten Parlaments beizutragen. In Kürze werden auch Rumänien und Bulgarien hier vertreten sein. Das Parlament muss sich unbedingt der Tatsache bewusst sein, dass diese Institution öffentliche Mittel erhält und vor neuen Problemen in Bezug auf Dimension und Effizienz steht. Ich werde persönlich eine Arbeitsgruppe leiten, die sicherstellen soll, dass die Größe des Parlaments seine Effizienz nicht beeinträchtigt.
Zwei Themen sind in diesem Zusammenhang von besonderer Bedeutung: das Abgeordnetenstatut und die Sprachenregelung. Ich hatte bereits angekündigt, dass das Statut ein vorrangiges Thema sein würde. Dazu traf ich am 8. September mit dem amtierenden Ratsvorsitzenden, Herrn Balkenende, zusammen, der mir zusicherte, dass er die Vertreter der Regierungen kontaktieren werde, die unserem Entwurf eines Statuts nicht zustimmen konnten, um ihre Alternativvorschläge zu hören. Ich muss Ihnen sagen, dass das Parlament nie über die Gründe informiert wurde, warum einige Länder unseren Entwurf nicht akzeptieren konnten.
Beginnen möchte ich damit, dass ich mich sehr geehrt fühle, dass Sie Ihr Vertrauen in mich gesetzt und mich zum Präsidenten dieses Parlaments gewählt haben. Ich hatte Ihnen ja bei meiner Wahl bereits angekündigt, dass ich diese Plenartagung abwarten würde, um meine strategische Vision für die erste Hälfte dieser Wahlperiode darzulegen.
Solange wir über keinerlei diesbezügliche Informationen verfügen, sollten wir von dem im Parlament gefundenen Konsens nicht abweichen. Allerdings möchte ich wiederholen, dass wir auch weiterhin durchaus gesprächsbereit und für alle Vorschläge des Rates oder der Mitgliedstaaten, die für eine Einigung am geeignetsten sind, offen sind.
Was die Sprachenregelung angeht, so muss ich Sie darauf hinweisen, dass ihre Durchführungsmodalitäten vom Präsidium des vorangegangenen Parlaments in Form eines Verhaltenskodexes über die Mehrsprachigkeit festgelegt wurden. Unter Hinweis auf die knappen Ressourcen für die schriftliche und mündliche Übersetzung bitte ich alle Abgeordneten, insbesondere die Vorsitzenden der Ausschüsse und die Koordinatoren, alles dafür zu tun, dass es ordnungsgemäß umgesetzt wird. Es wird einige Zeit dauern, bis sich die Lage bessert. Ich fordere Sie alle eindringlich auf, sich nach Kräften dafür einzusetzen, dass die Sprachabdeckung in den Arbeitssitzungen den verfügbaren Ressourcen entspricht.
In der vorigen Plenarsitzung forderten einige Abgeordnete das Recht, sich in ihrer Muttersprache auszudrücken, selbst wenn sie derzeit nicht zu den Amtssprachen der Union zählt. Sie muss ich darauf hinweisen, dass die Sprachenregelung Vereinbarungen des Rates unterliegt und dass ein einstimmiger Beschluss im Rat erforderlich ist. Solange keine entsprechenden Beschlüsse getroffen werden, muss der Vorsitz unabhängig von seinen persönlichen Ansichten auf der Einhaltung der Geschäftsordnung bestehen.
Ebenso möchte ich betonen, dass das Europäische Parlament mit der Ratifizierung des Verfassungsvertrags reifer werden wird. Es wird über einen Rahmen verfügen, der seine Funktionen und Verantwortungen unumstößlich festlegt.
Die Verfassung wird jedoch, wenn sie schließlich ratifiziert wurde, nicht vor dem 1. November 2006 in Kraft treten. Bis zu diesem Zeitpunkt wird eine unserer wichtigsten Aufgaben darin bestehen, eine umfassende Debatte über die Ratifizierung des Verfassungsvertrags anzustoßen.
Meine Amtszeit als Präsident wird zwischen dem 29. Oktober, dem Datum der Unterzeichnung des Verfassungsvertrags in Rom, und dem 1. November 2006, dem Datum seines In-Kraft-Tretens, durch die Ratifizierung der Europäischen Verfassung in den 25 Mitgliedstaaten geprägt sein. Im Schnitt soll etwa eine Ratifizierung pro Monat stattfinden. In den meisten Fällen soll dies in Form eines Referendums geschehen. Mein Land, Spanien, ist das erste, in dem ein Referendum stattfindet, nämlich im Februar 2005.
So bieten die nächsten zwei Jahre eine hervorragende Gelegenheit, dass die Europäer über das Europa, das sie erschaffen wollen, so wie es in diesem Text definiert ist, etwas lernen. Den Bürgern wird dadurch die Chance gegeben zu beurteilen, was ein solches Europa für sie bedeuten könnte und warum es wichtig für sie ist.
Die Mitglieder des Parlaments sind aufgerufen, den Bürgern zu Diensten zu sein. Wir müssen die Kommunikation mit ihnen innovativer gestalten und sinnvolle Standpunkte für sie ausarbeiten. Dazu soll noch vor Jahresende ein Bericht angenommen werden, der von Herrn Corbett und Herrn Méndez de Vigo erstellt und im Ausschuss für konstitutionelle Fragen erörtert wird.
Das Parlament muss sich zu einem echten europäischen Forum entwickeln, das beispielhaft für eine offene, vielschichtige und demokratische Debatte ist. Es darf weder abweisend noch scheinheilig oder bestrebt sein, den Europagedanken zu monopolisieren. Niemand kann die eine, wahre Vorstellung von Europa für sich beanspruchen. Diese Debatte wird aus Gründen der Identität, der Ideologie und der unterschiedlichen Auffassungen von Europa, wie es sich die einen oder die anderen wünschen, komplex sein.
Deshalb müssen die Kernfragen des Verfassungsentwurfs im Ausschuss für konstitutionelle Angelegenheiten ausführlich erörtert werden. Ich habe den Vorsitzenden des Ausschusses gebeten, mir konkrete Vorschläge vorzulegen, die für die Parlamentsdebatte als Ausgangspunkt dienen könnten.
Hierbei geht es natürlich weder um die Präsentation eines politischen Programms noch um die Darlegung meiner persönlichen Ansichten zum Aufbau Europas. Ich will als Präsident einzig und allein die Prioritäten unserer Agenda beschreiben und einordnen.
Wichtiger als die Debatte selbst ist allerdings die Art und Weise, wie sie von den Bürgern wahrgenommen wird. Diese müssen über das Wesen der Verfassung, was sie tatsächlich enthält und was sie eben nicht enthält, informiert werden. Entscheidend ist, dass sie über den Text des Verfassungsvertrags als solchen abstimmen, und nicht als Reaktion auf die politische Lage in ihrem jeweiligen Land.
Sobald das Parlament zu einer Stellungnahme gekommen ist, muss es dafür sorgen, dass sein Standpunkt bekannt gemacht und im Ratifizierungsprozess Berücksichtigung findet. Es ist äußerst bedauerlich, dass der Ratifizierungsprozess nicht gesamteuropäischer und bürgernäher konzipiert ist und nicht in allen Ländern stattfindet!
Unsere größte Herausforderung besteht darin, die Debatte auf die europäische Ebene zu verlagern und zu verhindern, dass sie von innenpolitischen Themen überdeckt wird, wie es bei den jüngsten Europawahlen der Fall war.
Das Parlament wird sich mit den einzelstaatlichen Parlamenten abstimmen. Es hat mit ihnen bereits während des Konvents eng zusammengearbeitet. Darüber hinaus werde ich selbst eine Arbeitsgruppe leiten, in der die Verfassung als ein politisches Projekt vorangetrieben werden soll, das Gegenstand der wichtigsten Debatte sein wird, die von den Europäern geführt wurde, seit sie gemeinsam in die Zukunft aufbrachen und die Zerstörung des Krieges hinter sich ließen. Ich lade Sie alle ein, hierbei mitzuwirken.
Zuvor hat das Parlament jedoch noch einige dringendere Fragen anzugehen. Die erste betrifft die Einsetzung der Kommission. In einigen Pressemeldungen wurde behauptet, dies sei eine reine Formsache. Manch einer glaubt, dass das Ergebnis schon von vornherein feststeht und dass das Parlament nur der Form halber abstimmt, ohne dass dies politisch von Belang ist. Sie wissen, dass dem nicht so ist, meine Damen und Herren. Das Parlament muss dies der Welt beweisen.
Die Abgeordneten haben ein Recht auf eine eigene Meinung zu der von Herrn Barroso gebildeten Kommission. Dennoch ist die Einsetzung eine ausgezeichnete Gelegenheit, um die großen Leitlinien ihres Programms bekannt zu machen. Sie bietet auch die Gelegenheit, die persönlichen und politischen Fähigkeiten der Männer und Frauen kennen zu lernen, aus denen sich die designierte Kommission zusammensetzt, und festzustellen, was die Parlamentsfraktionen von ihr erwarten. Die Kommission ist zweifelsohne der Motor der Regierung der Gemeinschaft.
Zu Beginn meiner Rede habe ich von zwei großen Themen gesprochen, die zur Zeit in Europa für Verunsicherung sorgen, nämlich Terrorismus und die sozialen Faktoren im Zusammenhang mit der Beschäftigung. Die Stellungnahmen und Vorschläge der neuen Kommission zu diesen beiden Themen werden mit Spannung erwartet, ebenso ihre Ansichten zur Reform des Stabilitätspakts. Die ersten Verlautbarungen der Prodi-Kommission sind bereits bekannt, und es ist ebenfalls bekannt, dass der betreffende Kommissar im Amt bleiben wird.
Es wird auch Gelegenheit geben, die vorgeschlagene Reform dieses Pakts, der für die Lissabonner Strategie von so großer Tragweite ist, weiter zu diskutieren. Herr Barroso hat ihn ganz oben auf seine Agenda gesetzt.
Es muss die Frage gestellt werden, wie die Kommission Europa zur Bezugsgröße im Bereich des Umweltschutzes, der nachhaltigen Entwicklung und der Entwicklungshilfe machen will. Ebenso muss in Erfahrung gebracht werden, welche Ansichten die Kommission zur Medienkonzentration in Europa vertritt und wie sie dieses Problem anzugehen gedenkt.
Wie sieht sie die Beziehungen Europas zu den anderen Kontinenten und zur islamischen Welt? Wie will sie die Beziehungen zwischen Europa und den Mittelmeer-Anrainerstaaten gestalten und den ins Stocken geratenen Barcelona-Prozess wiederbeleben?
Dabei möchte ich mit Ihnen auch das Gefühl des Stolzes teilen, der größten multinationalen parlamentarischen Institution anzugehören. Sie ist ein Symbol des Friedens und der Demokratie, die gleichzeitig aber auch die Vielfalt achtet. Auch wenn das nicht allen Europäern ausreichend bewusst ist, bietet dieses Haus ein Forum für Diskussionen und Entscheidungen, die sich auf unseren Alltag und auch die künftige Weiterentwicklung der Welt, in der wir leben, auswirken.
Wir sind gespannt darauf zu erfahren, wie die Kommission ihre Beziehung zum Parlament gestalten will und wie sie in der bevorstehenden Übergangsphase ihre Beziehungen zum Hohen Vertreter für die Gemeinsame Außen- und Sicherheitspolitik sieht.
Alle diese Fragen werden zur Sprache kommen. Wir werden uns auch darum bemühen, die Anhörungen lebhafter, spontaner und weniger formell zu gestalten als in der Vergangenheit.
Nach der Einsetzung der Kommission werde ich sie in meiner Eigenschaft als Präsident des Parlaments bitten, ihre Präsenz im Europäischen Parlament zu verstärken. Ich werde den Präsidenten der Kommission ersuchen, regelmäßig mit den Fraktionsvorsitzenden zusammenzukommen. Die gleiche Bitte werde ich an den Rat richten, und insbesondere an Herrn Solana, den Hohen Vertreter für die Gemeinsame Außen- und Sicherheitspolitik der Europäischen Union.
Das Parlament muss seine laufenden legislativen Arbeiten fortsetzen, bei denen vor allem die Reach-Richtlinie über Chemikalien zu nennen wäre. Zusätzlich müssen wir uns bis zum Jahresende mit drei weiteren wichtigen Themen auseinander setzen.
Aufgrund ihrer strategischen Bedeutung nenne ich zuerst die Türkei-Frage. Die Konferenz der Präsidenten wird am 23. September, wie wir es uns wünschten, den türkischen Premierminister, Herrn Erdogan, empfangen. Herr Erdogan wird also unserem Wunsch entsprechend das Parlament besuchen, bevor die Kommission ihren Bericht vorlegt.
Theoretisch spielt dieses Parlament bei der Entscheidung darüber, ob die Beitrittsverhandlungen im Dezember aufgenommen werden sollen oder nicht, keine Rolle. Infolgedessen muss es auch keine Stellungnahme in dieser Frage abgeben. Es wäre jedoch unvorstellbar, dass wir uns zu Beginn dieses langen Weges überhaupt nicht äußerten, denn am Ende, wann auch immer dies sein mag, wird unsere Zustimmung erforderlich sein. Und man weiß ja, dass es nicht darauf ankommt, wie lang ein Weg ist, sondern wo er hinführt.
Ich bin der Ansicht, dass dieses Parlament noch vor der Tagung des Europäischen Rates im Dezember einen Bericht über den Beitritt der Türkei erstellen sollte, um ihm unseren Standpunkt darlegen zu können.
Meine Damen und Herren, Fragen wie der Beitritt der Türkei geben unserem Parlament seine Daseinsberechtigung. Sie bieten dem Parlament die Gelegenheit mitzuwirken und nicht einfach nur zuzuschauen. Bei Entscheidungen dieser Art könnte dann der Fall eintreten, dass die beiden Quellen der Legitimität nicht übereinstimmen. Regierungen könnten zu einer anderen Ansicht gelangen als das Volk. Das bietet sicher eine ausgezeichnete Gelegenheit, um darüber zu diskutieren, welche Art von Europa wir aufbauen wollen und welche Folgen es hat, wenn wir auf die eine oder andere Weise vorgehen.
Deshalb ist sehr zu hoffen, dass die Kommission einen objektiven Bericht vorlegt, sodass unser Haus und der Rat ein politisches Urteil fällen können, wobei wir uns der Auswirkungen der Entscheidung, wie sie auch immer ausfallen mag, vollauf bewusst sein müssen. Ich denke hierbei an die Auswirkungen eines Beitritts der Türkei auf die Union und die Folgen seiner Ablehnung für unsere Beziehungen zur islamischen Welt. Das Gleiche gilt für die Annahme oder Ablehnung der Verfassung.
Das Parlament muss diese Debatte ohne vorgefasste Meinungen und unbegründete Reaktionen führen. Die Debatte sollte als Teil einer strategischen Perspektive angesehen werden und einen mittelfristigen Ausblick bieten.
Dieser Stolz, der uns alle erfüllt, muss einhergehen mit einem Gefühl der Verantwortlichkeit. Verantwortlichkeit demonstrieren müssen wir bei der Ausübung unserer Befugnisse, wenn wir in internationalen Angelegenheiten Stellung beziehen und die reibungslose Arbeit dieses erweiterten Parlaments gewährleisten.
Aus diesem Grund muss sich das Parlament dessen bewusst sein – und das ist sicher der Fall –, dass die wichtigste Herausforderung für das künftige Europa sein Verhältnis zur islamischen Welt ist. Dieses Verhältnis betrifft nicht zuletzt den Irak, Afghanistan und Palästina.
Es gründet sich ferner auf eine neue Politik der Nachbarschaft und der Partnerschaft Europa-Mittelmeer sowie auf die Integration von Einwanderern in unsere Städte. In Europa leben zehn Millionen Moslems, auf der ganzen Welt eine Milliarde. Welche Entscheidung wir auch treffen, es ist unsere Verantwortung, der islamischen Welt zu beweisen, dass wir unsere Grenzen nicht in Abhängigkeit vom Kampf der Kulturen ziehen, den manche heraufbeschwören wollen.
Als Beitrag zu unserer Debatte weise ich Sie darauf hin, meine Damen und Herren, dass ich einen Bericht erhalten habe, den eine Sachverständigengruppe, zu der auch drei Mitglieder unseres Parlaments gehören, für die Kommission erstellt hat und der freundlicherweise dem Europäischen Parlament zur Verfügung gestellt wurde. Ich halte ihn für äußerst lesenswert.
Des Weiteren muss das Parlament vor Jahresende zu der Finanziellen Vorausschau Stellung nehmen. Die Kommission hat ihren ersten Entwurf fertig gestellt, und er dürfte uns in Kürze vorgelegt werden.
Die finanziellen Mittel der Union müssen ganz klar unseren Ambitionen entsprechen und den Erwartungen, die die Erweiterung bei vielen Bürgern geweckt hat, gerecht werden, ohne dabei die Sorgen, die bei anderen entstanden sind, zu ignorieren. Der künftige Finanzrahmen für 2007-2013 umfasst nicht nur haushaltspolitische Vorschläge. Er ist viel mehr als ein Haushalt. Er ist ein Bezugsrahmen für eine ganze Reihe von Legislativvorschlägen zur Finanzierung der Gemeinsamen Agrarpolitik, der Strukturfonds, der Jugendprogramme, der Transeuropäischen Netze usw. Praktisch alle unsere gesetzgeberischen Aufgaben werden davon abhängen, in welcher Form dieser Bezugsrahmen letztlich angenommen wird.
Dem Parlament wird bei der Annahme eines Gesetzespakets eine entscheidende Rolle zukommen. Seine Rolle bei der Annahme dieses Pakets aus über 50 Einzelvorschlägen wird deshalb so bedeutend sein, weil es im Verfahren der Mitentscheidung oder im Zustimmungsverfahren verabschiedet wird. Hier kann das Parlament ein weiteres Mal hervorragend demonstrieren, dass es nicht nur eine Quasselbude ist, sondern ein Organ, das zu konkreten Fragen mit weit reichenden Konsequenzen tatsächlich Entscheidungen trifft.
Letztlich handelt es sich um eine einzigartige Gelegenheit für das Parlament, seine politischen Prioritäten in den Mittelpunkt zu rücken. Die europäischen Bürger werden dies zwangsläufig auch so sehen, wenn wir es schaffen, unseren Jargon in ihre Alltagssprache zu übersetzen.
Ich habe zu diesem Zweck der Konferenz der Präsidenten die Einsetzung eines zeitweiligen Ad-hoc-Ausschusses vorgeschlagen, um diese Debatte anzustoßen, wobei alle Gesichtspunkte, unter denen sie geführt werden sollte, zu berücksichtigen sind. Das Plenum wird heute darüber entscheiden. Der Haushalt ist die Nabe, in der alle Speichen des europäischen Rades zusammenlaufen. Er muss in all seinen Einzelheiten sorgfältig geprüft werden. Deshalb glaube ich, dass ein Ad-hoc-Ausschuss, möglicherweise unter der Leitung des Parlamentspräsidenten, eine klare Botschaft aussenden würde, welch große Bedeutung wir dieser Aufgabe beimessen.
Wir dürfen dabei nicht vergessen, dass die Finanzielle Vorausschau eng mit anderen Elementen unserer Politiken verzahnt ist, von denen die Bürger ständig hören, ohne wohl deren ganze Tragweite zu erfassen. Ich denke hierbei an die Lissabon-Strategie und den Stabilitätspakt. Man mag sich fragen, um welche Stabilität es hier geht. Wenn es die Preise sind, warum nur sie?
Im Jahr 2005 wird es fünf Jahre her sein, dass die Union beschlossen hat, sich das Ziel zu setzen, der wettbewerbsfähigste und dynamischste wissensbasierte Wirtschaftsraum der Welt zu werden, ein Wirtschaftsraum, der fähig ist, ein dauerhaftes Wirtschaftswachstum mit mehr und besseren Arbeitsplätzen und einem größeren sozialen Zusammenhalt zu erreichen. Ist das Hohe Haus nicht der Ansicht, dass dies alles langsam etwas hohl klingt und dass die wichtigen politischen Fragestellungen, die darin aufgeworfen werden, nicht die erforderliche demokratische Debatte zur Folge hatten, die für das Wachstum entscheidende Impulse liefert?
Die Legitimität unserer Union hat zwei Quellen. Eine ist dieses Parlament und kommt von den europäischen Bürgern, die es vertritt. Es gibt keinen Grund dafür, warum sie mit der anderen, die von den Mitgliedstaaten kommt, immer und überall übereinstimmen muss.
Wir müssen uns eingestehen, dass die Zielvorgaben von Lissabon nicht erreicht wurden und – wie es scheint – auch bis 2010 nicht erreicht werden können. Das Parlament hat die Pflicht, seine Besorgnis in Bezug auf dieses wesentliche Ziel der zukünftigen Union zum Ausdruck zu bringen. Es wird gebetsmühlenartig wiederholt, ohne sich wahrscheinlich genügend Gedanken zu machen, wie es am besten erreicht werden kann. Wir werden Herrn Kok auffordern, den Bericht vorzulegen, den er zu den Mängeln des Prozesses und seinen Aussichten für die Zukunft erstellen sollte. Ich denke, dieser Bericht sollte im Mittelpunkt unserer Debatten stehen.
Die in Lissabon gesteckten Ziele waren äußerst ehrgeizig und wurden in dem günstigen Wirtschaftsklima formuliert, dass im Jahr 2000 herrschte, kurz bevor die Krise begann, die sich dann durch den Terrorismus noch verschärfte. Dies muss ebenso eingestanden werden wie die Tatsache, dass sie aus einem Prozess der Regierungszusammenarbeit hervorgingen und es vom guten Willen der Mitgliedstaaten abhängt, ob sie im Wege eines Koordinierungsverfahrens, das verstärkt werden muss, angewendet werden.
Jedermann ist bekannt, dass in diesem Zeitraum die Investitionen in Technologie im Vergleich zu den Vereinigten Staaten gering waren und dass unsere besten Köpfe nach wie vor in die USA abwandern. Hier muss wohl eine ganz gezielte Debatte einsetzen. Es ist nicht in dem Maße Humankapital gewonnen worden, wie es in Lissabon beschlossen wurde.
Mit dem Lissabon-Prozess nimmt auch die Bedeutung umweltpolitischer Maßnahmen immer mehr zu. Wie es bei den Maastricht-Kriterien der Fall war, wird auch Kyoto Europa unter Druck setzen. Unsere Gesellschaft wird sich gezwungen sehen, ihre Produktionsmethoden und ihr Konsumverhalten in einer Weise zu ändern, die den Bürgern vielleicht noch nicht hinreichend bewusst ist. Wir befürworten dies, müssen uns jedoch die Konsequenzen überlegen und den sich daraus ergebenden Verpflichtungen nachkommen.
Was die vorgeschlagene Reform des Stabilitäts- und Wachstumspakts betrifft, so sollte das Parlament nach meinem Dafürhalten ein wenig seine politische Fantasie spielen lassen, um ihn in die Dienste der Lissabonner Strategie zu stellen, auch wenn unsere Kompetenz in dieser Hinsicht begrenzt ist. Allgemein glaube ich, dass das Parlament eine größere demokratische Debatte über die Grundzüge der europäischen Wirtschaftspolitik auf den Weg bringen sollte.
Die Debatte muss im Parlament stattfinden, unter Einbeziehung der einzelstaatlichen Parlamente, damit sich diese in die europäischen Beschlüsse eingebunden fühlen, was wiederum für die Haushaltsdebatten in den einzelnen Ländern Folgen hat.
In diesem Sinne begrüße ich die Ernennung von Herrn Juncker zum „Mr. Euro“. Es trifft zweifellos zu, dass wir mit der Forderung nach einer stärkeren Koordinierung der Wirtschaftspolitik in der Tat ein Problem in Europa hatten.
Wir werden uns selbstverständlich mit der Rolle auseinander setzen müssen, die die Europäische Union in der Welt spielt. Besondere Aufmerksamkeit muss dabei den transatlantischen Beziehungen gelten. Meiner Meinung nach ist es an der Zeit, die Reife und das Verantwortungsgefühl dieses Organs für die parlamentarische Diplomatie unter Beweis zu stellen, indem wir uns auf der internationalen Bühne um eine engere Zusammenarbeit mit der Kommission und dem Rat bemühen.
Meine Damen und Herren, die Europäische Union ist eine Bezugsgröße für die übrige Welt. Ihre Gründerväter hatten die Vision eines vereinten und ausgesöhnten Kontinents. Der so genannte Traum von Europa ist nun wahr geworden. Leider hat er im Laufe der Zeit seinen demokratischen Zauber verloren. Er hat nicht mehr die Kraft, den Willen der Bürger zu mobilisieren und aktiven Konsens zu schaffen.
Lassen Sie mich eine gewagte Frage stellen. Ist es möglich, sich einen anderen Traum von Europa vorzustellen, einen Traum von einem pluralistischeren Europa? Darf man von einem Europa träumen, das mit jenem Europa, das die Gründerväter und die sechs Gründungsmitgliedstaaten im Sinn hatten, nicht übereinstimmt? Ist es möglich, ein Ideal der Zivilisation zu entwickeln, das auf Integration beruht und mit dem man Intoleranz, die feindselige Ablehnung von Einwanderern, ethnische Konflikte und religiöse Intoleranz bekämpft?
In diesem Parlament treffen nun 25 unterschiedliche parlamentarische Traditionen aufeinander, die in 20 Amts- und Arbeitssprachen zum Ausdruck kommen, was zu einer enormen Komplexität und hohen Kosten führt. Doch selbst diese Vielzahl von Sprachen deckt noch nicht die gesamte linguistische Vielfalt Europas ab, worauf ich oft hingewiesen werde.
Ich glaube, dass sich das Parlament dieser Herausforderung stellen muss. Die meisten der von ihm vertretenen Bürger wissen oder ahnen zumindest, dass keines ihrer Länder alleine der Globalisierung gewachsen ist. Ebenso wenig wird kein einzelnes Land den ökologischen Ungleichgewichten, dem Entstehen von so genannten Kontinentalstaaten, der terroristischen Bedrohung oder der Armut und den daraus entstehenden Migrationsströmen gewachsen sein.
Meine Damen und Herren Abgeordneten, in Europa ist die Stunde der Bürger angebrochen. Ich möchte Seite an Seite mit Ihnen arbeiten und hoffe darauf, dass wir es schaffen, die Völker unseres Kontinents zu mobilisieren und ihrer Gesellschaft die notwendigen Impulse zu verleihen, damit dieser neue Traum von Europa wahr werden kann.
Gutes Gelingen und danke für Ihre Aufmerksamkeit!
Ich hatte Gelegenheit, die eingangs erwähnte Verantwortung in den letzten Tagen der Sommerpause wahrzunehmen. Mir wurde die traurige Aufgabe zuteil, im Namen des Parlaments eine Reihe von Erklärungen abzugeben, in denen ich die Attentate und Terrorakte, die in verschiedenen Teilen der Welt in äußerst brutaler und grausamer Weise begangen wurden, kategorisch verurteilte.
Das Europäische Parlament hat sich damit den Bekundungen von Trauer und Solidarität aller Demokraten gegenüber den Familien angeschlossen, die so ungerecht und hart von dieser Geißel getroffen wurden, die leider kein Land mehr verschont."@de9
"Κυρίες και κύριοι, θα ήθελα τώρα να λάβω το λόγο ως Πρόεδρος του Σώματος.
Απευθύνθηκα στους 25 αρχηγούς κρατών και κυβερνήσεων των κρατών μελών της Ένωσής μας προκειμένου να εκφράσω αυτό το συναίσθημα με τον πιο επίσημο και συλλογικό δυνατό τρόπο. Πρότεινα όλα τα σχολεία της Ένωσης να τηρήσουν μαζί μας, με τους εκπροσώπους των ευρωπαίων πολιτών, ενός λεπτού σιγή στη μνήμη των παιδιών θυμάτων της σφαγής στο σχολείο του Μπεσλάν, και γενικά όλων των παιδιών που γίνονται στόχος της τρομοκρατίας. Έχω τη χαρά να σας ανακοινώσω ότι πολλές χώρες έχουν συμφωνήσει ήδη να συμμετάσχουν σε αυτή την πρωτοβουλία, επιτρέποντας έτσι στους ευρωπαίους πολίτες να εκφράσουν τα συναισθήματά τους απέναντι σε αυτά τα τρομερά γεγονότα.
Αυτό το Κοινοβούλιο καταδικάζει και απορρίπτει όλες τις τρομοκρατικές ενέργειες, διότι η τρομοκρατία, ανεξάρτητα από τις πολιτικές παραμέτρους ή τη χώρα στην οποία συμβαίνει, αντιβαίνει στις αξίες στις οποίες βασίζεται η Ευρωπαϊκή Ένωση. Οι πολίτες ελπίζουν ότι μια ενωμένη Ευρώπη θα είναι πιο αποτελεσματική στην καταπολέμηση αυτής της απειλής, που αποτελεί σήμερα μια από τις κύριες πηγές ανησυχίας και ανασφάλειας στην περιοχή.
Είμαι υποχρεωμένος να επισημάνω ότι δεν είναι αρκετό να εκφράζουμε τη φρίκη που αισθανόμαστε. Όταν οι εκφράσεις καταδίκης διαδέχονται η μία την άλλη με γρήγορους ρυθμούς, τα λόγια αγωνίας αντικατοπτρίζουν απόγνωση και ανικανότητα. Δεν μπορεί να υπάρξει καμία δικαιολογία ούτε αιτιολόγηση για γεγονότα τόσο απεχθή όπως αυτά που ζήσαμε στα τέλη του καλοκαιριού ή τα γεγονότα της 11ης Σεπτεμβρίου στη Νέα Υόρκη, ή της 11ης Μαρτίου στη Μαδρίτη. Όλες οι μορφές τρομοκρατίας είναι καταδικαστέες. Η συζήτηση που διεξάγεται σήμερα σε παγκόσμιο επίπεδο, ωστόσο, ιδιαίτερα στον δυτικό και αναπτυγμένο κόσμο μας, αφορά τον τρόπο καταπολέμησης της τρομοκρατίας σε όλες τις μορφές της, και όχι την καταδίκη της. Ασφαλώς, ο φανατισμός των επιθέσεων αυτοκτονίας δεν πρόκειται να σταματήσει με λογικά επιχειρήματα που προβάλλουν ευφυή και καλλιεργημένα άτομα. Από την άλλη μεριά, δεν μπορεί να περιμένει κανείς να εξαλειφθούν όλες οι αιτίες της με την απλή και αδιάκριτη χρήση βίας, παίρνοντας εκδίκηση από άλλα παιδιά για το κακό που έγινε στα δικά μας και προκαλώντας μια απαράδεκτη κλιμάκωση της βίας.
Ο πόλεμος εναντίον της τρομοκρατίας δεν θα κερδηθεί αν αντιμετωπίζεται ως ένας συμβατικός πόλεμος. Αυτό το Κοινοβούλιο πρέπει να αναπτύξει τον χώρο ασφάλειας και δικαιοσύνης. Πρέπει να προωθήσει ενεργά μια αντιτρομοκρατική στρατηγική βασισμένη στη διεθνή συνεργασία μεταξύ των αστυνομικών και δικαστικών υπηρεσιών και των υπηρεσιών πληροφοριών. Η διεθνής συνεργασία είναι επίσης απαραίτητη για την αντιμετώπιση των βαθύτερων αιτιών που τροφοδοτούν τον δολοφονικό φανατισμό επιθέσεων αυτοκτονίας.
Ανάλυση δεν σημαίνει αιτιολόγηση. Οι συζητήσεις και τα ψηφίσματα αυτού του Κοινοβουλίου δεν πρέπει να παρερμηνευθούν ποτέ ως αιτιολόγηση της τρομοκρατικής βίας. Ο αγώνας εναντίον της τρομοκρατίας μας υποχρεώνει να εξετάσουμε καλύτερα τις αιτίες της προκείμενου να την καταπολεμήσουμε πιο αποτελεσματικά. Το Κοινοβούλιο πρέπει να συνεχίσει να συζητά με απόλυτη ελευθερία συνείδησης, όπως το έχει κάνει μέχρι τώρα. Συγκεκριμένα, πρέπει να εξετάσει την κατάσταση στην Τσετσενία, το Ιράκ και την Παλαιστίνη, ανεξάρτητα από τις θυμωμένες αντιδράσεις που ενδέχεται να ακολουθήσουν.
Κυρίες και κύριοι βουλευτές, μια επιπλέον πηγή ανησυχίας και ανασφάλειας στην Ευρώπη πρωταγωνίστησε στις ειδήσεις αυτού του καλοκαιριού. Αναφέρομαι στην ολοένα και πιο συνήθη απόφαση της μεταφοράς της οικονομικής δραστηριότητας των επιχειρήσεων στο εσωτερικό ενός ολοκληρωμένου οικονομικού χώρου, προκειμένου να επωφεληθούν από πιο ευνοϊκές εργασιακές και φορολογικές συνθήκες. Το φαινόμενο αυτό έχει γίνει γνωστό ως μετεγκατάσταση.
Θα παρατηρήσατε ότι αυτό το φαινόμενο προκαλεί αμυντικές αντιδράσεις σε ορισμένα κράτη μέλη οι οποίες μπορεί να έχουν αντίκτυπο στις πολιτικές αλληλεγγύης της Ένωσης. Ασφαλώς, καθιστά πολύ ξεκάθαρη την αντιπαράθεση μεταξύ οικονομικής ανταγωνιστικότητας και κοινωνικής συνοχής. Αυτοί οι δύο στόχοι θα έπρεπε να είναι συμπληρωματικοί για μας. Είναι και οι δυο ζωτικοί για την οικοδόμηση της Ευρώπης και τη στρατηγική της Λισαβόνας ειδικότερα.
Όλα αυτά είναι πιο περίπλοκα απ’ όσο φαίνονται. Η απλή ονομαστική σύγκριση του κόστους εργασίας δεν είναι ίσως η μοναδική εξήγηση αυτού του φαινομένου. Αυτή η συζήτηση είναι αναπόφευκτο να ενδιαφέρει ιδιαίτερα εκείνους τους Ευρωπαίους που ελπίζουν ότι η Ευρώπη θα αποδειχθεί λύση, όχι πρόβλημα. Επομένως, πρέπει να έχει κυρίαρχη θέση στις εργασίες του Κοινοβουλίου, και να δεσπόζει στα πολλά θέματα που περιλαμβάνονται στην ατζέντα μας. Θα αναφερθώ σε αυτά στη συνέχεια.
Επιτρέψτε μου να σας υπενθυμίσω καταρχάς ότι το κύριο καθήκον του Σώματος είναι να συμβάλλει στην καλύτερη λειτουργία του διευρυμένου Κοινοβουλίου. Η Ρουμανία και η Βουλγαρία θα εκπροσωπούνται επίσης σύντομα εδώ. Είναι σημαντικό για το Κοινοβούλιο να έχει υπόψη ότι είναι ένας θεσμός που δαπανά δημόσιους πόρους και αντιμετωπίζει νέες προκλήσεις μεγέθους και αποτελεσματικότητας. Θα προεδρεύσω προσωπικά μιας ομάδας εργασίας επιφορτισμένης με το έργο να διασφαλίσει ότι το μέγεθος του Κοινοβουλίου δεν θα μειώσει την αποτελεσματικότητά του.
Δύο θέματα είναι ιδιαιτέρως σημαντικά από αυτή την άποψη, το καθεστώς των βουλευτών και το γλωσσικό καθεστώς. Δήλωσα νωρίτερα ότι το καθεστώς των βουλευτών θα αποτελέσει ζήτημα προτεραιότητας. Πράγματι, στις 8 Σεπτεμβρίου, συναντήθηκα με τον κ. Balkenende, Προεδρεύοντα του Συμβουλίου, ο οποίος με διαβεβαίωσε ότι θα ξεκινούσε τις απαραίτητες επαφές με τους εκπροσώπους των κυβερνήσεων που δεν μπόρεσαν να εγκρίνουν το σχέδιο καθεστώτος, προκειμένου να μάθει τι εναλλακτικά μέτρα είχαν υπόψη τους. Σας υπενθυμίζω ότι το Κοινοβούλιο δεν ενημερώθηκε ποτέ για τους λόγους για τους οποίους ορισμένες χώρες δεν μπόρεσαν να δεχτούν αυτό το σχέδιο.
Θα ξεκινήσω λέγοντας πόσο με τιμά το γεγονός ότι αποφασίσατε να εναποθέσετε την εμπιστοσύνη σας στο πρόσωπό μου εκλέγοντάς με Πρόεδρο του Κοινοβουλίου. Κατά την εκλογή μου ανακοίνωσα ότι θα περίμενα μέχρι την παρούσα περίοδο συνόδου για να σας εκθέσω τους στρατηγικούς μου στόχους του πρώτου μισού της τρέχουσας κοινοβουλευτικής περιόδου.
Δεν πιστεύω ότι πρέπει να υπονομευθεί ο συμβιβασμός που επιτεύχθηκε στο Κοινοβούλιο μέχρι να λάβουμε αυτές τις πληροφορίες. Θα ήθελα να επαναλάβω, ωστόσο, ότι παραμένουμε απολύτως διατεθειμένοι να ξεκινήσουμε διάλογο και είμαστε ανοιχτοί σε ενδεχόμενες προτάσεις που γίνουν από το Συμβούλιο ή από τα κράτη μέλη που είναι σε καλύτερη θέση να προωθήσουν μια συμφωνία.
Όσον αφορά το γλωσσικό καθεστώς, οφείλω να υπενθυμίσω στο Σώμα ότι η εφαρμογή του ρυθμίζεται από διατάξεις που θεσπίστηκαν από το Προεδρείο του προηγούμενου Κοινοβουλίου, μέσω ενός Κώδικα Συμπεριφοράς σχετικά με την πολυγλωσσία. Καλώ όλους τους βουλευτές, ιδιαίτερα τα προεδρεία των επιτροπών και τους συντονιστές, να καταβάλουν κάθε προσπάθεια για να διασφαλίσουν τη σωστή εφαρμογή του Κώδικα, λαμβάνοντας υπόψη τους ανεπαρκείς πόρους διερμηνείας και μετάφρασης που διαθέτουμε. Θα χρειαστεί αρκετός καιρός μέχρι να βελτιωθεί η κατάσταση. Σας παρακαλώ όλους να καταβάλετε αδιάπτωτη προσπάθεια να προσαρμόσετε τις γλωσσικές ανάγκες για τις συναντήσεις εργασίας στους διαθέσιμους πόρους.
Κατά την προηγούμενη σύνοδο της Ολομέλειας ορισμένοι βουλευτές υπερασπίστηκαν το δικαίωμα να εκφράζονται στη μητρική τους γλώσσα, που όμως δεν είναι ακόμη επίσημη γλώσσα της Ένωσης. Από αυτή την άποψη, οφείλω να τους υπενθυμίσω ότι το γλωσσικό καθεστώς μας εγκρίνεται βάσει συμφωνιών του Συμβουλίου. Απαιτείται η ομόφωνη απόφαση του Συμβουλίου. Μέχρι να ληφθούν οι σχετικές αποφάσεις, η Προεδρία οφείλει να εμμείνει στην τήρηση του Κανονισμού, ανεξάρτητα από τις προσωπικές της απόψεις επί του θέματος.
Θα ήθελα επίσης να τονίσω ότι, αν και όταν επικυρωθεί η Συνταγματική Συνθήκη, το Ευρωπαϊκό Κοινοβούλιο θα ενηλικιωθεί. Θα διαθέτει τότε ένα πλαίσιο στο οποίο οι ρόλοι και οι ευθύνες του θα προσδιορίζονται οριστικά.
Ωστόσο, αν τελικά επικυρωθεί, το Σύνταγμα δεν θα τεθεί σε ισχύ πριν από την 1η Νοεμβρίου 2006. Μέχρι τότε, ένα από τα κύρια καθήκοντα του Σώματος θα είναι η προώθηση μιας συζήτησης ευρέος φάσματος σχετικά με την επικύρωση της Συνταγματικής Συνθήκης.
Μεταξύ της 29ης Οκτωβρίου, ημερομηνία υπογραφής της Συνταγματικής Συνθήκης στη Ρώμη, και της 1ης Νοεμβρίου 2006, ημερομηνία κατά την οποία αναμένεται να τεθεί σε ισχύ, η Προεδρία μου θα σημαδευτεί από τη διαδικασία επικύρωσης του Ευρωπαϊκού Συντάγματος στα 25 κράτη μέλη. Οι επικυρώσεις πρόκειται να γίνουν με τον ρυθμό μίας περίπου κάθε μήνα. Στις περισσότερες περιπτώσεις, η διαδικασία θα περιλαμβάνει δημοψήφισμα. Το πρώτο θα διεξαχθεί στη χώρα μου, την Ισπανία, τον Φεβρουάριο του 2005.
Αυτή η διετής περίοδος θα είναι μια εξαιρετική ευκαιρία να ενημερωθούν οι Ευρωπαίοι για την Ευρώπη που θέλουν να δημιουργήσουν, όπως αυτή προσδιορίζεται στο κείμενο. Θα είναι μια ευκαιρία για τους πολίτες να εκτιμήσουν τι θα μπορούσε να σημαίνει αυτή η Ευρώπη για τους ίδιους και γιατί είναι σημαντική γι’ αυτούς.
Οι βουλευτές αυτού του Σώματος καλούνται να τεθούν στην υπηρεσία των πολιτών. Πρέπει να εξευρεθούν δημιουργικοί τρόποι επικοινωνίας μαζί τους και να δημιουργηθούν χρήσιμες θέσεις για κείνους. Μια έκθεση η οποία συντάχθηκε από τον κ. Corbett και τον κ. Méndez Vigo και συζητήθηκε στην Επιτροπή Συνταγματικών Υποθέσεων αναμένεται να εγκριθεί πριν από τα τέλη του έτους.
Αυτό το Κοινοβούλιο πρέπει να πασχίσει να γίνει μια αυθεντική ευρωπαϊκή συνέλευση. Πρέπει να γίνει το πρότυπο ενός ανοικτού, πλουραλιστικού και δημοκρατικού διαλόγου. Δεν πρέπει να είναι υποκριτικό, να απορρίπτει ή να ισχυρίζεται ότι έχει το μονοπώλιο του ευρωπαϊκού πνεύματος και λογικής. Κανείς δεν μπορεί να διεκδικήσει την κυριότητα της μίας και αληθινής ιδέας της Ευρώπης. Ο διάλογος είναι αναπόφευκτο να είναι περίπλοκος λόγω της ποικιλίας των ταυτοτήτων και των ιδεολογιών, και των διαφορετικών τρόπων με τους οποίους αντιλαμβάνονται τα διάφορα κόμματα την ιδέα της Ευρώπης που θέλουμε να δημιουργήσουμε.
Αυτός είναι ο λόγος για τον οποίο τα σημαντικά θέματα του σχεδίου του Συντάγματος πρέπει να εξεταστούν στην Επιτροπή Συνταγματικών Υποθέσεων, σε μεγάλες συζητήσεις. Ζήτησα από τον Πρόεδρο αυτής της επιτροπής να μου παρουσιάσει συγκεκριμένες προτάσεις στις οποίες θα βασιστεί η κοινοβουλευτική συζήτηση.
Προφανώς, δεν πρόκειται για την παρουσίαση ενός πολιτικού προγράμματος, ούτε για την προώθηση των προσωπικών μου ιδεών σχετικά με την οικοδόμηση της Ευρώπης. Ως Πρόεδρος, ο στόχος μου είναι απλώς να περιγράψω τις προτεραιότητες της ατζέντας μας και να τις εντάξω σε ένα γενικότερο πλαίσιο.
Ο ίδιος ο διάλογος ωστόσο, δεν είναι τόσο σημαντικός όσο ο τρόπος που γίνεται αντιληπτός από τους πολίτες. Οι τελευταίοι πρέπει να ενημερωθούν σχετικά με τη φύση του Συντάγματος, τι ακριβώς περιέχει και τι δεν περιέχει. Είναι κρίσιμο να ψηφίσουν οι πολίτες σχετικά με το κείμενο της Συνταγματικής Συνθήκης, και όχι σε συνάρτηση με την πολιτική κατάσταση στις εκάστοτε χώρες τους.
Από τη στιγμή που το Κοινοβούλιο θα έχει διαμορφώσει τη θέση του, θα πρέπει να διασφαλίσει ότι η άποψή του θα γίνει γνωστή και θα ληφθεί υπόψη στη διαδικασία της επικύρωσης. Είναι πολύ λυπηρό το γεγονός ότι η διαδικασία αυτή δεν θα είναι αυθεντικά πανευρωπαϊκή, πιο προσιτή στον κόσμο, και δεν θα διεξαχθεί σε όλες τις χώρες!
Κύρια επιδίωξή μας πρέπει να είναι να εξευρωπαΐσουμε τον διάλογο και να διασφαλίσουμε ότι δεν θα τον επισκιάσουν εσωτερικά πολιτικά ζητήματα, όπως συνέβη στις πρόσφατες ευρωπαϊκές εκλογές.
Το Κοινοβούλιο θα συνδεθεί με τα εθνικά κοινοβούλια. Έχει συνεργαστεί ήδη στενά με αυτά κατά τη διάρκεια της Συνέλευσης. Επιπλέον θα προεδρεύσω προσωπικά μιας ομάδας εργασίας η οποία θα έχει στόχο να προωθήσει το Σύνταγμα ως ένα πολιτικό σχέδιο που θα γίνει αντικείμενο της σημαντικότερης διαδικασίας διαλόγου που έχουν επιχειρήσει οι Ευρωπαίοι από τότε που ξεκίνησαν τον κοινό τους δρόμο προς το μέλλον, αφήνοντας πίσω τους τα συντρίμμια του πολέμου. Σας προσκαλώ όλους να διαδραματίσετε τον ρόλο σας.
Το Κοινοβούλιο πρέπει να ασχοληθεί προηγουμένως με ορισμένα πιο πιεστικά ζητήματα. Το πρώτο από αυτά είναι ο διορισμός της Επιτροπής. Ορισμένα δημοσιεύματα υποστήριξαν ότι αυτό είναι μια τυπική διαδικασία. Υπάρχουν εκείνοι που πιστεύουν ότι το αποτέλεσμα είναι ήδη δεδομένο, και ότι το Σώμα θα κάνει απλώς αυτό που πρέπει χωρίς να παρέχει καμία προστιθέμενη πολιτική αξία. Εσείς γνωρίζετε ότι δεν είναι έτσι, κυρίες και κύριοι. Το Κοινοβούλιο πρέπει να το αποδείξει αυτό στον κόσμο.
Οι βουλευτές δικαιούνται να έχουν τις απόψεις τους σχετικά με την Επιτροπή Barroso. Ωστόσο, ο διορισμός της προσφέρει μια εξαίρετη ευκαιρία να γίνουν γνωστές οι γενικές κατευθυντήριες γραμμές του προγράμματός της. Είναι επίσης μια ευκαιρία να γνωρίσουμε τις ατομικές και πολιτικές ικανότητες των ανδρών και των γυναικών που αποτελούν τη μέλλουσα Επιτροπή, και να μάθουμε τι απαιτούν οι πολιτικές ομάδες αυτού του Κοινοβουλίου από αυτή. Η Επιτροπή είναι, φυσικά, η κινητήρια δύναμη της διακυβέρνησης της Κοινότητας.
Στην αρχή της ομιλίας μου σας αναφέρθηκα στα δύο μεγάλα θέματα που προκαλούν σήμερα ανασφάλεια στην Ευρώπη, δηλαδή την τρομοκρατία και τους κοινωνικούς παράγοντες που επηρεάζουν την απασχόληση. Οι δηλώσεις και οι προτάσεις της νέας Επιτροπής σχετικά με αυτά τα δύο θέματα αναμένονται με μεγάλο ενδιαφέρον, όπως και οι απόψεις της σχετικά με τη μεταρρύθμιση του Συμφώνου Σταθερότητας. Η αρχική απάντηση της Επιτροπής Πρόντι είναι ήδη γνωστή, και είναι επίσης γνωστό ότι ο αρμόδιος Επίτροπος θα παραμείνει στη θέση του.
Θα έχουμε επίσης την ευκαιρία να συνεχίσουμε να συζητάμε την προτεινόμενη μεταρρύθμιση αυτού του Συμφώνου, που έχει μεγάλη σχέση με τη στρατηγική της Λισαβόνας. Ο κ. Barroso έχει τοποθετήσει αυτό το θέμα στην κορυφή της ατζέντας του.
Πρέπει να τεθούν ερωτήματα σχετικά με το πώς σκοπεύει η Επιτροπή να καταστήσει την Ευρώπη ένα πρότυπο όσον αφορά θέματα περιβάλλοντος, βιώσιμης ανάπτυξης και αναπτυξιακής βοήθειας. Οι απόψεις της Επιτροπής σχετικά με τη συγκέντρωση των μέσων ενημέρωσης στην Ευρώπη, και πώς σκοπεύει να αντιμετωπίσει αυτό το πρόβλημα, πρέπει επίσης να διευκρινιστούν.
Είναι σημαντικό να εξακριβωθεί η προσέγγιση της Επιτροπής στις σχέσεις της Ευρώπης με τις άλλες ηπείρους και με τον ισλαμικό κόσμο, και επίσης η προσέγγισή της στην ανάπτυξη των ευρωμεσογειακών σχέσεων και την αναζωογόνηση της διαδικασίας της Βαρκελώνης, η οποία έχει αποτελματωθεί.
Συνεπώς, θέλω να εκφράσω την υπερηφάνεια μου που ανήκω σε αυτόν, τον μεγαλύτερο από όλους τους πολυεθνικούς κοινοβουλευτικούς θεσμούς, ένα θεσμό που αποτελεί σύμβολο ειρήνης και δημοκρατίας με σεβασμό της πολυμορφίας. Αν και πολλοί Ευρωπαίοι δεν το συνειδητοποιούν επαρκώς, αυτό το Σώμα είναι ένα βήμα συζητήσεων και αποφάσεων που επηρεάζουν την καθημερινή μας ζωή και το μέλλον του κόσμου στον οποίο πρόκειται να ζήσουμε.
Ανυπομονούμε να μάθουμε τι είδους σχέση σκοπεύει να αναπτύξει η Επιτροπή με αυτό το Κοινοβούλιο, και πώς οραματίζεται τη σχέση της με τον Ύπατο Εκπρόσωπο του Συμβουλίου για την Κοινή Εξωτερική Πολιτική και Πολιτική Ασφαλείας κατά τη διάρκεια αυτής της μεταβατικής φάσης.
Όλα αυτά τα θέματα θα τεθούν. Θα καταβληθεί επίσης προσπάθεια ώστε να διασφαλιστεί ότι οι ακροάσεις θα είναι πιο ζωντανές, πιο αυθόρμητες και λιγότερο άκαμπτες απ’ ό,τι στο παρελθόν.
Όταν η νέα Επιτροπή αναλάβει τα καθήκοντά της, θα την καλέσω, ως Πρόεδρος αυτού του Σώματος, να αυξήσει την παρουσία της στο Ευρωπαϊκό Κοινοβούλιο. Θα ζητήσω από τον Πρόεδρο της Επιτροπής να έχει τακτικές συναντήσεις με τους Προέδρους των πολιτικών ομάδων. Θα ζητήσω το ίδιο από το Συμβούλιο, και ιδιαίτερα από τον κ. Σολάνα, τον Ύπατο Εκπρόσωπο της Ευρωπαϊκής Ένωσης για την Κοινή Εξωτερική Πολιτική και Πολιτική Ασφαλείας.
Το Κοινοβούλιο πρέπει να συνεχίσει το συνηθισμένο νομοθετικό του έργο, στο οποίο ξεχωρίζει η οδηγία Reach σχετικά με τα χημικά προϊόντα. Ωστόσο, υπάρχουν επιπλέον τρία σημαντικά θέματα που πρέπει να συζητηθούν μέχρι το τέλος του έτους.
Λόγω της στρατηγικής της σημασίας, θα αναφερθώ πρώτα στην Τουρκία. Η Διάσκεψη των Προέδρων πρόκειται να υποδεχθεί τον πρωθυπουργό της Τουρκίας, κ. Ερντογάν, στις 23 Σεπτεμβρίου, όπως επιθυμούσαμε. Ο κ. Ερντογάν θα επισκεφθεί επομένως αυτό το Κοινοβούλιο πριν παρουσιάσει η Επιτροπή την έκθεσή της, όπως ακριβώς ήταν η επιθυμία μας.
Θεωρητικά, το Κοινοβούλιο δεν έχει κανένα λόγο στην απόφαση σχετικά με το αν οι διαπραγματεύσεις ένταξης θα αρχίσουν ή όχι τον Δεκέμβριο. Συνεπώς, το Σώμα δεν είναι υποχρεωμένο να εκφράσει την άποψή του σχετικά με αυτό το θέμα. Ωστόσο, θα ήταν αδιανόητο για μας να μην ακουστεί η φωνή μας στην αρχή αυτού του μεγάλου ταξιδιού διότι στο τέλος του, όποιο και αν είναι αυτό, θα απαιτηθεί η συμφωνία του Κοινοβουλίου. Πρέπει να έχουμε υπόψη ότι το σημαντικό στα ταξίδια δεν είναι η διάρκειά τους, αλλά το πού οδηγούν.
Κατά την άποψή μου, το Κοινοβούλιο πρέπει να εκπονήσει μια έκθεση σχετικά με την ένταξη της Τουρκίας πριν από το Ευρωπαϊκό Συμβούλιο του Δεκεμβρίου, προκειμένου να μπορέσουμε να γνωστοποιήσουμε τις απόψεις μας σε αυτό.
Κυρίες και κύριοι, ζητήματα όπως η ένταξη της Τουρκίας αιτιολογούν την ύπαρξη του Κοινοβουλίου. Είναι μια ευκαιρία να συμμετέχει το Σώμα, και να πάψει να είναι απλός θεατής. Αποφάσεις αυτού του είδους θα μπορούσαν να είναι μια από τις περιπτώσεις στις οποίες οι δύο πηγές νομιμότητας δεν συμπίπτουν. Οι κυβερνήσεις μπορεί να καταλήξουν σε συμπεράσματα διαφορετικά από αυτά των πολιτών. Σίγουρα είναι μια εξαιρετική ευκαιρία να συζητήσουμε τη φύση της Ευρώπης που ελπίζουμε να οικοδομήσουμε, και τις επιπτώσεις που θα είχε η επιλογή του ενός ή του άλλου τρόπου.
Ελπίζουμε, επομένως, ολόψυχα ότι η Επιτροπή θα παρουσιάσει μια αντικειμενική έκθεση. Αυτό θα διευκόλυνε το Κοινοβούλιο και το Συμβούλιο να διαμορφώσουν μια πολιτική κρίση έχοντας πλήρη επίγνωση των συνεπειών της μιας ή της άλλης απόφασης. Αναφέρομαι στις επιπτώσεις της ένταξης της Τουρκίας για την Ένωση, και στις επιπτώσεις που θα μπορούσε να έχει η απόρριψή της για τις σχέσεις μας με τον ισλαμικό κόσμο. Το ίδιο ισχύει και για την αποδοχή ή απόρριψη του Συντάγματος.
Το Κοινοβούλιο πρέπει να ελευθερωθεί από προκατειλημμένες ιδέες και αβάσιμες αντιδράσεις όταν θα συμμετάσχει σε αυτόν τον διάλογο. Ο διάλογος πρέπει να αντιμετωπιστεί ως μέρος της στρατηγικής προοπτικής, με μεσοπρόθεσμο ορίζοντα.
Αυτό το συναίσθημα υπερηφάνειας που μοιραζόμαστε όλοι πρέπει να είναι συνυφασμένο με ένα συναίσθημα ευθύνης. Είναι χρέος μας να επιδεικνύουμε αίσθημα ευθύνης στην άσκηση των εξουσιών μας, στη διαμόρφωση της θέσης μας σε διεθνή θέματα, και στη διασφάλιση της ομαλής λειτουργίας αυτού του διευρυμένου Κοινοβουλίου.
Διότι το Σώμα πρέπει να έχει επίγνωση, και είμαι σίγουρος ότι την έχει, ότι η πιο σημαντική πρόκληση που αντιμετωπίζει η Ευρώπη του μέλλοντος είναι η σχέση της με τον ισλαμικό κόσμο. Αυτή η σχέση περιλαμβάνει εξίσου το Ιράκ, το Αφγανιστάν και την Παλαιστίνη.
Είναι επίσης μια σχέση που βασίζεται σε μια νέα πολιτική γειτονίας, στην ευρωμεσογειακή συνεργασία, και στην ένταξη των μεταναστών στις πόλεις μας. Υπάρχουν 10 εκατομμύρια μουσουλμάνοι στην Ευρώπη και 1 000 εκατομμύρια στον κόσμο. Ανεξάρτητα από την απόφασή μας, είναι χρέος μας να αποδείξουμε στον μουσουλμανικό κόσμο ότι δεν χαράζουμε τα σύνορά μας σύμφωνα με τη σύγκρουση των πολιτισμών που είναι αποφασισμένοι να προκαλέσουν ορισμένοι.
Ως συμβολή στη συζήτησή μας, κυρίες και κύριοι, θα ήθελα να σας ενημερώσω ότι έχω λάβει μια έκθεση την οποία εκπόνησε για την Επιτροπή μια ομάδα εμπειρογνωμόνων στην οποία ανήκουν τρία διακεκριμένα μέλη αυτού του Σώματος. Η έκθεση παραχωρήθηκε ευγενικά στη διάθεση του Ευρωπαϊκού Κοινοβουλίου. Επιτρέψτε μου να σας υποδείξω ότι αξίζει να την διαβάσετε.
Το Σώμα θα κληθεί επίσης να αποφασίσει σχετικά με τις δημοσιονομικές προοπτικές πριν από το τέλος του έτους. Η Επιτροπή έχει ολοκληρώσει το αρχικό σχέδιό της και πρόκειται να το λάβουμε σύντομα.
Προφανώς, οι δημοσιονομικοί πόροι της Ένωσης πρέπει να είναι σύμφωνοι με τις φιλοδοξίες μας και να ανταποκρίνονται στις προσδοκίες που έχει δημιουργήσει η διεύρυνση σε πολλούς πολίτες, λαμβάνοντας ταυτόχρονα υπόψη τις ανησυχίες που έχει προκαλέσει σε άλλους. Το δημοσιονομικό πακέτο 2007/2013 δεν περιέχει μόνο προτάσεις σχετικά με τον προϋπολογισμό. Δεν είναι μόνο ένας προϋπολογισμός. Είναι το πλαίσιο αναφοράς για μια ολόκληρη σειρά νομοθετικών προτάσεων σχετικά με τη χρηματοδότηση της κοινής γεωργικής πολιτικής, των διαρθρωτικών ταμείων, των προγραμμάτων για τους νέους, των διευρωπαϊκών δικτύων κ.ο.κ. Η τελική μορφή αυτού του πλαισίου αναφοράς που θα εγκριθεί θα καθορίσει σχεδόν όλο το νομοθετικό έργο μας.
Το Κοινοβούλιο θα κληθεί να διαδραματίσει ζωτικό ρόλο στην έγκριση μιας δέσμης νομοθετικών μέτρων. Ο ρόλος του στην υιοθέτηση αυτής της δέσμης μέτρων, που θα αποτελείται από περισσότερες από 50 προτάσεις, θα είναι θεμελιώδης, καθώς η εν λόγω δέσμη θα πρέπει να εγκριθεί μέσω της συναπόφασης ή των διαδικασιών σύμφωνης γνώμης. Αυτή θα είναι άλλη μια εξαιρετική ευκαιρία να δείξει το Κοινοβούλιο ότι δεν είναι απλώς ένα συμβολικό σώμα, αλλά ένα όργανο που λαμβάνει πραγματικά αποφάσεις για συγκεκριμένα θέματα τα οποία έχουν ανυπολόγιστης σημασίας επιπτώσεις.
Θα είναι στην πραγματικότητα μια μοναδική ευκαιρία για να προωθήσει το Κοινοβούλιο τις πολιτικές του προτεραιότητες. Οι πολίτες της Ευρώπης δεν μπορεί να μην το αντιληφθούν αυτό αν καταφέρουμε να μεταφράσουμε την κοινοτική διάλεκτο στην καθημερινή τους γλώσσα.
Για τον σκοπό αυτόν, πρότεινα στη Διάσκεψη των Προέδρων τη δημιουργία μιας προσωρινής ad hoc επιτροπής για να ξεκινήσει αυτόν τον διάλογο, συγκεντρώνοντας όλες τις απόψεις από τις οποίες πρέπει να προσεγγιστεί. Η Ολομέλεια πρόκειται να αποφασίσει σχετικά με αυτό σήμερα. Ο προϋπολογισμός είναι το κεντρικό σημείο στο οποίο συγκλίνουν όλες οι ακτίνες του ευρωπαϊκού τροχού. Όλες οι λεπτομέρειές του χρειάζονται προσεκτική εξέταση. Αυτός είναι ο λόγος που πιστεύω ότι μια ad hoc επιτροπή, ενδεχομένως υπό την προεδρία του ιδίου του Προέδρου του Κοινοβουλίου, θα έστελνε ένα σαφές μήνυμα της σημασίας που αποδίδουμε σε αυτό το καθήκον.
Είναι σημαντικό να έχουμε υπόψη ότι οι δημοσιονομικές προοπτικές συνδέονται με άλλες πτυχές των πολιτικών μας για τις οποίες ακούν συνεχώς να γίνεται λόγος οι πολίτες, αν και υποψιάζομαι ότι αδυνατούν να αντιληφθούν όλες τις επιπτώσεις τους. Αναφέρομαι στη στρατηγική της Λισαβόνας και στο Σύμφωνο Σταθερότητας. Μπορεί κάλλιστα να αναρωτηθεί κανείς τι υποτίθεται ότι θα σταθεροποιηθεί, και, αν η απάντηση είναι οι τιμές, γιατί μόνον αυτές.
Μέχρι το 2005 θα έχουν περάσει πέντε χρόνια από τότε που η Ένωση αποφάσισε να θέσει τον στόχο να γίνει η πιο ανταγωνιστική και δυναμική οικονομία βασισμένη στη γνώση στον κόσμο, ικανή για αειφόρο οικονομική ανάπτυξη, με περισσότερες και καλύτερες θέσεις απασχόλησης και με μεγαλύτερη κοινωνική συνοχή. Δεν νομίζετε ότι όλα αυτά αρχίζουν να ακούγονται μάλλον κούφια, και ότι οι σημαντικές πολιτικές επιπτώσεις που ενέχονται δεν συνοδεύτηκαν από τον δημοκρατικό διάλογο που ήταν αναγκαίος για να προκληθεί η σπίθα που απαιτείται για την ανάπτυξη;
Η νομιμότητα της Ένωσης πηγάζει από δύο πηγές. Η μία εντοπίζεται σε αυτό το Κοινοβούλιο και απορρέει από τους πολίτες της Ευρώπης που εκπροσωπεί. Δεν υπάρχει κανένας λόγος να ευθυγραμμίζεται πάντα με την άλλη, η οποία πηγάζει από τα κράτη μέλη.
Πρέπει να αναγνωριστεί ότι οι στόχοι της Λισαβόνας δεν έχουν εκπληρωθεί, και φαίνεται απίθανο να εκπληρωθούν μέχρι το 2010. Και είναι χρέος αυτού του Κοινοβουλίου να κρούσει τον κώδωνα του κινδύνου σχετικά με αυτόν τον ζωτικό στόχο για το μέλλον της Ένωσης. Συνεχίζεται να διακηρύσσεται συνεχώς, σαν προσευχή, ενώ δεν έχει γίνει ίσως αρκετή ανάλυση για το πώς μπορεί να επιτευχθεί καλύτερα. Ο κ. Kok θα κληθεί να παρουσιάσει την έκθεση που έχει αναλάβει να εκπονήσει σχετικά με τα λάθη της διαδικασίας και τις μελλοντικές προοπτικές της. Πιστεύω ότι η συζήτηση στο Κοινοβούλιο πρέπει να επικεντρωθεί σε αυτή την έκθεση.
Οι στόχοι που τέθηκαν στη Λισαβόνα ήταν εξαιρετικά φιλόδοξοι, και θεσπίστηκαν κατά την περίοδο της οικονομικής ευημερίας που επικρατούσε το 2000, λίγο πριν αρχίσει η κρίση που επιδεινώθηκε αργότερα από την τρομοκρατία. Αυτό πρέπει να γίνει αποδεκτό, όπως και το γεγονός ότι οι στόχοι απετέλεσαν αντικείμενο μιας διακυβερνητικής διάσκεψης που αφέθηκε στην καλή θέληση των κρατών μελών για την εφαρμογή τους μέσω μιας συντονιστικής μεθόδου, η οποία πρέπει να ενισχυθεί.
Είναι γνωστό ότι όλη αυτή την περίοδο οι επενδύσεις στην τεχνολογία ήταν χαμηλές σε σύγκριση με τις Ηνωμένες Πολιτείες, και ότι οι τελευταίες συνεχίζουν να απορροφούν τα καλύτερα μυαλά μας. Αυτό πιθανότατα απαιτεί μια εκτεταμένη συζήτηση. Το ανθρώπινο κεφάλαιο δεν αναπτύχθηκε όπως αποφασίστηκε στη Λισαβόνα.
Η διαδικασία της Λισαβόνας συμβαδίζει με την αυξανόμενη προτεραιότητα που δίδεται στις περιβαλλοντικές πολιτικές. Όπως και τα κριτήρια του Μάαστριχτ, το Κυότο θα ασκήσει πίεση στην Ευρώπη. Η κοινωνία μας θα αναγκαστεί να αλλάξει τις μεθόδους παραγωγής και κατανάλωσης με τρόπο που ίσως δεν έχουν συνειδητοποιήσει ακόμη επαρκώς οι πολίτες μας. Είμαστε υπέρ αυτού, αλλά θα πρέπει να εξετάσουμε τι ακριβώς σημαίνει και να εκπληρώσουμε τις συνακόλουθες υποχρεώσεις.
Αναφορικά με την προτεινόμενη μεταρρύθμιση του Συμφώνου Σταθερότητας και Ανάπτυξης, πιστεύω ότι το Κοινοβούλιο πρέπει να καταβάλει προσπάθεια επίδειξης πολιτικής φαντασίας προκειμένου να κάνει το Σύμφωνο να λειτουργήσει υπέρ της στρατηγικής της Λισαβόνας, μολονότι το Σώμα έχει μόνο περιορισμένες αρμοδιότητες σε αυτό το θέμα. Γενικότερα, πιστεύω ότι το Κοινοβούλιο πρέπει να προσπαθήσει να προωθήσει περισσότερο δημοκρατικό διάλογο σχετικά με τις κύριες κατευθυντήριες γραμμές της οικονομικής πολιτικής στην Ευρώπη.
Ο διάλογος πρέπει να διεξαχθεί σε αυτό το Σώμα, με τη συμμετοχή των εθνικών κοινοβουλίων, προκειμένου να αισθανθούν ότι συμμετέχουν στις ευρωπαϊκές αποφάσεις οι οποίες έχουν αντίκτυπο στον διάλογο σχετικά με τον προϋπολογισμό που πραγματοποιείται σε κάθε χώρα.
Από αυτή την άποψη, χαιρετίζω την άφιξη του κ. Junker, γνωστού ως ο “κύριος Ευρώ”. Είναι σίγουρα αλήθεια ότι είχαμε ένα πρόβλημα στην Ευρώπη αναφορικά με την απαίτηση για μεγαλύτερο συντονισμό των οικονομικών πολιτικών.
Θα είναι ασφαλώς απαραίτητο να εξετάσουμε τον ρόλο που διαδραματίζει η Ευρωπαϊκή Ένωση σε παγκόσμιο επίπεδο. Ιδιαίτερη προσοχή πρέπει να δοθεί στις διατλαντικές σχέσεις. Πιστεύω ότι έφτασε η στιγμή να δείξει το Σώμα την ωριμότητα και την υπευθυνότητα της κοινοβουλευτικής διπλωματίας του, συνεργαζόμενο πιο στενά με την Επιτροπή και το Συμβούλιο στη διεθνή σκηνή.
Κυρίες και κύριοι, η Ευρωπαϊκή Ένωση είναι ένα σημείο αναφοράς για τον υπόλοιπο κόσμο. Οι ιδρυτές της είχαν το όραμα της ενωμένης και συμφιλιωμένης ηπείρου. Αυτό το λεγόμενο ευρωπαϊκό όνειρο έχει γίνει τώρα πραγματικότητα. Δυστυχώς, κατά τη διαδικασία αυτή έχασε τη δημοκρατική του μαγεία. Δεν έχει πια τη δύναμη να κινητοποιεί βουλήσεις και να δημιουργεί ενεργές συναινέσεις.
Επιτρέψτε μου να σας θέσω μια πρόκληση, κυρίες και κύριοι. Τολμά να οραματιστεί κανείς ένα διαφορετικό ευρωπαϊκό όνειρο, ένα όνειρο για μια πιο πλουραλιστική Ευρώπη; Τολμά να οραματιστεί κανείς μια Ευρώπη που θα διαφέρει από εκείνη που είχαν στο μυαλό τους οι ιδρυτές της και τα έξι ιδρυτικά κράτη μέλη; Είναι δυνατό να οραματιστούμε ένα ιδεώδες ενός πολιτισμού ανοικτού σε όλους, το οποίο θα μας βοηθούσε να αντιμετωπίσουμε την αδιαλλαξία, την απόρριψη των μεταναστών, τις εθνικές συγκρούσεις και την έλλειψη θρησκευτικής ανοχής;
Αυτό το Κοινοβούλιο συγκεντρώνει τώρα 25 κοινοβουλευτικές παραδόσεις. Εκφράζεται σε 20 επίσημες γλώσσες και γλώσσες εργασίας, με την πολυπλοκότητα και το κόστος που συνεπάγεται αυτό. Ακόμη και αυτός ο μεγάλος αριθμός γλωσσών δεν αντικατοπτρίζει όλη τη γλωσσική πολυμορφία της Ευρώπης, όπως μου υπενθυμίζεται πολύ συχνά.
Πιστεύω ότι το Κοινοβούλιο πρέπει να συμμετάσχει σε αυτή την προσπάθεια. Σε τελική ανάλυση, στην πλειονότητά τους οι πολίτες τους οποίους εκπροσωπεί αντιλαμβάνονται, ή τουλάχιστον διαισθάνονται, ότι καμία από τις χώρες τους δεν μπορεί να αντιμετωπίσει την παγκοσμιοποίηση μόνη της. Επίσης, καμία χώρα δεν θα μπορέσει να αντιμετωπίσει μόνη τις περιβαλλοντικές ανισορροπίες, ή την εμφάνιση των λεγόμενων κρατών-ηπείρων, τις τρομοκρατικές απειλές, τη φτώχεια ή την επακόλουθη μετανάστευση.
Κυρίες και κύριοι βουλευτές, έφτασε η ώρα να ακουστεί η φωνή των πολιτών της Ευρώπης. Θέλω να εργαστώ μαζί σας, και ελπίζω να καταφέρουμε να κινητοποιήσουμε τους λαούς της ηπείρου μας, και να δώσουμε νέα πνοή στις κοινωνίες της, ώστε να μπορέσει να γίνει πραγματικότητα αυτό το νέο ευρωπαϊκό όνειρο.
Σας εύχομαι καλή τύχη και σας ευχαριστώ πολύ για την προσοχή σας.
Είχα την ευκαιρία να εκτελέσω αυτά τα καθήκοντα κατά τη διάρκεια των τελευταίων λίγων ημερών των θερινών διακοπών. Είχα το λυπηρό καθήκον να εκδώσω μια σειρά ανακοινωθέντων εξ ονόματος του Σώματος για να καταδικάσω κατηγορηματικά τις τρομοκρατικές επιθέσεις και ενέργειες που έπληξαν διάφορες περιοχές του κόσμου με τον πιο σκληρό και άγριο τρόπο.
Το Ευρωπαϊκό Κοινοβούλιο ευθυγραμμίζεται επομένως με όλους τους δημοκράτες εκφράζοντας τη λύπη του και την αλληλεγγύη του προς όλες εκείνες τις οικογένειες που βυθίστηκαν τόσο άδικα στο πένθος από αυτή την απάνθρωπη μάστιγα από την οποία δυστυχώς καμία χώρα δεν είναι πλέον απαλλαγμένη."@el10
"Ladies and gentlemen, I should now like to address you as President of the House.
I approached the 25 Heads of State or Government of the Member States of the Union with a view to expressing this feeling in the most solemn and collective manner possible. I suggested all schools across the Union should join us, the representatives of the citizens of Europe, in a minute’s silence today in memory of the child victims of the Beslan school killings and more generally, in memory of all other child victims of terrorism. I am happy to say that several countries have already agreed to participate, thus allowing European citizens to express their feelings on these terrible events.
This House condemns and rejects all terrorist acts because, regardless of its affiliation or the country where it takes place, terrorism negates the very values on which the European Union is based. The people hope a united Europe will be better able to combat this threat, which is one of the main causes of concern and insecurity in the region.
I am bound to say that expressing the horror we feel is not enough. When condemnations follow each other in quick succession, our words of anguish come to reflect frustration and impotence. There can be no excuse or reason for events as ghastly as those we witnessed towards the end of the summer or for what took place on 11 September in New York, or on 11 March in Madrid. Terrorism of all kinds is to be condemned. The debate currently taking place at world level, however, especially in our western and developed world, concerns how to combat terrorism in all its forms, rather than condemning it. Obviously, suicidal fanaticism will not be brought to an end by reasonable arguments put forward by cultured and intelligent individuals. On the other hand, one cannot expect to eliminate all its causes through the simple and indiscriminate use of force, taking revenge on other children for the harm inflicted on our own and triggering an unbearable spiral of violence.
The war on terrorism will not be won if terrorism is perceived as a conventional war. This House should develop the area of freedom and security. It must actively promote an anti-terrorist strategy based on international cooperation involving the police, the judiciary and the intelligence services. International cooperation is also needed to tackle the underlying causes breeding murderous and suicidal fanaticism.
No analysis equates to justification. Parliament’s debates and resolutions should never be interpreted as justification for terrorist violence. The fight against terrorism requires us to consider its causes in order to combat it more effectively. Parliament must continue to debate with full freedom of conscience, as it has done to date. In particular, it must consider the situation in Chechnya, in Iraq and in Palestine, regardless of the angry reactions that may follow.
Ladies and gentlemen, a further source of concern and insecurity in Europe has featured in the news this summer. I refer to the increasingly common decision to transfer companies’ economic activity within an integrated economic area, in order to benefit from a more favourable fiscal and labour situation. This has become known as relocation.
You will have noted that this phenomenon produces a defensive reaction in certain Member States that can impact on the Union’s solidarity policies. It certainly makes very clear the conflict of interest between economic competitiveness and social cohesion. These two aims ought to be complementary for us. Both are vital to the building of Europe and to the Lisbon Strategy in particular.
This is all more complicated than it appears. A simple numerical comparison of labour costs is probably not the only explanation of the phenomenon. The debate is bound to be of particular interest to those Europeans hoping Europe will prove to be a solution, not a problem. It should therefore feature prominently in Parliament’s work, and mainstreamed in the many issues filling our agenda. I shall refer to these later.
I venture to remind you first that the primary duty of the House is to contribute to the optimum performance of the enlarged Parliament. Romania and Bulgaria will soon be represented here too. It is important for Parliament to bear in mind that it is an institution in receipt of public funds facing new challenges of size and efficiency. I shall myself chair a working group tasked with ensuring that the size of the House does not detract from its effectiveness.
Two issues are particularly significant in this connection, namely the Statute for Members and the language regime. I stated earlier that the Statute would be a priority issue. Accordingly, on 8 September, I met with Mr Balkenende, President-in-Office of the Council, who assured me that he would make contact as appropriate with representatives of the governments that were unable to endorse the draft Statute, and establish what alternative measures they had in mind. I should remind you that Parliament was never informed of the reasons why certain countries were unable to agree to the draft.
I will begin by saying how honoured I am that you have decided to place your trust in me and choose me as President of Parliament. At the time you elected me, I said I would wait until this plenary sitting to outline my strategic vision of the first half of this legislature to you.
I do not believe that the consensus reached in the House should be jeopardised until this information is received. I would like to reiterate, however, that we remain fully prepared to enter into dialogue and open to any suggestions made by the Council or the Member States best placed to promote an agreement.
Concerning the language regime, I must remind the House that its implementation is governed by provisions laid down by the Bureau of the previous Parliament, through a Code of Conduct on Multilingualism. I appeal to all Members, especially to the committee bureaux and coordinators, to make every effort to ensure correct application of the Code, bearing in mind the scant interpreting and translation resources available. It will be some time before the situation improves. I urge you all to make a sustained effort to adjust the language cover for working meetings to the resources available.
In the previous plenary certain Members argued for the right to express themselves in their mother tongue, even when it is not yet an official Union language. In this regard, I must point out to them that the language regime is authorised by Council agreements. A unanimous decision in Council is required. Until the relevant decisions are taken, the Presidency must insist on compliance with the Rules of Procedure, regardless of its personal views on the matter.
I should also like to emphasise that if and when the Constitutional Treaty is ratified, the European Parliament will come of age. It will then have a framework in which its roles and responsibilities are defined once and for all.
Nonetheless, if it is eventually ratified, the Constitution will not come into force until 1 November 2006. In the meantime, one of the main tasks before the House is to stimulate a wide-ranging debate on ratification of the Constitutional Treaty.
Between 29 October, the date when the Constitutional Treaty is to be signed in Rome, and 1 November 2006, when it is due to come into force, my Presidency will be dominated by the ratification of the European Constitution in the 25 Member States. Ratifications are set to take place at the rate of roughly one a month. In most cases, the procedure will involve a referendum. My home country, Spain, will be the first to hold its referendum, in February 2005.
This two-year period will be an excellent opportunity for Europeans to learn about the Europe they wish to create, as it is defined in the text. It will be a chance for the citizens to assess what such a Europe could mean for them and why it is important for them.
Members of this House are called upon to be at the service of the citizens. Creative ways of communicating with the latter and establishing helpful positions for them must be found. A report drafted by Mr Corbett and Mr Mendez de Vigo and debated in the Committee on Constitutional Affairs is to be adopted before the end of the year.
Parliament must strive to become a genuine European assembly. It must become a model of open, plural and democratic debate. It must not be dismissive, hypocritical or claim a monopoly over European spirit or logic. Nobody can claim ownership of the one true idea of Europe. The debate is bound to be complex due to the range of identities and ideologies, and the different ways in which the various parties understand the notion of Europe we want to achieve.
This is why the key issues in the draft Constitution must be dealt with in the Committee on Constitutional Affairs, in major debates. I have asked the Chairman of this committee to forward me specific proposals on which to base the parliamentary debate.
Obviously, this does not entail presenting a political programme or putting forward my own ideas on the building of Europe. As President, my aim is simply to describe the priorities on our agenda and place them in context.
The debate itself is not as important as the way it is perceived by the citizens, however. The latter need to be informed on the nature of the Constitution, on what it does and does not actually contain. It is crucial for them to vote on the text of the Constitutional Treaty itself, and not in response to the political situation in each of their countries.
Once Parliament has formed its opinion, it must ensure that its view is known and taken into account in the ratification process. It is most regrettable that the latter will not be more genuinely pan-European, close to the people, and that it will not take place in all countries!
Our main challenge must be to Europeanise the debate and ensure internal political issues do not impinge on it, as was the case in the recent European elections.
The House will liaise with the national parliaments. It already worked closely with the latter during the Convention. In addition, I shall personally chair a working group tasked with promoting the Constitution as a political project that will be the subject of the most significant debate Europeans have engaged in since they set out together to journey into the future, leaving behind the devastation of war. I invite you all to play your part.
Parliament needs to deal with some more pressing issues beforehand. The first of these is the investiture of the Commission. Certain press reports have alleged that this is merely a formality. There are those who believe that the outcome is a foregone conclusion, and that the House will simply go through the motions, and not provide any added political value. You know that is not the case, ladies and gentlemen. The House must prove it to the world.
Members are entitled to their views on the Barroso Commission. Nonetheless, its investiture presents a splendid opportunity to make the main guidelines of its programme known. It is also an opportunity to become acquainted with the personal and political talents of the men and women who make up the incoming Commission, and to become aware of what Parliament’s political groups are demanding of it. The Commission is, of course, the engine of the Community’s government.
At the start of my address I referred to two major issues currently causing insecurity in Europe, namely terror and the social factors affecting employment. The new Commission’s statements and proposals on these two subjects are eagerly anticipated, as are its views on reform of the Stability Pact. The Prodi Commission’s initial response is already known, and it is also known that the Commissioner concerned will remain in office.
There will also be an opportunity to continue debating the proposed reform of this Pact, which has such considerable bearing on the Lisbon Strategy. Mr Barroso has placed it at the top of his agenda.
Questions must be asked concerning how the Commission intends to make Europe a model where environmental issues, sustainable development and development aid are concerned. The Commission’s views on the concentration of the media in Europe, and on how it might react to this problem, also need to be ascertained.
It is important to establish the Commission’s approach to the relationship between Europe and other continents and with the Islamic world, and also its approach to the development of the Euro-Mediterranean relationship and reinvigorating the flagging Barcelona process.
As I do so, I should like to share with you my pride in belonging to this, the greatest of all multinational parliamentary institutions. It stands for peace and democracy whilst respecting diversity. Although many Europeans are not sufficiently aware of the fact, this House is a forum for debates and decisions affecting our daily lives and the future of the world we are to live in.
We are eager to learn what kind of relationship the Commission intends to forge with this House, and how it envisages its relationship with the Council’s High Representative for the Common Foreign and Security Policy during this transitional stage.
All these issues will be raised. An effort will also be made to ensure that hearings are livelier, more spontaneous and less rigid than in the past.
Once the Commission has been invested, in my capacity as President of this House, I shall call on it to increase its presence in the European Parliament. I shall ask the President of the Commission to hold regular meetings with the presidents of the political groups. I shall ask the Council to do likewise, particularly Mr Solana, the European Union High Representative for the Common Foreign and Security Policy.
The House must continue its usual legislative work, in which the Reach Directive on chemical products stands out. In addition, however, there are three important matters to be discussed before the end of the year.
Given its strategic importance, I shall mention Turkey first. The Conference of Presidents is due to receive the Prime Minister of Turkey, Mr Erdogan, on 23 September, as we hoped. Mr Erdogan will therefore visit Parliament prior to the Commission tabling its report, as was our wish.
In theory, Parliament has no say in the decision on whether or not to open accession negotiations in December. Consequently, the House is not required to express its view on the matter. It would, however, be inconceivable for us not to make our voice heard at the start of this long journey because at the end of it, whenever that might be, the agreement of the House will be required. It should be borne in mind that the important thing about journeys is not their length, but where they lead.
In my view, the House should prepare a report on the accession of Turkey before the December European Council, so that we can make our views known to the latter.
Ladies and gentlemen, issues such as Turkish accession serve to justify Parliament’s existence. They are an opportunity for the House to become involved, and cease to be a mere spectator. Decisions of this nature could be times when the two sources of legitimacy do not coincide. Governments may come to a different conclusion from the people. It is certainly an excellent opportunity to debate the nature of the Europe we hope to create, and the consequences of going about it in one way rather than another.
It is very much to be hoped, therefore, that the Commission will produce an objective report. This would enable the House and the Council to form a political judgment in full awareness of the consequences of a decision one way or the other. I refer to the implications of Turkey’s accession for the Union, and the implications its rejection could have for our relations with the Islamic world. The same applies to acceptance or rejection of the Constitution.
Parliament needs to free itself from all preconceived ideas and unfounded reactions as it engages in this debate. The debate should be seen as part of the strategic perspective, with a view to the medium term.
Our shared pride must go hand in hand with a sense of responsibility. It is incumbent on us to be responsible as we exercise our powers, determine our stance on international affairs, and ensure the smooth operation of this enlarged Parliament.
This is because the House needs to be aware, as I am sure it is, that the most important challenge facing the Europe of the future is its relationship with the Islamic world. That relationship involves Iraq, Afghanistan and Palestine.
It is also a relationship underpinned by a new neighbourhood policy, the Euro-Mediterranean partnership and the integration of immigrants into our cities. There are 10 million Muslims in Europe and 1 000 million in the world. Regardless of the decision taken, it is incumbent on us to prove to the Islamic world that we do not set our borders according to the clash of civilisations some are determined to bring about.
By way of contribution to our debate, ladies and gentlemen, I should like to inform you that I have received a report drawn up for the Commission by an expert group including three distinguished Members of this House. The report has kindly been made available to the European Parliament. Allow me to suggest that it is well worth reading.
The House will also need to take a decision on the financial perspectives before the end of the year. The Commission has completed its initial draft and we are due to receive it shortly.
Clearly, the Union’s financial resources need to be in line with our ambitions and allow the expectations enlargement has raised in many citizens to be met, whilst taking account of the concerns it has raised amongst others. The 2007-2013 financial package contains more than budgetary proposals. It is much more than a budget. It is a reference framework for a whole range of legislative proposals on financing the common agricultural policy, the Structural Funds, youth programmes, Trans-European networks and so on. The final shape of the reference framework approved will determine almost all of our legislative tasks.
The House will have a vital role to play in the adoption of a legislative package. Its role in the adoption of this package composed of over 50 proposals will be essential, as it will have to be adopted by the codecision or assent procedures. This will be another excellent opportunity to show Parliament is not simply a talking shop, but a body that actually takes decisions on specific issues with far-reaching consequences.
It will in fact be a unique opportunity for the House to promote its political priorities. The citizens of Europe cannot fail to take this on board if we contrive to translate our jargon into their everyday language.
To this end, I have suggested to the Conference of Presidents that a temporary
committee be set up to launch the debate, bringing together all the points of view from which it should be approached. The plenary is to decide on this today. The budget is the hub where all the spokes of the European wheel come together. All its details need careful consideration. That is why I believe that an
committee, possibly chaired by the President of Parliament, would send out a clear message on the importance we attach to this task.
It is essential to keep in mind that the financial perspective links in with other aspects of our policies the citizens are constantly hearing about, though I suspect they fail to grasp their full implications. I have in mind the Lisbon Strategy and the Stability Pact. One might well wonder what is supposed to be stabilised, and if it is prices, why only them.
By 2005, five years will have elapsed since the Union decided to set itself the aim of becoming the most competitive and dynamic knowledge-based economy in the world, capable of sustainable economic growth, with more and better jobs and greater social cohesion. Does the House not think all this is beginning to ring rather hollow, and that the significant political implications involved were not accompanied by the democratic debate needed to generate the spark required for growth?
The Union’s legitimacy springs from two sources. One is to be found in this House and flows from the citizens of Europe it represents. There is no reason why it should always be in line with the other, which flows from the Member States.
It has to be recognised that the Lisbon objectives are not being met, and that it seems unlikely that they will be between now and 2010. It is incumbent on Parliament to sound a note of concern regarding this vital objective for the future of the Union. It keeps being restated, like a mantra, whilst insufficient thought has probably been given to how best to attain it. Mr Kok will be invited to present the report he is charged with drawing up, concerning the shortcomings of the process and its prospects for the future. I believe debate in the House should centre on this report.
The objectives set out at Lisbon were extremely ambitious, and were established against the background of the economic prosperity enjoyed in 2000, shortly before the start of the crisis that was later intensified by terrorism. This must be admitted, as should the fact that the objectives were the subject of an intergovernmental process relying on the good will of the Member States for their implementation, through a coordination procedure in need of strengthening.
It is well known that throughout this period investment in technology has been low in comparison with the United States, and that the latter is still draining off our best brains. This probably calls for a focused debate. Human capital is not being developed as was decided at Lisbon.
The Lisbon Process goes hand in hand with the increased prominence given to environmental policies. Like the Maastricht criteria, Kyoto will put pressure on Europe. Our society will be forced to change its methods of production and consumption in a way that the citizens may not yet be sufficiently aware of. We are in favour of this, but will have to consider what it means and fulfil the ensuing obligations.
Turning to the proposed reform of the Stability and Growth Pact, I believe Parliament should make an effort of political imagination to make it work for the Lisbon Strategy, even though the House only has limited competence in this area. More generally, I feel Parliament should endeavour to bring more democratic debate to bear on the main guidelines of European economic policy.
The debate must take place in this House, with the involvement of national parliaments, so that they feel part of European decisions with consequences for budgetary debates in each country.
In this connection, I welcome the arrival of Mr Juncker, known as Mr Euro. It is certainly true that we did have a problem in Europe regarding the call for greater coordination of economic policy.
It will of course be necessary to study the role played by the European Union at world level. Special attention must be paid to transatlantic relations. I think the time has come for the House to demonstrate the maturity and responsibility of its parliamentary diplomacy by working more closely with the Commission and the Council on the international scene.
Ladies and gentlemen, the European Union is a role model for the rest of the world. The founding fathers had a vision of a united and reconciled continent. That so-called European dream has now come true. Unfortunately, it has lost its democratic magic in the process. It no longer has the power to stir wills and engender active consensus.
Allow me to set you a challenge, ladies and gentlemen. Dare one dream a different European dream, a dream of a more pluralistic Europe? Dare one dream of a Europe that differs from the one the founding fathers and the six founding Member States had in mind? Is it possible to fashion an ideal for a civilisation based on inclusiveness, which would help combat intolerance, the rejection of immigrants, ethnic conflict and religious intolerance?
This Parliament now brings together 25 parliamentary traditions. It expresses itself in 20 official and working languages, with the consequent expense and complexity. Even this large number of languages does not reflect the whole of Europe’s linguistic diversity, as I am often reminded.
I believe Parliament must engage in this endeavour. After all, most of the citizens it represents realise, at least intuitively, that none of their countries will be able to cope with globalisation on their own. No single country will be able to deal with environmental imbalances either, or with the emergence of so-called Continent States, terrorist threats, poverty or the resulting immigration.
Ladies and gentlemen, the time has come for the citizens of Europe to make their voice heard. I want to work shoulder to shoulder with you, and hope we can succeed in mobilising the peoples of our continent and in breathing new life into its societies, so that this new European dream can come true.
Good luck and thank you very much for your attention.
I have had occasion to discharge the aforementioned responsibility during the last few days of the summer break. It has been my sad duty to issue a series of statements on behalf of the House, condemning unequivocally those terrorist attacks and actions inflicted on different parts of the world in a most cruel and savage manner.
The European Parliament is therefore at one with all democrats in expressing its sadness and solidarity with all of those families so unfairly cast into mourning by that brutal scourge that unfortunately no country is now free from."@en4
"Señoras y Señores Diputados, quisiera ahora utilizar mi privilegio como Presidente para dirigirme a ustedes.
El Parlamento Europeo se ha asociado así al sentimiento de tristeza y a la expresión de solidaridad de los demócratas con las familias enlutadas de forma tan injusta y brutal por esa lacra de la que desgraciadamente ningún país está exento.
Para insistir en ello, para expresar de la forma más solemne y colectiva posible este sentimiento, me he dirigido a los 25 Jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros de nuestra Unión, sugiriéndoles que hoy, junto con nosotros, representantes de los ciudadanos europeos, las escuelas de la UE se recogieran en un minuto de silencio en memoria de los niños de los niños víctimas de la masacre de la escuela de Beslán y, en general, de todos los niños objeto de la violencia terrorista en el mundo. Puedo anticiparles ya que varios países han anunciado que se unirán a esta iniciativa, expresión del sentimiento de los europeos frente a estos acontecimientos terribles.
Señoras y señores diputados, nuestro Parlamento condena y rechaza todas las acciones terroristas, porque el terror, de cualquier signo y en cualquier país, contradice los valores en que se basa la Unión Europea, cuyos ciudadanos esperan que la unidad de Europa sea una forma de luchar más eficazmente contra una amenaza que constituye hoy una de sus principales fuentes de preocupación y de inseguridad.
Permítanme que les diga que no basta manifestar el horror que sentimos. Las condenas reiteradas hacen que las palabras de dolor acaben reflejando frustración e impotencia. No hay excusa ni razón para hechos tan abominables como los que hemos vivido este final de verano, los del 11 de septiembre en Nueva York o los del 11 de marzo en Madrid. Todos los terrorismos son condenables, pero el debate que tiene hoy lugar en el mundo, especialmente en nuestro mundo occidental y desarrollado, no se refiere a su condena sino a la forma de combatirlos. Ciertamente, el fanatismo suicida no se va a detener con argumentos razonables expuestos por personas cultas e inteligentes. Pero tampoco podemos pretender erradicar todas sus causas con el simple e indiscriminado uso de la fuerza, vengando en otros niños el daño hecho a los nuestros y creando una escalada insoportable de violencia.
No ganaremos la batalla contra el terrorismo concibiéndola como una guerra convencional. Este Parlamento debe desarrollar el espacio de seguridad y justicia, impulsar activamente una estrategia antiterrorista basada en la cooperación internacional en materia policial, judicial y de inteligencia, así como en la lucha contra las causas subyacentes que alimentan el fanatismo asesino y suicida.
Analizar no es justificar. Los debates y resoluciones de este Parlamento nunca se podrán confundir con una justificación de la violencia terrorista. La lucha contra el terrorismo nos obliga a una reflexión sobre sus causas para mejor combatirlo y este Parlamento deberá seguir debatiendo con libertad de conciencia, como lo ha hecho hasta ahora, y analizando, en particular, la situación en Chechenia, en Iraq o en Palestina, por airadas que sean las reacciones que nuestra deliberación produzca.
Señoras y Señores diputados, las noticias de este verano han reflejado también otra fuente de preocupación e inseguridad en Europa. Me refiero al fenómeno, cada vez más frecuente, del desplazamiento de la actividad de las empresas dentro de un espacio económico integrado, buscando mejores condiciones laborales y fiscales, lo que llamamos deslocalización.
Habrán podido observar ustedes cómo este fenómeno genera reacciones defensivas en algunos países que pueden condicionar las políticas de solidaridad de la Unión. Ciertamente plantea de forma conflictiva la relación entre competitividad económica y cohesión social, objetivos que, para nosotros, deben ser complementarios y que se proclaman en la construcción europea y, en particular, en la estrategia de Lisboa.
Todo es más complicado de lo que parece. La simple comparación nominal de los costes del trabajo no es quizás la única explicación a este fenómeno. Este debate interesa, sin duda, a los europeos, que esperan una "Europa como solución" y no una "Europa como problema". Por lo tanto, deberá estar muy presente en los trabajos de este Parlamento, a través de los múltiples temas que desbordan nuestra agenda y a los que luego me referiré.
Pero antes, permítanme recordarles que nuestra primera obligación es contribuir al óptimo funcionamiento del Parlamento ampliado, que próximamente contará también con Rumanía y Bulgaria. Recordemos que somos una institución que consume recursos públicos y se enfrenta a nuevos problemas de dimensión y eficacia. Presidiré personalmente un grupo de trabajo encargado de asegurar que nuestra dimensión no disminuya nuestra eficacia.
En primer lugar, les reitero mi agradecimiento por la confianza que en mí
A este respecto, dos cuestiones se presentan como especialmente importantes: el Estatuto de los Diputados y el régimen lingüístico. Ya les anuncié que el Estatuto sería una cuestión prioritaria y, por ello, ya me entrevisté, el pasado 8 de septiembre, con el Presidente en ejercicio del Consejo, Sr. Balkenende, que me aseguró que establecería los oportunos contactos con los representantes de los gobiernos que no pudieron dar su acuerdo a nuestra propuesta de Estatuto, para conocer cuáles podrían ser sus planteamientos alternativos. Les recuerdo que el Parlamento no ha sido nunca informado de las razones por las cuales algunos países no pudieron aceptar esa propuesta.
Creo que, mientras no dispongamos de información al respecto, no deberemos modificar el consenso alcanzado en el seno del Parlamento, sin perjuicio de que reiteremos nuestra permanente disposición al diálogo y un espíritu abierto frente a las sugerencias que recibamos del Consejo o de los Estados miembros que están en mejor situación para avanzar hacia un acuerdo.
En cuanto al régimen lingüístico, debo recordarles que su aplicación está regulada por una disposición de la Mesa del anterior Parlamento, a través de un Código de Conducta sobre el Multilingüismo. Ruego a todos, especialmente a las mesas de las comisiones y a los coordinadores, la máxima colaboración para su adecuada aplicación, habida cuenta de la escasez de recursos de interpretación y traducción que todavía sufrimos y que tardaremos algún tiempo en resolver. Ruego a todo el mundo que adapte permanentemente las necesidades lingüísticas de cada reunión de trabajo a los recursos disponibles.
En cuanto al deseo de algunos diputados, manifestado en el Pleno anterior, de utilizar la lengua que les es propia, pero que no es aún lengua oficial de la Unión, debo recordarles que nuestro régimen lingüístico depende de acuerdos del Consejo, que debe tomarlos por unanimidad, y, mientras no se produzcan, la Presidencia debe exigir el cumplimiento del Reglamento, independientemente de sus opiniones personales.
Por otra parte, quiero recordarles que, cuando se ratifique el Tratado Constitucional -si así ocurre por fin-, el Parlamento Europeo habrá alcanzado su madurez y dispondremos de un marco que definirá de forma estable nuestras funciones y responsabilidades.
Sin embargo, la Constitución no entrará en vigor, si finalmente es ratificada, hasta el 1 de noviembre de 2006. Hasta entonces, nuestra tarea más importante será el impulso y la participación en el debate sobre la ratificación del Tratado Constitucional.
Entre el 29 de octubre, fecha de la firma en Roma del Tratado Constitucional, y el 1 de noviembre de 2006, fecha fijada para su entrada en vigor, mi Presidencia estará marcada por el proceso de ratificación de la Constitución Europea en los 25 Estados miembros. Muchas de las ratificaciones -más o menos una al mes- se expresarán por referéndum. El primero tendrá lugar en mi propio país, España, en febrero de 2005.
Transcurrirán así dos años, que supondrán una gran ocasión para que los europeos se interesen por la Europa que quieren hacer, tal como está definida en ese texto, por lo que les aporta y por qué les importa.
Y nosotros tenemos que tener una actitud de servicio hacia los ciudadanos, innovando la comunicación y elaborando posiciones útiles para ellos. Antes de fin de año, aprobaremos un informe, redactado por los diputados Corbett y Méndez Vigo y debatido en la Comisión de Asuntos Constitucionales.
Este Parlamento debe ser la gran AGORA de Europa. Debemos dar ejemplo de un debate abierto, plural, y democrático. Sin descalificaciones ni maniqueísmos ni pretensiones de monopolizar el sentimiento o la razón europeísta. Nadie está en posesión de la verdadera y única idea de Europa. El debate será complejo por razones identitarias o ideológicas, o por las diferentes concepciones que unos y otros albergamos acerca de la Europa que queremos hacer.
depositaron al elegirme como Presidente de nuestro Parlamento. Ya les anuncié que dejaba para esta sesión plenaria la exposición de mi visión estratégica de la primera mitad de esta legislatura.
Por ello, tenemos que tratar en el seno de la Comisión de Asuntos Constitucionales, en grandes debates, los grandes temas del proyecto constitucional; y he pedido a su Presidente que me haga llegar propuestas concretas para animar así nuestro debate parlamentario.
Pero lo importante no es nuestro debate, sino la forma en que lo perciban los ciudadanos. Lo importante es ilustrarles sobre qué es, qué dice y qué no dice la Constitución. Lo importante es que se pronuncien sobre el texto del tratado Constitucional y no en función del contexto político de cada uno de sus países.
Una vez que el Parlamento haya fijado su opinión deberemos esforzarnos en que se conozca y se tome en cuenta en el proceso de ratificación que ¡ojalá se hubiese podido plantear de forma más paneuropea, más cercana, en todos los países!
Nuestro principal reto es EUROPEIZAR el debate y evitar que las cuestiones de política interna influyan, como sucedió tanto en las pasadas elecciones europeas.
Nos coordinaremos con los Parlamentos nacionales, con los que hemos trabajado estrechamente durante la Convención y yo mismo presidiré un grupo de trabajo dedicado a divulgar la Constitución como proyecto político sometido al más importante debate que los europeos hayan acometido desde que iniciaron su común andar sobre las ruinas de la guerra. A ello les invito.
Pero antes tenemos trabajos más inmediatos. El primero de ellos es la investidura de la Comisión. Hemos leído en alguna prensa que nuestra tarea es una mera formalidad. Para algunos, el resultado está ya descontado y se trata de un proceso meramente formal, sin valor añadido político. Ustedes saben que no es así. Tendremos que demostrarlo.
Cualquiera que sea la apreciación que la Comisión Barroso nos merezca a cada uno de nosotros, la investidura debe ser una gran ocasión para que se conozcan las grandes orientaciones del trabajo que quieren hacer, para conocer las capacidades personales y políticas de los hombres y mujeres que la componen; para conocer lo que los grupos políticos de este Parlamento reclaman de ese órgano que es el motor del gobierno comunitario.
Al inicio de mi intervención les he planteado los dos grandes temas que son hoy fuente de inseguridad en Europa: el terror y las circunstancias sociales que rodean el empleo. ¿Qué dirá, qué propondrá la Comisión sobre estos grandes aspectos? ¿Qué dirá sobre la reforma del Pacto de Estabilidad? Ya sabemos qué ha empezado a decir la Comisión Prodi, y que el Comisario responsable seguirá siendo el mismo.
Tendremos también la ocasión para seguir debatiendo las propuestas de reforma de un Pacto que tiene mucho que ver con la estrategia de Lisboa y que el Sr. Barroso ha situado en el centro de su acción.
¿Cómo quiere la Comisión hacer de Europa una potencia de referencia en el terreno del medio ambiente, del desarrollo sostenible y de la ayuda al desarrollo? ¿Qué dirá sobre la concentración de los medios de comunicación en Europa? ¿Cómo pretende hacer frente a este problema?
Evidentemente, no se trata de presentar un programa político, ni de exponerles mis propias ideas sobre la construcción europea. Mi objetivo como Presidente sólo es describir y orientar las prioridades de nuestra agenda.
¿Cómo ve la relación de Europa con los otros continentes? ¿Y con el mundo islámico? ¿Cómo quiere impulsar las relaciones euro-mediterráneas? ¿Cómo pretende revitalizar el renqueante proceso de Barcelona?
¿Cuál será su relación con este Parlamento? ¿Cómo ve, en esta fase transitoria, sus relaciones con el Alto Representante del Consejo para la Política exterior?
Hablaremos de estos temas y procuraremos que las audiencias se organicen de una forma menos rígida, más viva y espontánea que en el pasado.
Cuando la nueva Comisión esté investida, este Presidente le pedirá que refuerce su presencia en el Parlamento Europeo. Pediré al Presidente de la Comisión que se entreviste regularmente con los Presidentes de los grupos políticos. Formularé la misma petición al Consejo, y en particular, al Alto Representante para la Política exterior, Javier Solana.
Además de nuestras tareas legislativas ordinarias y hay una de ellas muy importante, la relativa a la Directiva Reach sobre los productos químicos , de aquí a fin de año tendremos que examinar otras tres grandes cuestiones.
Me referiré, en primer lugar, por su importancia estratégica, a la cuestión de Turquía.Tal como deseábamos, la Conferencia de Presidentes recibirá el 23 de septiembre al Primer Ministro turco, Sr. Erdogan. Como ven, el Sr. Erdogan acudirá a este Parlamento antes de que la Comisión presente su informe, tal como era nuestro deseo.
Formalmente, este Parlamento no tiene ningún papel en la decisión sobre si las negociaciones de adhesión deben abrirse o no en Diciembre. No tenemos ninguna necesidad por tanto de emitir opinión al respecto. Pero sería inconcebible que estuviésemos callados sobre un tema que, al final del camino, por largo que éste sea, no podrá decidirse sin nuestro acuerdo. Y lo importante de los caminos no es cuán largos sean, sino adónde llevan.
Considero que este Parlamento debe elaborar un informe sobre la adhesión de Turquía antes del Consejo Europeo de diciembre para poder trasladarle nuestro punto de vista.
Señoras y Señores Diputados, cuestiones como la adhesión de Turquía dan toda la razón de ser a nuestro Parlamento. Es una ocasión para ser protagonistas y no espectadores. Puede ser ese tipo de grandes decisiones donde las dos fuentes de legitimidad no coincidan, donde la opinión de los gobiernos sea una y las de los pueblos, los ciudadanos, sea otra. Es una gran ocasión para debatir sobre la clase de Europa que queremos hacer, y las consecuencias que tendría hacerla de una o de otra manera.
Por eso esperamos que la Comisión emita un informe objetivo de manera que esta Cámara, como el Consejo, adopte su juicio político teniendo muy claras las consecuencias de una u otra decisión - como el sí o el no a la Constitución - las implicaciones que tendría para la Unión la adhesión de Turquía, y las consecuencias que supondría su rechazo para nuestras relaciones con el mundo islámico.
Al hacerlo quiero compartir con ustedes el orgullo de pertenecer a la mayor institución parlamentaria multinacional, símbolo de paz y de democracia, respetuosa de la diversidad, foro de debates y de decisiones que afectan a la vida cotidiana de todos los europeos, aunque muchos no sean suficientemente conscientes de ello, y al futuro del mundo en el que vamos a vivir.
El Parlamento tiene que encarar este debate lejos de reflexiones inopinadas o de ideas preconcebidas, situándolo en una perspectiva estratégica y un horizonte a medio plazo.
Porque hemos de ser conscientes, y estoy seguro de que lo somos, de que el reto más importante que tiene planteada la Europa del futuro es la relación con el mundo islámico y esa relación pasa por Irak, Afganistán y Palestina.
Pero también se basa en una nueva política de vecindad, en el partenariado euro-mediterráneo, y en la integración de la emigración en nuestras ciudades. Hay en Europa 10 millones de musulmanes y en el mundo, 1.000 millones. Cualquiera que sea nuestra decisión, es nuestra responsabilidad demostrar al mundo musulmán que no trazamos nuestras fronteras según el choque de civilizaciones que algunos están empeñados en provocar.
Como contribución a nuestro debate, Señorías, les señalo que he recibido un informe que ha elaborado para la Comisión un comité de expertos, entre los que figuran tres miembros distinguidos de nuestra Institución, que han tenido la amabilidad de presentarlo al Parlamento europeo y cuya lectura me permito aconsejar.
También, antes de fin de año, tendremos que pronunciarnos sobre las perspectivas
financieras cuyo proyecto inicial ha sido ya elaborado por la Comisión y nos será presentado en breve.
Es obvio que los recursos financieros de la Unión deben estar a la altura de nuestras ambiciones y dar respuesta a las expectativas que la ampliación ha generado en muchos ciudadanos y tener en cuenta las inquietudes que ha despertado en otros. El futuro paquete financiero 2007/2013 no sólo contiene propuestas presupuestarias. No es sólo un presupuesto. Es el marco de referencia de toda una serie de propuestas legislativas sobre la financiación de la Política agrícola, los fondos estructurales, los programas de juventud, las redes transeuropeas ... Prácticamente toda nuestra tarea legislativa quedará condicionada por la forma en que se apruebe este marco de referencia.
Tendremos un papel capital, imprescindible, en la adopción de un paquete legislativo, que estará formado por más de 50 propuestas, que tendrá que ser aprobado en codecisión o en dictamen conforme. Ocasión excelente para demostrar que esto no es una caja de grillos que cantan a al luna, sino un colectivo de personas que toman decisiones sobre temas muy concretos y muy transcendentales.
Será, en definitiva, una ocasión única para este Parlamento de hacer valer sus prioridades políticas y así tendrán que entenderlo los europeos si conseguimos traducir nuestra jerga en un lenguaje que forme parte de su cotidianeidad.
Para contribuir a ello, he propuesto a la Conferencia de Presidentes, y así lo decidirá hoy el Pleno, la creación de una comisión temporal ad hoc para iniciar este debate integrando todos los puntos de vista desde los que debe analizarse. En el vértice presupuestario confluyen todos los radios de la rueda europea y debemos analizarlo de una forma compleja y completa, y para ello, creo que una comisión ad hoc, presidida quizá por el propio Presidente del Parlamento, sería un mensaje claro de la importancia que damos a esta tarea.
Y no debemos olvidar que las perspectivas financieras forman parte de un engranaje con otros elementos de nuestras políticas de los que oyen hablar continuamente los europeos y que dudo de que lleguen a comprender toda su trascendencia. Me refiero al Pacto de Estabilidad - ¿estabilidad de qué?, ¿de precios?, pero, ¿por qué sólo de precios?- y a la estrategia de Lisboa.
Este sentimiento de orgullo por todos compartido va parejo a un sentimiento de responsabilidad. Responsabilidad en el ejercicio de nuestros poderes, en nuestra toma de posición en materias internacionales, responsabilidad en el buen funcionamiento de este Parlamento ampliado.
En 2005 habrán pasado cinco años desde que la Unión decidió fijarse el objetivo de "convertirse en la economía basada en el conocimiento más competitiva y dinámica del mundo, capaz de crecer económicamente de manera sostenible con más y mejores empleos y con mayor cohesión social". ¿No les parece que es una frase que empieza ya a sonar ritual? ¿Que toda la transcendencia política que encierra no ha ido seguida de un debate democrático que le diese el alma que necesita para crecer?
Reconozcamos que los objetivos de Lisboa no se están cumpliendo, y parece que tampoco se cumplirán de aquí a 2010. Y este Parlamento debe alzar su voz de preocupación ante un objetivo transcendental para la vida de la Unión que seguimos proclamando ritualmente y quizá no analizando suficientemente en qué vía estamos de conseguirlo. Invitaremos al Sr. Kok a que presente el informe que tiene encargado elaborar sobre los fallos del proceso y sus perspectivas futuras. Creo que, en torno a este informe, el Parlamento debe animar su debate.
Hay que reconocer que en Lisboa se plantearon objetivos muy ambiciosos, formulados en una época de bonanza económica (año 2000), poco antes de que empezara la crisis y el terrorismo la acelerara, y que fueron objeto de un proceso intergubernamental que deja a la buena voluntad de los Estados miembros su aplicación a través de un método de coordinación, que debiera reforzarse.
En este período, sabemos que la inversión en tecnología es baja en comparación con Estados Unidos, que sigue drenando nuestros mejores cerebros, y probablemente de eso tenemos que debatir intensamente. Nuestra formación de capital humano no es la que en Lisboa se decidió que fuera.
Ese proceso de Lisboa coincide con el redoblado protagonismo de las políticas medioambientales. Kioto someterá a la sociedad europea a un estrés parecido al que los criterios de Maastricht le obligaron a asumir, cambiando sus formas de producción y consumo, y ello de una forma que quizá todavía no son suficientemente conscientes nuestros ciudadanos. Estamos a favor de esto, pero tendremos que ver lo que supone y cumplir con la obligación que de ello se deriva.
Y en relación a las propuestas de reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, aunque nuestras competencias al respecto son limitadas, creo que este Parlamento debe hacer un esfuerzo de imaginación política para ponerlo al servicio de la estrategia de Lisboa y, de forma más general, introducir más debate democrático en las grandes orientaciones de la política económica en Europa.
Es aquí donde hay que hacerlo, asociando a los Parlamentos nacionales para que se sientan concernidos por las decisiones europeas que enmarcan la deliberación presupuestaria en cada país.
En este sentido, saludo la llegada del Señor "EURO", del Sr. Junker, por que es cierto que teníamos un problema en Europa: una demanda de mayor coordinación de las políticas económicas.
Tendremos, obviamente, que analizar el papel que nuestra Unión juega en el mundo y, en particular, dedicar atención a las relaciones trasatlánticas. Creo que ha llegado el momento de demostrar la madurez y la responsabilidad de la diplomacia parlamentaria que ejerce nuestra Cámara, buscando más concertación con la Comisión y el Consejo en nuestro trabajo internacional.
Señoras y señores diputados. La UE es un referente para las demás regiones del mundo. El “sueño europeo” (¿debemos hablar de un
?), de sus padres fundadores, el sueño de reconciliar y unir el continente, es ya una realidad. Y al hacerse realidad, ha perdido su poder de encantación democrática, ha perdido su capacidad de movilizar voluntades y de crear consensos activos.
Un Parlamento a través del que fluye una de las dos fuentes de legitimidad en las que se basa nuestra Unión, la que fluye y representa a los ciudadanos europeos, que no tiene por qué coincidir siempre con la otra, la que emana de los Estados miembros.
¿Es posible imaginar otro “sueño europeo” para una Europa más pluriforme? ¿Es posible imaginar otro “sueño europeo” para una Europa que no será la que imaginaron los padres fundadores ni los seis países que la iniciaron? ¿Es posible alumbrar un ideal de civilización, basado en la inclusión, con el que enfrentarse a la intolerancia, al rechazo hacia los inmigrantes, al enfrentamiento étnico y a la intolerancia religiosa?
Creo que a todo ello debe contribuir este Parlamento, porque la mayoría de los ciudadanos que representamos aquí saben, o por lo menos intuyen, que ninguno de sus países podrá enfrentarse solo a la mundialización, a los desequilibrios medioambientales, a la emergencia de Estados-continente, a las amenazas terroristas o a la pobreza y a la inmigración que produce.
Señoras y señores diputados, en Europa ha sonado la hora de los ciudadanos. Quisiera, con todos ustedes, movilizar a sus pueblos y dinamizar a sus sociedades para hacer realidad ese nuevo sueño europeo.
Muchas gracias y buen trabajo
Un Parlamento en el que ya conviven 25 tradiciones parlamentarias diferentes y se expresa en 20 lenguas oficiales y de trabajo, con la complejidad y el coste que ello conlleva. Son muchas lenguas y, sin embargo, aún no representan toda la diversidad lingüística de Europa. A mí en particular se me recuerda este hecho con frecuencia.
En el ejercicio de esta responsabilidad, he pasado los últimos días del verano emitiendo, en nombre de todos ustedes, continuos comunicados de tajante condena de los atentados y acciones terroristas que han golpeado, de la forma más salvaje y cruel, en distintas partes del mundo."@et5
"Hyvät parlamentin jäsenet, haluaisin nyt puhua teille parlamentin puhemiehenä.
Käännyin unionin jäsenvaltioiden 25:n valtioiden ja hallitusten päämiehen puoleen ilmaistakseni mahdollisimman juhlallisesti ja kollektiivisesti tämän tuntemuksen. Ehdotin, että EU:n kouluissa vietettäisiin tänään minuutin hiljaisuus meidän, Euroopan kansalaisten edustajien, kanssa Beslanin verilöylyn lapsiuhrien ja yleisesti ottaen kaikkien terroristien väkivallasta kärsivien lasten muistoksi maailmassa. Ilokseni voin kertoa, että lukuisat maat ovat jo ilmoittaneet osallistumisestaan, mikä antaa eurooppalaisille mahdollisuuden ilmaista tunteitaan näiden hirvittävien tapahtumien johdosta.
Parlamentti tuomitsee kaikki terroriteot, koska riippumatta sen alkuperästä tai kohdemaasta terrorismi on ristiriidassa Euroopan unionin perusarvojen kanssa. Kansalaiset odottavat, että yhtenäinen Eurooppa pystyy paremmin vastustamaan uhkaa, joka on tänä päivänä yksi alueen suurimmista huolen ja turvattomuuden aiheuttajista.
Minun täytyy sanoa, ettei kauhuntunteiden ilmaiseminen riitä. Toistuvat pahoittelut johtavat siihen, että surunvalittelut alkavat lopulta ilmaista turhautumista ja kyvyttömyyttä. Ei ole mitään tekosyytä tai syytä niin kauhistuttaville teoille kuin on saatu kokea tämän kesän lopussa tai New Yorkissa 11. syyskuuta tai Madridissa 11. maaliskuuta. Kaikki terrorismi on tuomittava. Maailmassa ja etenkin länsimaissa sekä kehittyneissä maissa tällä hetkellä käytävä keskustelu ei kuitenkaan koske terrorismin tuomitsemista vaan keinoja sen torjumiseksi. Sivistyneiden ja viisaiden henkilöiden esittämät järkevät perustelut eivät varmastikaan saa fanaattisia itsemurhaiskuja loppumaan. Toisaalta kaikkia terrorismin syitä ei myöskään voida poistaa yksinkertaisella ja umpimähkäisellä voimankäytöllä tai kostamalla muiden lapsille omien lastemme kärsimykset ja laukaisemalla kestämättömän väkivallan kierre.
Emme voi voittaa terrorismin vastaista sotaa, jos pidämme sitä tavanomaisena sotana. Parlamentin on kehitettävä turvallisuuteen ja oikeuteen perustuvaa aluetta, edistettävä aktiivisesti terrorisminvastaista strategiaa, joka perustuu kansainväliseen yhteistyöhön poliisiasioissa, oikeudellisissa asioissa ja tiedustelualalla. Kansainvälistä yhteistyötä tarvitaan myös fanaattisten terrori- ja itsemurhaiskujen taustalla olevien syiden kitkemiseksi.
Asioiden tarkasteleminen ei tarkoita, että niille annettaisiin oikeutus. Parlamentin keskusteluja ja päätöslauselmia ei pidä koskaan ymmärtää niin, että niissä oikeutettaisiin terroristien väkivalta. Terrorismin torjunta edellyttää, että pohdimme sen syitä voidaksemme taistella paremmin sitä vastaan. Parlamentin on voitava edelleen keskustella asioista hyvällä omatunnolla, kuten se on tehnyt tähänkin asti. Sen on tarkasteltava etenkin Tšetšenian, Irakin ja Palestiinan tilannetta riippumatta siitä, kuinka vihaisesti siihen reagoidaan.
Hyvät parlamentin jäsenet, tämänkesäisissä uutisissa on käsitelty myös toista huolen ja turvattomuuden aiheuttajaa Euroopassa. Viittaan yhä yleisemmäksi tulleeseen päätökseen siirtää yritysten liiketoiminta yhtenäiselle talousalueelle parempien työ- ja verotusolosuhteiden perässä. Tätä kutsutaan uudelleen sijoittumiseksi.
Olette kenties huomanneet, että tämä ilmiö synnyttää joissakin maissa puolustusreaktion, joka voi vaikuttaa unionin solidaarisuuspolitiikkaan. Ainakin se tuo esiin taloudellisen kilpailukyvyn ja sosiaalisen yhteenkuuluvuuden ristiriitaisen suhteen. Näiden tavoitteiden pitäisi mielestämme täydentää toisiaan, sillä molemmat ovat olennainen osa Euroopan yhdentymistä ja etenkin Lissabonin strategiaa.
Kaikki tämä on monimutkaisempaa kuin miltä se vaikuttaa. Nimellisten työvoimakustannusten vertailu ei välttämättä ole ainoa selitys ilmiölle. Tämä keskustelu kiinnostaa epäilemättä niitä eurooppalaisia, jotka toivovat Euroopan osoittautuvan ratkaisuksi eikä ongelmaksi. Niinpä tämän kysymyksen olisi oltava olennainen osa parlamentin työskentelyä ja kuuluttava lukuisiin asialistallamme oleviin kysymyksiin, joihin kohta viittaan.
Sitä ennen haluan kuitenkin muistuttaa, että ensisijaisena velvollisuutenamme on edistää laajentuneen parlamentin mahdollisimman suurta toimivuutta. Pian myös Romania ja Bulgaria ovat täällä edustettuina. Muistutan, että parlamentti on julkisista varoista rahoitettava toimielin, joka joutuu nyt kohtaamaan uusia kokoon ja tehokkuuteen liittyviä ongelmia. Aion henkilökohtaisesti johtaa työryhmää, joka vastaa siitä, ettei parlamentin tehokkuus kärsi sen koon vuoksi.
Tässä yhteydessä on kaksi erityisen tärkeää kysymystä: jäsenten ohjesääntö ja kielijärjestelmä. Totesin jo aikaisemmin, että ohjesääntö on ensisijaisen tärkeä kysymys. Niinpä tapasin 8. syyskuuta neuvoston puheenjohtajan Balkenenden, joka lupasi ottaa asianmukaisesti yhteyttä niiden hallitusten edustajiin, jotka eivät hyväksyneet esittämäämme ohjesääntöä, ja selvittää, mitä muita ehdotuksia niillä mahdollisesti oli. Muistutan, että parlamentille ei koskaan kerrottu, miksi jotkin maat eivät hyväksyneet ehdotusta.
Ensinnäkin kiitän teitä luottamuksestanne, kun valitsitte minut parlamentin puhemieheksi. Ilmoitin teille jo valintani yhteydessä, että kerron teille tässä täysistunnossa strategisesta näkemyksestäni, joka koskee tämän lainsäädäntökauden ensimmäistä puoliskoa.
Ennen kuin meillä on tästä tietoa, ei ole syytä vaarantaa parlamentin saavuttamaa yksimielisyyttä. Toistan kuitenkin, että olemme täysin valmiita vuoropuheluun ja avoimia neuvoston tai niiden jäsenvaltioiden neuvoille, jotka edistävät parhaiten yhteisymmärrystä.
Muistutan teille, että kielijärjestelmän noudattamisesta säädetään parlamentin puhemiehistön laatimissa monikielisyyttä koskevissa menettelysäännöissä. Pyydän kaikkia jäseniä ja etenkin valiokuntien sihteeristöjä ja koordinaattoreita tekemään kaikkensa sen varmistamiseksi, että näitä sääntöjä noudatetaan asianmukaisesti, kun otetaan huomioon tulkkaukseen ja kääntämiseen varattujen resurssien vähäisyys. Kestää aikansa ennen kuin tilanne paranee. Pyydän kaikkia mukauttamaan pysyvästi kunkin kokouksen tarpeet saatavilla oleviin resursseihin.
Edellisessä täysistunnossa muutama edustaja ilmaisi toiveensa käyttää omaa äidinkieltään siitä huolimatta, ettei se ole unionin virallinen kieli. Muistutan heille, että kielijärjestelmämme on vahvistettu neuvoston sopimuksissa ja sen muuttamiseen tarvitaan neuvoston yksimielinen päätös. Ennen kuin asianmukaisia päätöksiä tehdään, puhemiehistön on omista mielipiteistään huolimatta vaadittava työjärjestyksen noudattamista.
Haluan myös korostaa, että jos ja kun perustuslaki ratifioidaan, Euroopan parlamentti saavuttaa vihdoin täysivaltaisuutensa. Sen jälkeen sen tehtävät ja velvollisuudet on määritelty tietyssä asiakirjassa pysyvästi.
Perustuslaki tulee kuitenkin mahdollisen ratifioinnin jälkeen voimaan vasta 1. marraskuuta 2006. Siihen asti tärkein tehtävämme on kannustaa laaja-alaista keskustelua perustuslakisopimuksen ratifioinnista.
Sillä välin, kun perustuslakisopimus allekirjoitetaan Roomassa 29. lokakuuta 2006 ja se tulee voimaan 1. marraskuuta 2006, puhemieskauttani määrittää Euroopan perustuslain ratifioiminen 25 jäsenvaltiossa. Ratifiointien on määrä tapahtua noin kerran kuussa, ja monessa maassa ratifiointiprosessi sisältää kansanäänestyksen. Kotimaani Espanja järjestää ensimmäisenä kansanäänestyksen helmikuussa 2005.
Tämä kaksivuotinen prosessi antaa eurooppalaisille erinomaisen tilaisuuden miettiä, millaisen Euroopan he haluavat luoda, sikäli kuin se on tässä tekstissä määritelty. Heillä on tilaisuus pohtia, mitä tällainen Eurooppa merkitsee heille ja miksi se on heidän kannaltaan tärkeä.
Parlamentin jäsenten on oltava valmiita palvelemaan kansalaisia. Tiedotusta on uudistettava ja on laadittava kansalaisten kannalta hyödyllisiä ehdotuksia. Ennen vuoden loppua on määrä hyväksyä Corbettin ja Méndez Vigon laatima mietintö, josta keskustellaan perussopimus-, työjärjestys- ja toimielinasioiden valiokunnassa.
Parlamentin on oltava aito eurooppalainen edustajainhuone. Meidän on näytettävä mallia avoimesta, moniarvoisesta ja demokraattisesta keskustelusta. Parlamentti ei saa vähätellä, käyttäytyä tekopyhästi tai yrittää monopolisoida eurooppalaista henkeä tai järkeä. Kukaan ei omista yksinoikeudella yhtä ainoaa oikeaa ajatusta Euroopasta. Käytävä keskustelu on väistämättä monimutkaista identiteettiin ja ideologiaan liittyvistä syistä tai niiden käsitysten vuoksi, joita eri osapuolilla on tulevaisuuden Euroopasta.
Sen vuoksi perussopimus-, työjärjestys- ja toimelinasioiden valiokunnassa on käsiteltävä laajoissa keskusteluissa perustuslakiehdotuksen keskeisiä kysymyksiä. Olen pyytänyt valiokunnan puheenjohtajaa tekemään täsmällisiä ehdotuksia parlamentaarisen keskustelumme pohjaksi.
Tämä ei tietenkään tarkoita poliittisen ohjelman tai omien Euroopan yhdentymistä koskevien ajatusteni esittelyä. Puhemiehenä tavoitteenani on ainoastaan kuvailla asialistallamme olevia ensisijaisia kysymyksiä ja asettaa ne asiayhteyteen.
Keskustelu itsessään ei kuitenkaan ole yhtä tärkeä kuin se, miten kansalaiset suhtautuvat siihen. Kansalaisille on tiedotettava, mistä perustuslaissa on kyse, mitä se sisältää ja ei sisällä. Kansalaisten on tärkeää äänestää perustuslakisopimuksen tekstistä eikä mukailla kunkin maan poliittista ilmapiiriä.
Kun parlamentti on muodostanut kantansa, sen on tehtävä se tunnetuksi ja varmistettava, että se otetaan huomioon ratifiointiprosessissa. On harmillista, ettei ratifiointiprosessi ole aidosti yhtenäisempi ja lähempänä kansalaisia ja ettei sitä järjestetä kaikissa maissa!
Suurimpana haasteenamme on eurooppalaistaa keskustelua ja varmistaa, että sisäpoliittiset asiat eivät vaikuta lopputulokseen, kuten hiljattain pidetyissä parlamenttivaaleissa kävi.
Euroopan parlamentti tekee yhteistyötä kansallisten parlamenttien kanssa, kuten valmistelukunnan aikana tehtiin. Lisäksi johdan itse työryhmää, joka tekee perustuslakia tunnetuksi poliittisena hankkeena, josta käydään merkittävintä keskustelua Euroopassa yhteisen taipaleen aloittamisen ja sodan tuhojen jälkeen. Kutsun teidät kaikki mukaan siihen.
Sitä ennen meillä on kuitenkin kiireellisempiä tehtäviä. Ensimmäinen niistä on komission nimittäminen virkaansa. Eräiden lehtitietojen mukaan tämä on pelkkä muodollisuus. Toisten mielestä lopputulos on jo täysin selvä ja parlamentti suorittaa vain pakolliset rutiinit tuomatta asiaan mitään poliittista lisäarvoa. Te tiedätte, ettei tämä pidä paikkaansa. Parlamentin on osoitettava se koko maailmalle.
Riippumatta siitä, mitä mieltä kukin meistä on Barroson komissiosta, komission virkaan asettaminen tarjoaa sille oivan tilaisuuden esitellä ohjelmansa laajat suuntaviivat. Samalla opitaan tuntemaan tulevan komission jäsenten henkilökohtaiset ja poliittiset taidot ja tietämään, mitä parlamentin poliittiset ryhmät vaativat siltä. Komissiohan on yhteisön hallinnon moottori.
Puheenvuoroni alussa mainitsin kaksi seikkaa, jotka aiheuttavat tällä hetkellä epävarmuutta Euroopassa, nimittäin terrorismi ja työllisyyteen liittyvät sosiaaliset tekijät. Komission lausuntoja ja ehdotuksia näistä kysymyksistä odotetaan kiihkeästi, kuten myös sen näkemyksiä vakaussopimuksen uudistamisesta. Tiedämme jo, mitä Prodin komissio on asiasta todennut ja että asianomainen vastaava komission jäsen pysyy tehtävässään.
Meillä on myös tilaisuus jatkaa keskustelua vakaussopimuksen uudistamisesta, mikä vaikuttaa suuresti Lissabonin strategiaan. Puheenjohtaja Barroso on asettanut sen asialistansa kärkeen.
On kysyttävä, kuinka komissio aikoo tehdä Euroopasta ympäristön, kestävän kehityksen ja kehitysavun malliesimerkin. Komission näkemykset tiedotusvälineiden keskittymisestä Euroopassa ja mahdollisista keinoista puuttua tähän ongelmaan on myös saatava selville.
On selvitettävä, miten komissio näkee Euroopan suhteet muihin maanosiin ja islamilaiseen maailmaan ja miten se aikoo edistää Euro–Välimeri-kumppanuutta sekä piristää hidastunutta Barcelonan prosessia.
Näin tehdessäni haluan kertoa teille olevani ylpeä siitä, että kuulun tähän maailman suurimpaan monikansalliseen parlamentaariseen elimeen. Parlamentti symboloi rauhaa ja demokratiaa, ja se kunnioittaa monimuotoisuutta. Vaikka monet kansalaiset eivät ole riittävän tietoisia siitä, parlamentti toimii keskustelufoorumina ja siellä tehdään päätöksiä, jotka vaikuttavat kaikkien eurooppalaisten jokapäiväiseen elämään ja sen maailman tulevaisuuteen, jossa meidän on määrä elää.
Haluamme niinikään tietää, millaisen suhteen komissio aikoo luoda Euroopan parlamenttiin ja mitä mieltä se on suhteestaan neuvoston yhteisen ulko- ja turvallisuuspolitiikan korkeaan edustajaan tässä siirtymävaiheessa.
Käsittelemme kaikkia näitä aiheita. Pyrimme myös siihen, että kuulemistilaisuudet ovat elävämpiä, spontaanimpia ja joustavampia kuin aikaisemmin.
Uuden komission astuttua virkaansa aion puhemiehenä pyytää sitä vahvistamaan läsnäoloaan Euroopan parlamentissa. Pyydän komission puheenjohtajaa tapaamaan säännöllisesti poliittisten ryhmien puheenjohtajia. Esitän saman pyynnön neuvostolle ja erityisesti yhteisen ulko- ja turvallisuuspolitiikan korkealle edustajalle Javier Solanalle.
Parlamentin on jatkettava tavanomaista lainsäädäntötyötään, jossa kemikaaleja koskeva Reach-direktiivi on erittäin tärkeä. Lisäksi meidän on tarkasteltava vuoden loppuun mennessä kolmea tärkeää kysymystä.
Mainitsen ensin Turkin sen strategisen merkityksen vuoksi. Kuten toivoimme, puheenjohtajakokous tapaa 23. syyskuuta Turkin pääministerin Erdoganin. Pääministeri Erdogan vierailee siis parlamentissa ennen kuin komissio antaa raporttinsa, niin kuin olimme toivoneetkin.
Periaatteessa parlamentilla ei ole mitään vaikutusvaltaa päätökseen siitä, aloitetaanko liittymisneuvottelut joulukuussa vai ei. Parlamentin ei näin ollen edellytetä ilmaisevan kantaansa asiasta. Olisi kuitenkin käsittämätöntä vaieta kysymyksestä, josta tien päätteeksi – riippumatta sen pituudesta – ei kuitenkaan voida päättää ilman hyväksyntäämme. Tiessä ei sitä paitsi ole tärkeää sen pituus, vaan minne se johtaa.
Mielestäni parlamentin on laadittava Turkin liittymisestä mietintö ennen joulukuun Eurooppa-neuvostoa, jotta parlamentti voi ilmaista Eurooppa-neuvostolle mielipiteensä.
Hyvät parlamentin jäsenet, Turkin jäsenyyden kaltaiset kysymykset oikeuttavat parlamentin olemassaolon. Nyt meillä on tilaisuus olla pääosassa eikä jäädä sivustakatsojiksi. Tällaisissa päätöksissä saattaa olla, että kaksi legitimiteetin lähdettä eivät kohtaa ja hallitusten mielipide poikkeaa kansalaisten mielipiteestä. Joka tapauksessa meillä on nyt hyvä tilaisuus keskustella siitä, millaisen Euroopan haluamme luoda ja millaisia seurauksia eri toteutustavoilla on.
Tämän vuoksi on toivottavaa, että komissio antaa puolueettoman raportin, jotta parlamentti ja neuvosto voivat tehdä poliittisen arvionsa tietoisena eri päätösten seurauksista. Tarkoitan nyt Turkin liittymisen vaikutuksia unioniin ja sitä, millaisia vaikutuksia jäsenyyden hylkäämisellä olisi suhteisiimme islamilaisen maailman kanssa. Sama koskee perustuslain hyväksymistä tai hylkäämistä.
Parlamentin on vapauduttava ennakkoluuloista ja perustelemattomista reaktioista tässä keskustelussa. Keskustelu on nähtävä osana strategista kehystä ja keskipitkää aikaväliä.
Tämä kaikille yhteinen ylpeyden tunne kulkee käsi kädessä vastuuntunnon kanssa. Meidän on käytettävä toimivaltuuksiamme vastuullisesti, otettava vastuullisesti kantaa kansainvälisiin asioihin ja varmistettava laajentuneen parlamentin toimivuus.
Parlamentin on nimittäin oltava tietoinen – ja uskon sen olevan – siitä, että tulevaisuuden Euroopan suurin haaste on suhde islamilaiseen maailmaan. Tähän suhteeseen vaikuttavat Irak, Afganistan ja Palestiina.
Se perustuu myös uuteen naapuruuspolitiikkaan, Euro–Välimeri-kumppanuuteen ja siihen, että maahanmuuttajat integroidaan Euroopan kaupunkeihin. Euroopassa on 10 miljoonaa muslimia ja maailmassa 1 000 miljoonaa. Tehtävästä päätöksestä riippumatta velvollisuutenamme on osoittaa islamilaiselle maailmalle, ettemme aseta rajojamme sen kulttuurien kamppailun perusteella, jonka jotkut niin kovasti haluaisivat saada aikaan.
Hyvät parlamentin jäsenet, täydentääkseni keskusteluamme kerron vastaanottaneeni asiantuntijaryhmän komissiolle laatiman raportin. Asiantuntijoiden joukossa on kolme parlamentin jäsentä, jotka ovat ystävällisesti esitelleet raportin Euroopan parlamentille. Suosittelen kaikkia tutustumaan siihen.
Ennen vuoden loppua parlamentin on myös päätettävä rahoitusnäkymistä. Komissio on saanut valmiiksi alustavan luonnoksen, joka meidän on määrä saada pian.
On selvää, että unionin rahoituksen on vastattava tavoitteitamme ja laajentumisen monissa kansalaisissa herättämiä odotuksia samalla, kun otetaan huomioon laajentumisen toisissa synnyttämät epäilykset. Tuleva rahoituspaketti vuosille 2007–2013 sisältää muutakin kuin talousarvioon liittyviä ehdotuksia. Se on paljon enemmän kuin pelkkä talousarvio. Kyseessä on viitekehys lukuisille lainsäädäntöehdotuksille, jotka koskevat muun muassa yhteisen maatalouspolitiikan, rakennerahastojen, nuoriso-ohjelmien ja Euroopan laajuisten verkkojen rahoitusta. Käytännössä kaikki lainsäädäntötehtävämme riippuvat siitä, millainen viitekehys lopulta hyväksytään.
Parlamentilla on ratkaiseva asema tämän lainsäädäntöpaketin hyväksymisessä, koska yli 50 ehdotuksesta koostuvasta paketista päätetään yhteispäätös- tai hyväksyntämenettelyllä. Tämä on jälleen erinomainen tilaisuus osoittaa, että parlamentti ei ole vain puhekone vaan toimielin, joka tekee päätöksiä hyvin konkreettisista ja kauaskantoisista asioista.
Itse asiassa parlamentilla on nyt ainutlaatuinen tilaisuus edistää ensisijaisia poliittisia tavoitteitaan. Mikäli onnistumme kääntämään oman ammattikielemme kansankielelle, myös Euroopan kansalaiset ymmärtävät tämän pakosti.
Tätä varten olen ehdottanut puheenjohtajakokoukselle väliaikaisen valiokunnan perustamista keskustelun käynnistämiseksi, jotta asiaa tarkasteltaisiin kaikista asianmukaisista näkökulmista. Siitä päätetään tänään täysistunnossa. Talousarvio on se ydin, jossa kaikki eurooppalaisen politiikan osa-alueet kohtaavat. Sen kaikkia yksityiskohtia on sen vuoksi tarkasteltava huolellisesti. Tämän vuoksi uskon, että väliaikainen valiokunta, jonka johdossa olisi jopa parlamentin puhemies, osoittaisi selkeästi, kuinka tärkeänä pidämme tätä tehtävää.
On pidettävä mielessä, että rahoitusnäkymät liittyvät politiikkamme muihin osa-alueisiin, joista puhutaan jatkuvasti, vaikka kansalaiset tuskin ymmärtävät niiden koko merkitystä. Puhun nyt vakaussopimuksesta ja Lissabonin strategiasta. Voidaan tosin kysyä, minkä vakaudesta oikein on kyse, ja jos se on hintojen, miksi vain niiden.
Vuonna 2005 on kulunut viisi vuotta siitä, kun unioni asetti tavoitteekseen tulla maailman kilpailukykyisimmäksi ja dynaamisimmaksi tietoon perustuvaksi taloudeksi, joka kykenee ylläpitämään kestävää talouskasvua, luomaan uusia ja parempia työpaikkoja ja lisäämään sosiaalista yhteenkuuluvuutta. Eikö teistä tämä ala jo kuulostaa tyhjiltä sanoilta? Eikö teistä tunnu, ettei julistuksen merkittävien poliittisten seurausten toteuttamiseksi ole käyty demokraattista keskustelua, joka olisi antanut tarvittavan kipinän kasvulle?
Unionin legitimiteetti perustuu kahteen lähteeseen. Toinen löytyy tästä parlamentista ja kumpuaa sen edustamista Euroopan kansalaisista. Se ei välttämättä aina ole sama kuin toinen, jäsenvaltioista kumpuava legitimiteetin lähde.
On myönnettävä, että Lissabonin tavoitteet eivät ole toteutumassa eivätkä todennäköisesti myöskään toteudu vuoteen 2010 mennessä. Parlamentin on ilmaistava huolensa tästä unionin tulevaisuuden kannalta ratkaisevan tärkeästä tavoitteesta. Sitä hoetaan jatkuvasti miettimättä kenties kuitenkaan riittävästi, millä tavoin se olisi saavutettavissa. Willem Kokia pyydetään esittelemään raportti, jonka laatimisesta hän on vastuussa ja joka koskee prosessin puutteita ja tulevaisuudennäkymiä. Mielestäni parlamentin keskustelun olisi keskityttävä siihen.
Lissabonissa asetettiin hyvin kunnianhimoisia tavoitteita, jotka määriteltiin taloudellisen kukoistuksen aikaan vuonna 2000, juuri ennen talouskriisin alkua ja terrorismin sitä pahentavaa vaikutusta. Lisäksi on tunnustettava, että tavoitteet asetettiin osana hallitustenvälistä prosessia ja niiden noudattaminen jätettiin jäsenvaltioiden hyvän tahdon varaan koordinointimenettelyn kautta, jota olisi vahvistettava.
Tiedetään hyvin, että koko tänä aikana teknologiainvestoinnit ovat olleet Yhdysvaltoihin nähden alhaisia ja aivovuoto Yhdysvaltoihin on edelleen huomattavaa. Tämä edellyttää todennäköisesti perusteellista keskustelua. Inhimillistä pääomaa ei kehitetä siinä määrin, kuin Lissabonissa päätettiin.
Lissabonin prosessi kulkee käsi kädessä ympäristöpolitiikan merkityksen kasvamisen kanssa. Eurooppa on Kioton sopimuksen vuoksi samanlaisen paineen alla kuin Maastrichtin sopimuksen kriteerien yhteydessä. Yhteiskuntamme joutuu muuttamaan tuotantomenetelmiään ja kulutustottumuksiaan tavalla, josta kansalaiset eivät vielä ole kenties riittävän hyvin tietoisia. Kannatamme tätä, mutta meidän on selvitettävä, mitä se edellyttää ja täytettävä siitä aiheutuvat velvollisuutemme.
Vakaus- ja kasvusopimuksen ehdotetusta uudistuksesta totean, että parlamentin olisi käytettävä poliittista mielikuvitustaan ja valjastettava sopimus palvelemaan Lissabonin strategiaa, vaikka parlamentin valtuudet ovatkin tällä alalla rajalliset. Yleisesti ottaen parlamentin olisi mielestäni lisättävä demokraattista keskustelua Euroopan talouspolitiikan laajoista suuntaviivoista.
Tämä tehtävä kuuluu parlamentille, ja kansalliset parlamentit on otettava keskusteluun mukaan, jotta ne tuntisivat olevansa osallisia eurooppalaisiin päätöksiin, jotka vaikuttavat talousarviokeskusteluihin kussakin maassa.
Tässä mielessä suhtaudun myönteisesti herra Eurona tunnetun Jean-Claude Junckerin tuloon, sillä Euroopan ongelmana oli todellakin tarve sovittaa talouspolitiikkansa paremmin yhteen.
On tietenkin tarkasteltava unionin roolia maailmassa ja kiinnitettävä huomiota etenkin transatlanttiseen kumppanuuteen. Nyt on käsittääkseni oikea hetki osoittaa parlamentaarisen diplomatian kypsyys ja vastuuntuntoisuus pyrkimällä tekemään kansainvälisissä asioissa tiiviimpää yhteistyötä komission ja neuvoston kanssa.
Hyvät parlamentin jäsenet, EU on esikuva maailman muille alueille. Unionin perustajaisien haave koko maanosan sovinnosta ja yhdistämisestä, niin sanottu eurooppalainen unelma, on jo käynyt toteen. Samalla se on valitettavasti menettänyt demokraattisen hohtonsa, eikä pysty enää innoittamaan mieliä ja synnyttämään toimivaa yksimielisyyttä.
Hyvät parlamentin jäsenet, esitän teille haasteen. Onko mahdollista unelmoida erilaisesta Euroopasta, entistä moniarvoisemmasta Euroopasta? Onko mahdollista unelmoida erilaisesta Euroopasta kuin perustajaisät ja unionin kuusi perustajajäsentä? Onko mahdollista luoda yhteiskunta-ihanne, joka perustuu kaikkien ottamiseen mukaan ja jonka avulla voidaan vastustaa suvaitsemattomuutta, siirtolaisten hyljeksintää, etnisiä kiistoja ja uskonnollista suvaitsemattomuutta?
Euroopan parlamentissa yhdistyvät nyt 25:n eri maan parlamentaariset perinteet, ja siellä puhutaan 20:tä virallista ja työkieltä, mikä aiheuttaa luonnollisesti hankaluuksia ja kustannuksia. Vaikka kieliä on näinkin paljon, ne eivät silti edusta Euroopan koko kielellistä monimuotoisuutta, kuten minulle usein kerrotaan.
Mielestäni parlamentin on edistettävä kaikkea tätä, koska suurin osa täällä edustamistamme kansalaisista tietää tai ainakin aavistaa, ettei yksikään maa voi selvitä yksinään maailmanlaajuistumisesta, ympäristökatastrofeista, terroristiuhista, maanosan laajuisten valtioiden synnystä, köyhyydestä tai sen aiheuttamasta siirtolaisuudesta.
Hyvät parlamentin jäsenet, nyt on Euroopan kansalaisten aika saada äänensä kuuluviin. Haluan työskennellä rinta rinnan teidän kanssanne, panna maanosamme kansalaiset liikkeelle ja tuoda uutta muutosvoimaa yhteiskuntiimme, jotta tämä uusi eurooppalainen unelma voisi käydä toteen.
Kiitoksia paljon ja työn iloa.
Minulla on ollut mahdollisuus hoitaa edellä mainittua velvollisuutta parlamentin kesätauon viimeisinä päivinä, jolloin jouduin ikäväkseni antamaan parlamentin nimissä lausuntoja, joissa tuomittiin jyrkästi eri puolilla maailmaa tehdyt julmat terrori-iskut ja -teot.
Euroopan parlamentti yhtyy täten kaikkiin demokraatteihin ilmaistessaan surunsa ja solidaarisuutensa niitä perheitä kohtaan, jotka ovat niin epäoikeudenmukaisesti joutuneet kärsimään tämän kauhean vitsauksen takia, josta yksikään maa ei valitettavasti ole vapaa."@fi7
"Mesdames et Messieurs, c’est en ma qualité de président de cette Assemblée que je voudrais m’adresser à vous.
Pour exprimer notre sympathie de la manière la plus solennelle et collective qui soit, je me suis adressé aux vingt-cinq chefs d’État ou de gouvernement des États membres de notre Union en leur proposant que toutes les écoles de l’Union observent aujourd’hui, avec nous, représentants des citoyens européens, une minute de silence en mémoire des enfants victimes du massacre de Beslan et, de manière plus générale, en mémoire de tous les enfants victimes du terrorisme. Je suis heureux de vous dire que plusieurs pays ont déjà accepté de participer et de permettre ainsi aux citoyens européens d’exprimer leurs sentiments face à ces tragédies.
Notre Parlement condamne et rejette tous les actes terroristes, estimant que la terreur, quelle que soit son origine et quel que soit le pays où elle se manifeste, est contraire aux valeurs sur lesquelles se fonde l’Union européenne. Les citoyens européens espèrent que l’unité de l’Europe permettra de lutter plus efficacement contre une menace qui constitue aujourd’hui une des principales sources de préoccupation et d’insécurité dans la région.
Mais force m’est de vous dire qu’il ne suffit pas d’exprimer l’horreur que nous ressentons. Lorsqu’elles se multiplient à un rythme soutenu, les condamnations, les paroles de sympathie finissent par refléter les frustrations et l’impuissance. L’on ne saurait trouver aucune excuse ni raison pour justifier des faits aussi abominables que ceux que nous avons vécus en cette fin d’été, ni pour justifier les événements du 11 septembre à New York ou ceux du 11 mars à Madrid. Toutes les formes de terrorisme sont condamnables, mais le débat qui se déroule aujourd’hui dans le monde, notamment dans le monde occidental et dans le monde développé, consiste moins à condamner qu’à décider des moyens de combattre le terrorisme sous toutes ses formes. Certes, le fanatisme suicidaire ne sera pas arrêté par les arguments raisonnables avancés par des personnes cultivées et intelligentes. Mais nous ne pouvons non plus prétendre en éradiquer toutes les causes en recourant uniquement et sans discrimination à la force, en nous vengeant sur d’autres enfants du mal qui a été fait à nos enfants et en déchaînant ainsi l’escalade insupportable de la violence.
Nous ne gagnerons pas la bataille contre le terrorisme si nous la concevons comme une guerre classique. Ce Parlement doit mettre en place un espace de sécurité et de justice en promouvant activement une stratégie antiterroriste fondée sur la coopération internationale dans le domaine policier, judiciaire et du renseignement. La coopération internationale est également nécessaire pour lutter contre les causes sous-jacentes qui alimentent les fanatismes assassins et suicidaires.
Analyser n’est pas justifier. Les débats et les résolutions de ce Parlement ne doivent pas être vues comme une justification de la violence terroriste. La lutte contre le terrorisme nous oblige à réfléchir sur les causes de ce terrorisme pour le combattre plus efficacement. Ce Parlement doit continuer à débattre en toute liberté de conscience, comme il l’a fait jusqu’à présent, et à examiner en particulier la situation en Tchétchénie, en Irak ou en Palestine, malgré les réactions très vives que ses délibérations suscitent.
Mesdames et Messieurs, les nouvelles qui nous sont parvenues cet été constituent une autre source de préoccupation et d’insécurité pour les Européens. Je veux parler du déplacement sans cesse croissant de l’activité de production des entreprises dans un espace économique intégré, à la recherche de meilleures conditions de travail ou de conditions fiscales plus favorables. Un phénomène que l’on appelle communément la délocalisation.
Vous n’aurez pas manqué d’observer que ce phénomène engendre dans certains États membres des réactions défensives qui peuvent influer sur les politiques de solidarité de l’Union. Ce phénomène traduit de façon visible le conflit d’intérêts entre compétitivité économique et cohésion sociale. Ces deux objectifs devraient être complémentaires pour nous. Tous deux sont essentiels à la construction européenne, et notamment à la stratégie de Lisbonne.
Ce thème est nettement plus complexe qu’il n’y paraît. Une simple comparaison chiffrée du coût de la main-d’œuvre ne suffit pas à expliquer le phénomène. Ce débat intéressera à coup sûr les Européens qui espèrent que l’Europe constitue une solution et non pas un problème. Il devra être très présent dans les travaux de ce Parlement, à travers les multiples dossiers qui remplissent notre agenda parlementaire, et que j’aborderai plus loin.
Mais auparavant, permettez-moi de vous rappeler que notre responsabilité première est de contribuer au fonctionnement optimal du Parlement élargi, où seront bientôt représentées aussi la Roumanie et la Bulgarie. Il importe que le Parlement se rappelle qu’il est une institution financée par les deniers publics et qu’il est confronté à de nouveaux problèmes de dimension et d’efficacité. Je présiderai personnellement un groupe de travail ad hoc chargé de s’assurer que la taille de ce Parlement ne l’empêche pas d’être efficace.
Deux questions se posent avec une particulière acuité: celle du statut des députés et celle du régime linguistique. J’ai déjà indiqué que j’aborderai la question du statut en priorité. Ainsi, j’ai déjà tenu une réunion de travail, le 8 septembre dernier, avec M. Balkenende, président en exercice du Conseil, qui m’a assuré qu’il établirait les contacts opportuns avec les représentants des gouvernements qui n’ont pu donner leur accord à la proposition de statut, afin de savoir quelles pourraient être leurs solutions de remplacement. Je vous rappelle que le Parlement n’a jamais été informé des raisons pour lesquelles certains pays n’ont pu accepter cette proposition.
Je tiens pour commencer à vous exprimer ma gratitude pour la confiance que vous m’avez témoignée en m’élisant président de notre Parlement. Comme je vous l’ai indiqué au moment de mon élection, je réserve à cette période de session l’énoncé de ma stratégie concernant la première moitié de cette législature.
Tant que nous ne disposerons pas d’informations à cet égard, je ne pense pas que nous devions compromettre le consensus obtenu au sein du Parlement. Toutefois, je tiens à réitérer que nous restons pleinement disposés au dialogue et que nous accueillerons avec ouverture d’esprit les propositions que nous recevrons du Conseil ou des États membres en vue de parvenir à un accord.
Quant au régime linguistique, je vous rappelle que les modalités de son application ont été fixées par le Bureau de la dernière législature, par le biais d’un code de conduite sur le multilinguisme. Je vous demande à tous, surtout aux bureaux des commissions et aux coordinateurs, la plus grande collaboration pour assurer l’application adéquate de ce texte, compte tenu des maigres ressources dont nous disposons pour l’interprétation et la traduction. Ce problème ne sera pas résolu dans l’immédiat. Je vous invite tous instamment à consentir un effort soutenu pour adapter la couverture linguistique des réunions de travail aux ressources disponibles.
Lors de la dernière plénière, certains députés ont fait valoir leur droit d’utiliser leur langue maternelle, même si elle n’est pas encore une langue officielle de l’Union. À cet égard, je leur rappellerai que modifier le régime linguistique requiert l’accord unanime du Conseil et que tant que cet accord n’existe pas, la présidence doit exiger le respect du règlement, quelles que soient ses opinions personnelles en la matière.
Par ailleurs, je voudrais souligner que lorsque le traité constitutionnel sera ratifié, le Parlement européen aura atteint sa maturité et il disposera d’un cadre qui définira une fois pour toutes ses fonctions et responsabilités.
La Constitution - pourvu qu’elle soit ratifiée - n’entrera toutefois pas en vigueur avant le 1er novembre 2006. D’ici là, notre tâche la plus importante sera d’encourager un vaste débat sur la ratification du traité constitutionnel.
En effet, du 29 octobre prochain, date de la signature à Rome du traité constitutionnel, au 1er novembre 2006, date fixée pour son entrée en vigueur, ma présidence sera marquée par le processus de ratification de la Constitution européenne dans les vingt-cinq États membres. Il y aura alors plus ou moins une ratification par mois, beaucoup s’effectuant par le biais d’un référendum. Comme vous le savez, mon pays, l’Espagne, sera le premier à organiser son référendum en février 2005.
Deux années se passeront ainsi, qui constitueront pour les Européens une occasion idéale d’en savoir plus sur l’Europe qu’ils souhaitent créer et de s’intéresser à ce que l’Union européenne, telle qu’elle est définie dans ce texte important, représente et leur apporte.
Les députés de cette Assemblée doivent se mettre au service des citoyens. Il convient d’innover en matière de communication avec les citoyens et de définir des positions qui leur seront utiles. Un rapport rédigé par MM. Corbett et Méndez de Vigo et débattu en commission des affaires constitutionnelles sera adopté avant la fin de l’année.
Le Parlement doit s’efforcer de devenir une authentique agora européenne qui donne l’exemple d’un débat ouvert, pluraliste et démocratique. Il ne peut être ni méprisant ni hypocrite et ne doit pas prétendre détenir le monopole de l’esprit et de la raison européenne. Nul ne peut prétendre détenir la seule véritable idée européenne. Le débat sera complexe pour des raisons identitaires, idéologiques ou de divergence de vues au sujet de l’Europe que les uns et les autres souhaitent.
C’est pourquoi les grands thèmes du projet constitutionnel doivent être examinés à la faveur de débats majeurs au sein de la commission des affaires constitutionnelles. J’ai invité le président de cette commission à me soumettre des propositions concrètes en vue d’animer le débat parlementaire.
Il ne s’agit évidemment pas de présenter un programme politique ni d’exposer mes idées personnelles sur la construction européenne. Mon objectif, en tant que président, est uniquement d’indiquer quelles seront les priorités de notre agenda et de les remettre en contexte.
Le débat en soi est toutefois moins important que la façon dont les citoyens européens le perçoivent. Ceux-ci doivent être informés de la nature de la Constitution, des éléments qu’elle contient ou pas. Il est capital qu’ils se prononcent sur le texte du traité constitutionnel et non pas en fonction du contexte politique de leur pays.
Une fois que le Parlement aura arrêté sa position, nous devrons nous efforcer de la faire connaître et de la faire prendre en compte lors du processus de ratification. Il est extrêmement regrettable que ce processus n’ait pas été conçu de façon plus authentiquement paneuropéenne, qu’il ne soit pas plus proche des citoyens et ne se produise pas dans tous les pays.
Nous devons avant tout nous efforcer d’européaniser le débat et d’éviter qu’aucune question de politique intérieure l’entache, comme cela a été le cas lors des dernières élections européennes.
Le Parlement collaborera avec les parlements nationaux, avec lesquels il a déjà travaillé étroitement durant la Convention. Je présiderai personnellement un groupe de travail chargé de faire valoir la Constitution comme un projet politique qui sera au cœur du plus grand débat jamais entamé par les Européens depuis qu’ils ont entrepris ensemble ce voyage vers le futur qui devait les emmener loin des ruines laissées par la guerre. Je vous invite tous à jouer votre rôle.
Mais différentes tâches plus pressantes attendent le Parlement avant cela. La première de ces tâches est l’investiture de la Commission. Certains communiqués de presse ont avancé qu’il s’agit d’une simple formalité. D’aucuns pensent que l’issue ne fait pas un pli et que le Parlement se contentera de jouer le jeu sans apporter la moindre valeur ajoutée politique. Vous savez, Mesdames et Messieurs, que ce n’est évidemment pas le cas. L’Assemblée doit le prouver au monde.
Quelle que soit l’opinion personnelle et légitime des députés au sujet de la Commission Barroso, son investiture offre une excellente occasion d’informer nos concitoyens des grandes orientations de son programme, de découvrir les capacités personnelles et politiques des hommes et des femmes qui composent la Commission entrante et de savoir ce que les groupes politiques attendent de la Commission, qui est évidemment l’organe moteur de la Communauté.
Au début de mon intervention, j’ai évoqué deux sources d’insécurité en Europe, à savoir, le terrorisme et les facteurs sociaux afférents à l’emploi. Nous attendons avec impatience les déclarations et propositions de la Commission au sujet de ces deux questions, de même que ses positions sur la réforme du pacte de stabilité. On connaît déjà la réponse initiale de la Commission Prodi, et l’on sait déjà que le commissaire en charge conservera son portefeuille.
Nous aurons aussi l’occasion de poursuivre le débat sur la proposition de réforme du pacte, qui a un tel impact sur la stratégie de Lisbonne. M. Barroso l’a inscrit au sommet de ses priorités.
Nous devons nous enquérir de la manière dont la Commission entend faire de l’Europe un moteur dans le domaine de l’environnement, du développement durable et de l’aide au développement. La position de la Commission au sujet de la concentration des moyens de communication et sur l’attitude qu’elle pourrait adopter face à ce problème doit également être mise en lumière.
Il importe d’établir l’approche de la Commission au sujet de la relation de l’Europe avec les autres continents et avec le monde islamique, de même que sa position sur le développement des relations euro-méditerranéennes et sur les moyens d’insuffler une nouvelle vie à un processus de Barcelone qui s’essouffle.
Ce faisant, je voudrais vous dire à quel point je suis fier, tout comme vous, d’appartenir à la plus grande institution parlementaire multinationale. Un Parlement qui est un symbole de paix et de démocratie, et qui respecte la diversité. Même si beaucoup d’Européens n’en ont pas suffisamment conscience, ce Parlement est un forum de débats et de décisions qui touchent à notre vie quotidienne et qui concernent l’avenir du monde dans lequel nous vivons.
Nous avons hâte d’entendre quel genre de relation elle entend instaurer avec le Parlement européen et comment elle appréhende, au cours de la phase transitoire qui s’annonce, ses relations avec le haut-représentant de l’Union pour la politique étrangère et de sécurité commune.
Toutes ces questions seront posées. Nous nous efforcerons de mener les auditions de façon à ce qu’elles soient moins rigides, plus vivantes et spontanées que par le passé.
Lorsqu’une nouvelle Commission sera investie, je lui demanderai, en ma qualité de président de cette Assemblée, de renforcer sa présence auprès du Parlement européen. Je demanderai au président de la Commission de rencontrer régulièrement les présidents des groupes politiques. Je formulerai la même demande au Conseil et, en particulier, à M. Solana, haut-représentant de l’Union pour la politique étrangère et de sécurité commune.
Outre ses travaux législatifs courants - au rang desquels figure notamment la directive REACH sur les produits chimiques -, l’Assemblée devra également examiner, avant la fin de l’année, trois autres grandes questions.
Je me référerai en premier lieu, en raison de son importance stratégique, à la question de la Turquie. Ainsi que nous l’avons souhaité, la Conférence des présidents recevra le 23 septembre le Premier ministre turc, M. Erdogan, qui visitera donc le Parlement avant la présentation du rapport de la Commission, ainsi que nous le souhaitions.
Le Parlement n’a officiellement aucun rôle dans la décision sur la question de savoir si les négociations en vue de l’adhésion doivent s’ouvrir ou non en décembre. Il serait toutefois inconcevable que nous demeurions silencieux sur une question qui, au bout du chemin, ne pourra être résolue sans l’accord de l’Assemblée. Rappelons-nous que ce qui importe, ce n’est pas la longueur du chemin, mais où il mène.
J’estime que le Parlement devrait élaborer un rapport sur l’adhésion de la Turquie avant le Conseil européen de décembre, afin que nous puissions lui transmettre notre point de vue.
Mesdames et Messieurs, des questions comme l’adhésion de la Turquie constituent la raison d’être de notre Parlement. Elle permet à l’Assemblée d’être un protagoniste et non un simple spectateur. C’est au moment de prendre de telles décisions que les deux sources de légitimité risquent de ne pas coïncider. Il est possible que les gouvernements parviennent à une autre conclusion que les citoyens. C’est à n’en pas douter une excellente occasion de débattre de la nature de l’Europe que nous espérons créer et des conséquences de l’une ou l’autre décision.
Il faut donc espérer que la Commission produise un rapport objectif qui permettra à l’Assemblée et au Conseil d’adopter une position politique, en ayant parfaitement conscience des conséquences de l’une ou l’autre décision. Je veux parler des implications qu’aurait pour l’Union l’adhésion de la Turquie et des conséquences que son rejet pourrait avoir dans nos relations avec le monde islamique. La même chose vaut pour l’adoption ou le rejet de la Constitution.
Le Parlement doit aborder ce débat sans préjugés ni réactions infondées. Nous devons situer le débat dans une perspective stratégique et un horizon à moyen terme.
Ce sentiment commun de fierté doit aller de pair avec un sens des responsabilités: responsabilité dans l’exercice des pouvoirs qui sont les nôtres et dans nos prises de position sur le plan international, mais aussi pour assurer le bon fonctionnement de ce Parlement élargi.
L’Assemblée doit en effet avoir conscience, et je suis convaincu que c’est le cas, que le principal défi auquel est confrontée l’Europe de demain est la relation avec le monde islamique, et cette relation passe par l’Irak, l’Afghanistan et la Palestine.
Cette relation s’appuie également sur la nouvelle politique de voisinage, le partenariat euro-méditerranéen et l’intégration des immigrants dans nos villes. Il y a dix millions de musulmans en Europe et un milliard dans le monde. Quelle que soit notre décision, notre responsabilité est de démontrer au monde musulman que nous ne traçons pas nos frontières sur la base du choc des civilisations que certains sont déterminés à provoquer.
Comme contribution à notre débat, Mesdames et Messieurs, je voudrais vous informer que j’ai reçu un rapport élaboré à l’intention de la Commission par un comité d’experts, parmi lesquels figurent trois éminents députés européens qui ont eu la courtoisie de présenter le rapport au Parlement européen. Permettez-moi de vous dire qu’il constitue une lecture édifiante.
En outre, avant la fin de l’année, l’Assemblée devra se prononcer sur les perspectives financières. Le projet initial a déjà été élaboré par la Commission et nous devrions le recevoir très prochainement.
Il va sans dire que les ressources financières de l’Union doivent être à la hauteur de nos ambitions et répondre aux attentes que l’élargissement a fait naître parmi de nombreux citoyens, tout en tenant compte des craintes qu’il a suscitées chez d’autres. Bien plus qu’un simple budget, le paquet financier 2007-2013 ne contient pas seulement des propositions budgétaires, il constitue un cadre de référence pour toute une série de propositions législatives sur le financement de la politique agricole commune, les Fonds structurels, les programmes pour la jeunesse, les réseaux transeuropéens, etc. La forme finale du cadre de référence approuvé déterminera presque toutes nos tâches législatives.
L’Assemblée aura un rôle capital à jouer dans l’adoption d’un paquet législatif. Son rôle dans l’adoption de ce paquet composé de plus de 50 propositions sera essentiel, puisqu’il devra être adopté par codécision ou avis conforme. Ce sera là encore une opportunité unique pour ce Parlement de montrer qu’il n’est pas simplement un club de conversation, mais une institution qui prend réellement des décisions sur des questions précises ayant des conséquences étendues.
Ce sera en effet une opportunité unique pour ce Parlement de faire valoir ses priorités politiques. Les citoyens d’Europe ne peuvent manquer d’en tenir compte si nous nous efforçons de traduire notre jargon dans leur langage de tous les jours.
À cette fin, j’ai proposé à la Conférence des présidents - et la plénière se prononcera à ce sujet aujourd’hui - la création d’une commission temporaire ad hoc pour engager le débat, en couvrant tous les points de vue qui doivent être analysés. Le budget est le moyeu où convergent tous les rayons de la roue européenne. Tous les détails doivent en être soigneusement examinés. C’est la raison pour laquelle je crois qu’une commission ad hoc, éventuellement dirigée par le président du Parlement, constituerait un message clair sur l’importance que nous attachons à cette tâche.
Il est essentiel que nous n’oubliions pas que les perspectives financières sont liées à d’autres aspects de nos politiques dont les Européens entendent continuellement parler, mais dont je soupçonne qu’ils ne saisissent pas toutes les implications. Je fais ici allusion à la stratégie de Lisbonne et au pacte de stabilité. L’on est en droit de se demander ce qu’il convient de stabiliser et, s’il s’agit des prix, pourquoi uniquement eux.
En 2005, cinq années se seront écoulées depuis que l’Union européenne a décidé de se fixer l’objectif de «devenir l’économie de la connaissance la plus compétitive et la plus dynamique du monde, capable d’une croissance économique durable accompagnée d’une amélioration quantitative et qualitative de l’emploi et d’une plus grande cohésion sociale». L’Assemblée ne trouve-t-elle pas que tout cela commence à sonner un peu creux et que les considérables enjeux politiques n’ont pas été accompagnés du débat démocratique requis pour imprimer l’élan nécessaire en vue de déclencher la croissance?
L’Union puise sa légitimité à deux sources. L’une d’elle réside dans ce Parlement et lui est conférée par les citoyens d’Europe qu’il représente. Elle ne doit pas forcément coïncider toujours avec l’autre, celle que confèrent les États membres.
Il nous faut toutefois reconnaître que les objectifs de Lisbonne n’ont pas été atteints et qu’ils ne le seront probablement pas d’ici à 2010. Il appartient au Parlement de manifester sa préoccupation au sujet de cet objectif essentiel pour l’avenir de l’Union. On ne cesse de le répéter, comme un mantra, mais on s’est sans doute trop peu penché sur le meilleur moyen de le réaliser. Wim Kok sera invité à présenter le rapport qu’il est chargé de rédiger sur les lacunes du processus et sur les perspectives futures. Je pense que le débat de l’Assemblée devrait se concentrer sur ce rapport.
Les objectifs fixés à Lisbonne étaient très ambitieux, ils ont été formulés dans le contexte de la prospérité économique que nous avons connue en 2000, peu avant le début de la crise qui a ensuite été accentuée par le terrorisme. Il convient de reconnaître cela, tout comme le fait que la mise en œuvre des objectifs a fait l’objet d’un processus intergouvernemental qui s’appuie sur la bonne volonté des États membres, dans le cadre d’une méthode de coordination qui a besoin d’être renforcée.
Chacun sait qu’au cours de cette période, les investissements dans les technologies en Europe ont été faibles par rapport à ceux des États-Unis, et que ceux-ci nous continuent d’attirer nos meilleurs cerveaux. Cela justifie probablement un débat ciblé. Le capital humain n’est pas développé comme on l’avait décidé à Lisbonne.
Le processus de Lisbonne va de pair avec le renforcement de l’engagement en faveur des politiques environnementales. Comme les critères de Maastricht, Kyoto mettra la pression sur l’Europe. Notre société sera contrainte de changer ses méthodes de production et de consommation à un point que nos concitoyens ne soupçonnent peut-être pas encore. Nous y sommes favorables, mais il nous faudra nous pencher sur ce que cela implique et remplir les obligations qui en découlent.
En ce qui concerne la proposition de réforme du pacte de stabilité et de croissance, bien que ses compétences en la matière soient limitées, je crois que le Parlement devrait faire un effort d’imagination politique pour lui permettre de contribuer à la stratégie de Lisbonne. De façon plus générale, il me semble que le Parlement devrait s’efforcer d’introduire plus de débat démocratique dans les grandes orientations des politiques économiques européennes.
Le débat doit avoir lieu dans cette enceinte, en association avec les parlements nationaux, lesquels se sentiront ainsi engagés dans les décisions européennes qui influent sur les débats budgétaires dans les différents pays.
À cet égard, je salue l’arrivée de M. Juncker, surnommé M. Euro. Il ne fait aucun doute que nous avions un réel problème en Europe et avions besoin d’une plus grande coordination des politiques économiques.
Il nous faudra également prêter attention au rôle joué par l’Union dans le monde, et notamment aux relations transatlantiques. Je pense que le moment est venu pour l’Assemblée de montrer la maturité et la responsabilité de sa diplomatie parlementaire en recherchant une plus grande coopération avec la Commission et le Conseil sur la scène internationale.
Mesdames et Messieurs, l’Union européenne est une référence pour les autres régions du monde. Le «rêve européen» de ses pères fondateurs, qui consistait dans la réconciliation et l’intégration du continent, est aujourd’hui une réalité. Hélas, il a perdu son magnétisme démocratique dans la foulée, sa capacité à mobiliser les volontés et à créer un consensus actif.
Permettez-moi de vous lancer un défi, Mesdames et Messieurs. Peut-on concevoir un autre «rêve européen» pour une Europe davantage plurale? Peut-on concevoir une Europe qui s’écarte de celle que les pères fondateurs et les six États membres fondateurs avaient en tête? Est-il possible de concevoir un idéal de civilisation basé sur l’inclusion, qui contribuerait à combattre l’intolérance, le rejet des immigrants, les conflits ethniques et l’intolérance religieuse?
Dans ce Parlement coexistent désormais vingt-cinq traditions parlementaires différentes. Il s’exprime en vingt langues officielles et de travail, avec la complexité et les frais que cela implique. Ces langues, pour nombreuses qu’elles soient, ne représentent toutefois pas toute la diversité linguistique de l’Europe, comme je le constate souvent.
Je pense que le Parlement européen doit contribuer à cet objectif. Après tout, la plupart des citoyens qu’il représente savent ou comprennent intuitivement qu’aucun de leurs pays ne peut seul faire face à la mondialisation, aux déséquilibres environnementaux, à l’émergence d’États continents, aux menaces terroristes ou à la pauvreté et aux flux migratoires qu’elle entraîne.
Mesdames et Messieurs, le moment est venu pour les citoyens européens de se faire entendre. Je veux travailler au coude à coude avec vous, et j’espère que nous parviendrons à mobiliser les peuples de notre continent et à insuffler une nouvelle vie à ses sociétés, afin que ce nouveau rêve européen puisse devenir une réalité.
Bonne chance, et merci infiniment de votre attention.
Dans l’exercice de cette responsabilité, j’ai eu le triste devoir de consacrer les derniers jours de l’été à publier, au nom de cette Assemblée, une série de communiqués condamnant sans réserve les attentats et actions terroristes qui ont été perpétrés de la façon la plus sauvage et la plus cruelle, dans différentes régions du monde.
Le Parlement européen s’est associé ainsi au sentiment de tristesse et à l’expression de la solidarité de tous les démocrates envers les familles endeuillées de façon aussi injuste et brutale par ce fléau qui n’épargne malheureusement plus aucun pays."@fr8
"Señoras y Señores Diputados, quisiera ahora utilizar mi privilegio como Presidente para dirigirme a ustedes.
El Parlamento Europeo se ha asociado así al sentimiento de tristeza y a la expresión de solidaridad de los demócratas con las familias enlutadas de forma tan injusta y brutal por esa lacra de la que desgraciadamente ningún país está exento.
Para insistir en ello, para expresar de la forma más solemne y colectiva posible este sentimiento, me he dirigido a los 25 Jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros de nuestra Unión, sugiriéndoles que hoy, junto con nosotros, representantes de los ciudadanos europeos, las escuelas de la UE se recogieran en un minuto de silencio en memoria de los niños de los niños víctimas de la masacre de la escuela de Beslán y, en general, de todos los niños objeto de la violencia terrorista en el mundo. Puedo anticiparles ya que varios países han anunciado que se unirán a esta iniciativa, expresión del sentimiento de los europeos frente a estos acontecimientos terribles.
Señoras y señores diputados, nuestro Parlamento condena y rechaza todas las acciones terroristas, porque el terror, de cualquier signo y en cualquier país, contradice los valores en que se basa la Unión Europea, cuyos ciudadanos esperan que la unidad de Europa sea una forma de luchar más eficazmente contra una amenaza que constituye hoy una de sus principales fuentes de preocupación y de inseguridad.
Permítanme que les diga que no basta manifestar el horror que sentimos. Las condenas reiteradas hacen que las palabras de dolor acaben reflejando frustración e impotencia. No hay excusa ni razón para hechos tan abominables como los que hemos vivido este final de verano, los del 11 de septiembre en Nueva York o los del 11 de marzo en Madrid. Todos los terrorismos son condenables, pero el debate que tiene hoy lugar en el mundo, especialmente en nuestro mundo occidental y desarrollado, no se refiere a su condena sino a la forma de combatirlos. Ciertamente, el fanatismo suicida no se va a detener con argumentos razonables expuestos por personas cultas e inteligentes. Pero tampoco podemos pretender erradicar todas sus causas con el simple e indiscriminado uso de la fuerza, vengando en otros niños el daño hecho a los nuestros y creando una escalada insoportable de violencia.
No ganaremos la batalla contra el terrorismo concibiéndola como una guerra convencional. Este Parlamento debe desarrollar el espacio de seguridad y justicia, impulsar activamente una estrategia antiterrorista basada en la cooperación internacional en materia policial, judicial y de inteligencia, así como en la lucha contra las causas subyacentes que alimentan el fanatismo asesino y suicida.
Analizar no es justificar. Los debates y resoluciones de este Parlamento nunca se podrán confundir con una justificación de la violencia terrorista. La lucha contra el terrorismo nos obliga a una reflexión sobre sus causas para mejor combatirlo y este Parlamento deberá seguir debatiendo con libertad de conciencia, como lo ha hecho hasta ahora, y analizando, en particular, la situación en Chechenia, en Iraq o en Palestina, por airadas que sean las reacciones que nuestra deliberación produzca.
Señoras y Señores diputados, las noticias de este verano han reflejado también otra fuente de preocupación e inseguridad en Europa. Me refiero al fenómeno, cada vez más frecuente, del desplazamiento de la actividad de las empresas dentro de un espacio económico integrado, buscando mejores condiciones laborales y fiscales, lo que llamamos deslocalización.
Habrán podido observar ustedes cómo este fenómeno genera reacciones defensivas en algunos países que pueden condicionar las políticas de solidaridad de la Unión. Ciertamente plantea de forma conflictiva la relación entre competitividad económica y cohesión social, objetivos que, para nosotros, deben ser complementarios y que se proclaman en la construcción europea y, en particular, en la estrategia de Lisboa.
Todo es más complicado de lo que parece. La simple comparación nominal de los costes del trabajo no es quizás la única explicación a este fenómeno. Este debate interesa, sin duda, a los europeos, que esperan una "Europa como solución" y no una "Europa como problema". Por lo tanto, deberá estar muy presente en los trabajos de este Parlamento, a través de los múltiples temas que desbordan nuestra agenda y a los que luego me referiré.
Pero antes, permítanme recordarles que nuestra primera obligación es contribuir al óptimo funcionamiento del Parlamento ampliado, que próximamente contará también con Rumanía y Bulgaria. Recordemos que somos una institución que consume recursos públicos y se enfrenta a nuevos problemas de dimensión y eficacia. Presidiré personalmente un grupo de trabajo encargado de asegurar que nuestra dimensión no disminuya nuestra eficacia.
En primer lugar, les reitero mi agradecimiento por la confianza que en mí
A este respecto, dos cuestiones se presentan como especialmente importantes: el Estatuto de los Diputados y el régimen lingüístico. Ya les anuncié que el Estatuto sería una cuestión prioritaria y, por ello, ya me entrevisté, el pasado 8 de septiembre, con el Presidente en ejercicio del Consejo, Sr. Balkenende, que me aseguró que establecería los oportunos contactos con los representantes de los gobiernos que no pudieron dar su acuerdo a nuestra propuesta de Estatuto, para conocer cuáles podrían ser sus planteamientos alternativos. Les recuerdo que el Parlamento no ha sido nunca informado de las razones por las cuales algunos países no pudieron aceptar esa propuesta.
Creo que, mientras no dispongamos de información al respecto, no deberemos modificar el consenso alcanzado en el seno del Parlamento, sin perjuicio de que reiteremos nuestra permanente disposición al diálogo y un espíritu abierto frente a las sugerencias que recibamos del Consejo o de los Estados miembros que están en mejor situación para avanzar hacia un acuerdo.
En cuanto al régimen lingüístico, debo recordarles que su aplicación está regulada por una disposición de la Mesa del anterior Parlamento, a través de un Código de Conducta sobre el Multilingüismo. Ruego a todos, especialmente a las mesas de las comisiones y a los coordinadores, la máxima colaboración para su adecuada aplicación, habida cuenta de la escasez de recursos de interpretación y traducción que todavía sufrimos y que tardaremos algún tiempo en resolver. Ruego a todo el mundo que adapte permanentemente las necesidades lingüísticas de cada reunión de trabajo a los recursos disponibles.
En cuanto al deseo de algunos diputados, manifestado en el Pleno anterior, de utilizar la lengua que les es propia, pero que no es aún lengua oficial de la Unión, debo recordarles que nuestro régimen lingüístico depende de acuerdos del Consejo, que debe tomarlos por unanimidad, y, mientras no se produzcan, la Presidencia debe exigir el cumplimiento del Reglamento, independientemente de sus opiniones personales.
Por otra parte, quiero recordarles que, cuando se ratifique el Tratado Constitucional -si así ocurre por fin-, el Parlamento Europeo habrá alcanzado su madurez y dispondremos de un marco que definirá de forma estable nuestras funciones y responsabilidades.
Sin embargo, la Constitución no entrará en vigor, si finalmente es ratificada, hasta el 1 de noviembre de 2006. Hasta entonces, nuestra tarea más importante será el impulso y la participación en el debate sobre la ratificación del Tratado Constitucional.
Entre el 29 de octubre, fecha de la firma en Roma del Tratado Constitucional, y el 1 de noviembre de 2006, fecha fijada para su entrada en vigor, mi Presidencia estará marcada por el proceso de ratificación de la Constitución Europea en los 25 Estados miembros. Muchas de las ratificaciones -más o menos una al mes- se expresarán por referéndum. El primero tendrá lugar en mi propio país, España, en febrero de 2005.
Transcurrirán así dos años, que supondrán una gran ocasión para que los europeos se interesen por la Europa que quieren hacer, tal como está definida en ese texto, por lo que les aporta y por qué les importa.
Y nosotros tenemos que tener una actitud de servicio hacia los ciudadanos, innovando la comunicación y elaborando posiciones útiles para ellos. Antes de fin de año, aprobaremos un informe, redactado por los diputados Corbett y Méndez Vigo y debatido en la Comisión de Asuntos Constitucionales.
Este Parlamento debe ser la gran AGORA de Europa. Debemos dar ejemplo de un debate abierto, plural, y democrático. Sin descalificaciones ni maniqueísmos ni pretensiones de monopolizar el sentimiento o la razón europeísta. Nadie está en posesión de la verdadera y única idea de Europa. El debate será complejo por razones identitarias o ideológicas, o por las diferentes concepciones que unos y otros albergamos acerca de la Europa que queremos hacer.
depositaron al elegirme como Presidente de nuestro Parlamento. Ya les anuncié que dejaba para esta sesión plenaria la exposición de mi visión estratégica de la primera mitad de esta legislatura.
Por ello, tenemos que tratar en el seno de la Comisión de Asuntos Constitucionales, en grandes debates, los grandes temas del proyecto constitucional; y he pedido a su Presidente que me haga llegar propuestas concretas para animar así nuestro debate parlamentario.
Pero lo importante no es nuestro debate, sino la forma en que lo perciban los ciudadanos. Lo importante es ilustrarles sobre qué es, qué dice y qué no dice la Constitución. Lo importante es que se pronuncien sobre el texto del tratado Constitucional y no en función del contexto político de cada uno de sus países.
Una vez que el Parlamento haya fijado su opinión deberemos esforzarnos en que se conozca y se tome en cuenta en el proceso de ratificación que ¡ojalá se hubiese podido plantear de forma más paneuropea, más cercana, en todos los países!
Nuestro principal reto es EUROPEIZAR el debate y evitar que las cuestiones de política interna influyan, como sucedió tanto en las pasadas elecciones europeas.
Nos coordinaremos con los Parlamentos nacionales, con los que hemos trabajado estrechamente durante la Convención y yo mismo presidiré un grupo de trabajo dedicado a divulgar la Constitución como proyecto político sometido al más importante debate que los europeos hayan acometido desde que iniciaron su común andar sobre las ruinas de la guerra. A ello les invito.
Pero antes tenemos trabajos más inmediatos. El primero de ellos es la investidura de la Comisión. Hemos leído en alguna prensa que nuestra tarea es una mera formalidad. Para algunos, el resultado está ya descontado y se trata de un proceso meramente formal, sin valor añadido político. Ustedes saben que no es así. Tendremos que demostrarlo.
Cualquiera que sea la apreciación que la Comisión Barroso nos merezca a cada uno de nosotros, la investidura debe ser una gran ocasión para que se conozcan las grandes orientaciones del trabajo que quieren hacer, para conocer las capacidades personales y políticas de los hombres y mujeres que la componen; para conocer lo que los grupos políticos de este Parlamento reclaman de ese órgano que es el motor del gobierno comunitario.
Al inicio de mi intervención les he planteado los dos grandes temas que son hoy fuente de inseguridad en Europa: el terror y las circunstancias sociales que rodean el empleo. ¿Qué dirá, qué propondrá la Comisión sobre estos grandes aspectos? ¿Qué dirá sobre la reforma del Pacto de Estabilidad? Ya sabemos qué ha empezado a decir la Comisión Prodi, y que el Comisario responsable seguirá siendo el mismo.
Tendremos también la ocasión para seguir debatiendo las propuestas de reforma de un Pacto que tiene mucho que ver con la estrategia de Lisboa y que el Sr. Barroso ha situado en el centro de su acción.
¿Cómo quiere la Comisión hacer de Europa una potencia de referencia en el terreno del medio ambiente, del desarrollo sostenible y de la ayuda al desarrollo? ¿Qué dirá sobre la concentración de los medios de comunicación en Europa? ¿Cómo pretende hacer frente a este problema?
Evidentemente, no se trata de presentar un programa político, ni de exponerles mis propias ideas sobre la construcción europea. Mi objetivo como Presidente sólo es describir y orientar las prioridades de nuestra agenda.
¿Cómo ve la relación de Europa con los otros continentes? ¿Y con el mundo islámico? ¿Cómo quiere impulsar las relaciones euro-mediterráneas? ¿Cómo pretende revitalizar el renqueante proceso de Barcelona?
¿Cuál será su relación con este Parlamento? ¿Cómo ve, en esta fase transitoria, sus relaciones con el Alto Representante del Consejo para la Política exterior?
Hablaremos de estos temas y procuraremos que las audiencias se organicen de una forma menos rígida, más viva y espontánea que en el pasado.
Cuando la nueva Comisión esté investida, este Presidente le pedirá que refuerce su presencia en el Parlamento Europeo. Pediré al Presidente de la Comisión que se entreviste regularmente con los Presidentes de los grupos políticos. Formularé la misma petición al Consejo, y en particular, al Alto Representante para la Política exterior, Javier Solana.
Además de nuestras tareas legislativas ordinarias y hay una de ellas muy importante, la relativa a la Directiva Reach sobre los productos químicos , de aquí a fin de año tendremos que examinar otras tres grandes cuestiones.
Me referiré, en primer lugar, por su importancia estratégica, a la cuestión de Turquía.Tal como deseábamos, la Conferencia de Presidentes recibirá el 23 de septiembre al Primer Ministro turco, Sr. Erdogan. Como ven, el Sr. Erdogan acudirá a este Parlamento antes de que la Comisión presente su informe, tal como era nuestro deseo.
Formalmente, este Parlamento no tiene ningún papel en la decisión sobre si las negociaciones de adhesión deben abrirse o no en Diciembre. No tenemos ninguna necesidad por tanto de emitir opinión al respecto. Pero sería inconcebible que estuviésemos callados sobre un tema que, al final del camino, por largo que éste sea, no podrá decidirse sin nuestro acuerdo. Y lo importante de los caminos no es cuán largos sean, sino adónde llevan.
Considero que este Parlamento debe elaborar un informe sobre la adhesión de Turquía antes del Consejo Europeo de diciembre para poder trasladarle nuestro punto de vista.
Señoras y Señores Diputados, cuestiones como la adhesión de Turquía dan toda la razón de ser a nuestro Parlamento. Es una ocasión para ser protagonistas y no espectadores. Puede ser ese tipo de grandes decisiones donde las dos fuentes de legitimidad no coincidan, donde la opinión de los gobiernos sea una y las de los pueblos, los ciudadanos, sea otra. Es una gran ocasión para debatir sobre la clase de Europa que queremos hacer, y las consecuencias que tendría hacerla de una o de otra manera.
Por eso esperamos que la Comisión emita un informe objetivo de manera que esta Cámara, como el Consejo, adopte su juicio político teniendo muy claras las consecuencias de una u otra decisión - como el sí o el no a la Constitución - las implicaciones que tendría para la Unión la adhesión de Turquía, y las consecuencias que supondría su rechazo para nuestras relaciones con el mundo islámico.
Al hacerlo quiero compartir con ustedes el orgullo de pertenecer a la mayor institución parlamentaria multinacional, símbolo de paz y de democracia, respetuosa de la diversidad, foro de debates y de decisiones que afectan a la vida cotidiana de todos los europeos, aunque muchos no sean suficientemente conscientes de ello, y al futuro del mundo en el que vamos a vivir.
El Parlamento tiene que encarar este debate lejos de reflexiones inopinadas o de ideas preconcebidas, situándolo en una perspectiva estratégica y un horizonte a medio plazo.
Porque hemos de ser conscientes, y estoy seguro de que lo somos, de que el reto más importante que tiene planteada la Europa del futuro es la relación con el mundo islámico y esa relación pasa por Irak, Afganistán y Palestina.
Pero también se basa en una nueva política de vecindad, en el partenariado euro-mediterráneo, y en la integración de la emigración en nuestras ciudades. Hay en Europa 10 millones de musulmanes y en el mundo, 1.000 millones. Cualquiera que sea nuestra decisión, es nuestra responsabilidad demostrar al mundo musulmán que no trazamos nuestras fronteras según el choque de civilizaciones que algunos están empeñados en provocar.
Como contribución a nuestro debate, Señorías, les señalo que he recibido un informe que ha elaborado para la Comisión un comité de expertos, entre los que figuran tres miembros distinguidos de nuestra Institución, que han tenido la amabilidad de presentarlo al Parlamento europeo y cuya lectura me permito aconsejar.
También, antes de fin de año, tendremos que pronunciarnos sobre las perspectivas
financieras cuyo proyecto inicial ha sido ya elaborado por la Comisión y nos será presentado en breve.
Es obvio que los recursos financieros de la Unión deben estar a la altura de nuestras ambiciones y dar respuesta a las expectativas que la ampliación ha generado en muchos ciudadanos y tener en cuenta las inquietudes que ha despertado en otros. El futuro paquete financiero 2007/2013 no sólo contiene propuestas presupuestarias. No es sólo un presupuesto. Es el marco de referencia de toda una serie de propuestas legislativas sobre la financiación de la Política agrícola, los fondos estructurales, los programas de juventud, las redes transeuropeas ... Prácticamente toda nuestra tarea legislativa quedará condicionada por la forma en que se apruebe este marco de referencia.
Tendremos un papel capital, imprescindible, en la adopción de un paquete legislativo, que estará formado por más de 50 propuestas, que tendrá que ser aprobado en codecisión o en dictamen conforme. Ocasión excelente para demostrar que esto no es una caja de grillos que cantan a al luna, sino un colectivo de personas que toman decisiones sobre temas muy concretos y muy transcendentales.
Será, en definitiva, una ocasión única para este Parlamento de hacer valer sus prioridades políticas y así tendrán que entenderlo los europeos si conseguimos traducir nuestra jerga en un lenguaje que forme parte de su cotidianeidad.
Para contribuir a ello, he propuesto a la Conferencia de Presidentes, y así lo decidirá hoy el Pleno, la creación de una comisión temporal ad hoc para iniciar este debate integrando todos los puntos de vista desde los que debe analizarse. En el vértice presupuestario confluyen todos los radios de la rueda europea y debemos analizarlo de una forma compleja y completa, y para ello, creo que una comisión ad hoc, presidida quizá por el propio Presidente del Parlamento, sería un mensaje claro de la importancia que damos a esta tarea.
Y no debemos olvidar que las perspectivas financieras forman parte de un engranaje con otros elementos de nuestras políticas de los que oyen hablar continuamente los europeos y que dudo de que lleguen a comprender toda su trascendencia. Me refiero al Pacto de Estabilidad - ¿estabilidad de qué?, ¿de precios?, pero, ¿por qué sólo de precios?- y a la estrategia de Lisboa.
Este sentimiento de orgullo por todos compartido va parejo a un sentimiento de responsabilidad. Responsabilidad en el ejercicio de nuestros poderes, en nuestra toma de posición en materias internacionales, responsabilidad en el buen funcionamiento de este Parlamento ampliado.
En 2005 habrán pasado cinco años desde que la Unión decidió fijarse el objetivo de "convertirse en la economía basada en el conocimiento más competitiva y dinámica del mundo, capaz de crecer económicamente de manera sostenible con más y mejores empleos y con mayor cohesión social". ¿No les parece que es una frase que empieza ya a sonar ritual? ¿Que toda la transcendencia política que encierra no ha ido seguida de un debate democrático que le diese el alma que necesita para crecer?
Reconozcamos que los objetivos de Lisboa no se están cumpliendo, y parece que tampoco se cumplirán de aquí a 2010. Y este Parlamento debe alzar su voz de preocupación ante un objetivo transcendental para la vida de la Unión que seguimos proclamando ritualmente y quizá no analizando suficientemente en qué vía estamos de conseguirlo. Invitaremos al Sr. Kok a que presente el informe que tiene encargado elaborar sobre los fallos del proceso y sus perspectivas futuras. Creo que, en torno a este informe, el Parlamento debe animar su debate.
Hay que reconocer que en Lisboa se plantearon objetivos muy ambiciosos, formulados en una época de bonanza económica (año 2000), poco antes de que empezara la crisis y el terrorismo la acelerara, y que fueron objeto de un proceso intergubernamental que deja a la buena voluntad de los Estados miembros su aplicación a través de un método de coordinación, que debiera reforzarse.
En este período, sabemos que la inversión en tecnología es baja en comparación con Estados Unidos, que sigue drenando nuestros mejores cerebros, y probablemente de eso tenemos que debatir intensamente. Nuestra formación de capital humano no es la que en Lisboa se decidió que fuera.
Ese proceso de Lisboa coincide con el redoblado protagonismo de las políticas medioambientales. Kioto someterá a la sociedad europea a un estrés parecido al que los criterios de Maastricht le obligaron a asumir, cambiando sus formas de producción y consumo, y ello de una forma que quizá todavía no son suficientemente conscientes nuestros ciudadanos. Estamos a favor de esto, pero tendremos que ver lo que supone y cumplir con la obligación que de ello se deriva.
Y en relación a las propuestas de reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, aunque nuestras competencias al respecto son limitadas, creo que este Parlamento debe hacer un esfuerzo de imaginación política para ponerlo al servicio de la estrategia de Lisboa y, de forma más general, introducir más debate democrático en las grandes orientaciones de la política económica en Europa.
Es aquí donde hay que hacerlo, asociando a los Parlamentos nacionales para que se sientan concernidos por las decisiones europeas que enmarcan la deliberación presupuestaria en cada país.
En este sentido, saludo la llegada del Señor "EURO", del Sr. Junker, por que es cierto que teníamos un problema en Europa: una demanda de mayor coordinación de las políticas económicas.
Tendremos, obviamente, que analizar el papel que nuestra Unión juega en el mundo y, en particular, dedicar atención a las relaciones trasatlánticas. Creo que ha llegado el momento de demostrar la madurez y la responsabilidad de la diplomacia parlamentaria que ejerce nuestra Cámara, buscando más concertación con la Comisión y el Consejo en nuestro trabajo internacional.
Señoras y señores diputados. La UE es un referente para las demás regiones del mundo. El “sueño europeo” (¿debemos hablar de un
?), de sus padres fundadores, el sueño de reconciliar y unir el continente, es ya una realidad. Y al hacerse realidad, ha perdido su poder de encantación democrática, ha perdido su capacidad de movilizar voluntades y de crear consensos activos.
Un Parlamento a través del que fluye una de las dos fuentes de legitimidad en las que se basa nuestra Unión, la que fluye y representa a los ciudadanos europeos, que no tiene por qué coincidir siempre con la otra, la que emana de los Estados miembros.
¿Es posible imaginar otro “sueño europeo” para una Europa más pluriforme? ¿Es posible imaginar otro “sueño europeo” para una Europa que no será la que imaginaron los padres fundadores ni los seis países que la iniciaron? ¿Es posible alumbrar un ideal de civilización, basado en la inclusión, con el que enfrentarse a la intolerancia, al rechazo hacia los inmigrantes, al enfrentamiento étnico y a la intolerancia religiosa?
Creo que a todo ello debe contribuir este Parlamento, porque la mayoría de los ciudadanos que representamos aquí saben, o por lo menos intuyen, que ninguno de sus países podrá enfrentarse solo a la mundialización, a los desequilibrios medioambientales, a la emergencia de Estados-continente, a las amenazas terroristas o a la pobreza y a la inmigración que produce.
Señoras y señores diputados, en Europa ha sonado la hora de los ciudadanos. Quisiera, con todos ustedes, movilizar a sus pueblos y dinamizar a sus sociedades para hacer realidad ese nuevo sueño europeo.
Muchas gracias y buen trabajo
Un Parlamento en el que ya conviven 25 tradiciones parlamentarias diferentes y se expresa en 20 lenguas oficiales y de trabajo, con la complejidad y el coste que ello conlleva. Son muchas lenguas y, sin embargo, aún no representan toda la diversidad lingüística de Europa. A mí en particular se me recuerda este hecho con frecuencia.
En el ejercicio de esta responsabilidad, he pasado los últimos días del verano emitiendo, en nombre de todos ustedes, continuos comunicados de tajante condena de los atentados y acciones terroristas que han golpeado, de la forma más salvaje y cruel, en distintas partes del mundo."@hu11
"Onorevoli deputati, vorrei ora rivolgermi a voi come Presidente del Parlamento.
Per esprimere nella maniera più solenne e collettiva possibile questo sentimento, mi sono rivolto ai 25 capi di Stato e di governo degli Stati membri dell’Unione. Ho proposto che oggi tutte le scuole dell’UE si unissero a noi, rappresentanti dei cittadini europei, per osservare un minuto di silenzio in memoria dei bambini vittime del massacro della scuola di Beslan e, in generale, di tutti i bambini oggetto della violenza terrorista nel mondo. Sono lieto di anticiparvi che diversi paesi hanno già annunciato che aderiranno a questa iniziativa, permettendo così ai cittadini europei di esprimere i loro sentimenti su questi terribili avvenimenti.
Il Parlamento europeo condanna e respinge tutte le azioni di stampo terroristico, perché il terrorismo, di qualunque matrice e in qualsiasi paese, nega i valori stessi su cui si basa l’Unione europea. I cittadini si augurano che un’Europa unita sia in grado di combattere più efficacemente questa minaccia, che oggi costituisce una delle principali fonti di preoccupazione e insicurezza nella regione.
Devo dire che non basta esprimere l’orrore che proviamo. Quando le condanne si susseguono rapidamente le une alle altre, le nostre parole di dolore finiscono per riflettere frustrazione e impotenza. Non esistono scuse né ragioni per fatti tanto spaventosi come quelli ai quali abbiamo assistito in questo scorcio d’estate o per ciò che è accaduto l’11 settembre a New York o l’11 marzo a Madrid. Occorre condannare ogni genere di terrorismo. Tuttavia, il dibattito attualmente in corso a livello globale, soprattutto nel mondo occidentale e sviluppato, anziché condannare il terrorismo, s’incentra sul modo di combatterlo. Certo, al fanatismo suicida non si porrà termine con l’esposizione di argomenti ragionevoli da parte di persone colte e intelligenti. D’altra parte, non possiamo nemmeno pretendere di eliminare tutte le sue cause con il semplice e indiscriminato uso della forza, vendicando su altri bambini il danno che è stato arrecato ai nostri e dando vita a un’insostenibile spirale di violenza.
Non vinceremo la guerra contro il terrorismo concependola come una guerra convenzionale. Il Parlamento europeo deve sviluppare lo spazio di libertà e giustizia; deve promuovere attivamente una strategia antiterroristica basata sulla cooperazione internazionale, in cui siano coinvolte le forze di polizia, il sistema giudiziario e i servizi di
. Occorre avvalersi della cooperazione internazionale anche per affrontare le cause fondamentali che alimentano il fanatismo assassino e suicida.
Analizzare non significa giustificare. I dibattiti e le risoluzioni di questo Parlamento non devono mai essere interpretati come una giustificazione della violenza terrorista. La lotta contro il terrorismo ci obbliga a riflettere sulle sue cause per combatterlo in maniera più efficace. Il Parlamento europeo dovrà continuare a discutere con libertà di coscienza, come ha fatto finora, e ad analizzare, in particolare, la situazione in Cecenia, in Iraq o in Palestina, a prescindere dalle reazioni irritate che potrebbero derivarne.
Onorevoli deputati, dalle notizie di questa estate è emersa anche un’altra fonte di preoccupazione e insicurezza in Europa. Mi riferisco al fenomeno, sempre più frequente, del trasferimento delle attività imprenditoriali all’interno di uno spazio economico integrato, alla ricerca di migliori condizioni lavorative e fiscali, noto come delocalizzazione.
Vi sarete resi conto che in alcuni paesi questo fenomeno suscita reazioni difensive che possono condizionare le politiche di solidarietà dell’Unione. Sicuramente esso evidenzia il conflitto d’interessi tra competitività economica e coesione sociale, obiettivi che, per noi, devono essere complementari. Entrambi sono fondamentali per la costruzione dell’Europa e, in particolare, per la strategia di Lisbona.
Tutto è più complicato di quel che sembra. Un puro e semplice confronto numerico del costo del lavoro non è forse l’unica spiegazione del fenomeno. Questo dibattito, ovviamente, riveste particolare interesse per quegli europei che sperano che l’Europa rappresenti una soluzione e non un problema. Di conseguenza, esso dovrà essere ben presente nei lavori del Parlamento europeo, nei vari punti della nostra agenda su cui mi soffermerò in seguito.
Innanzi tutto, però, permettetemi di ricordarvi che il nostro primo dovere è contribuire a un funzionamento ottimale del Parlamento allargato, che prossimamente comprenderà anche la Romania e la Bulgaria. Ricordiamo che siamo un’Istituzione che utilizza fondi pubblici e si trova dinanzi a nuovi problemi di dimensione ed efficacia. Presiederò personalmente un gruppo di lavoro incaricato di garantire che le nostre dimensioni non riducano la nostra efficacia.
A tale proposito, le questioni che appaiono particolarmente importanti sono due: lo statuto dei deputati e il regime linguistico. Vi ho già annunciato che lo statuto sarà una questione prioritaria e, pertanto, lo scorso 8 settembre ho già avuto un colloquio con il Presidente in carica del Consiglio, Jan Peter Balkenende, che mi ha garantito che avrebbe stabilito i debiti contatti con i rappresentanti dei governi che non erano stati in grado di sottoscrivere la nostra proposta di statuto, per sapere quali avrebbero potuto essere le loro proposte alternative. Vi ricordo che il Parlamento non è mai stato informato sui motivi che hanno portato alcuni paesi a respingere la proposta.
Innanzi tutto, vorrei dirvi che sono onorato della fiducia che avete riposto in me quando avete deciso di eleggermi Presidente del Parlamento europeo. Vi avevo già annunciato che avrei atteso questa seduta plenaria per esporvi la mia visione strategica della prima metà di questa legislatura.
Credo che, finché non disporremo di informazioni al riguardo, non dovremo mettere a rischio il consenso raggiunto in seno al Parlamento. Tuttavia, vorrei ricordare che siamo assolutamente disposti al dialogo e che siamo aperti ai suggerimenti del Consiglio o degli Stati membri che si trovano in posizione migliore per promuovere un accordo.
Quanto al regime linguistico, devo ricordarvi che le modalità di applicazione sono regolate da disposizioni dell’Ufficio di presidenza della precedente legislatura, che aveva fissato un codice di condotta sul multilinguismo. Chiedo a tutti, soprattutto ai presidenti delle commissioni e ai coordinatori, la massima collaborazione affinché tale codice venga adeguatamente applicato, tenendo conto delle scarse risorse disponibili per l’interpretazione e la traduzione e del fatto che la situazione non migliorerà in tempi brevi. Chiedo a tutti di sforzarsi di adattare le esigenze linguistiche di ciascuna riunione di lavoro alle risorse disponibili.
Quanto al desiderio espresso da alcuni deputati in occasione della precedente seduta, di utilizzare la propria lingua benché non sia ancora lingua ufficiale dell’Unione, devo ricordarvi che il nostro regime linguistico dipende da decisioni del Consiglio che devono essere prese all’unanimità e, finché ciò non avverrà, la Presidenza deve esigere il rispetto del Regolamento, a prescindere dalle opinioni personali sulla questione.
D’altro canto vorrei ricordarvi che, se e quando verrà ratificato il Trattato costituzionale, il Parlamento europeo avrà raggiunto la propria maturità e disporrà di un quadro in cui le sue funzioni e responsabilità saranno definite in maniera stabile.
Tuttavia, pur ratificata, la Costituzione entrerà in vigore solo il 1° novembre 2006. Fino ad allora, uno dei nostri compiti principali sarà stimolare un ampio dibattito sulla ratifica del Trattato costituzionale.
Tra il 29 ottobre, data della firma del Trattato costituzionale a Roma, e il 1° novembre 2006, data fissata per la sua entrata in vigore, la mia Presidenza sarà caratterizzata dal processo di ratifica della Costituzione europea nei 25 Stati membri. Si terrà all’incirca una ratifica al mese e, nella maggior parte dei casi, ciò avverrà tramite
. Il primo si terrà nel mio paese, la Spagna, nel febbraio 2005.
Trascorreranno così due anni, che rappresenteranno un’ottima occasione per far sì che gli europei si interessino all’Europa che intendono costruire, così come viene definita nel testo. I cittadini avranno la possibilità di stabilire ciò che una simile Europa può rappresentare e quale importanza può avere per loro.
I deputati al Parlamento europeo devono essere al servizio dei cittadini; occorre trovare modi ingegnosi di comunicare con loro ed elaborare posizioni che si rivelino utili. Entro la fine dell’anno, approveremo una relazione elaborata dagli onorevoli Corbett e Méndez de Vigo e discussa in seno alla commissione per gli affari costituzionali.
Il Parlamento deve diventare la grande
d’Europa. Dev’essere un modello di dibattito aperto, pluralistico e democratico. Non dev’essere critico, ipocrita né pretendere di monopolizzare lo spirito o la logica europeista. Nessuno possiede l’unica e autentica idea di Europa. Il dibattito sarà complesso per la varietà di identità e ideologie, e per le diverse concezioni che gli uni e gli altri nutriamo sull’Europa che vogliamo costruire.
Ecco perché dobbiamo affrontare i grandi temi del progetto costituzionale in seno alla commissione per gli affari costituzionali, in occasione di dibattiti importanti. Ho chiesto al presidente di questa commissione di farmi pervenire proposte concrete su cui basare il dibattito parlamentare.
Ovviamente, non si tratta di presentare un programma politico, né di enunciarvi le mie idee personali sulla costruzione dell’Europa. Come Presidente, ho il solo obiettivo di descrivere e contestualizzare le priorità della nostra agenda.
L’importante, però, non è il nostro dibattito, ma il modo in cui lo percepiscono i cittadini. Occorre illustrare loro di cosa tratta, che cosa dice e cosa non dice la Costituzione. E’ fondamentale che essi si pronuncino sul testo del Trattato costituzionale e non sulla base della situazione politica di ciascuno dei loro paesi.
Una volta che il Parlamento avrà definito il proprio parere, dovrà sforzarsi di farlo conoscere e di farlo prendere in considerazione nel processo di ratifica. E’ davvero deprecabile che questo processo non sia stato concepito in maniera più paneuropea, più vicina si cittadini, e che non abbia luogo in tutti i paesi!
La nostra sfida principale è europeizzare il dibattito ed evitare che le questioni di politica interna si ripercuotano su di esso, com’è avvenuto nelle scorse elezioni europee.
Ci coordineremo con i parlamenti nazionali, con cui abbiamo lavorato a stretto contatto durante la Convenzione. Io stesso presiederò un gruppo di lavoro che avrà il compito di promuovere la Costituzione come progetto politico oggetto del più importante dibattito cui gli europei abbiano dato vita da quando hanno intrapreso il loro cammino comune verso il futuro lasciandosi alle spalle le rovine della guerra. Invito tutti a fare la propria parte.
Prima, però, dobbiamo occuparci di questioni più urgenti. La prima di queste è l’investitura della Commissione. Alcuni comunicati stampa hanno sostenuto che si tratta di una pura formalità. Per alcuni, il risultato è già scontato poiché si tratterebbe di un processo meramente formale, senza valore politico aggiunto. Voi sapete che non è così, onorevoli colleghi. Dovremo dimostrarlo al mondo.
I deputati hanno il diritto di avere il proprio parere sulla Commissione Barroso. Tuttavia, l’investitura rappresenta una splendida occasione per conoscere le principali linee guida del programma dell’Esecutivo, per conoscere le capacità personali e politiche degli uomini e delle donne che lo compongono, per sapere cosa si aspettano i gruppi politici del Parlamento europeo da questo organo, che ovviamente è il motore del governo comunitario.
All’inizio del mio intervento ho parlato delle due grandi questioni che oggi sono fonte di insicurezza in Europa: il terrorismo e i fattori sociali che influiscono sull’occupazione. Attendiamo con ansia le nuove dichiarazioni e proposte della Commissione su tali questioni, così come desideriamo conoscere il suo parere sulla riforma del Patto di stabilità. Conosciamo già la risposta iniziale della Commissione Prodi, e sappiamo anche che il Commissario responsabile resterà in carica.
Avremo anche l’occasione di continuare a discutere le proposte di riforma di questo Patto, che ha notevole influenza sulla strategia di Lisbona e che il Presidente designato Barroso ha posto al vertice della propria agenda.
Occorre interrogarsi su come la Commissione intende fare dell’Europa un modello di riferimento per le questioni inerenti l’ambiente, lo sviluppo sostenibile e l’aiuto allo sviluppo. E’ anche necessario conoscere il parere dell’Esecutivo sulla concentrazione dei mezzi di comunicazione in Europa e come pensa di far fronte a questo problema.
E’ importante sapere come la Commissione intende impostare le relazioni tra l’Europa e gli altri continenti e tra l’Europa e il mondo islamico, nonché conoscere il suo approccio nei confronti delle relazioni euromediterranee. Dobbiamo anche sapere in che modo pensa di rivitalizzare lo zoppicante processo di Barcellona.
Nel far questo, desidero condividere con voi l’orgoglio di appartenere alla più grande Istituzione parlamentare multinazionale, simbolo di pace e di democrazia e al contempo rispettosa della diversità. Benché molti europei non ne siano sufficientemente consapevoli, quest’Aula è sede di dibattiti e di decisioni che incidono sulla nostra vita quotidiana e sul futuro del mondo in cui vivremo.
Siamo ansiosi di sapere che genere di relazione intende instaurare con il Parlamento europeo e come considera, in questa fase transitoria, le sue relazioni con l’Altro rappresentante del Consiglio per la politica estera.
Affronteremo tutti questi argomenti e faremo in modo di organizzare le udienze in maniera meno rigida, più vivace e spontanea che in passato.
Quando la nuova Commissione sarà stata investita, in qualità di Presidente dell’Assemblea le chiederò di rafforzare la sua presenza in seno al Parlamento europeo. Chiederò al Presidente della Commissione di incontrarsi regolarmente con i presidenti dei gruppi politici. Formulerò la stessa richiesta al Consiglio e, in particolare, all’Alto rappresentante per la politica estera e di sicurezza comune, Javier Solana.
Oltre al solito lavoro legislativo – tra cui spicca la direttiva REACH sui prodotti chimici –, entro la fine dell’anno dovremo esaminare altre tre importanti questioni.
Data la sua importanza strategica, mi soffermerò innanzi tutto sulla Turchia. Come speravamo, il 23 settembre la Conferenza dei presidenti accoglierà il Primo Ministro turco Erdogan. Come vedete, il Primo Ministro Erdogan verrà in Parlamento prima che la Commissione presenti la propria relazione, proprio come auspicavamo.
In teoria, il Parlamento non può intervenire sulla decisione di avviare o meno i negoziati di adesione a dicembre. Il parere dell’Assemblea sulla questione non è quindi necessario. Tuttavia, sarebbe inammissibile che tacessimo all’inizio di questo lungo viaggio perché, alla fine, quando terminerà, sarà necessario il nostro consenso. Inoltre, dobbiamo ricordare che ciò che conta non è quanto è lungo un viaggio, ma dove porta.
A mio parere, dobbiamo elaborare una relazione sull’adesione della Turchia prima del Consiglio europeo di dicembre per fare conoscere a quest’ultimo la posizione del Parlamento sulla questione.
Onorevoli deputati, questioni quali l’adesione della Turchia danno assoluta ragion d’essere al Parlamento europeo. E’ un’occasione che ci permette di essere protagonisti e non semplici spettatori. E’ probabile che su questo genere di grandi decisioni le due fonti di legittimità non coincidano, che i governi giungano a una conclusione diversa da quella dei cittadini. Si tratta sicuramente di un’ottima occasione per discutere sulla natura dell’Europa che vogliamo costruire, e sulle conseguenze che scaturirebbero dal farlo in un modo piuttosto che in un altro.
Ecco perché speriamo vivamente che la Commissione elabori una relazione obiettiva. In questo modo Parlamento e Consiglio potranno formulare un giudizio politico conoscendo a fondo le conseguenze che potrebbero derivare da una decisione o dall’altra. Mi riferisco alle implicazioni che l’adesione della Turchia avrebbe per l’Unione, e alle conseguenze che una decisione in senso negativo comporterebbe per le nostre relazioni con il mondo islamico, nonché all’approvazione o meno della Costituzione.
Il Parlamento deve affrontare questo dibattito al di là di idee preconcette e reazioni infondate, situandolo in una prospettiva strategica e in un orizzonte a medio termine.
Il sentimento di orgoglio che tutti condividiamo deve andare di pari passo con il senso di responsabilità. Dobbiamo essere responsabili nell’esercitare i nostri poteri, nel prendere posizione su questioni di carattere internazionale e nel garantire l’agile funzionamento di questo Parlamento allargato.
Questo perché dobbiamo essere consapevoli, e sono certo che lo siamo, che la sfida più importante che deve affrontare l’Europa del futuro è la relazione con il mondo islamico e questa relazione comprende l’Iraq, l’Afghanistan e la Palestina.
E’ anche una relazione che si basa su una nuova politica di vicinato, sul partenariato euromediterraneo e sull’integrazione degli immigranti nelle nostre città. In Europa i musulmani sono 10 milioni e, nel mondo, un miliardo. Qualunque sia la nostra decisione, abbiamo il dovere di dimostrare al mondo musulmano che non tracciamo le nostre frontiere in base allo scontro di civiltà che alcuni sembrano decisi a provocare.
Come contributo al nostro dibattito, onorevoli colleghi, vi segnalo che ho ricevuto una relazione elaborata per la Commissione da un comitato di esperti, tra cui figurano tre illustri membri di quest’Assemblea. La relazione è stata gentilmente messa a disposizione del Parlamento europeo e mi permetto di consigliarne la lettura.
Inoltre, entro la fine dell’anno, dovremo pronunciarci sulle prospettive finanziarie, il cui progetto iniziale è già stato elaborato dalla Commissione e ci sarà presentato tra breve.
E’ ovvio che le risorse finanziarie dell’Unione devono essere all’altezza delle nostre ambizioni e rispondere alle aspettative che l’allargamento ha suscitato in molti cittadini, tenendo altresì in considerazione le preoccupazioni che ha generato in altri. Il pacchetto finanziario 2007-2013 non contiene solo proposte di bilancio. Non è solo un bilancio. E’ il quadro di riferimento di tutta una serie di proposte legislative sul finanziamento della politica agricola comune, i Fondi strutturali, i programmi per la gioventù, le reti transeuropee e così via. Quasi tutti i nostri compiti legislativi dipenderanno dalla forma finale che assumerà questo quadro di riferimento.
Dovremo svolgere un ruolo fondamentale, cruciale, nell’adozione di questo pacchetto legislativo, che sarà formato da oltre 50 proposte e che dovrà essere approvato tramite codecisione o parere conforme. Si tratterà di un’altra ottima occasione per dimostrare che il Parlamento non è solo una fabbrica di parole, ma un organo che prende decisioni su questioni specifiche e con conseguenze di vasta portata.
In definitiva, per il Parlamento si tratterà di un’occasione unica per fare valere le proprie priorità politiche e sarà questo che dovranno comprendere gli europei, se riusciremo a tradurre il nostro gergo in un linguaggio che faccia parte della loro quotidianità.
A tale proposito, ho proposto alla Conferenza dei presidenti di creare una commissione temporanea
per avviare questo dibattito, integrandovi tutti i punti di vista dai quali deve essere analizzato. L’Assemblea esprimerà oggi la propria decisione in merito. Il bilancio è il mozzo in cui convergono tutti i raggi della ruota europea e dobbiamo esaminarne attentamente ogni particolare. Ecco perché credo che una commissione
presieduta possibilmente dal Presidente del Parlamento, rappresenterebbe un chiaro messaggio dell’importanza che attribuiamo a questo compito.
Non dobbiamo neppure dimenticare che le prospettive finanziarie sono collegate ad altri aspetti delle nostre politiche di cui gli europei sentono parlare in continuazione, ma di cui dubito riescano a comprendere tutte le implicazioni. Mi riferisco alla strategia di Lisbona e al Patto di stabilità. A questo proposito viene da chiedersi cosa debba essere stabilizzato e, se la risposta è i prezzi, perché solo loro.
Nel 2005 saranno trascorsi cinque anni da quando l’Unione ha deciso di prefiggersi l’obiettivo di diventare l’economia basata sulla conoscenza più competitiva e dinamica del mondo, in grado di realizzare una crescita economica sostenibile con nuovi e migliori posti di lavoro e una maggiore coesione sociale. Non vi sembra che sia una frase che inizia ormai a sembrare priva di significato e che tutte le importanti implicazioni politiche in essa racchiuse non siano state accompagnate da un dibattito democratico in grado di accendere la scintilla di cui ha bisogno per crescere?
Le fonti di legittimità su cui si basa l’Unione europea sono due. Una è il Parlamento e scaturisce dai cittadini europei che rappresenta. Non necessariamente questa fonte deve coincidere sempre con l’altra, che emana dagli Stati membri.
Dobbiamo riconoscere che non si stanno realizzando gli obiettivi di Lisbona e che sembra improbabile che vengano raggiunti entro il 2010. Il Parlamento deve esprimere la propria preoccupazione su questo obiettivo fondamentale per il futuro dell’Unione, che abbiamo continuato a ripetere come un
senza forse analizzare a sufficienza il modo migliore per raggiungerlo. Inviteremo Wim Kok a presentare la relazione che deve elaborare sulle lacune del processo e sulle prospettive future. Credo che il dibattito del Parlamento debba incentrarsi su questa relazione.
A Lisbona sono stati fissati obiettivi estremamente ambiziosi, formulati nella situazione di benessere economico di cui si godeva nel 2000, poco prima che iniziasse la crisi successivamente acuita dal terrorismo. Questo va riconosciuto, così come bisogna ammettere che tali obiettivi sono stati oggetto di un processo intergovernativo che affidava la loro applicazione alla buona volontà degli Stati membri, tramite un metodo di coordinamento che dev’essere rafforzato.
Sappiamo che in questo periodo gli investimenti nella tecnologia sono stati bassi rispetto a quelli degli Stati Uniti, che continuano a drenare i nostri migliori cervelli, e probabilmente di questo dobbiamo discutere in maniera approfondita. Il nostro capitale umano non riceve il genere di formazione che era stato stabilito a Lisbona.
Il processo di Lisbona va di pari passo con la maggiore importanza attribuita alle politiche ambientali. Kyoto sottoporrà l’Europa a uno
simile a quello che l’avevano obbligata a subire i criteri di Maastricht. La nostra società sarà costretta a cambiare i propri metodi di produzione e consumo, e questo in una maniera di cui forse i nostri cittadini non sono ancora abbastanza consapevoli. Siamo favorevoli a questa evoluzione, ma dovremo vedere che cosa comporta e rispettare gli obblighi che ne derivano.
Riguardo alle proposte di riforma del Patto di stabilità e di crescita, sebbene le nostre competenze in merito siano limitate, credo che il Parlamento europeo debba fare uno sforzo di immaginazione politica per metterlo al servizio della strategia di Lisbona. In linea più generale, credo che il Parlamento debba sforzarsi di introdurre un più ampio dibattito democratico sui grandi orientamenti della politica economica europea.
Il dibattito deve svolgersi in quest’Aula, con la partecipazione dei parlamenti nazionali, affinché si sentano coinvolti nelle decisioni europee che incidono sulle discussioni di bilancio in ogni paese.
In questo senso, accolgo con favore l’arrivo del signor “Euro”, Jean Claude Juncker. E’ indubbio che in Europa avevamo il problema della necessità di un maggiore coordinamento delle politiche economiche.
Ovviamente, dovremo analizzare il ruolo svolto dall’Unione europea a livello mondiale e prestare particolare attenzione alle relazioni transatlantiche. Credo sia giunto il momento per l’Assemblea di dimostrare la maturità e la responsabilità della propria diplomazia parlamentare, collaborando più da vicino con la Commissione e il Consiglio sulla scena internazionale.
Onorevoli colleghi, l’Europa è un modello per il resto del mondo. Il sogno dei padri fondatori era un continente unito e riconciliato. Questo cosiddetto sogno europeo ora è diventato realtà ma purtroppo, durante il processo, ha perso il proprio incanto democratico, non ha più il potere di muovere volontà e di creare consensi attivi.
Permettetemi di rivolgervi una domanda, onorevoli colleghi. E’ possibile immaginare un altro sogno europeo, un sogno di un’Europa più pluralistica? E’ possibile sognare un’Europa diversa da quella che avevano immaginato i padri fondatori e i sei Stati membri iniziali? E’ possibile nutrire un ideale di civiltà, basato sull’inclusione, con cui fare fronte all’intolleranza, al rifiuto nei confronti degli immigranti, allo scontro etnico e all’intolleranza religiosa?
Ora il Parlamento europeo riunisce 25 tradizioni parlamentari diverse, si esprime in 20 lingue ufficiali e di lavoro, con la complessità e i costi che questo comporta. Tuttavia, come mi viene spesso ricordato, questo gran numero di lingue non rappresenta l’intera diversità linguistica dell’Europa.
Credo che il Parlamento debba contribuire a questo sforzo, perché la maggior parte dei cittadini che rappresentiamo qui sa, o per lo meno intuisce, che nessuno dei loro paesi potrà affrontare da solo la globalizzazione, gli squilibri ambientali, l’emergere dei cosiddetti Stati-continente, le minacce terroristiche, la povertà e l’immigrazione che ne deriva.
Onorevoli colleghi, è ora che i cittadini europei facciano sentire la propria voce. Vorrei riuscire, lavorando in stretto contatto con voi, a mobilitare i popoli del nostro continente e a infondere nuovo slancio alle sue società, affinché questo nuovo sogno europeo possa divenire realtà.
Molte grazie e buon lavoro.
Nell’adempiere al mio mandato, negli ultimi giorni dell’estate ho avuto il triste compito di emettere, a nome dell’Assemblea, una serie di comunicati di dura condanna nei confronti degli attentati e delle azioni terroristiche che, con la massima barbarie e crudeltà possibili, sono stati perpetrati in diverse parti del mondo.
Il Parlamento europeo si è quindi associato a tutti i democratici nell’esprimere la propria tristezza e solidarietà alle famiglie colpite in maniera tanto ingiusta da questa piaga brutale da cui, purtroppo, nessun paese è esente."@it12
"Señoras y Señores Diputados, quisiera ahora utilizar mi privilegio como Presidente para dirigirme a ustedes.
El Parlamento Europeo se ha asociado así al sentimiento de tristeza y a la expresión de solidaridad de los demócratas con las familias enlutadas de forma tan injusta y brutal por esa lacra de la que desgraciadamente ningún país está exento.
Para insistir en ello, para expresar de la forma más solemne y colectiva posible este sentimiento, me he dirigido a los 25 Jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros de nuestra Unión, sugiriéndoles que hoy, junto con nosotros, representantes de los ciudadanos europeos, las escuelas de la UE se recogieran en un minuto de silencio en memoria de los niños de los niños víctimas de la masacre de la escuela de Beslán y, en general, de todos los niños objeto de la violencia terrorista en el mundo. Puedo anticiparles ya que varios países han anunciado que se unirán a esta iniciativa, expresión del sentimiento de los europeos frente a estos acontecimientos terribles.
Señoras y señores diputados, nuestro Parlamento condena y rechaza todas las acciones terroristas, porque el terror, de cualquier signo y en cualquier país, contradice los valores en que se basa la Unión Europea, cuyos ciudadanos esperan que la unidad de Europa sea una forma de luchar más eficazmente contra una amenaza que constituye hoy una de sus principales fuentes de preocupación y de inseguridad.
Permítanme que les diga que no basta manifestar el horror que sentimos. Las condenas reiteradas hacen que las palabras de dolor acaben reflejando frustración e impotencia. No hay excusa ni razón para hechos tan abominables como los que hemos vivido este final de verano, los del 11 de septiembre en Nueva York o los del 11 de marzo en Madrid. Todos los terrorismos son condenables, pero el debate que tiene hoy lugar en el mundo, especialmente en nuestro mundo occidental y desarrollado, no se refiere a su condena sino a la forma de combatirlos. Ciertamente, el fanatismo suicida no se va a detener con argumentos razonables expuestos por personas cultas e inteligentes. Pero tampoco podemos pretender erradicar todas sus causas con el simple e indiscriminado uso de la fuerza, vengando en otros niños el daño hecho a los nuestros y creando una escalada insoportable de violencia.
No ganaremos la batalla contra el terrorismo concibiéndola como una guerra convencional. Este Parlamento debe desarrollar el espacio de seguridad y justicia, impulsar activamente una estrategia antiterrorista basada en la cooperación internacional en materia policial, judicial y de inteligencia, así como en la lucha contra las causas subyacentes que alimentan el fanatismo asesino y suicida.
Analizar no es justificar. Los debates y resoluciones de este Parlamento nunca se podrán confundir con una justificación de la violencia terrorista. La lucha contra el terrorismo nos obliga a una reflexión sobre sus causas para mejor combatirlo y este Parlamento deberá seguir debatiendo con libertad de conciencia, como lo ha hecho hasta ahora, y analizando, en particular, la situación en Chechenia, en Iraq o en Palestina, por airadas que sean las reacciones que nuestra deliberación produzca.
Señoras y Señores diputados, las noticias de este verano han reflejado también otra fuente de preocupación e inseguridad en Europa. Me refiero al fenómeno, cada vez más frecuente, del desplazamiento de la actividad de las empresas dentro de un espacio económico integrado, buscando mejores condiciones laborales y fiscales, lo que llamamos deslocalización.
Habrán podido observar ustedes cómo este fenómeno genera reacciones defensivas en algunos países que pueden condicionar las políticas de solidaridad de la Unión. Ciertamente plantea de forma conflictiva la relación entre competitividad económica y cohesión social, objetivos que, para nosotros, deben ser complementarios y que se proclaman en la construcción europea y, en particular, en la estrategia de Lisboa.
Todo es más complicado de lo que parece. La simple comparación nominal de los costes del trabajo no es quizás la única explicación a este fenómeno. Este debate interesa, sin duda, a los europeos, que esperan una "Europa como solución" y no una "Europa como problema". Por lo tanto, deberá estar muy presente en los trabajos de este Parlamento, a través de los múltiples temas que desbordan nuestra agenda y a los que luego me referiré.
Pero antes, permítanme recordarles que nuestra primera obligación es contribuir al óptimo funcionamiento del Parlamento ampliado, que próximamente contará también con Rumanía y Bulgaria. Recordemos que somos una institución que consume recursos públicos y se enfrenta a nuevos problemas de dimensión y eficacia. Presidiré personalmente un grupo de trabajo encargado de asegurar que nuestra dimensión no disminuya nuestra eficacia.
En primer lugar, les reitero mi agradecimiento por la confianza que en mí
A este respecto, dos cuestiones se presentan como especialmente importantes: el Estatuto de los Diputados y el régimen lingüístico. Ya les anuncié que el Estatuto sería una cuestión prioritaria y, por ello, ya me entrevisté, el pasado 8 de septiembre, con el Presidente en ejercicio del Consejo, Sr. Balkenende, que me aseguró que establecería los oportunos contactos con los representantes de los gobiernos que no pudieron dar su acuerdo a nuestra propuesta de Estatuto, para conocer cuáles podrían ser sus planteamientos alternativos. Les recuerdo que el Parlamento no ha sido nunca informado de las razones por las cuales algunos países no pudieron aceptar esa propuesta.
Creo que, mientras no dispongamos de información al respecto, no deberemos modificar el consenso alcanzado en el seno del Parlamento, sin perjuicio de que reiteremos nuestra permanente disposición al diálogo y un espíritu abierto frente a las sugerencias que recibamos del Consejo o de los Estados miembros que están en mejor situación para avanzar hacia un acuerdo.
En cuanto al régimen lingüístico, debo recordarles que su aplicación está regulada por una disposición de la Mesa del anterior Parlamento, a través de un Código de Conducta sobre el Multilingüismo. Ruego a todos, especialmente a las mesas de las comisiones y a los coordinadores, la máxima colaboración para su adecuada aplicación, habida cuenta de la escasez de recursos de interpretación y traducción que todavía sufrimos y que tardaremos algún tiempo en resolver. Ruego a todo el mundo que adapte permanentemente las necesidades lingüísticas de cada reunión de trabajo a los recursos disponibles.
En cuanto al deseo de algunos diputados, manifestado en el Pleno anterior, de utilizar la lengua que les es propia, pero que no es aún lengua oficial de la Unión, debo recordarles que nuestro régimen lingüístico depende de acuerdos del Consejo, que debe tomarlos por unanimidad, y, mientras no se produzcan, la Presidencia debe exigir el cumplimiento del Reglamento, independientemente de sus opiniones personales.
Por otra parte, quiero recordarles que, cuando se ratifique el Tratado Constitucional -si así ocurre por fin-, el Parlamento Europeo habrá alcanzado su madurez y dispondremos de un marco que definirá de forma estable nuestras funciones y responsabilidades.
Sin embargo, la Constitución no entrará en vigor, si finalmente es ratificada, hasta el 1 de noviembre de 2006. Hasta entonces, nuestra tarea más importante será el impulso y la participación en el debate sobre la ratificación del Tratado Constitucional.
Entre el 29 de octubre, fecha de la firma en Roma del Tratado Constitucional, y el 1 de noviembre de 2006, fecha fijada para su entrada en vigor, mi Presidencia estará marcada por el proceso de ratificación de la Constitución Europea en los 25 Estados miembros. Muchas de las ratificaciones -más o menos una al mes- se expresarán por referéndum. El primero tendrá lugar en mi propio país, España, en febrero de 2005.
Transcurrirán así dos años, que supondrán una gran ocasión para que los europeos se interesen por la Europa que quieren hacer, tal como está definida en ese texto, por lo que les aporta y por qué les importa.
Y nosotros tenemos que tener una actitud de servicio hacia los ciudadanos, innovando la comunicación y elaborando posiciones útiles para ellos. Antes de fin de año, aprobaremos un informe, redactado por los diputados Corbett y Méndez Vigo y debatido en la Comisión de Asuntos Constitucionales.
Este Parlamento debe ser la gran AGORA de Europa. Debemos dar ejemplo de un debate abierto, plural, y democrático. Sin descalificaciones ni maniqueísmos ni pretensiones de monopolizar el sentimiento o la razón europeísta. Nadie está en posesión de la verdadera y única idea de Europa. El debate será complejo por razones identitarias o ideológicas, o por las diferentes concepciones que unos y otros albergamos acerca de la Europa que queremos hacer.
depositaron al elegirme como Presidente de nuestro Parlamento. Ya les anuncié que dejaba para esta sesión plenaria la exposición de mi visión estratégica de la primera mitad de esta legislatura.
Por ello, tenemos que tratar en el seno de la Comisión de Asuntos Constitucionales, en grandes debates, los grandes temas del proyecto constitucional; y he pedido a su Presidente que me haga llegar propuestas concretas para animar así nuestro debate parlamentario.
Pero lo importante no es nuestro debate, sino la forma en que lo perciban los ciudadanos. Lo importante es ilustrarles sobre qué es, qué dice y qué no dice la Constitución. Lo importante es que se pronuncien sobre el texto del tratado Constitucional y no en función del contexto político de cada uno de sus países.
Una vez que el Parlamento haya fijado su opinión deberemos esforzarnos en que se conozca y se tome en cuenta en el proceso de ratificación que ¡ojalá se hubiese podido plantear de forma más paneuropea, más cercana, en todos los países!
Nuestro principal reto es EUROPEIZAR el debate y evitar que las cuestiones de política interna influyan, como sucedió tanto en las pasadas elecciones europeas.
Nos coordinaremos con los Parlamentos nacionales, con los que hemos trabajado estrechamente durante la Convención y yo mismo presidiré un grupo de trabajo dedicado a divulgar la Constitución como proyecto político sometido al más importante debate que los europeos hayan acometido desde que iniciaron su común andar sobre las ruinas de la guerra. A ello les invito.
Pero antes tenemos trabajos más inmediatos. El primero de ellos es la investidura de la Comisión. Hemos leído en alguna prensa que nuestra tarea es una mera formalidad. Para algunos, el resultado está ya descontado y se trata de un proceso meramente formal, sin valor añadido político. Ustedes saben que no es así. Tendremos que demostrarlo.
Cualquiera que sea la apreciación que la Comisión Barroso nos merezca a cada uno de nosotros, la investidura debe ser una gran ocasión para que se conozcan las grandes orientaciones del trabajo que quieren hacer, para conocer las capacidades personales y políticas de los hombres y mujeres que la componen; para conocer lo que los grupos políticos de este Parlamento reclaman de ese órgano que es el motor del gobierno comunitario.
Al inicio de mi intervención les he planteado los dos grandes temas que son hoy fuente de inseguridad en Europa: el terror y las circunstancias sociales que rodean el empleo. ¿Qué dirá, qué propondrá la Comisión sobre estos grandes aspectos? ¿Qué dirá sobre la reforma del Pacto de Estabilidad? Ya sabemos qué ha empezado a decir la Comisión Prodi, y que el Comisario responsable seguirá siendo el mismo.
Tendremos también la ocasión para seguir debatiendo las propuestas de reforma de un Pacto que tiene mucho que ver con la estrategia de Lisboa y que el Sr. Barroso ha situado en el centro de su acción.
¿Cómo quiere la Comisión hacer de Europa una potencia de referencia en el terreno del medio ambiente, del desarrollo sostenible y de la ayuda al desarrollo? ¿Qué dirá sobre la concentración de los medios de comunicación en Europa? ¿Cómo pretende hacer frente a este problema?
Evidentemente, no se trata de presentar un programa político, ni de exponerles mis propias ideas sobre la construcción europea. Mi objetivo como Presidente sólo es describir y orientar las prioridades de nuestra agenda.
¿Cómo ve la relación de Europa con los otros continentes? ¿Y con el mundo islámico? ¿Cómo quiere impulsar las relaciones euro-mediterráneas? ¿Cómo pretende revitalizar el renqueante proceso de Barcelona?
¿Cuál será su relación con este Parlamento? ¿Cómo ve, en esta fase transitoria, sus relaciones con el Alto Representante del Consejo para la Política exterior?
Hablaremos de estos temas y procuraremos que las audiencias se organicen de una forma menos rígida, más viva y espontánea que en el pasado.
Cuando la nueva Comisión esté investida, este Presidente le pedirá que refuerce su presencia en el Parlamento Europeo. Pediré al Presidente de la Comisión que se entreviste regularmente con los Presidentes de los grupos políticos. Formularé la misma petición al Consejo, y en particular, al Alto Representante para la Política exterior, Javier Solana.
Además de nuestras tareas legislativas ordinarias y hay una de ellas muy importante, la relativa a la Directiva Reach sobre los productos químicos , de aquí a fin de año tendremos que examinar otras tres grandes cuestiones.
Me referiré, en primer lugar, por su importancia estratégica, a la cuestión de Turquía.Tal como deseábamos, la Conferencia de Presidentes recibirá el 23 de septiembre al Primer Ministro turco, Sr. Erdogan. Como ven, el Sr. Erdogan acudirá a este Parlamento antes de que la Comisión presente su informe, tal como era nuestro deseo.
Formalmente, este Parlamento no tiene ningún papel en la decisión sobre si las negociaciones de adhesión deben abrirse o no en Diciembre. No tenemos ninguna necesidad por tanto de emitir opinión al respecto. Pero sería inconcebible que estuviésemos callados sobre un tema que, al final del camino, por largo que éste sea, no podrá decidirse sin nuestro acuerdo. Y lo importante de los caminos no es cuán largos sean, sino adónde llevan.
Considero que este Parlamento debe elaborar un informe sobre la adhesión de Turquía antes del Consejo Europeo de diciembre para poder trasladarle nuestro punto de vista.
Señoras y Señores Diputados, cuestiones como la adhesión de Turquía dan toda la razón de ser a nuestro Parlamento. Es una ocasión para ser protagonistas y no espectadores. Puede ser ese tipo de grandes decisiones donde las dos fuentes de legitimidad no coincidan, donde la opinión de los gobiernos sea una y las de los pueblos, los ciudadanos, sea otra. Es una gran ocasión para debatir sobre la clase de Europa que queremos hacer, y las consecuencias que tendría hacerla de una o de otra manera.
Por eso esperamos que la Comisión emita un informe objetivo de manera que esta Cámara, como el Consejo, adopte su juicio político teniendo muy claras las consecuencias de una u otra decisión - como el sí o el no a la Constitución - las implicaciones que tendría para la Unión la adhesión de Turquía, y las consecuencias que supondría su rechazo para nuestras relaciones con el mundo islámico.
Al hacerlo quiero compartir con ustedes el orgullo de pertenecer a la mayor institución parlamentaria multinacional, símbolo de paz y de democracia, respetuosa de la diversidad, foro de debates y de decisiones que afectan a la vida cotidiana de todos los europeos, aunque muchos no sean suficientemente conscientes de ello, y al futuro del mundo en el que vamos a vivir.
El Parlamento tiene que encarar este debate lejos de reflexiones inopinadas o de ideas preconcebidas, situándolo en una perspectiva estratégica y un horizonte a medio plazo.
Porque hemos de ser conscientes, y estoy seguro de que lo somos, de que el reto más importante que tiene planteada la Europa del futuro es la relación con el mundo islámico y esa relación pasa por Irak, Afganistán y Palestina.
Pero también se basa en una nueva política de vecindad, en el partenariado euro-mediterráneo, y en la integración de la emigración en nuestras ciudades. Hay en Europa 10 millones de musulmanes y en el mundo, 1.000 millones. Cualquiera que sea nuestra decisión, es nuestra responsabilidad demostrar al mundo musulmán que no trazamos nuestras fronteras según el choque de civilizaciones que algunos están empeñados en provocar.
Como contribución a nuestro debate, Señorías, les señalo que he recibido un informe que ha elaborado para la Comisión un comité de expertos, entre los que figuran tres miembros distinguidos de nuestra Institución, que han tenido la amabilidad de presentarlo al Parlamento europeo y cuya lectura me permito aconsejar.
También, antes de fin de año, tendremos que pronunciarnos sobre las perspectivas
financieras cuyo proyecto inicial ha sido ya elaborado por la Comisión y nos será presentado en breve.
Es obvio que los recursos financieros de la Unión deben estar a la altura de nuestras ambiciones y dar respuesta a las expectativas que la ampliación ha generado en muchos ciudadanos y tener en cuenta las inquietudes que ha despertado en otros. El futuro paquete financiero 2007/2013 no sólo contiene propuestas presupuestarias. No es sólo un presupuesto. Es el marco de referencia de toda una serie de propuestas legislativas sobre la financiación de la Política agrícola, los fondos estructurales, los programas de juventud, las redes transeuropeas ... Prácticamente toda nuestra tarea legislativa quedará condicionada por la forma en que se apruebe este marco de referencia.
Tendremos un papel capital, imprescindible, en la adopción de un paquete legislativo, que estará formado por más de 50 propuestas, que tendrá que ser aprobado en codecisión o en dictamen conforme. Ocasión excelente para demostrar que esto no es una caja de grillos que cantan a al luna, sino un colectivo de personas que toman decisiones sobre temas muy concretos y muy transcendentales.
Será, en definitiva, una ocasión única para este Parlamento de hacer valer sus prioridades políticas y así tendrán que entenderlo los europeos si conseguimos traducir nuestra jerga en un lenguaje que forme parte de su cotidianeidad.
Para contribuir a ello, he propuesto a la Conferencia de Presidentes, y así lo decidirá hoy el Pleno, la creación de una comisión temporal ad hoc para iniciar este debate integrando todos los puntos de vista desde los que debe analizarse. En el vértice presupuestario confluyen todos los radios de la rueda europea y debemos analizarlo de una forma compleja y completa, y para ello, creo que una comisión ad hoc, presidida quizá por el propio Presidente del Parlamento, sería un mensaje claro de la importancia que damos a esta tarea.
Y no debemos olvidar que las perspectivas financieras forman parte de un engranaje con otros elementos de nuestras políticas de los que oyen hablar continuamente los europeos y que dudo de que lleguen a comprender toda su trascendencia. Me refiero al Pacto de Estabilidad - ¿estabilidad de qué?, ¿de precios?, pero, ¿por qué sólo de precios?- y a la estrategia de Lisboa.
Este sentimiento de orgullo por todos compartido va parejo a un sentimiento de responsabilidad. Responsabilidad en el ejercicio de nuestros poderes, en nuestra toma de posición en materias internacionales, responsabilidad en el buen funcionamiento de este Parlamento ampliado.
En 2005 habrán pasado cinco años desde que la Unión decidió fijarse el objetivo de "convertirse en la economía basada en el conocimiento más competitiva y dinámica del mundo, capaz de crecer económicamente de manera sostenible con más y mejores empleos y con mayor cohesión social". ¿No les parece que es una frase que empieza ya a sonar ritual? ¿Que toda la transcendencia política que encierra no ha ido seguida de un debate democrático que le diese el alma que necesita para crecer?
Reconozcamos que los objetivos de Lisboa no se están cumpliendo, y parece que tampoco se cumplirán de aquí a 2010. Y este Parlamento debe alzar su voz de preocupación ante un objetivo transcendental para la vida de la Unión que seguimos proclamando ritualmente y quizá no analizando suficientemente en qué vía estamos de conseguirlo. Invitaremos al Sr. Kok a que presente el informe que tiene encargado elaborar sobre los fallos del proceso y sus perspectivas futuras. Creo que, en torno a este informe, el Parlamento debe animar su debate.
Hay que reconocer que en Lisboa se plantearon objetivos muy ambiciosos, formulados en una época de bonanza económica (año 2000), poco antes de que empezara la crisis y el terrorismo la acelerara, y que fueron objeto de un proceso intergubernamental que deja a la buena voluntad de los Estados miembros su aplicación a través de un método de coordinación, que debiera reforzarse.
En este período, sabemos que la inversión en tecnología es baja en comparación con Estados Unidos, que sigue drenando nuestros mejores cerebros, y probablemente de eso tenemos que debatir intensamente. Nuestra formación de capital humano no es la que en Lisboa se decidió que fuera.
Ese proceso de Lisboa coincide con el redoblado protagonismo de las políticas medioambientales. Kioto someterá a la sociedad europea a un estrés parecido al que los criterios de Maastricht le obligaron a asumir, cambiando sus formas de producción y consumo, y ello de una forma que quizá todavía no son suficientemente conscientes nuestros ciudadanos. Estamos a favor de esto, pero tendremos que ver lo que supone y cumplir con la obligación que de ello se deriva.
Y en relación a las propuestas de reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, aunque nuestras competencias al respecto son limitadas, creo que este Parlamento debe hacer un esfuerzo de imaginación política para ponerlo al servicio de la estrategia de Lisboa y, de forma más general, introducir más debate democrático en las grandes orientaciones de la política económica en Europa.
Es aquí donde hay que hacerlo, asociando a los Parlamentos nacionales para que se sientan concernidos por las decisiones europeas que enmarcan la deliberación presupuestaria en cada país.
En este sentido, saludo la llegada del Señor "EURO", del Sr. Junker, por que es cierto que teníamos un problema en Europa: una demanda de mayor coordinación de las políticas económicas.
Tendremos, obviamente, que analizar el papel que nuestra Unión juega en el mundo y, en particular, dedicar atención a las relaciones trasatlánticas. Creo que ha llegado el momento de demostrar la madurez y la responsabilidad de la diplomacia parlamentaria que ejerce nuestra Cámara, buscando más concertación con la Comisión y el Consejo en nuestro trabajo internacional.
Señoras y señores diputados. La UE es un referente para las demás regiones del mundo. El “sueño europeo” (¿debemos hablar de un
?), de sus padres fundadores, el sueño de reconciliar y unir el continente, es ya una realidad. Y al hacerse realidad, ha perdido su poder de encantación democrática, ha perdido su capacidad de movilizar voluntades y de crear consensos activos.
Un Parlamento a través del que fluye una de las dos fuentes de legitimidad en las que se basa nuestra Unión, la que fluye y representa a los ciudadanos europeos, que no tiene por qué coincidir siempre con la otra, la que emana de los Estados miembros.
¿Es posible imaginar otro “sueño europeo” para una Europa más pluriforme? ¿Es posible imaginar otro “sueño europeo” para una Europa que no será la que imaginaron los padres fundadores ni los seis países que la iniciaron? ¿Es posible alumbrar un ideal de civilización, basado en la inclusión, con el que enfrentarse a la intolerancia, al rechazo hacia los inmigrantes, al enfrentamiento étnico y a la intolerancia religiosa?
Creo que a todo ello debe contribuir este Parlamento, porque la mayoría de los ciudadanos que representamos aquí saben, o por lo menos intuyen, que ninguno de sus países podrá enfrentarse solo a la mundialización, a los desequilibrios medioambientales, a la emergencia de Estados-continente, a las amenazas terroristas o a la pobreza y a la inmigración que produce.
Señoras y señores diputados, en Europa ha sonado la hora de los ciudadanos. Quisiera, con todos ustedes, movilizar a sus pueblos y dinamizar a sus sociedades para hacer realidad ese nuevo sueño europeo.
Muchas gracias y buen trabajo
Un Parlamento en el que ya conviven 25 tradiciones parlamentarias diferentes y se expresa en 20 lenguas oficiales y de trabajo, con la complejidad y el coste que ello conlleva. Son muchas lenguas y, sin embargo, aún no representan toda la diversidad lingüística de Europa. A mí en particular se me recuerda este hecho con frecuencia.
En el ejercicio de esta responsabilidad, he pasado los últimos días del verano emitiendo, en nombre de todos ustedes, continuos comunicados de tajante condena de los atentados y acciones terroristas que han golpeado, de la forma más salvaje y cruel, en distintas partes del mundo."@lt14
"Señoras y Señores Diputados, quisiera ahora utilizar mi privilegio como Presidente para dirigirme a ustedes.
El Parlamento Europeo se ha asociado así al sentimiento de tristeza y a la expresión de solidaridad de los demócratas con las familias enlutadas de forma tan injusta y brutal por esa lacra de la que desgraciadamente ningún país está exento.
Para insistir en ello, para expresar de la forma más solemne y colectiva posible este sentimiento, me he dirigido a los 25 Jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros de nuestra Unión, sugiriéndoles que hoy, junto con nosotros, representantes de los ciudadanos europeos, las escuelas de la UE se recogieran en un minuto de silencio en memoria de los niños de los niños víctimas de la masacre de la escuela de Beslán y, en general, de todos los niños objeto de la violencia terrorista en el mundo. Puedo anticiparles ya que varios países han anunciado que se unirán a esta iniciativa, expresión del sentimiento de los europeos frente a estos acontecimientos terribles.
Señoras y señores diputados, nuestro Parlamento condena y rechaza todas las acciones terroristas, porque el terror, de cualquier signo y en cualquier país, contradice los valores en que se basa la Unión Europea, cuyos ciudadanos esperan que la unidad de Europa sea una forma de luchar más eficazmente contra una amenaza que constituye hoy una de sus principales fuentes de preocupación y de inseguridad.
Permítanme que les diga que no basta manifestar el horror que sentimos. Las condenas reiteradas hacen que las palabras de dolor acaben reflejando frustración e impotencia. No hay excusa ni razón para hechos tan abominables como los que hemos vivido este final de verano, los del 11 de septiembre en Nueva York o los del 11 de marzo en Madrid. Todos los terrorismos son condenables, pero el debate que tiene hoy lugar en el mundo, especialmente en nuestro mundo occidental y desarrollado, no se refiere a su condena sino a la forma de combatirlos. Ciertamente, el fanatismo suicida no se va a detener con argumentos razonables expuestos por personas cultas e inteligentes. Pero tampoco podemos pretender erradicar todas sus causas con el simple e indiscriminado uso de la fuerza, vengando en otros niños el daño hecho a los nuestros y creando una escalada insoportable de violencia.
No ganaremos la batalla contra el terrorismo concibiéndola como una guerra convencional. Este Parlamento debe desarrollar el espacio de seguridad y justicia, impulsar activamente una estrategia antiterrorista basada en la cooperación internacional en materia policial, judicial y de inteligencia, así como en la lucha contra las causas subyacentes que alimentan el fanatismo asesino y suicida.
Analizar no es justificar. Los debates y resoluciones de este Parlamento nunca se podrán confundir con una justificación de la violencia terrorista. La lucha contra el terrorismo nos obliga a una reflexión sobre sus causas para mejor combatirlo y este Parlamento deberá seguir debatiendo con libertad de conciencia, como lo ha hecho hasta ahora, y analizando, en particular, la situación en Chechenia, en Iraq o en Palestina, por airadas que sean las reacciones que nuestra deliberación produzca.
Señoras y Señores diputados, las noticias de este verano han reflejado también otra fuente de preocupación e inseguridad en Europa. Me refiero al fenómeno, cada vez más frecuente, del desplazamiento de la actividad de las empresas dentro de un espacio económico integrado, buscando mejores condiciones laborales y fiscales, lo que llamamos deslocalización.
Habrán podido observar ustedes cómo este fenómeno genera reacciones defensivas en algunos países que pueden condicionar las políticas de solidaridad de la Unión. Ciertamente plantea de forma conflictiva la relación entre competitividad económica y cohesión social, objetivos que, para nosotros, deben ser complementarios y que se proclaman en la construcción europea y, en particular, en la estrategia de Lisboa.
Todo es más complicado de lo que parece. La simple comparación nominal de los costes del trabajo no es quizás la única explicación a este fenómeno. Este debate interesa, sin duda, a los europeos, que esperan una "Europa como solución" y no una "Europa como problema". Por lo tanto, deberá estar muy presente en los trabajos de este Parlamento, a través de los múltiples temas que desbordan nuestra agenda y a los que luego me referiré.
Pero antes, permítanme recordarles que nuestra primera obligación es contribuir al óptimo funcionamiento del Parlamento ampliado, que próximamente contará también con Rumanía y Bulgaria. Recordemos que somos una institución que consume recursos públicos y se enfrenta a nuevos problemas de dimensión y eficacia. Presidiré personalmente un grupo de trabajo encargado de asegurar que nuestra dimensión no disminuya nuestra eficacia.
En primer lugar, les reitero mi agradecimiento por la confianza que en mí
A este respecto, dos cuestiones se presentan como especialmente importantes: el Estatuto de los Diputados y el régimen lingüístico. Ya les anuncié que el Estatuto sería una cuestión prioritaria y, por ello, ya me entrevisté, el pasado 8 de septiembre, con el Presidente en ejercicio del Consejo, Sr. Balkenende, que me aseguró que establecería los oportunos contactos con los representantes de los gobiernos que no pudieron dar su acuerdo a nuestra propuesta de Estatuto, para conocer cuáles podrían ser sus planteamientos alternativos. Les recuerdo que el Parlamento no ha sido nunca informado de las razones por las cuales algunos países no pudieron aceptar esa propuesta.
Creo que, mientras no dispongamos de información al respecto, no deberemos modificar el consenso alcanzado en el seno del Parlamento, sin perjuicio de que reiteremos nuestra permanente disposición al diálogo y un espíritu abierto frente a las sugerencias que recibamos del Consejo o de los Estados miembros que están en mejor situación para avanzar hacia un acuerdo.
En cuanto al régimen lingüístico, debo recordarles que su aplicación está regulada por una disposición de la Mesa del anterior Parlamento, a través de un Código de Conducta sobre el Multilingüismo. Ruego a todos, especialmente a las mesas de las comisiones y a los coordinadores, la máxima colaboración para su adecuada aplicación, habida cuenta de la escasez de recursos de interpretación y traducción que todavía sufrimos y que tardaremos algún tiempo en resolver. Ruego a todo el mundo que adapte permanentemente las necesidades lingüísticas de cada reunión de trabajo a los recursos disponibles.
En cuanto al deseo de algunos diputados, manifestado en el Pleno anterior, de utilizar la lengua que les es propia, pero que no es aún lengua oficial de la Unión, debo recordarles que nuestro régimen lingüístico depende de acuerdos del Consejo, que debe tomarlos por unanimidad, y, mientras no se produzcan, la Presidencia debe exigir el cumplimiento del Reglamento, independientemente de sus opiniones personales.
Por otra parte, quiero recordarles que, cuando se ratifique el Tratado Constitucional -si así ocurre por fin-, el Parlamento Europeo habrá alcanzado su madurez y dispondremos de un marco que definirá de forma estable nuestras funciones y responsabilidades.
Sin embargo, la Constitución no entrará en vigor, si finalmente es ratificada, hasta el 1 de noviembre de 2006. Hasta entonces, nuestra tarea más importante será el impulso y la participación en el debate sobre la ratificación del Tratado Constitucional.
Entre el 29 de octubre, fecha de la firma en Roma del Tratado Constitucional, y el 1 de noviembre de 2006, fecha fijada para su entrada en vigor, mi Presidencia estará marcada por el proceso de ratificación de la Constitución Europea en los 25 Estados miembros. Muchas de las ratificaciones -más o menos una al mes- se expresarán por referéndum. El primero tendrá lugar en mi propio país, España, en febrero de 2005.
Transcurrirán así dos años, que supondrán una gran ocasión para que los europeos se interesen por la Europa que quieren hacer, tal como está definida en ese texto, por lo que les aporta y por qué les importa.
Y nosotros tenemos que tener una actitud de servicio hacia los ciudadanos, innovando la comunicación y elaborando posiciones útiles para ellos. Antes de fin de año, aprobaremos un informe, redactado por los diputados Corbett y Méndez Vigo y debatido en la Comisión de Asuntos Constitucionales.
Este Parlamento debe ser la gran AGORA de Europa. Debemos dar ejemplo de un debate abierto, plural, y democrático. Sin descalificaciones ni maniqueísmos ni pretensiones de monopolizar el sentimiento o la razón europeísta. Nadie está en posesión de la verdadera y única idea de Europa. El debate será complejo por razones identitarias o ideológicas, o por las diferentes concepciones que unos y otros albergamos acerca de la Europa que queremos hacer.
depositaron al elegirme como Presidente de nuestro Parlamento. Ya les anuncié que dejaba para esta sesión plenaria la exposición de mi visión estratégica de la primera mitad de esta legislatura.
Por ello, tenemos que tratar en el seno de la Comisión de Asuntos Constitucionales, en grandes debates, los grandes temas del proyecto constitucional; y he pedido a su Presidente que me haga llegar propuestas concretas para animar así nuestro debate parlamentario.
Pero lo importante no es nuestro debate, sino la forma en que lo perciban los ciudadanos. Lo importante es ilustrarles sobre qué es, qué dice y qué no dice la Constitución. Lo importante es que se pronuncien sobre el texto del tratado Constitucional y no en función del contexto político de cada uno de sus países.
Una vez que el Parlamento haya fijado su opinión deberemos esforzarnos en que se conozca y se tome en cuenta en el proceso de ratificación que ¡ojalá se hubiese podido plantear de forma más paneuropea, más cercana, en todos los países!
Nuestro principal reto es EUROPEIZAR el debate y evitar que las cuestiones de política interna influyan, como sucedió tanto en las pasadas elecciones europeas.
Nos coordinaremos con los Parlamentos nacionales, con los que hemos trabajado estrechamente durante la Convención y yo mismo presidiré un grupo de trabajo dedicado a divulgar la Constitución como proyecto político sometido al más importante debate que los europeos hayan acometido desde que iniciaron su común andar sobre las ruinas de la guerra. A ello les invito.
Pero antes tenemos trabajos más inmediatos. El primero de ellos es la investidura de la Comisión. Hemos leído en alguna prensa que nuestra tarea es una mera formalidad. Para algunos, el resultado está ya descontado y se trata de un proceso meramente formal, sin valor añadido político. Ustedes saben que no es así. Tendremos que demostrarlo.
Cualquiera que sea la apreciación que la Comisión Barroso nos merezca a cada uno de nosotros, la investidura debe ser una gran ocasión para que se conozcan las grandes orientaciones del trabajo que quieren hacer, para conocer las capacidades personales y políticas de los hombres y mujeres que la componen; para conocer lo que los grupos políticos de este Parlamento reclaman de ese órgano que es el motor del gobierno comunitario.
Al inicio de mi intervención les he planteado los dos grandes temas que son hoy fuente de inseguridad en Europa: el terror y las circunstancias sociales que rodean el empleo. ¿Qué dirá, qué propondrá la Comisión sobre estos grandes aspectos? ¿Qué dirá sobre la reforma del Pacto de Estabilidad? Ya sabemos qué ha empezado a decir la Comisión Prodi, y que el Comisario responsable seguirá siendo el mismo.
Tendremos también la ocasión para seguir debatiendo las propuestas de reforma de un Pacto que tiene mucho que ver con la estrategia de Lisboa y que el Sr. Barroso ha situado en el centro de su acción.
¿Cómo quiere la Comisión hacer de Europa una potencia de referencia en el terreno del medio ambiente, del desarrollo sostenible y de la ayuda al desarrollo? ¿Qué dirá sobre la concentración de los medios de comunicación en Europa? ¿Cómo pretende hacer frente a este problema?
Evidentemente, no se trata de presentar un programa político, ni de exponerles mis propias ideas sobre la construcción europea. Mi objetivo como Presidente sólo es describir y orientar las prioridades de nuestra agenda.
¿Cómo ve la relación de Europa con los otros continentes? ¿Y con el mundo islámico? ¿Cómo quiere impulsar las relaciones euro-mediterráneas? ¿Cómo pretende revitalizar el renqueante proceso de Barcelona?
¿Cuál será su relación con este Parlamento? ¿Cómo ve, en esta fase transitoria, sus relaciones con el Alto Representante del Consejo para la Política exterior?
Hablaremos de estos temas y procuraremos que las audiencias se organicen de una forma menos rígida, más viva y espontánea que en el pasado.
Cuando la nueva Comisión esté investida, este Presidente le pedirá que refuerce su presencia en el Parlamento Europeo. Pediré al Presidente de la Comisión que se entreviste regularmente con los Presidentes de los grupos políticos. Formularé la misma petición al Consejo, y en particular, al Alto Representante para la Política exterior, Javier Solana.
Además de nuestras tareas legislativas ordinarias y hay una de ellas muy importante, la relativa a la Directiva Reach sobre los productos químicos , de aquí a fin de año tendremos que examinar otras tres grandes cuestiones.
Me referiré, en primer lugar, por su importancia estratégica, a la cuestión de Turquía.Tal como deseábamos, la Conferencia de Presidentes recibirá el 23 de septiembre al Primer Ministro turco, Sr. Erdogan. Como ven, el Sr. Erdogan acudirá a este Parlamento antes de que la Comisión presente su informe, tal como era nuestro deseo.
Formalmente, este Parlamento no tiene ningún papel en la decisión sobre si las negociaciones de adhesión deben abrirse o no en Diciembre. No tenemos ninguna necesidad por tanto de emitir opinión al respecto. Pero sería inconcebible que estuviésemos callados sobre un tema que, al final del camino, por largo que éste sea, no podrá decidirse sin nuestro acuerdo. Y lo importante de los caminos no es cuán largos sean, sino adónde llevan.
Considero que este Parlamento debe elaborar un informe sobre la adhesión de Turquía antes del Consejo Europeo de diciembre para poder trasladarle nuestro punto de vista.
Señoras y Señores Diputados, cuestiones como la adhesión de Turquía dan toda la razón de ser a nuestro Parlamento. Es una ocasión para ser protagonistas y no espectadores. Puede ser ese tipo de grandes decisiones donde las dos fuentes de legitimidad no coincidan, donde la opinión de los gobiernos sea una y las de los pueblos, los ciudadanos, sea otra. Es una gran ocasión para debatir sobre la clase de Europa que queremos hacer, y las consecuencias que tendría hacerla de una o de otra manera.
Por eso esperamos que la Comisión emita un informe objetivo de manera que esta Cámara, como el Consejo, adopte su juicio político teniendo muy claras las consecuencias de una u otra decisión - como el sí o el no a la Constitución - las implicaciones que tendría para la Unión la adhesión de Turquía, y las consecuencias que supondría su rechazo para nuestras relaciones con el mundo islámico.
Al hacerlo quiero compartir con ustedes el orgullo de pertenecer a la mayor institución parlamentaria multinacional, símbolo de paz y de democracia, respetuosa de la diversidad, foro de debates y de decisiones que afectan a la vida cotidiana de todos los europeos, aunque muchos no sean suficientemente conscientes de ello, y al futuro del mundo en el que vamos a vivir.
El Parlamento tiene que encarar este debate lejos de reflexiones inopinadas o de ideas preconcebidas, situándolo en una perspectiva estratégica y un horizonte a medio plazo.
Porque hemos de ser conscientes, y estoy seguro de que lo somos, de que el reto más importante que tiene planteada la Europa del futuro es la relación con el mundo islámico y esa relación pasa por Irak, Afganistán y Palestina.
Pero también se basa en una nueva política de vecindad, en el partenariado euro-mediterráneo, y en la integración de la emigración en nuestras ciudades. Hay en Europa 10 millones de musulmanes y en el mundo, 1.000 millones. Cualquiera que sea nuestra decisión, es nuestra responsabilidad demostrar al mundo musulmán que no trazamos nuestras fronteras según el choque de civilizaciones que algunos están empeñados en provocar.
Como contribución a nuestro debate, Señorías, les señalo que he recibido un informe que ha elaborado para la Comisión un comité de expertos, entre los que figuran tres miembros distinguidos de nuestra Institución, que han tenido la amabilidad de presentarlo al Parlamento europeo y cuya lectura me permito aconsejar.
También, antes de fin de año, tendremos que pronunciarnos sobre las perspectivas
financieras cuyo proyecto inicial ha sido ya elaborado por la Comisión y nos será presentado en breve.
Es obvio que los recursos financieros de la Unión deben estar a la altura de nuestras ambiciones y dar respuesta a las expectativas que la ampliación ha generado en muchos ciudadanos y tener en cuenta las inquietudes que ha despertado en otros. El futuro paquete financiero 2007/2013 no sólo contiene propuestas presupuestarias. No es sólo un presupuesto. Es el marco de referencia de toda una serie de propuestas legislativas sobre la financiación de la Política agrícola, los fondos estructurales, los programas de juventud, las redes transeuropeas ... Prácticamente toda nuestra tarea legislativa quedará condicionada por la forma en que se apruebe este marco de referencia.
Tendremos un papel capital, imprescindible, en la adopción de un paquete legislativo, que estará formado por más de 50 propuestas, que tendrá que ser aprobado en codecisión o en dictamen conforme. Ocasión excelente para demostrar que esto no es una caja de grillos que cantan a al luna, sino un colectivo de personas que toman decisiones sobre temas muy concretos y muy transcendentales.
Será, en definitiva, una ocasión única para este Parlamento de hacer valer sus prioridades políticas y así tendrán que entenderlo los europeos si conseguimos traducir nuestra jerga en un lenguaje que forme parte de su cotidianeidad.
Para contribuir a ello, he propuesto a la Conferencia de Presidentes, y así lo decidirá hoy el Pleno, la creación de una comisión temporal ad hoc para iniciar este debate integrando todos los puntos de vista desde los que debe analizarse. En el vértice presupuestario confluyen todos los radios de la rueda europea y debemos analizarlo de una forma compleja y completa, y para ello, creo que una comisión ad hoc, presidida quizá por el propio Presidente del Parlamento, sería un mensaje claro de la importancia que damos a esta tarea.
Y no debemos olvidar que las perspectivas financieras forman parte de un engranaje con otros elementos de nuestras políticas de los que oyen hablar continuamente los europeos y que dudo de que lleguen a comprender toda su trascendencia. Me refiero al Pacto de Estabilidad - ¿estabilidad de qué?, ¿de precios?, pero, ¿por qué sólo de precios?- y a la estrategia de Lisboa.
Este sentimiento de orgullo por todos compartido va parejo a un sentimiento de responsabilidad. Responsabilidad en el ejercicio de nuestros poderes, en nuestra toma de posición en materias internacionales, responsabilidad en el buen funcionamiento de este Parlamento ampliado.
En 2005 habrán pasado cinco años desde que la Unión decidió fijarse el objetivo de "convertirse en la economía basada en el conocimiento más competitiva y dinámica del mundo, capaz de crecer económicamente de manera sostenible con más y mejores empleos y con mayor cohesión social". ¿No les parece que es una frase que empieza ya a sonar ritual? ¿Que toda la transcendencia política que encierra no ha ido seguida de un debate democrático que le diese el alma que necesita para crecer?
Reconozcamos que los objetivos de Lisboa no se están cumpliendo, y parece que tampoco se cumplirán de aquí a 2010. Y este Parlamento debe alzar su voz de preocupación ante un objetivo transcendental para la vida de la Unión que seguimos proclamando ritualmente y quizá no analizando suficientemente en qué vía estamos de conseguirlo. Invitaremos al Sr. Kok a que presente el informe que tiene encargado elaborar sobre los fallos del proceso y sus perspectivas futuras. Creo que, en torno a este informe, el Parlamento debe animar su debate.
Hay que reconocer que en Lisboa se plantearon objetivos muy ambiciosos, formulados en una época de bonanza económica (año 2000), poco antes de que empezara la crisis y el terrorismo la acelerara, y que fueron objeto de un proceso intergubernamental que deja a la buena voluntad de los Estados miembros su aplicación a través de un método de coordinación, que debiera reforzarse.
En este período, sabemos que la inversión en tecnología es baja en comparación con Estados Unidos, que sigue drenando nuestros mejores cerebros, y probablemente de eso tenemos que debatir intensamente. Nuestra formación de capital humano no es la que en Lisboa se decidió que fuera.
Ese proceso de Lisboa coincide con el redoblado protagonismo de las políticas medioambientales. Kioto someterá a la sociedad europea a un estrés parecido al que los criterios de Maastricht le obligaron a asumir, cambiando sus formas de producción y consumo, y ello de una forma que quizá todavía no son suficientemente conscientes nuestros ciudadanos. Estamos a favor de esto, pero tendremos que ver lo que supone y cumplir con la obligación que de ello se deriva.
Y en relación a las propuestas de reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, aunque nuestras competencias al respecto son limitadas, creo que este Parlamento debe hacer un esfuerzo de imaginación política para ponerlo al servicio de la estrategia de Lisboa y, de forma más general, introducir más debate democrático en las grandes orientaciones de la política económica en Europa.
Es aquí donde hay que hacerlo, asociando a los Parlamentos nacionales para que se sientan concernidos por las decisiones europeas que enmarcan la deliberación presupuestaria en cada país.
En este sentido, saludo la llegada del Señor "EURO", del Sr. Junker, por que es cierto que teníamos un problema en Europa: una demanda de mayor coordinación de las políticas económicas.
Tendremos, obviamente, que analizar el papel que nuestra Unión juega en el mundo y, en particular, dedicar atención a las relaciones trasatlánticas. Creo que ha llegado el momento de demostrar la madurez y la responsabilidad de la diplomacia parlamentaria que ejerce nuestra Cámara, buscando más concertación con la Comisión y el Consejo en nuestro trabajo internacional.
Señoras y señores diputados. La UE es un referente para las demás regiones del mundo. El “sueño europeo” (¿debemos hablar de un
?), de sus padres fundadores, el sueño de reconciliar y unir el continente, es ya una realidad. Y al hacerse realidad, ha perdido su poder de encantación democrática, ha perdido su capacidad de movilizar voluntades y de crear consensos activos.
Un Parlamento a través del que fluye una de las dos fuentes de legitimidad en las que se basa nuestra Unión, la que fluye y representa a los ciudadanos europeos, que no tiene por qué coincidir siempre con la otra, la que emana de los Estados miembros.
¿Es posible imaginar otro “sueño europeo” para una Europa más pluriforme? ¿Es posible imaginar otro “sueño europeo” para una Europa que no será la que imaginaron los padres fundadores ni los seis países que la iniciaron? ¿Es posible alumbrar un ideal de civilización, basado en la inclusión, con el que enfrentarse a la intolerancia, al rechazo hacia los inmigrantes, al enfrentamiento étnico y a la intolerancia religiosa?
Creo que a todo ello debe contribuir este Parlamento, porque la mayoría de los ciudadanos que representamos aquí saben, o por lo menos intuyen, que ninguno de sus países podrá enfrentarse solo a la mundialización, a los desequilibrios medioambientales, a la emergencia de Estados-continente, a las amenazas terroristas o a la pobreza y a la inmigración que produce.
Señoras y señores diputados, en Europa ha sonado la hora de los ciudadanos. Quisiera, con todos ustedes, movilizar a sus pueblos y dinamizar a sus sociedades para hacer realidad ese nuevo sueño europeo.
Muchas gracias y buen trabajo
Un Parlamento en el que ya conviven 25 tradiciones parlamentarias diferentes y se expresa en 20 lenguas oficiales y de trabajo, con la complejidad y el coste que ello conlleva. Son muchas lenguas y, sin embargo, aún no representan toda la diversidad lingüística de Europa. A mí en particular se me recuerda este hecho con frecuencia.
En el ejercicio de esta responsabilidad, he pasado los últimos días del verano emitiendo, en nombre de todos ustedes, continuos comunicados de tajante condena de los atentados y acciones terroristas que han golpeado, de la forma más salvaje y cruel, en distintas partes del mundo."@lv13
"Señoras y Señores Diputados, quisiera ahora utilizar mi privilegio como Presidente para dirigirme a ustedes.
El Parlamento Europeo se ha asociado así al sentimiento de tristeza y a la expresión de solidaridad de los demócratas con las familias enlutadas de forma tan injusta y brutal por esa lacra de la que desgraciadamente ningún país está exento.
Para insistir en ello, para expresar de la forma más solemne y colectiva posible este sentimiento, me he dirigido a los 25 Jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros de nuestra Unión, sugiriéndoles que hoy, junto con nosotros, representantes de los ciudadanos europeos, las escuelas de la UE se recogieran en un minuto de silencio en memoria de los niños de los niños víctimas de la masacre de la escuela de Beslán y, en general, de todos los niños objeto de la violencia terrorista en el mundo. Puedo anticiparles ya que varios países han anunciado que se unirán a esta iniciativa, expresión del sentimiento de los europeos frente a estos acontecimientos terribles.
Señoras y señores diputados, nuestro Parlamento condena y rechaza todas las acciones terroristas, porque el terror, de cualquier signo y en cualquier país, contradice los valores en que se basa la Unión Europea, cuyos ciudadanos esperan que la unidad de Europa sea una forma de luchar más eficazmente contra una amenaza que constituye hoy una de sus principales fuentes de preocupación y de inseguridad.
Permítanme que les diga que no basta manifestar el horror que sentimos. Las condenas reiteradas hacen que las palabras de dolor acaben reflejando frustración e impotencia. No hay excusa ni razón para hechos tan abominables como los que hemos vivido este final de verano, los del 11 de septiembre en Nueva York o los del 11 de marzo en Madrid. Todos los terrorismos son condenables, pero el debate que tiene hoy lugar en el mundo, especialmente en nuestro mundo occidental y desarrollado, no se refiere a su condena sino a la forma de combatirlos. Ciertamente, el fanatismo suicida no se va a detener con argumentos razonables expuestos por personas cultas e inteligentes. Pero tampoco podemos pretender erradicar todas sus causas con el simple e indiscriminado uso de la fuerza, vengando en otros niños el daño hecho a los nuestros y creando una escalada insoportable de violencia.
No ganaremos la batalla contra el terrorismo concibiéndola como una guerra convencional. Este Parlamento debe desarrollar el espacio de seguridad y justicia, impulsar activamente una estrategia antiterrorista basada en la cooperación internacional en materia policial, judicial y de inteligencia, así como en la lucha contra las causas subyacentes que alimentan el fanatismo asesino y suicida.
Analizar no es justificar. Los debates y resoluciones de este Parlamento nunca se podrán confundir con una justificación de la violencia terrorista. La lucha contra el terrorismo nos obliga a una reflexión sobre sus causas para mejor combatirlo y este Parlamento deberá seguir debatiendo con libertad de conciencia, como lo ha hecho hasta ahora, y analizando, en particular, la situación en Chechenia, en Iraq o en Palestina, por airadas que sean las reacciones que nuestra deliberación produzca.
Señoras y Señores diputados, las noticias de este verano han reflejado también otra fuente de preocupación e inseguridad en Europa. Me refiero al fenómeno, cada vez más frecuente, del desplazamiento de la actividad de las empresas dentro de un espacio económico integrado, buscando mejores condiciones laborales y fiscales, lo que llamamos deslocalización.
Habrán podido observar ustedes cómo este fenómeno genera reacciones defensivas en algunos países que pueden condicionar las políticas de solidaridad de la Unión. Ciertamente plantea de forma conflictiva la relación entre competitividad económica y cohesión social, objetivos que, para nosotros, deben ser complementarios y que se proclaman en la construcción europea y, en particular, en la estrategia de Lisboa.
Todo es más complicado de lo que parece. La simple comparación nominal de los costes del trabajo no es quizás la única explicación a este fenómeno. Este debate interesa, sin duda, a los europeos, que esperan una "Europa como solución" y no una "Europa como problema". Por lo tanto, deberá estar muy presente en los trabajos de este Parlamento, a través de los múltiples temas que desbordan nuestra agenda y a los que luego me referiré.
Pero antes, permítanme recordarles que nuestra primera obligación es contribuir al óptimo funcionamiento del Parlamento ampliado, que próximamente contará también con Rumanía y Bulgaria. Recordemos que somos una institución que consume recursos públicos y se enfrenta a nuevos problemas de dimensión y eficacia. Presidiré personalmente un grupo de trabajo encargado de asegurar que nuestra dimensión no disminuya nuestra eficacia.
En primer lugar, les reitero mi agradecimiento por la confianza que en mí
A este respecto, dos cuestiones se presentan como especialmente importantes: el Estatuto de los Diputados y el régimen lingüístico. Ya les anuncié que el Estatuto sería una cuestión prioritaria y, por ello, ya me entrevisté, el pasado 8 de septiembre, con el Presidente en ejercicio del Consejo, Sr. Balkenende, que me aseguró que establecería los oportunos contactos con los representantes de los gobiernos que no pudieron dar su acuerdo a nuestra propuesta de Estatuto, para conocer cuáles podrían ser sus planteamientos alternativos. Les recuerdo que el Parlamento no ha sido nunca informado de las razones por las cuales algunos países no pudieron aceptar esa propuesta.
Creo que, mientras no dispongamos de información al respecto, no deberemos modificar el consenso alcanzado en el seno del Parlamento, sin perjuicio de que reiteremos nuestra permanente disposición al diálogo y un espíritu abierto frente a las sugerencias que recibamos del Consejo o de los Estados miembros que están en mejor situación para avanzar hacia un acuerdo.
En cuanto al régimen lingüístico, debo recordarles que su aplicación está regulada por una disposición de la Mesa del anterior Parlamento, a través de un Código de Conducta sobre el Multilingüismo. Ruego a todos, especialmente a las mesas de las comisiones y a los coordinadores, la máxima colaboración para su adecuada aplicación, habida cuenta de la escasez de recursos de interpretación y traducción que todavía sufrimos y que tardaremos algún tiempo en resolver. Ruego a todo el mundo que adapte permanentemente las necesidades lingüísticas de cada reunión de trabajo a los recursos disponibles.
En cuanto al deseo de algunos diputados, manifestado en el Pleno anterior, de utilizar la lengua que les es propia, pero que no es aún lengua oficial de la Unión, debo recordarles que nuestro régimen lingüístico depende de acuerdos del Consejo, que debe tomarlos por unanimidad, y, mientras no se produzcan, la Presidencia debe exigir el cumplimiento del Reglamento, independientemente de sus opiniones personales.
Por otra parte, quiero recordarles que, cuando se ratifique el Tratado Constitucional -si así ocurre por fin-, el Parlamento Europeo habrá alcanzado su madurez y dispondremos de un marco que definirá de forma estable nuestras funciones y responsabilidades.
Sin embargo, la Constitución no entrará en vigor, si finalmente es ratificada, hasta el 1 de noviembre de 2006. Hasta entonces, nuestra tarea más importante será el impulso y la participación en el debate sobre la ratificación del Tratado Constitucional.
Entre el 29 de octubre, fecha de la firma en Roma del Tratado Constitucional, y el 1 de noviembre de 2006, fecha fijada para su entrada en vigor, mi Presidencia estará marcada por el proceso de ratificación de la Constitución Europea en los 25 Estados miembros. Muchas de las ratificaciones -más o menos una al mes- se expresarán por referéndum. El primero tendrá lugar en mi propio país, España, en febrero de 2005.
Transcurrirán así dos años, que supondrán una gran ocasión para que los europeos se interesen por la Europa que quieren hacer, tal como está definida en ese texto, por lo que les aporta y por qué les importa.
Y nosotros tenemos que tener una actitud de servicio hacia los ciudadanos, innovando la comunicación y elaborando posiciones útiles para ellos. Antes de fin de año, aprobaremos un informe, redactado por los diputados Corbett y Méndez Vigo y debatido en la Comisión de Asuntos Constitucionales.
Este Parlamento debe ser la gran AGORA de Europa. Debemos dar ejemplo de un debate abierto, plural, y democrático. Sin descalificaciones ni maniqueísmos ni pretensiones de monopolizar el sentimiento o la razón europeísta. Nadie está en posesión de la verdadera y única idea de Europa. El debate será complejo por razones identitarias o ideológicas, o por las diferentes concepciones que unos y otros albergamos acerca de la Europa que queremos hacer.
depositaron al elegirme como Presidente de nuestro Parlamento. Ya les anuncié que dejaba para esta sesión plenaria la exposición de mi visión estratégica de la primera mitad de esta legislatura.
Por ello, tenemos que tratar en el seno de la Comisión de Asuntos Constitucionales, en grandes debates, los grandes temas del proyecto constitucional; y he pedido a su Presidente que me haga llegar propuestas concretas para animar así nuestro debate parlamentario.
Pero lo importante no es nuestro debate, sino la forma en que lo perciban los ciudadanos. Lo importante es ilustrarles sobre qué es, qué dice y qué no dice la Constitución. Lo importante es que se pronuncien sobre el texto del tratado Constitucional y no en función del contexto político de cada uno de sus países.
Una vez que el Parlamento haya fijado su opinión deberemos esforzarnos en que se conozca y se tome en cuenta en el proceso de ratificación que ¡ojalá se hubiese podido plantear de forma más paneuropea, más cercana, en todos los países!
Nuestro principal reto es EUROPEIZAR el debate y evitar que las cuestiones de política interna influyan, como sucedió tanto en las pasadas elecciones europeas.
Nos coordinaremos con los Parlamentos nacionales, con los que hemos trabajado estrechamente durante la Convención y yo mismo presidiré un grupo de trabajo dedicado a divulgar la Constitución como proyecto político sometido al más importante debate que los europeos hayan acometido desde que iniciaron su común andar sobre las ruinas de la guerra. A ello les invito.
Pero antes tenemos trabajos más inmediatos. El primero de ellos es la investidura de la Comisión. Hemos leído en alguna prensa que nuestra tarea es una mera formalidad. Para algunos, el resultado está ya descontado y se trata de un proceso meramente formal, sin valor añadido político. Ustedes saben que no es así. Tendremos que demostrarlo.
Cualquiera que sea la apreciación que la Comisión Barroso nos merezca a cada uno de nosotros, la investidura debe ser una gran ocasión para que se conozcan las grandes orientaciones del trabajo que quieren hacer, para conocer las capacidades personales y políticas de los hombres y mujeres que la componen; para conocer lo que los grupos políticos de este Parlamento reclaman de ese órgano que es el motor del gobierno comunitario.
Al inicio de mi intervención les he planteado los dos grandes temas que son hoy fuente de inseguridad en Europa: el terror y las circunstancias sociales que rodean el empleo. ¿Qué dirá, qué propondrá la Comisión sobre estos grandes aspectos? ¿Qué dirá sobre la reforma del Pacto de Estabilidad? Ya sabemos qué ha empezado a decir la Comisión Prodi, y que el Comisario responsable seguirá siendo el mismo.
Tendremos también la ocasión para seguir debatiendo las propuestas de reforma de un Pacto que tiene mucho que ver con la estrategia de Lisboa y que el Sr. Barroso ha situado en el centro de su acción.
¿Cómo quiere la Comisión hacer de Europa una potencia de referencia en el terreno del medio ambiente, del desarrollo sostenible y de la ayuda al desarrollo? ¿Qué dirá sobre la concentración de los medios de comunicación en Europa? ¿Cómo pretende hacer frente a este problema?
Evidentemente, no se trata de presentar un programa político, ni de exponerles mis propias ideas sobre la construcción europea. Mi objetivo como Presidente sólo es describir y orientar las prioridades de nuestra agenda.
¿Cómo ve la relación de Europa con los otros continentes? ¿Y con el mundo islámico? ¿Cómo quiere impulsar las relaciones euro-mediterráneas? ¿Cómo pretende revitalizar el renqueante proceso de Barcelona?
¿Cuál será su relación con este Parlamento? ¿Cómo ve, en esta fase transitoria, sus relaciones con el Alto Representante del Consejo para la Política exterior?
Hablaremos de estos temas y procuraremos que las audiencias se organicen de una forma menos rígida, más viva y espontánea que en el pasado.
Cuando la nueva Comisión esté investida, este Presidente le pedirá que refuerce su presencia en el Parlamento Europeo. Pediré al Presidente de la Comisión que se entreviste regularmente con los Presidentes de los grupos políticos. Formularé la misma petición al Consejo, y en particular, al Alto Representante para la Política exterior, Javier Solana.
Además de nuestras tareas legislativas ordinarias y hay una de ellas muy importante, la relativa a la Directiva Reach sobre los productos químicos , de aquí a fin de año tendremos que examinar otras tres grandes cuestiones.
Me referiré, en primer lugar, por su importancia estratégica, a la cuestión de Turquía.Tal como deseábamos, la Conferencia de Presidentes recibirá el 23 de septiembre al Primer Ministro turco, Sr. Erdogan. Como ven, el Sr. Erdogan acudirá a este Parlamento antes de que la Comisión presente su informe, tal como era nuestro deseo.
Formalmente, este Parlamento no tiene ningún papel en la decisión sobre si las negociaciones de adhesión deben abrirse o no en Diciembre. No tenemos ninguna necesidad por tanto de emitir opinión al respecto. Pero sería inconcebible que estuviésemos callados sobre un tema que, al final del camino, por largo que éste sea, no podrá decidirse sin nuestro acuerdo. Y lo importante de los caminos no es cuán largos sean, sino adónde llevan.
Considero que este Parlamento debe elaborar un informe sobre la adhesión de Turquía antes del Consejo Europeo de diciembre para poder trasladarle nuestro punto de vista.
Señoras y Señores Diputados, cuestiones como la adhesión de Turquía dan toda la razón de ser a nuestro Parlamento. Es una ocasión para ser protagonistas y no espectadores. Puede ser ese tipo de grandes decisiones donde las dos fuentes de legitimidad no coincidan, donde la opinión de los gobiernos sea una y las de los pueblos, los ciudadanos, sea otra. Es una gran ocasión para debatir sobre la clase de Europa que queremos hacer, y las consecuencias que tendría hacerla de una o de otra manera.
Por eso esperamos que la Comisión emita un informe objetivo de manera que esta Cámara, como el Consejo, adopte su juicio político teniendo muy claras las consecuencias de una u otra decisión - como el sí o el no a la Constitución - las implicaciones que tendría para la Unión la adhesión de Turquía, y las consecuencias que supondría su rechazo para nuestras relaciones con el mundo islámico.
Al hacerlo quiero compartir con ustedes el orgullo de pertenecer a la mayor institución parlamentaria multinacional, símbolo de paz y de democracia, respetuosa de la diversidad, foro de debates y de decisiones que afectan a la vida cotidiana de todos los europeos, aunque muchos no sean suficientemente conscientes de ello, y al futuro del mundo en el que vamos a vivir.
El Parlamento tiene que encarar este debate lejos de reflexiones inopinadas o de ideas preconcebidas, situándolo en una perspectiva estratégica y un horizonte a medio plazo.
Porque hemos de ser conscientes, y estoy seguro de que lo somos, de que el reto más importante que tiene planteada la Europa del futuro es la relación con el mundo islámico y esa relación pasa por Irak, Afganistán y Palestina.
Pero también se basa en una nueva política de vecindad, en el partenariado euro-mediterráneo, y en la integración de la emigración en nuestras ciudades. Hay en Europa 10 millones de musulmanes y en el mundo, 1.000 millones. Cualquiera que sea nuestra decisión, es nuestra responsabilidad demostrar al mundo musulmán que no trazamos nuestras fronteras según el choque de civilizaciones que algunos están empeñados en provocar.
Como contribución a nuestro debate, Señorías, les señalo que he recibido un informe que ha elaborado para la Comisión un comité de expertos, entre los que figuran tres miembros distinguidos de nuestra Institución, que han tenido la amabilidad de presentarlo al Parlamento europeo y cuya lectura me permito aconsejar.
También, antes de fin de año, tendremos que pronunciarnos sobre las perspectivas
financieras cuyo proyecto inicial ha sido ya elaborado por la Comisión y nos será presentado en breve.
Es obvio que los recursos financieros de la Unión deben estar a la altura de nuestras ambiciones y dar respuesta a las expectativas que la ampliación ha generado en muchos ciudadanos y tener en cuenta las inquietudes que ha despertado en otros. El futuro paquete financiero 2007/2013 no sólo contiene propuestas presupuestarias. No es sólo un presupuesto. Es el marco de referencia de toda una serie de propuestas legislativas sobre la financiación de la Política agrícola, los fondos estructurales, los programas de juventud, las redes transeuropeas ... Prácticamente toda nuestra tarea legislativa quedará condicionada por la forma en que se apruebe este marco de referencia.
Tendremos un papel capital, imprescindible, en la adopción de un paquete legislativo, que estará formado por más de 50 propuestas, que tendrá que ser aprobado en codecisión o en dictamen conforme. Ocasión excelente para demostrar que esto no es una caja de grillos que cantan a al luna, sino un colectivo de personas que toman decisiones sobre temas muy concretos y muy transcendentales.
Será, en definitiva, una ocasión única para este Parlamento de hacer valer sus prioridades políticas y así tendrán que entenderlo los europeos si conseguimos traducir nuestra jerga en un lenguaje que forme parte de su cotidianeidad.
Para contribuir a ello, he propuesto a la Conferencia de Presidentes, y así lo decidirá hoy el Pleno, la creación de una comisión temporal ad hoc para iniciar este debate integrando todos los puntos de vista desde los que debe analizarse. En el vértice presupuestario confluyen todos los radios de la rueda europea y debemos analizarlo de una forma compleja y completa, y para ello, creo que una comisión ad hoc, presidida quizá por el propio Presidente del Parlamento, sería un mensaje claro de la importancia que damos a esta tarea.
Y no debemos olvidar que las perspectivas financieras forman parte de un engranaje con otros elementos de nuestras políticas de los que oyen hablar continuamente los europeos y que dudo de que lleguen a comprender toda su trascendencia. Me refiero al Pacto de Estabilidad - ¿estabilidad de qué?, ¿de precios?, pero, ¿por qué sólo de precios?- y a la estrategia de Lisboa.
Este sentimiento de orgullo por todos compartido va parejo a un sentimiento de responsabilidad. Responsabilidad en el ejercicio de nuestros poderes, en nuestra toma de posición en materias internacionales, responsabilidad en el buen funcionamiento de este Parlamento ampliado.
En 2005 habrán pasado cinco años desde que la Unión decidió fijarse el objetivo de "convertirse en la economía basada en el conocimiento más competitiva y dinámica del mundo, capaz de crecer económicamente de manera sostenible con más y mejores empleos y con mayor cohesión social". ¿No les parece que es una frase que empieza ya a sonar ritual? ¿Que toda la transcendencia política que encierra no ha ido seguida de un debate democrático que le diese el alma que necesita para crecer?
Reconozcamos que los objetivos de Lisboa no se están cumpliendo, y parece que tampoco se cumplirán de aquí a 2010. Y este Parlamento debe alzar su voz de preocupación ante un objetivo transcendental para la vida de la Unión que seguimos proclamando ritualmente y quizá no analizando suficientemente en qué vía estamos de conseguirlo. Invitaremos al Sr. Kok a que presente el informe que tiene encargado elaborar sobre los fallos del proceso y sus perspectivas futuras. Creo que, en torno a este informe, el Parlamento debe animar su debate.
Hay que reconocer que en Lisboa se plantearon objetivos muy ambiciosos, formulados en una época de bonanza económica (año 2000), poco antes de que empezara la crisis y el terrorismo la acelerara, y que fueron objeto de un proceso intergubernamental que deja a la buena voluntad de los Estados miembros su aplicación a través de un método de coordinación, que debiera reforzarse.
En este período, sabemos que la inversión en tecnología es baja en comparación con Estados Unidos, que sigue drenando nuestros mejores cerebros, y probablemente de eso tenemos que debatir intensamente. Nuestra formación de capital humano no es la que en Lisboa se decidió que fuera.
Ese proceso de Lisboa coincide con el redoblado protagonismo de las políticas medioambientales. Kioto someterá a la sociedad europea a un estrés parecido al que los criterios de Maastricht le obligaron a asumir, cambiando sus formas de producción y consumo, y ello de una forma que quizá todavía no son suficientemente conscientes nuestros ciudadanos. Estamos a favor de esto, pero tendremos que ver lo que supone y cumplir con la obligación que de ello se deriva.
Y en relación a las propuestas de reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, aunque nuestras competencias al respecto son limitadas, creo que este Parlamento debe hacer un esfuerzo de imaginación política para ponerlo al servicio de la estrategia de Lisboa y, de forma más general, introducir más debate democrático en las grandes orientaciones de la política económica en Europa.
Es aquí donde hay que hacerlo, asociando a los Parlamentos nacionales para que se sientan concernidos por las decisiones europeas que enmarcan la deliberación presupuestaria en cada país.
En este sentido, saludo la llegada del Señor "EURO", del Sr. Junker, por que es cierto que teníamos un problema en Europa: una demanda de mayor coordinación de las políticas económicas.
Tendremos, obviamente, que analizar el papel que nuestra Unión juega en el mundo y, en particular, dedicar atención a las relaciones trasatlánticas. Creo que ha llegado el momento de demostrar la madurez y la responsabilidad de la diplomacia parlamentaria que ejerce nuestra Cámara, buscando más concertación con la Comisión y el Consejo en nuestro trabajo internacional.
Señoras y señores diputados. La UE es un referente para las demás regiones del mundo. El “sueño europeo” (¿debemos hablar de un
?), de sus padres fundadores, el sueño de reconciliar y unir el continente, es ya una realidad. Y al hacerse realidad, ha perdido su poder de encantación democrática, ha perdido su capacidad de movilizar voluntades y de crear consensos activos.
Un Parlamento a través del que fluye una de las dos fuentes de legitimidad en las que se basa nuestra Unión, la que fluye y representa a los ciudadanos europeos, que no tiene por qué coincidir siempre con la otra, la que emana de los Estados miembros.
¿Es posible imaginar otro “sueño europeo” para una Europa más pluriforme? ¿Es posible imaginar otro “sueño europeo” para una Europa que no será la que imaginaron los padres fundadores ni los seis países que la iniciaron? ¿Es posible alumbrar un ideal de civilización, basado en la inclusión, con el que enfrentarse a la intolerancia, al rechazo hacia los inmigrantes, al enfrentamiento étnico y a la intolerancia religiosa?
Creo que a todo ello debe contribuir este Parlamento, porque la mayoría de los ciudadanos que representamos aquí saben, o por lo menos intuyen, que ninguno de sus países podrá enfrentarse solo a la mundialización, a los desequilibrios medioambientales, a la emergencia de Estados-continente, a las amenazas terroristas o a la pobreza y a la inmigración que produce.
Señoras y señores diputados, en Europa ha sonado la hora de los ciudadanos. Quisiera, con todos ustedes, movilizar a sus pueblos y dinamizar a sus sociedades para hacer realidad ese nuevo sueño europeo.
Muchas gracias y buen trabajo
Un Parlamento en el que ya conviven 25 tradiciones parlamentarias diferentes y se expresa en 20 lenguas oficiales y de trabajo, con la complejidad y el coste que ello conlleva. Son muchas lenguas y, sin embargo, aún no representan toda la diversidad lingüística de Europa. A mí en particular se me recuerda este hecho con frecuencia.
En el ejercicio de esta responsabilidad, he pasado los últimos días del verano emitiendo, en nombre de todos ustedes, continuos comunicados de tajante condena de los atentados y acciones terroristas que han golpeado, de la forma más salvaje y cruel, en distintas partes del mundo."@mt15
"Dames en heren, thans wil ik mij als Voorzitter van dit Parlement tot u te richten.
Om dit gevoel op een zo plechtig en eensgezind mogelijke wijze tot uitdrukking te kunnen brengen heb ik mij bovendien gewend tot de vijfentwintig staatshoofden en regeringsleiders van de lidstaten van onze Unie en hun voorgesteld om vandaag in alle scholen van de EU samen met ons, vertegenwoordigers van de Europese burgers, een moment stilte in acht te nemen ter nagedachtenis van de kinderen die in de massamoord op de school van Beslan het leven hebben gelaten en van alle andere kinderen op de wereld die het slachtoffer zijn geworden van terroristisch geweld. Ik kan u mededelen dat diverse landen hebben aangekondigd met dit initiatief mee te willen doen en aldus uitdrukking te willen geven aan de gevoelens die door deze afschuwelijke gebeurtenissen bij de Europeanen zijn opgeroepen.
Geachte afgevaardigden, ons Parlement veroordeelt en verwerpt elke vorm van terrorisme. Terreur, van welke signatuur en in welk land dan ook, staat namelijk haaks op de waarden van de Europese Unie. De burgers van de Europese Unie verwachten dat het eengemaakt Europa in staat is een doelmatiger strijd te voeren tegen de bedreiging die vandaag de dag een van de belangrijkste bronnen van zorg en onveiligheid vormt.
Het is echter niet genoeg om alleen maar uitdrukking te geven aan de afschuw die ons allen vervult. Herhaalde veroordelingen en woorden van medeleven weerspiegelen op den duur alleen nog maar frustratie en onmacht. Er is geen enkel excuus, geen enkele reden voor de verwerpelijke daden van deze nazomer, voor de aanslagen van 11 september in New York of voor die van 11 maart in Madrid. Elke vorm van terrorisme dient te worden veroordeeld, maar het debat dat momenteel in de wereld en in met name de westerse en ontwikkelde landen wordt gevoerd, gaat niet over de veroordeling daarvan maar over de wijze waarop de strijd hiertegen gevoerd moet worden. Natuurlijk kan het zelfmoordfanatisme niet worden gestopt met redelijke argumenten, maar wij mogen ook niet denken dat wij al de oorzaken daarvan kunnen wegnemen met bot geweld, waarbij andere kinderen het slachtoffer worden van onze wraakoefening voor het geweld dat onze kinderen is aangedaan. Daardoor wordt de geweldspiraal alleen maar versterkt.
We zullen de strijd tegen het terrorisme niet winnen zolang wij deze zien als een conventionele oorlog. Dit Parlement moet de ruimte van veiligheid en rechtvaardigheid ontwikkelen door zich actief in te zetten voor een antiterrorismestrategie die is gebaseerd op internationale samenwerking tussen politiële, justitiële en inlichtingendiensten en op bestrijding van de onderliggende oorzaken die de voedingsbodem vormen voor moorddadig zelfmoordfanatisme.
Terrorisme analyseren is iets anders dan terrorisme rechtvaardigen. De debatten en resoluties van dit Parlement over deze vraagstukken mogen nooit worden verward met een rechtvaardiging van terroristisch geweld. De strijd tegen het terrorisme dwingt ons na te denken over de oorzaken ervan, teneinde het beter te kunnen bestrijden. Dit Parlement moet echter in vrijheid en geweten het tot nog toe gevoerde debat voortzetten en in het bijzonder aandacht besteden aan de situatie in Tsjetsjenië, Irak of Palestina, ook al zijn de reacties op onze beraadslagingen nog zo fel.
Geachte afgevaardigden, deze zomer verschenen er ook krantenberichten over een andere bron van ongerustheid en onveiligheid voor de Europeanen. Ik doel hierbij op het steeds vaker voorkomende fenomeen van de verplaatsing van productieactiviteiten van ondernemingen binnen een geïntegreerde economische ruimte, waarbij wordt gezocht naar gunstigere belasting- en arbeidsvoorwaarden. Dit verschijnsel wordt gewoonlijk met het woord delokalisering aangeduid.
U heeft kunnen vaststellen dat dit fenomeen in bepaalde landen aanleiding heeft gegeven tot defensieve reacties, die van invloed kunnen zijn op het solidariteitsbeleid van de Unie. Er dreigt een conflict te ontstaan in de relatie tussen economisch concurrentievermogen en sociale samenhang. Deze twee doelstellingen moeten elkaar echter aanvullen. Zij moeten beide worden nagestreefd bij de opbouw van Europa en vooral bij de strategie van Lissabon.
Dit alles is gecompliceerder dan het lijkt. Dit verschijnsel is wellicht niet alleen te verklaren met een simpele vergelijking van de arbeidskosten. Het debat hierover wordt ongetwijfeld met belangstelling gevolgd door alle Europeanen die willen dat Europa de oplossing is en niet het probleem. Dit gegeven mag niet uit het oog worden verloren bij de werkzaamheden van dit Parlement en bij de talloze vraagstukken van onze agenda, waarop ik later zal terugkomen.
Eerst wil ik u er echter aan herinneren dat het de eerste verantwoordelijkheid van de Voorzitter en van het Bureau is ervoor te zorgen dat het uitgebreid Parlement - dat bovendien binnenkort nog zal worden versterkt met Roemenië en Bulgarije - optimaal kan functioneren. Onze instelling wordt gefinancierd met publieke middelen en staat voor nieuwe problemen, problemen in verband met haar omvang en doelmatigheid. Ik zal persoonlijk het voorzitterschap op mij nemen van een werkgroep die zich zal buigen over de vraag hoe kan worden voorkomen dat onze omvang ten koste gaat van onze doelmatigheid.
In dit verband zijn er twee belangrijke vraagstukken: het Statuut van de leden en de talenregeling. Ik heb u reeds gezegd dat het Statuut een prioriteit zal zijn, en daarom heb ik op 8 september jongstleden een onderhoud gehad met de fungerend voorzitter van de Raad, de heer Balkenende. Deze heeft toen gezegd contact te zullen opnemen met de vertegenwoordigers van de regeringen die niet akkoord zijn gegaan met ons voorstel voor een Statuut, teneinde van hen te vernemen wat hun alternatieve voorstellen zijn. In dit verband wil ik eraan herinneren dat het Parlement nooit op de hoogte is gesteld van de redenen die sommige landen hadden om ons laatste voorstel te verwerpen.
Ik wil u nogmaals danken voor het vertrouwen dat u mij hebt geschonken door mij te kiezen tot Voorzitter van het Parlement. Zoals ik reeds eerder heb aangekondigd, wil ik op deze plenaire vergadering mijn strategische visie voor de eerste helft van deze zittingsperiode uiteenzetten.
Ik geloof dat wij, zolang we nog niet over de betreffende informatie beschikken, niet moeten tornen aan de consensus die binnen dit Parlement bereikt is, maar wel open moeten blijven staan voor een dialoog en voor eventuele voorstellen van de Raad of van de lidstaten die het best in staat zijn om een akkoord dichterbij te brengen.
Wat betreft de talenregeling wijs ik erop dat de toepassing hiervan geregeld wordt door een besluit van het Bureau van het vorige Parlement waarmee een gedragscode inzake meertaligheid werd ingesteld. Ik vraag u allen, en in het bijzonder de bureaus en de coördinatoren van de commissies, om alles in het werk te stellen opdat de uitvoering hiervan doeltreffend verloopt en rekening wordt gehouden met het tekort aan hulpbronnen waar de vertaal- en tolkendiensten nu mee te kampen hebben en waarvan de oplossing nog even op zich zal laten wachten. Ik wil iedereen verzoeken om het talenregime voor iedere werkvergadering steeds aan te passen aan de beschikbare middelen.
Tijdens de vorige vergaderperiode hebben enkele leden de wens geuit om zich van hun eigen taal te mogen bedienen, ook indien dit momenteel geen officiële taal is van de Unie. Wat dat betreft moet ik erop wijzen dat voor wijziging van de talenregeling een unaniem besluit nodig is van de Raad en dat bij gebrek aan een dergelijk besluit de Voorzitter van het Europees Parlement tot taak heeft toe te zien op de naleving van het Reglement. Daarbij spelen onze persoonlijke opvattingen geen rol.
Anderzijds wil ik u erop wijzen dat, wanneer het Grondwettelijk Verdrag zal zijn geratificeerd, het Europees Parlement tot wasdom zal zijn gekomen en wij zullen beschikken over een stabiel kader waarin onze taken en verantwoordelijkheden duidelijk zijn afgebakend.
De Grondwet zal, als zij wordt geratificeerd, echter pas op 1 november 2006 in werking treden. Tot die tijd zal onze belangrijkste taak erin bestaan het debat over de ratificatie van het Grondwettelijk Verdrag te stimuleren en hieraan deel te nemen.
In de periode tussen 29 oktober, de datum waarop het Grondwettelijk Verdrag in Rome zal worden ondertekend, en 1 november 2006, de datum waarop de Grondwet in werking zal treden, zal mijn voorzitterschap in het teken staan van de ratificatie van de Europese Grondwet in de vijfentwintig lidstaten. Dit betekent ongeveer één ratificatie per maand, in veel gevallen nadat een referendum is gehouden. Het eerste referendum zal in februari 2005 in mijn eigen land, Spanje, worden gehouden.
De komende twee jaar zullen dus een goede gelegenheid bieden om de belangstelling van de Europeanen te wekken voor het Europa dat in deze belangrijke tekst wordt omschreven, voor al hetgeen Europa betekenen kan en te bieden heeft.
Wij moeten een houding innemen van dienstbaarheid jegens de burgers. Daarbij moet naar nieuwe communicatiekanalen worden gezocht en naar manieren waarop het Europees Parlement de burger van nut kan zijn. Voor het eind van het jaar zullen wij een verslag aannemen dat is opgesteld door de heren Corbett en Méndez de Vigo en besproken in de Commissie constitutionele zaken.
Dit Parlement moet functioneren als de grote
van Europa. Wij moeten een voorbeeld zijn van een open, pluralistisch en democratisch debat, een debat waarin niemand wordt gekleineerd, een debat zonder opportunisme en hypocrisie of pogingen de Europese gezindheid, qua gevoelens of rede, te monopoliseren. Niemand heeft de wijsheid in pacht als het om Europa gaat. Het debat zal complex zijn vanwege de uiteenlopende nationale identiteiten en ideologische achtergronden, of vanwege de uiteenlopende opvattingen over het Europa dat wij willen bouwen.
Daarom dienen de belangrijkste thema’s in verband met de Grondwet uitgebreid besproken te worden in de Commissie constitutionele zaken. Ik heb de voorzitter van die commissie dan ook gevraagd concrete voorstellen te doen om elan te kunnen brengen in het parlementaire debat.
Dit betekent uiteraard niet dat ik een politiek programma presenteer of u mijn persoonlijke ideeën uiteenzet over de opbouw van Europa. Ik wil alleen richting geven aan de prioriteiten van onze agenda en deze nader toelichten.
Belangrijker echter dan ons debat is de manier waarop dit debat op onze burgers overkomt. Wij moeten de burgers duidelijk maken wat de Grondwet is, wat erin staat en wat er niet in staat. De burgers moeten zich uitspreken over de tekst van het Grondwettelijk Verdrag zonder zich te laten leiden door de politieke context in hun land.
Zodra het Parlement zijn standpunt heeft vastgesteld moet hieraan zoveel mogelijk bekendheid worden gegeven en ervoor worden gezorgd dat hier rekening mee wordt gehouden in het ratificatieproces. Ik had trouwens graag gehad dat die op een meer pan-Europese leest zou zijn geschoeid.
Onze voornaamste uitdaging bestaat eruit het debat een Europees karakter te geven en te voorkomen dat het wordt beïnvloed door interne politieke kwesties, zoals in het verleden bij Europese verkiezingen het geval was.
Wij zullen onze activiteiten coördineren met de nationale parlementen, waarmee we tijdens de Conventie al nauw hebben samengewerkt. Ikzelf zal een werkgroep voorzitten die de Grondwet zal promoten als een politiek project, een project dat is onderworpen aan het belangrijkste debat dat de Europeanen ooit hebben ondernomen, sinds zij op de puinhopen van de oorlog een gemeenschappelijke weg zijn ingeslagen. Ik nodig u uit aan dit debat deel te nemen.
Er wachten ons echter nog andere dringende taken. Ten eerste de investituur van de Commissie. Volgens sommige berichten in de pers is onze taak hierin slecht een formaliteit. Sommigen zeggen dat het resultaat bij voorbaat al vast staat en slechts een formele procedure wordt gevolgd, zonder enige toegevoegde politieke waarde. U weet echter dat dit niet waar is, en dat moeten wij laten zien.
Hoe eenieders oordeel over de door de heer Barroso voorgestelde Commissie ook moge uitvallen, de investituur zal een goede gelegenheid zijn om kennis te nemen van de brede beleidsrichtsnoeren van de Commissie, om inzicht te krijgen in de persoonlijke en politieke kwaliteiten van de mannen en vrouwen die deze beleidsrichtsnoeren moeten uitvoeren, en tenslotte om te weten te komen wat de fracties van de Commissie als motor van de Europese Unie verwachten.
Aan het begin van mijn toespraak heb ik verwezen naar de gevoelens van onveiligheid die worden veroorzaakt door het terrorisme en door de sociale gevolgen van bepaalde factoren voor de werkgelegenheid. Wat heeft de Commissie hierover te zeggen? Wat zijn haar voorstellen voor deze belangrijke kwesties? Wat heeft zij te zeggen over de hervorming van het Stabiliteitspact? We weten al dat de Commissie-Prodi een begin heeft gemaakt met deze hervorming, en we weten ook dat de verantwoordelijke commissaris zijn post zal behouden.
Wij zullen de kans krijgen om het debat over de voorstellen tot hervorming van het Pact voort te zetten. Er moet een Pact komen dat nauw aansluit bij de strategie van Lissabon, die de heer Barroso in het middelpunt van zijn activiteiten heeft geplaatst.
Hoe wil de Commissie ervoor zorgen dat Europa het voortouw neemt op het vlak van milieu, duurzame ontwikkeling en ontwikkelingshulp? Wat zal zij zeggen over de mediaconcentratie in Europa? Hoe denkt zij tegen dit probleem op te treden?
Hoe ziet zij de relatie van Europa met de overige continenten? En met de islamitische wereld? Hoe wil zij de Euro-mediterrane betrekkingen bevorderen en hoe denkt zij het kwijnende proces van Barcelona nieuw leven in te blazen?
Eerst en vooral wil ik u echter zeggen hoe trots ik ben dat ik deel mag uitmaken van deze grootste multinationale parlementaire instelling, die een symbool is van vrede en democratie, die de diversiteit eerbiedigt en een forum vormt voor debatten en besluiten die het dagelijkse leven van alle Europeanen beïnvloeden - ofschoon velen zich hiervan onvoldoende bewust zijn - en de toekomst bepalen van de wereld waarin wij leven.
Hoe zal de relatie met dit Parlement zijn? Hoe ziet zij, in deze overgangsfase, haar relatie met de Hoge Vertegenwoordiger voor het buitenlands beleid?
Over deze onderwerpen zullen wij een debat voeren en wij zullen proberen deze hoorzittingen minder strak, levendiger en spontaner te maken dan in het verleden het geval was.
Wanneer de investituur van de nieuwe Commissie haar beslag heeft gekregen, zal ik haar vragen vaker naar het Europees Parlement te komen. Ik zal de voorzitter van de Commissie vragen regelmatig van gedachten te wisselen met de fractievoorzitters. Hetzelfde zal ik de Raad en in het bijzonder de Hoge Vertegenwoordiger voor het buitenlands beleid, de heer Javier Solana, vragen.
Naast onze gewone wetgevende taken - en hierbij bevindt zich een taak van groot belang, namelijk die met betrekking tot de REACH-richtlijn inzake chemische stoffen - zijn er nog drie andere zeer belangrijke taken waarmee wij ons tot het eind van het jaar mee bezig moeten houden.
Ik doel hier allereerst op de kwestie-Turkije, vanwege het grote strategische belang. Overeenkomstig onze wens zal de Conferentie van voorzitters op 23 september de premier van Turkije, de heer Erdogan, ontvangen. Deze ontmoeting zal dus plaatsvinden voordat de Commissie haar verslag presenteert, en dat was ook onze bedoeling.
Officieel speelt dit Parlement geen enkele rol in het besluit over de vraag of de onderhandelingen over toetreding al dan niet in december geopend moeten worden. Het is dus niet per se noodzakelijk hier een mening over te geven. Het is echter volstrekt ondenkbaar dat wij zouden zwijgen over een kwestie die uiteindelijk niet zonder onze instemming geregeld kan worden. Als een weg wordt ingeslagen gaat het er niet zozeer om hoe breed of smal die weg is maar waar die naartoe leidt.
Ik ben van oordeel dat dit Parlement een verslag moet opstellen over de toetreding van Turkije, en wel vóór de Europese Raad van december, teneinde ons standpunt duidelijk kenbaar te maken aan de Raad.
Geachte afgevaardigden, kwesties als de toetreding van Turkije geven ons Parlement bestaansrecht. Zij bieden een kans om actief op te treden en niet aan de zijlijn te blijven toekijken. Het kan zijn dat voor dit soort beslissingen de twee grondslagen van de legitimiteit van de Unie niet met elkaar overeenkomen, dat de regeringen er een mening op nahouden, en de bevolking, de burgers, een andere. Dit is een grote kans om een debat te voeren over het soort Europa dat wij willen bouwen, en over alle mogelijke gevolgen van dit project.
Het Parlement verwacht van de Commissie een objectief verslag op basis waarvan dit Parlement en de Raad een politieke oordeel kunnen vormen uitgaande van een duidelijk beeld van de gevolgen die een hetzij positief hetzij negatief besluit zou hebben. Ik denk daarbij aan de gevolgen die de toetreding van Turkije voor de Unie zou hebben en de gevolgen die een verwerping van een dergelijke toetreding voor onze betrekkingen met de islamitische wereld zou hebben. Ik zou overigens hetzelfde kunnen zeggen van de Grondwet.
Het Parlement zal ervoor moeten zorgen dat dit debat gespeend is van onbezonnenheid en vooringenomenheid. Wij moeten het debat plaatsen in een strategisch perspectief op middellange termijn.
Ons aller gevoel van trots moet hand in hand gaan met een besef van verantwoordelijkheid bij het uitoefenen van onze bevoegdheden, bij het innemen van onze standpunten in internationale kwesties en bij het verzekeren van een goede werking van dit uitgebreid Parlement.
Wij moeten ons er namelijk van bewust zijn - en ik weet zeker dat dit het geval is - dat de belangrijkste uitdaging voor het Europa van de toekomst wordt gevormd door zijn relatie tot de islamitische wereld, en deze relatie kan niet los worden gezien van zijn standpunt inzake Irak, Afghanistan en Palestina.
Voorts wordt deze relatie bepaald door het nieuwe nabuurschapsbeleid en het Euro-mediterrane partnerschap, alsmede het beleid voor integratie van emigranten in onze steden. In Europa wonen tien miljoen moslims; in de wereld zijn er één miljard. Hoe ons besluit ook zal uitvallen, het is onze verantwoordelijkheid om de islamitische wereld te tonen dat wij geen grenzen trekken op grond van de logica van de botsing van beschavingen, die sommigen ons willen opdringen.
Bij wijze van bijdrage aan ons debat, wil ik u mededelen dat ik een verslag heb ontvangen dat voor de Commissie is opgesteld door een deskundigengroep. Onder de deskundigen bevinden zich ook drie vooraanstaande leden van ons Parlement. Zij waren zo vriendelijk dit voor te leggen aan het Europees Parlement, en ik beveel u van harte aan dit te lezen.
Tevens dienen wij ons voor het eind van het jaar uit te spreken over de financiële vooruitzichten. De Commissie heeft een eerste ontwerp opgesteld dat binnenkort aan ons zal worden voorgelegd.
De financiële middelen van de Unie moeten uiteraard gelijke tred houden met onze ambities. Zij moeten ons de mogelijkheid bieden om niet alleen aan de verwachtingen te voldoen die de uitbreiding onder veel burgers heeft gewekt maar ook rekening te houden met de bezorgdheid die de uitbreiding bij anderen heeft opgeroepen. Het financiële pakket voor de periode 2007-2013 bevat niet alleen begrotingsvoorstellen. Het is meer dan een begroting: het is een referentiekader voor een hele reeks wetgevingsvoorstellen voor de financiering van het landbouwbeleid, de structuurfondsen, de jeugdprogramma's, de trans-Europese netwerken, enzovoort. In de praktijk zullen al onze wetgevende taken worden bepaald door de vorm waarin dit referentiekader wordt aangenomen.
Wij zullen een essentiële rol spelen bij de aanneming van een wetgevingspakket bestaande uit meer dan vijftig voorstellen die via de medebeslissings- of instemmingsprocedure zullen worden goedgekeurd. Dit is een uitgelezen kans om aan te tonen dat wij geen koor van krekels zijn dat naar de maan tsjirpt, maar een groep van mensen die beslissingen nemen over zeer concrete en verstrekkende thema's.
Het zal, kortom, een unieke gelegenheid zijn voor dit Parlement om zijn politieke prioriteiten te doen gelden, en de Europese burgers zullen zal dit ook begrijpen als wij erin slagen ons jargon te vertalen in een taal die aansluit bij hun dagelijks leven.
Om hieraan een bijdrage te leveren heb ik bij de Conferentie van voorzitters een voorstel ingediend waarover vandaag in de plenaire vergadering wordt beslist. Het gaat hierbij om de oprichting van een tijdelijke ad-hoccommissie die tot taak krijgt dit debat in gang te zetten en alle invalshoeken te belichten. Op de begrotingstop komen alle spaken van het Europese wiel samen. Dan moeten wij een uitgebreide en volledige analyse maken, waarvoor naar mijn mening de oprichting van een ad-hoccommissie, met als voorzitter wellicht de Voorzitter van het Parlement zelf, een duidelijk signaal zou zijn. Daarmee kunnen wij aangeven hoe belangrijk voor ons deze taak is.
Laten we bovendien niet vergeten dat de financiële vooruitzichten onderdeel uitmaken van een groter raderwerk waartoe ook andere elementen van ons beleid behoren. De Europese burger hoort ons daar voortdurend over praten maar ik betwijfel of het belang ervan volledig tot hem doordringt. Ik doel hier op het Stabiliteitspact. Maar stabiliteit van wat? Van de prijzen? En zo ja, waarom alleen van de prijzen? Ook denk ik hierbij aan de strategie van Lissabon.
In 2005 zal het vijf jaar geleden zijn dat de Unie besloot "de meest concurrerende en dynamische kenniseconomie in de wereld te worden, met duurzame economische groei, meer en betere banen en een grotere sociale samenhang". Vindt u ook niet dat deze zin nu al een rituele klank begint te krijgen, en dat er ondanks al het politiek gewicht dat eraan is gegeven geen democratisch debat is gevoerd, geen debat waarmee dit plan het elan zou hebben gekregen dat noodzakelijk is om werkelijke groei mogelijk te maken?
Door dit Parlement stroomt een van de twee bronnen waaruit onze Unie haar legitimiteit put, namelijk die van de Europese burgers. Deze bron stroomt niet altijd in dezelfde richting als de andere bron van legitimiteit, die van de lidstaten.
Laten wij toegeven dat de doelstellingen van Lissabon nu niet zijn gehaald, en vermoedelijk ook niet in de tijd tot 2010 zullen worden gehaald. Dit Parlement moet uitdrukkelijker zijn bezorgdheid uiten over deze belangrijke doelstelling voor het bestaan van de Unie. Wij blijven deze op rituele wijze verkondigen maar richten ons wellicht te weinig op de weg die gevolgd moet worden om haar te bereiken. Wij zullen de heer Kok verzoeken om hier het verslag te presenteren dat hij moest opstellen over de tekortkomingen in het proces en de toekomstperspectieven. Ik ben van mening dat het Parlement het debat over dit verslag dient te stimuleren.
De doelstellingen van Lissabon waren op zich zeer ambitieus. Ze werden geformuleerd in tijden van economische voorspoed (anno 2000) - vlak voordat de crisis begon die door het terrorisme is bespoedigd - en waren het resultaat van een intergouvernementeel proces. De verwezenlijking van de doelstellingen werd echter via de zogeheten open coördinatiemethode in handen gelegd van de lidstaten.
Gedurende deze periode is in Europa weinig geïnvesteerd in technologie, in vergelijking met de Verenigde Staten die nog altijd onze beste denkers weghalen, en dit is wellicht iets waar we het uitgebreider over moeten hebben. De opleiding van menselijk kapitaal is momenteel niet zoals zij zou moeten zijn volgens de Lissabon-strategie.
Het proces van Lissabon gaat hand in hand met een versterkte rol voor het milieubeleid. Kyoto zal op de Europese samenleving een druk uitoefenen die te vergelijken is met de druk die haar werd opgelegd met de criteria van Maastricht. Zij zal haar productie- en verbruiksmethoden moeten wijzigen, en wel op een ingrijpender manier dan onze burgers zich waarschijnlijk zullen realiseren. Wij staan achter deze ontwikkeling, maar wij moeten wel beseffen wat deze inhoudt en moeten de daaruit voortvloeiende verplichtingen nakomen.
Wat betreft de hervormingsvoorstellen voor het Stabiliteits- en Groeipact, denk ik dat dit Parlement, niettegenstaande zijn beperkte bevoegdheden op dit vlak, een fantasierijke, politieke inspanning moet doen om het Pact in dienst te stellen van de strategie van Lissabon en om, meer in het algemeen, het democratisch debat over de globale richtsnoeren voor het economisch beleid in Europa te bevorderen.
Dit debat moet hier plaatsvinden. Wij moeten ook samenwerken met de nationale parlementen zodat ook zij zich betrokken voelen bij de Europese besluiten die het kader vormen voor het begrotingsoverleg in ieder afzonderlijk land.
In die zin ben ik ook ingenomen met de komst van
de heer Junker, want het lijdt geen twijfel dat we in Europa een probleem hebben: er is behoefte aan een betere coördinatie tussen de economische beleidsvormen van de verschillende lidstaten.
Wij moeten uiteraard aandacht schenken aan de rol die wij voor onze Unie zien weggelegd in de wereld. Ik denk in het bijzonder aan de transatlantische betrekkingen. Ook hier is mijns inziens het moment aangebroken om blijk te geven van een volwassen en verantwoordelijke parlementaire diplomatie. Wij moeten streven naar meer en beter overleg met de Commissie en de Raad over internationale vraagstukken.
Geachte afgevaardigden, de EU is een referentiekader voor andere regio's in de wereld. De "Europese droom" (mogen we spreken van de
?) van haar grondleggers, de droom van verzoening en hereniging van het continent, is inmiddels werkelijkheid geworden. Bij het ontstaan van deze werkelijkheid, heeft de Unie echter haar democratische bekoring verloren, alsmede het vermogen om wensen om te zetten in daden en actief consensus te creëren.
Is het mogelijk zich een andere "Europese droom" voor te stellen, een droom van een Europa met meer pluriformiteit? Is het mogelijk zich een "Europese droom" voor te stellen van een Europa dat niet hetgeen is wat de grondleggers en de zes eerste lidstaten voor ogen hadden? Is het mogelijk een ideale, op inclusie gebaseerde beschaving te stimuleren, een beschaving waarmee onverdraagzaamheid, verzet tegen immigranten, etnische spanningen en religieuze intolerantie kunnen worden bestreden?
In dit Parlement zijn 25 verschillende parlementaire tradities verenigd en worden 20 officiële en werktalen gebezigd, met alle complexe vraagstukken en kosten van dien. Het aantal talen is groot, maar vertegenwoordigt nog niet de gehele taalkundige diversiteit van Europa, een feit waaraan ikzelf regelmatig word herinnerd.
Ik geloof dat dit Parlement aan dit alles kan bijdragen. De meerderheid van de burgers die wij hier vertegenwoordigen weten namelijk - of voelen in ieder geval - dat geen enkel land in staat is op eigen houtje het hoofd te bieden aan de globalisering, de aantasting van het milieu, de opkomst van zogenaamde continentale staten, de terroristische dreigingen of de armoede en de daaruit resulterende immigratiestromen.
Geachte afgevaardigden, in Europa is nu het uur van de burgers aangebroken. Ik hoop dat ik op u allen kan rekenen. Laten wij er gezamenlijk voor zorgen dat de volkeren van Europa worden gemobiliseerd en dat hun samenlevingen voldoende dynamiek krijgen om deze nieuwe Europese droom werkelijkheid te doen worden.
Ik dank u hartelijk en wens u veel succes met uw werk.
Bij de uitoefening van de zo-even door mij aangestipte verantwoordelijkheid heb ik deze laatste dagen van de zomer verscheidene communiqués doen uitgaan waarin ik de meedogenloze, wrede terroristische aanslagen en acties in verschillende delen van de wereld namens u allen met kracht heb veroordeeld.
Aldus heeft het Europees Parlement zich geschaard achter het medeleven en de solidariteit die alle democraten hebben betuigd met de gezinnen en families die door deze onrechtvaardige gruweldaden, waarvan helaas geen enkel land is gevrijwaard, in rouw zijn gedompeld."@nl3
"Señoras y Señores Diputados, quisiera ahora utilizar mi privilegio como Presidente para dirigirme a ustedes.
El Parlamento Europeo se ha asociado así al sentimiento de tristeza y a la expresión de solidaridad de los demócratas con las familias enlutadas de forma tan injusta y brutal por esa lacra de la que desgraciadamente ningún país está exento.
Para insistir en ello, para expresar de la forma más solemne y colectiva posible este sentimiento, me he dirigido a los 25 Jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros de nuestra Unión, sugiriéndoles que hoy, junto con nosotros, representantes de los ciudadanos europeos, las escuelas de la UE se recogieran en un minuto de silencio en memoria de los niños de los niños víctimas de la masacre de la escuela de Beslán y, en general, de todos los niños objeto de la violencia terrorista en el mundo. Puedo anticiparles ya que varios países han anunciado que se unirán a esta iniciativa, expresión del sentimiento de los europeos frente a estos acontecimientos terribles.
Señoras y señores diputados, nuestro Parlamento condena y rechaza todas las acciones terroristas, porque el terror, de cualquier signo y en cualquier país, contradice los valores en que se basa la Unión Europea, cuyos ciudadanos esperan que la unidad de Europa sea una forma de luchar más eficazmente contra una amenaza que constituye hoy una de sus principales fuentes de preocupación y de inseguridad.
Permítanme que les diga que no basta manifestar el horror que sentimos. Las condenas reiteradas hacen que las palabras de dolor acaben reflejando frustración e impotencia. No hay excusa ni razón para hechos tan abominables como los que hemos vivido este final de verano, los del 11 de septiembre en Nueva York o los del 11 de marzo en Madrid. Todos los terrorismos son condenables, pero el debate que tiene hoy lugar en el mundo, especialmente en nuestro mundo occidental y desarrollado, no se refiere a su condena sino a la forma de combatirlos. Ciertamente, el fanatismo suicida no se va a detener con argumentos razonables expuestos por personas cultas e inteligentes. Pero tampoco podemos pretender erradicar todas sus causas con el simple e indiscriminado uso de la fuerza, vengando en otros niños el daño hecho a los nuestros y creando una escalada insoportable de violencia.
No ganaremos la batalla contra el terrorismo concibiéndola como una guerra convencional. Este Parlamento debe desarrollar el espacio de seguridad y justicia, impulsar activamente una estrategia antiterrorista basada en la cooperación internacional en materia policial, judicial y de inteligencia, así como en la lucha contra las causas subyacentes que alimentan el fanatismo asesino y suicida.
Analizar no es justificar. Los debates y resoluciones de este Parlamento nunca se podrán confundir con una justificación de la violencia terrorista. La lucha contra el terrorismo nos obliga a una reflexión sobre sus causas para mejor combatirlo y este Parlamento deberá seguir debatiendo con libertad de conciencia, como lo ha hecho hasta ahora, y analizando, en particular, la situación en Chechenia, en Iraq o en Palestina, por airadas que sean las reacciones que nuestra deliberación produzca.
Señoras y Señores diputados, las noticias de este verano han reflejado también otra fuente de preocupación e inseguridad en Europa. Me refiero al fenómeno, cada vez más frecuente, del desplazamiento de la actividad de las empresas dentro de un espacio económico integrado, buscando mejores condiciones laborales y fiscales, lo que llamamos deslocalización.
Habrán podido observar ustedes cómo este fenómeno genera reacciones defensivas en algunos países que pueden condicionar las políticas de solidaridad de la Unión. Ciertamente plantea de forma conflictiva la relación entre competitividad económica y cohesión social, objetivos que, para nosotros, deben ser complementarios y que se proclaman en la construcción europea y, en particular, en la estrategia de Lisboa.
Todo es más complicado de lo que parece. La simple comparación nominal de los costes del trabajo no es quizás la única explicación a este fenómeno. Este debate interesa, sin duda, a los europeos, que esperan una "Europa como solución" y no una "Europa como problema". Por lo tanto, deberá estar muy presente en los trabajos de este Parlamento, a través de los múltiples temas que desbordan nuestra agenda y a los que luego me referiré.
Pero antes, permítanme recordarles que nuestra primera obligación es contribuir al óptimo funcionamiento del Parlamento ampliado, que próximamente contará también con Rumanía y Bulgaria. Recordemos que somos una institución que consume recursos públicos y se enfrenta a nuevos problemas de dimensión y eficacia. Presidiré personalmente un grupo de trabajo encargado de asegurar que nuestra dimensión no disminuya nuestra eficacia.
En primer lugar, les reitero mi agradecimiento por la confianza que en mí
A este respecto, dos cuestiones se presentan como especialmente importantes: el Estatuto de los Diputados y el régimen lingüístico. Ya les anuncié que el Estatuto sería una cuestión prioritaria y, por ello, ya me entrevisté, el pasado 8 de septiembre, con el Presidente en ejercicio del Consejo, Sr. Balkenende, que me aseguró que establecería los oportunos contactos con los representantes de los gobiernos que no pudieron dar su acuerdo a nuestra propuesta de Estatuto, para conocer cuáles podrían ser sus planteamientos alternativos. Les recuerdo que el Parlamento no ha sido nunca informado de las razones por las cuales algunos países no pudieron aceptar esa propuesta.
Creo que, mientras no dispongamos de información al respecto, no deberemos modificar el consenso alcanzado en el seno del Parlamento, sin perjuicio de que reiteremos nuestra permanente disposición al diálogo y un espíritu abierto frente a las sugerencias que recibamos del Consejo o de los Estados miembros que están en mejor situación para avanzar hacia un acuerdo.
En cuanto al régimen lingüístico, debo recordarles que su aplicación está regulada por una disposición de la Mesa del anterior Parlamento, a través de un Código de Conducta sobre el Multilingüismo. Ruego a todos, especialmente a las mesas de las comisiones y a los coordinadores, la máxima colaboración para su adecuada aplicación, habida cuenta de la escasez de recursos de interpretación y traducción que todavía sufrimos y que tardaremos algún tiempo en resolver. Ruego a todo el mundo que adapte permanentemente las necesidades lingüísticas de cada reunión de trabajo a los recursos disponibles.
En cuanto al deseo de algunos diputados, manifestado en el Pleno anterior, de utilizar la lengua que les es propia, pero que no es aún lengua oficial de la Unión, debo recordarles que nuestro régimen lingüístico depende de acuerdos del Consejo, que debe tomarlos por unanimidad, y, mientras no se produzcan, la Presidencia debe exigir el cumplimiento del Reglamento, independientemente de sus opiniones personales.
Por otra parte, quiero recordarles que, cuando se ratifique el Tratado Constitucional -si así ocurre por fin-, el Parlamento Europeo habrá alcanzado su madurez y dispondremos de un marco que definirá de forma estable nuestras funciones y responsabilidades.
Sin embargo, la Constitución no entrará en vigor, si finalmente es ratificada, hasta el 1 de noviembre de 2006. Hasta entonces, nuestra tarea más importante será el impulso y la participación en el debate sobre la ratificación del Tratado Constitucional.
Entre el 29 de octubre, fecha de la firma en Roma del Tratado Constitucional, y el 1 de noviembre de 2006, fecha fijada para su entrada en vigor, mi Presidencia estará marcada por el proceso de ratificación de la Constitución Europea en los 25 Estados miembros. Muchas de las ratificaciones -más o menos una al mes- se expresarán por referéndum. El primero tendrá lugar en mi propio país, España, en febrero de 2005.
Transcurrirán así dos años, que supondrán una gran ocasión para que los europeos se interesen por la Europa que quieren hacer, tal como está definida en ese texto, por lo que les aporta y por qué les importa.
Y nosotros tenemos que tener una actitud de servicio hacia los ciudadanos, innovando la comunicación y elaborando posiciones útiles para ellos. Antes de fin de año, aprobaremos un informe, redactado por los diputados Corbett y Méndez Vigo y debatido en la Comisión de Asuntos Constitucionales.
Este Parlamento debe ser la gran AGORA de Europa. Debemos dar ejemplo de un debate abierto, plural, y democrático. Sin descalificaciones ni maniqueísmos ni pretensiones de monopolizar el sentimiento o la razón europeísta. Nadie está en posesión de la verdadera y única idea de Europa. El debate será complejo por razones identitarias o ideológicas, o por las diferentes concepciones que unos y otros albergamos acerca de la Europa que queremos hacer.
depositaron al elegirme como Presidente de nuestro Parlamento. Ya les anuncié que dejaba para esta sesión plenaria la exposición de mi visión estratégica de la primera mitad de esta legislatura.
Por ello, tenemos que tratar en el seno de la Comisión de Asuntos Constitucionales, en grandes debates, los grandes temas del proyecto constitucional; y he pedido a su Presidente que me haga llegar propuestas concretas para animar así nuestro debate parlamentario.
Pero lo importante no es nuestro debate, sino la forma en que lo perciban los ciudadanos. Lo importante es ilustrarles sobre qué es, qué dice y qué no dice la Constitución. Lo importante es que se pronuncien sobre el texto del tratado Constitucional y no en función del contexto político de cada uno de sus países.
Una vez que el Parlamento haya fijado su opinión deberemos esforzarnos en que se conozca y se tome en cuenta en el proceso de ratificación que ¡ojalá se hubiese podido plantear de forma más paneuropea, más cercana, en todos los países!
Nuestro principal reto es EUROPEIZAR el debate y evitar que las cuestiones de política interna influyan, como sucedió tanto en las pasadas elecciones europeas.
Nos coordinaremos con los Parlamentos nacionales, con los que hemos trabajado estrechamente durante la Convención y yo mismo presidiré un grupo de trabajo dedicado a divulgar la Constitución como proyecto político sometido al más importante debate que los europeos hayan acometido desde que iniciaron su común andar sobre las ruinas de la guerra. A ello les invito.
Pero antes tenemos trabajos más inmediatos. El primero de ellos es la investidura de la Comisión. Hemos leído en alguna prensa que nuestra tarea es una mera formalidad. Para algunos, el resultado está ya descontado y se trata de un proceso meramente formal, sin valor añadido político. Ustedes saben que no es así. Tendremos que demostrarlo.
Cualquiera que sea la apreciación que la Comisión Barroso nos merezca a cada uno de nosotros, la investidura debe ser una gran ocasión para que se conozcan las grandes orientaciones del trabajo que quieren hacer, para conocer las capacidades personales y políticas de los hombres y mujeres que la componen; para conocer lo que los grupos políticos de este Parlamento reclaman de ese órgano que es el motor del gobierno comunitario.
Al inicio de mi intervención les he planteado los dos grandes temas que son hoy fuente de inseguridad en Europa: el terror y las circunstancias sociales que rodean el empleo. ¿Qué dirá, qué propondrá la Comisión sobre estos grandes aspectos? ¿Qué dirá sobre la reforma del Pacto de Estabilidad? Ya sabemos qué ha empezado a decir la Comisión Prodi, y que el Comisario responsable seguirá siendo el mismo.
Tendremos también la ocasión para seguir debatiendo las propuestas de reforma de un Pacto que tiene mucho que ver con la estrategia de Lisboa y que el Sr. Barroso ha situado en el centro de su acción.
¿Cómo quiere la Comisión hacer de Europa una potencia de referencia en el terreno del medio ambiente, del desarrollo sostenible y de la ayuda al desarrollo? ¿Qué dirá sobre la concentración de los medios de comunicación en Europa? ¿Cómo pretende hacer frente a este problema?
Evidentemente, no se trata de presentar un programa político, ni de exponerles mis propias ideas sobre la construcción europea. Mi objetivo como Presidente sólo es describir y orientar las prioridades de nuestra agenda.
¿Cómo ve la relación de Europa con los otros continentes? ¿Y con el mundo islámico? ¿Cómo quiere impulsar las relaciones euro-mediterráneas? ¿Cómo pretende revitalizar el renqueante proceso de Barcelona?
¿Cuál será su relación con este Parlamento? ¿Cómo ve, en esta fase transitoria, sus relaciones con el Alto Representante del Consejo para la Política exterior?
Hablaremos de estos temas y procuraremos que las audiencias se organicen de una forma menos rígida, más viva y espontánea que en el pasado.
Cuando la nueva Comisión esté investida, este Presidente le pedirá que refuerce su presencia en el Parlamento Europeo. Pediré al Presidente de la Comisión que se entreviste regularmente con los Presidentes de los grupos políticos. Formularé la misma petición al Consejo, y en particular, al Alto Representante para la Política exterior, Javier Solana.
Además de nuestras tareas legislativas ordinarias y hay una de ellas muy importante, la relativa a la Directiva Reach sobre los productos químicos , de aquí a fin de año tendremos que examinar otras tres grandes cuestiones.
Me referiré, en primer lugar, por su importancia estratégica, a la cuestión de Turquía.Tal como deseábamos, la Conferencia de Presidentes recibirá el 23 de septiembre al Primer Ministro turco, Sr. Erdogan. Como ven, el Sr. Erdogan acudirá a este Parlamento antes de que la Comisión presente su informe, tal como era nuestro deseo.
Formalmente, este Parlamento no tiene ningún papel en la decisión sobre si las negociaciones de adhesión deben abrirse o no en Diciembre. No tenemos ninguna necesidad por tanto de emitir opinión al respecto. Pero sería inconcebible que estuviésemos callados sobre un tema que, al final del camino, por largo que éste sea, no podrá decidirse sin nuestro acuerdo. Y lo importante de los caminos no es cuán largos sean, sino adónde llevan.
Considero que este Parlamento debe elaborar un informe sobre la adhesión de Turquía antes del Consejo Europeo de diciembre para poder trasladarle nuestro punto de vista.
Señoras y Señores Diputados, cuestiones como la adhesión de Turquía dan toda la razón de ser a nuestro Parlamento. Es una ocasión para ser protagonistas y no espectadores. Puede ser ese tipo de grandes decisiones donde las dos fuentes de legitimidad no coincidan, donde la opinión de los gobiernos sea una y las de los pueblos, los ciudadanos, sea otra. Es una gran ocasión para debatir sobre la clase de Europa que queremos hacer, y las consecuencias que tendría hacerla de una o de otra manera.
Por eso esperamos que la Comisión emita un informe objetivo de manera que esta Cámara, como el Consejo, adopte su juicio político teniendo muy claras las consecuencias de una u otra decisión - como el sí o el no a la Constitución - las implicaciones que tendría para la Unión la adhesión de Turquía, y las consecuencias que supondría su rechazo para nuestras relaciones con el mundo islámico.
Al hacerlo quiero compartir con ustedes el orgullo de pertenecer a la mayor institución parlamentaria multinacional, símbolo de paz y de democracia, respetuosa de la diversidad, foro de debates y de decisiones que afectan a la vida cotidiana de todos los europeos, aunque muchos no sean suficientemente conscientes de ello, y al futuro del mundo en el que vamos a vivir.
El Parlamento tiene que encarar este debate lejos de reflexiones inopinadas o de ideas preconcebidas, situándolo en una perspectiva estratégica y un horizonte a medio plazo.
Porque hemos de ser conscientes, y estoy seguro de que lo somos, de que el reto más importante que tiene planteada la Europa del futuro es la relación con el mundo islámico y esa relación pasa por Irak, Afganistán y Palestina.
Pero también se basa en una nueva política de vecindad, en el partenariado euro-mediterráneo, y en la integración de la emigración en nuestras ciudades. Hay en Europa 10 millones de musulmanes y en el mundo, 1.000 millones. Cualquiera que sea nuestra decisión, es nuestra responsabilidad demostrar al mundo musulmán que no trazamos nuestras fronteras según el choque de civilizaciones que algunos están empeñados en provocar.
Como contribución a nuestro debate, Señorías, les señalo que he recibido un informe que ha elaborado para la Comisión un comité de expertos, entre los que figuran tres miembros distinguidos de nuestra Institución, que han tenido la amabilidad de presentarlo al Parlamento europeo y cuya lectura me permito aconsejar.
También, antes de fin de año, tendremos que pronunciarnos sobre las perspectivas
financieras cuyo proyecto inicial ha sido ya elaborado por la Comisión y nos será presentado en breve.
Es obvio que los recursos financieros de la Unión deben estar a la altura de nuestras ambiciones y dar respuesta a las expectativas que la ampliación ha generado en muchos ciudadanos y tener en cuenta las inquietudes que ha despertado en otros. El futuro paquete financiero 2007/2013 no sólo contiene propuestas presupuestarias. No es sólo un presupuesto. Es el marco de referencia de toda una serie de propuestas legislativas sobre la financiación de la Política agrícola, los fondos estructurales, los programas de juventud, las redes transeuropeas ... Prácticamente toda nuestra tarea legislativa quedará condicionada por la forma en que se apruebe este marco de referencia.
Tendremos un papel capital, imprescindible, en la adopción de un paquete legislativo, que estará formado por más de 50 propuestas, que tendrá que ser aprobado en codecisión o en dictamen conforme. Ocasión excelente para demostrar que esto no es una caja de grillos que cantan a al luna, sino un colectivo de personas que toman decisiones sobre temas muy concretos y muy transcendentales.
Será, en definitiva, una ocasión única para este Parlamento de hacer valer sus prioridades políticas y así tendrán que entenderlo los europeos si conseguimos traducir nuestra jerga en un lenguaje que forme parte de su cotidianeidad.
Para contribuir a ello, he propuesto a la Conferencia de Presidentes, y así lo decidirá hoy el Pleno, la creación de una comisión temporal ad hoc para iniciar este debate integrando todos los puntos de vista desde los que debe analizarse. En el vértice presupuestario confluyen todos los radios de la rueda europea y debemos analizarlo de una forma compleja y completa, y para ello, creo que una comisión ad hoc, presidida quizá por el propio Presidente del Parlamento, sería un mensaje claro de la importancia que damos a esta tarea.
Y no debemos olvidar que las perspectivas financieras forman parte de un engranaje con otros elementos de nuestras políticas de los que oyen hablar continuamente los europeos y que dudo de que lleguen a comprender toda su trascendencia. Me refiero al Pacto de Estabilidad - ¿estabilidad de qué?, ¿de precios?, pero, ¿por qué sólo de precios?- y a la estrategia de Lisboa.
Este sentimiento de orgullo por todos compartido va parejo a un sentimiento de responsabilidad. Responsabilidad en el ejercicio de nuestros poderes, en nuestra toma de posición en materias internacionales, responsabilidad en el buen funcionamiento de este Parlamento ampliado.
En 2005 habrán pasado cinco años desde que la Unión decidió fijarse el objetivo de "convertirse en la economía basada en el conocimiento más competitiva y dinámica del mundo, capaz de crecer económicamente de manera sostenible con más y mejores empleos y con mayor cohesión social". ¿No les parece que es una frase que empieza ya a sonar ritual? ¿Que toda la transcendencia política que encierra no ha ido seguida de un debate democrático que le diese el alma que necesita para crecer?
Reconozcamos que los objetivos de Lisboa no se están cumpliendo, y parece que tampoco se cumplirán de aquí a 2010. Y este Parlamento debe alzar su voz de preocupación ante un objetivo transcendental para la vida de la Unión que seguimos proclamando ritualmente y quizá no analizando suficientemente en qué vía estamos de conseguirlo. Invitaremos al Sr. Kok a que presente el informe que tiene encargado elaborar sobre los fallos del proceso y sus perspectivas futuras. Creo que, en torno a este informe, el Parlamento debe animar su debate.
Hay que reconocer que en Lisboa se plantearon objetivos muy ambiciosos, formulados en una época de bonanza económica (año 2000), poco antes de que empezara la crisis y el terrorismo la acelerara, y que fueron objeto de un proceso intergubernamental que deja a la buena voluntad de los Estados miembros su aplicación a través de un método de coordinación, que debiera reforzarse.
En este período, sabemos que la inversión en tecnología es baja en comparación con Estados Unidos, que sigue drenando nuestros mejores cerebros, y probablemente de eso tenemos que debatir intensamente. Nuestra formación de capital humano no es la que en Lisboa se decidió que fuera.
Ese proceso de Lisboa coincide con el redoblado protagonismo de las políticas medioambientales. Kioto someterá a la sociedad europea a un estrés parecido al que los criterios de Maastricht le obligaron a asumir, cambiando sus formas de producción y consumo, y ello de una forma que quizá todavía no son suficientemente conscientes nuestros ciudadanos. Estamos a favor de esto, pero tendremos que ver lo que supone y cumplir con la obligación que de ello se deriva.
Y en relación a las propuestas de reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, aunque nuestras competencias al respecto son limitadas, creo que este Parlamento debe hacer un esfuerzo de imaginación política para ponerlo al servicio de la estrategia de Lisboa y, de forma más general, introducir más debate democrático en las grandes orientaciones de la política económica en Europa.
Es aquí donde hay que hacerlo, asociando a los Parlamentos nacionales para que se sientan concernidos por las decisiones europeas que enmarcan la deliberación presupuestaria en cada país.
En este sentido, saludo la llegada del Señor "EURO", del Sr. Junker, por que es cierto que teníamos un problema en Europa: una demanda de mayor coordinación de las políticas económicas.
Tendremos, obviamente, que analizar el papel que nuestra Unión juega en el mundo y, en particular, dedicar atención a las relaciones trasatlánticas. Creo que ha llegado el momento de demostrar la madurez y la responsabilidad de la diplomacia parlamentaria que ejerce nuestra Cámara, buscando más concertación con la Comisión y el Consejo en nuestro trabajo internacional.
Señoras y señores diputados. La UE es un referente para las demás regiones del mundo. El “sueño europeo” (¿debemos hablar de un
?), de sus padres fundadores, el sueño de reconciliar y unir el continente, es ya una realidad. Y al hacerse realidad, ha perdido su poder de encantación democrática, ha perdido su capacidad de movilizar voluntades y de crear consensos activos.
Un Parlamento a través del que fluye una de las dos fuentes de legitimidad en las que se basa nuestra Unión, la que fluye y representa a los ciudadanos europeos, que no tiene por qué coincidir siempre con la otra, la que emana de los Estados miembros.
¿Es posible imaginar otro “sueño europeo” para una Europa más pluriforme? ¿Es posible imaginar otro “sueño europeo” para una Europa que no será la que imaginaron los padres fundadores ni los seis países que la iniciaron? ¿Es posible alumbrar un ideal de civilización, basado en la inclusión, con el que enfrentarse a la intolerancia, al rechazo hacia los inmigrantes, al enfrentamiento étnico y a la intolerancia religiosa?
Creo que a todo ello debe contribuir este Parlamento, porque la mayoría de los ciudadanos que representamos aquí saben, o por lo menos intuyen, que ninguno de sus países podrá enfrentarse solo a la mundialización, a los desequilibrios medioambientales, a la emergencia de Estados-continente, a las amenazas terroristas o a la pobreza y a la inmigración que produce.
Señoras y señores diputados, en Europa ha sonado la hora de los ciudadanos. Quisiera, con todos ustedes, movilizar a sus pueblos y dinamizar a sus sociedades para hacer realidad ese nuevo sueño europeo.
Muchas gracias y buen trabajo
Un Parlamento en el que ya conviven 25 tradiciones parlamentarias diferentes y se expresa en 20 lenguas oficiales y de trabajo, con la complejidad y el coste que ello conlleva. Son muchas lenguas y, sin embargo, aún no representan toda la diversidad lingüística de Europa. A mí en particular se me recuerda este hecho con frecuencia.
En el ejercicio de esta responsabilidad, he pasado los últimos días del verano emitiendo, en nombre de todos ustedes, continuos comunicados de tajante condena de los atentados y acciones terroristas que han golpeado, de la forma más salvaje y cruel, en distintas partes del mundo."@pl16
"Senhoras e Senhores Deputados, este é o momento em que gostaria de lhes dirigir a palavra como Presidente desta Assembleia.
Dirigi-me, pois, aos 25 Chefes de Estado e Governo dos Estados-Membros da União para expressar este sentimento da forma mais solene e colectiva possível. Sugeri-lhes que todas as escolas em toda a União se juntassem a nós, representantes dos cidadãos da Europa, num minuto de silêncio que hoje guardamos em memória das crianças vítimas do massacre da escola de Beslan e, de forma mais geral, de todos as crianças vítimas do terrorismo. Regozijo-me por poder adiantar que já vários países concordaram em aderir a esta iniciativa, expressão do sentimento dos europeus diante destes acontecimentos terríveis.
Este Parlamento condena e rejeita todos os actos terroristas porque, independentemente da sua filiação ou do país em que têm lugar, o terrorismo contradiz os valores de base da União Europeia. Os cidadãos esperam que uma Europa unida esteja em melhor posição de combater esta ameaça, que constitui uma das principais causas de preocupação e insegurança na região.
Sou obrigado a dizer que não chega expressar o horror que sentimos. As condenações reiteradas fazem com que as nossas palavras de dor acabem reflectindo frustração e impotência. Não há desculpa nem razão para actos tão abomináveis como os que temos testemunhado no final deste Verão, ou para os que tiveram lugar a 11 de Setembro em Nova Iorque ou os de 11 de Março em Madrid. O terrorismo, seja qual a forma que tomar, é condenável. Contudo, o debate que hoje tem lugar a nível mundial, especialmente no nosso mundo ocidental e desenvolvido, diz respeito à forma como combater o terrorismo e não às condenações. O fanatismo suicida não conhecerá certamente o fim com argumentos razoáveis expostos por pessoas cultas e inteligentes. Nem tão pouco podemos esperar erradicar todas as suas causas através do uso simples e indiscriminado da força, vingando noutras crianças o mal infligido às nossas e criando uma escalada de violência insuportável.
A guerra contra o terrorismo não será ganha se a entendermos como uma guerra convencional. Este Parlamento deverá desenvolver o espaço de liberdade e segurança. Deverá promover activamente uma estratégia anti-terrorista, baseada na cooperação internacional em matéria de serviços policiais, judiciais, e de informação. Impõe-se também uma cooperação internacional para lutar contra as causas subjacentes que alimentam o fanatismo assassino e suicida.
Analisar não é justificar. Os debates e as resoluções deste Parlamento nunca deverão ser interpretadas como uma justificação da violência terrorista. A luta contra o terrorismo obriga-nos a reflectir sobre as suas causas a fim de melhor o combater. Este Parlamento deverá dar continuidade aos seus debates, com liberdade de consciência, como o tem feito até à data, e, em especial, deverá analisar a situação na Chechénia, no Iraque ou na Palestina, independentemente das reacções inflamadas que se possam verificar.
Senhoras e Senhores Deputados, as notícias deste Verão reflectiram também uma outra fonte de preocupação e insegurança na Europa. Refiro-me à decisão, cada vez mais comum, de transferir a actividade económica das empresas dentro de um espaço económico integrado, na mira de melhores condições fiscais e laborais, o que chamamos de deslocalização.
Terão observado que este fenómeno produz uma reacção defensiva em certos Estados-Membros que pode condicionar as políticas de solidariedade da União. Certamente que este fenómeno deixa muito claro o conflito de interesses entre a coesão social e a competitividade económica, objectivos que deverão ser, para nós, complementares. Ambos são vitais para a construção da Europa e, em particular, para a estratégia de Lisboa.
Tudo isto é mais complicado do que parece. A simples comparação numérica dos custos laborais não é provavelmente a única explicação para este fenómeno. Este debate interessa especialmente aos europeus que esperam que a Europa venha de facto a constituir uma solução e não um problema. Por conseguinte, deverá estar muito presente nos trabalhos deste Parlamento, através dos múltiplos temas que preenchem a nossa agenda. Mais tarde voltarei a este assunto.
Atrevo-me a lembrar-lhes que a primeira obrigação desta Assembleia é contribuir para o óptimo funcionamento do Parlamento alargado, que em breve contará com a presença da Roménia e da Bulgária. Tenhamos presente que somos uma instituição que consome fundos públicos e que enfrenta novos desafios ao nível da sua dimensão e da eficácia. Eu próprio presidirei a um grupo de trabalho encarregado de assegurar que a dimensão da nossa Assembleia não diminuirá a sua eficácia.
A este respeito, há duas questões que são de particular importância, a saber, o Estatuto dos Deputados e o regime linguístico. Já tinha dito que o Estatuto será uma questão prioritária e, nessa medida, encontrei-me, no dia 8 de Setembro, com o Sr. Balkenende, Presidente em exercício do Conselho, que me assegurou que estabeleceria os devidos contactos com os representantes dos governos que não puderam dar o seu acordo ao nosso projecto de estatuto, a fim de conhecer quais as medidas alternativas que têm em mente. Recordo-lhes que o Parlamento nunca foi informado das razões por que certos países não puderam aceitar a proposta.
Começarei por dizer que me sinto extremamente honrado pela confiança que depositaram em mim ao eleger-me Presidente deste Parlamento. Por altura da minha eleição, disse aos senhores deputados que deixaria para esta sessão plenária a exposição da minha visão estratégica da primeira metade desta legislatura.
Não creio que o consenso alcançado nesta Assembleia deva ser posto em causa enquanto não recebermos mais informação. Gostaria, no entanto, de reiterar que continuaremos inteiramente dispostos a dialogar e com um espírito aberto a quaisquer sugestões do Conselho ou dos Estados-Membros que estejam em melhor posição para promover um acordo.
No que respeita ao regime linguístico, devo recordar-lhes que a sua aplicação é regulada por disposições da Mesa do anterior Parlamento, através de um Código de Conduta sobre o multilinguismo. Deixo aqui um pedido a todos os deputados, em especial às mesas das comissões e aos coordenadores, no sentido de desenvolverem todos os esforços para assegurar a correcta aplicação do referido Código, tendo presente a escassez de recursos disponíveis ao nível da interpretação e tradução. Levará algum tempo até que a situação melhore. Solicito a todos os deputados que façam um esforço constante para adaptar as necessidades linguísticas de cada reunião de trabalho aos recursos disponíveis.
Na plenária anterior, alguns Estados-Membros defenderam o direito de se expressar na sua língua materna, mesmo que não seja ainda uma língua oficial da União. A este respeito, devo recordar-lhes que o regime linguístico depende dos acordos do Conselho, acordos esses que obedecem à unanimidade. Até que sejam tomadas decisões relevantes, a Presidência deverá exigir o cumprimento do Regimento, independentemente das suas opiniões pessoais sobre a questão.
Gostaria de sublinhar que, quando, e se, o Tratado Constitucional for ratificado, o Parlamento Europeu terá alcançado a sua maturidade. Disporemos então de um quadro que definirá de uma vez por todas as nossas funções e responsabilidades.
De toda a forma, se eventualmente for ratificada, a Constituição só entrará em vigor a 1 de Novembro de 2006. Até então, uma das principais tarefas que se coloca a esta Câmara é incentivar a realização de um debate alargado sobre a ratificação do Tratado Constitucional.
Entre 29 de Outubro, data em que o Tratado Constitucional deverá ser assinado em Roma, e 1 de Novembro de 2006, data fixada para a sua entrada em vigor, a minha Presidência será dominada pela ratificação da Constituição Europeia nos 25 Estados-Membros. As ratificações deverão ter lugar ao ritmo de uma por mês, sensivelmente. Na maioria dos casos o processo envolverá um referendo. O meu país, Espanha, será o primeiro a realizar o seu referendo, em Fevereiro de 2005.
Este período de dois anos será uma excelente oportunidade para os europeus se interessarem pela Europa que querem criar, tal como está definida nesse texto. Uma oportunidade para os cidadãos avaliarem o que poderá significar esta Europa e por que razão merece a consideração dos cidadãos.
Os deputados deste Parlamento têm de ter uma atitude de serviço para com os cidadãos. Há que encontrar formas criativas de comunicar e definir posições úteis para os cidadãos. Antes do final do ano, deverá ser aprovado um relatório elaborado pelos senhores deputados Corbett e Méndez Vigo e debatido na Comissão dos Assuntos Constitucionais.
Este Parlamento tem obrigação de se esforçar por se tornar uma verdadeira assembleia europeia. Terá de ser um modelo de um debate aberto, plural e democrático. Não deverá ser arrogante, hipócrita ou ter pretensões a monopolizar o espírito ou a lógica europeísta. Ninguém está em posição de se proclamar dono da verdadeira e única ideia de Europa. O debate será necessariamente complexo em virtude das várias identidades e ideologias, bem como das diferentes concepções que uns e outros têm sobre a Europa que queremos construir.
Razão por que os grandes temas do projecto constitucional têm de ser tratados na Comissão dos Assuntos Constitucionais, e em grandes debates. Solicitei ao Presidente desta comissão que me apresentasse propostas específicas que deverão servir de base ao debate parlamentar.
Evidentemente que não se trata de apresentar um programa político ou de expor-lhes as minhas próprias ideias sobre a construção europeia. Como Presidente, o meu objectivo limita-se a descrever e orientar as prioridades do nosso plano de trabalhos.
Contudo, o importante não é o debate em si, mas sim a percepção que os cidadãos terão do mesmo. Os cidadãos precisam de ser informados sobre a natureza da Constituição, sobre o que de facto diz ou não diz a Constituição. É fundamental que se pronunciem sobre o texto do Tratado Constitucional, mas não em resposta à situação política existente em cada um dos seus países.
Uma vez que o Parlamento tenha formado a sua opinião, deverá garantir que a sua posição é divulgada e tida em conta no processo de ratificação. É de facto lamentável que este processo não seja, genuinamente, mais pan-europeu, mais próximo dos cidadãos e que não tenha lugar em todos os países!
O nosso principal desafio é “europeizar” o debate e evitar que as questões de política interna influam, como foi o caso nas últimas eleições europeias.
O Parlamento estabelecerá uma ligação com os parlamentos nacionais, tendo já trabalhado em estreita colaboração com estes últimos durante a Convenção. Além disso, eu próprio presidirei a um grupo de trabalho encarregado de promover a Constituição como um projecto político submetido ao mais importante debate em que os europeus participaram desde que se uniram nesta viagem para o futuro, deixando para trás as ruínas da guerra. Convido todos vós a participar.
Mas antes, o Parlamento tem de responder a questões mais prementes. A primeira delas é a investidura da Comissão. Pudemos ler nalguns comunicados da imprensa que a nossa tarefa não passa de uma mera formalidade. Há os que acreditam que o resultado já é uma certeza e que esta Assembleia não mais fará do que analisar as propostas sem oferecer qualquer valor acrescentado do ponto de vista político. Senhoras e Senhores Deputados, os Srs. sabem que não é assim. Cabe a este Parlamento demonstrá-lo.
Os senhores deputados têm direito às vossas apreciações sobre a Comissão Barroso. Não obstante, a sua investidura apresenta uma excelente oportunidade para dar a conhecer as grandes linhas de orientação do seu programa. Constitui também uma oportunidade para se conhecer as capacidades pessoais e políticas dos homens e mulheres que compõem a próxima Comissão e para conhecer o que os Grupos Políticos deste Parlamento exigem desse órgão. A Comissão é, obviamente, o motor do governo comunitário.
No início da minha intervenção, referi-me às duas maiores questões que actualmente causam insegurança na Europa, a saber, o terror e os factores sociais que afectam o emprego. As declarações da nova Comissão e propostas sobre estes dois assuntos são aguardadas com expectativa, como o são as suas opiniões sobre a reforma do Pacto de Estabilidade. A resposta inicial da Comissão Prodi é já conhecida e é também sabido que o Comissário em questão manterá a sua posição.
Teremos também oportunidade de continuar a debater as propostas de reforma deste Pacto, um Pacto de uma relevância assinalável na estratégia de Lisboa e que o Dr. Barrroso inscreveu como prioridade na sua agenda.
Há que perguntar sobre o que pensa a Comissão fazer para tornar a Europa um modelo no que se refere às questões ambientais, ao desenvolvimento sustentável e à ajuda ao desenvolvimento. Os pontos de vista da Comissão sobre a concentração dos meios de comunicação na Europa e a maneira como reagirá a este problema precisam igualmente de ser definidas.
É importante definir como é que a Comissão encara a relação da Europa com outros continentes e com o mundo islâmico, bem como a sua abordagem ao desenvolvimento das relações mediterrânicas e a forma como pretende revitalizar o enfraquecido processo de Barcelona.
Ao fazê-lo, gostaria de partilhar convosco o orgulho que sinto em pertencer à maior instituição parlamentar multinacional, símbolo de paz e de democracia, respeitadora da diversidade. Ainda que muitos europeus não estejam bem cientes do facto, esta Assembleia é um foro de debates e decisões que afectam as nossas vidas diárias e o futuro do mundo em que vivemos.
Estamos desejosos de saber que espécie de relação a Comissão pretende ter com este Parlamento e como é que vê a sua relação com o Alto Representante do Conselho para a Política Externa e de Segurança Comum durante esta fase transitória.
Todas estas questões serão levantadas e faremos também um esforço para garantir que as audiências se processem de forma mais viva e espontânea, menos rígida do que no passado.
Uma vez investida a nova Comissão, na minha qualidade de Presidente desta Assembleia, solicitarei a este órgão que reforce a sua presença no Parlamento Europeu. Solicitarei ao Presidente da Comissão que se encontre regularmente com os presidentes dos grupos políticos. Formularei o mesmo pedido ao Conselho e, em especial, ao Sr. Javier Solana, o Alto Representante para a Política Externa e de Segurança Comum.
Esta Assembleia tem de continuar a fazer o seu trabalho legislativo como habitualmente, sendo um deles de grande relevo, a saber, a Directiva relativa aos produtos químicos. Há no entanto outras três questões que terão de ser discutidas antes do final do ano.
Mencionarei em primeiro lugar, dada a sua importância estratégica, a questão da Turquia. Tal como gostaríamos, a Conferência dos Presidentes deverá receber o Primeiro-Ministro turco, o Sr. Erdogan, a 23 de Setembro. O Sr. Erdogan visitará pois este Parlamento antes de a Comissão apresentar o seu relatório, como era nosso desejo.
Em teoria, o Parlamento não tem nada a dizer sobre a decisão de abrir ou não as negociações de adesão em Dezembro. Assim sendo, esta Assembleia não tem qualquer necessidade de emitir um parecer sobre a matéria em questão. No entanto, seria para nós inconcebível não expressar o nosso parecer no início desta longa jornada, na medida em que, no final do caminho, por muito grande que seja, será necessária a aprovação desta Assembleia. Não podemos esquecer que o importante em qualquer jornada não é a distância, mas sim aonde leva.
Entendo que este Parlamento deve elaborar um relatório sobre a adesão da Turquia antes do Conselho Europeu de Dezembro, de modo a que possamos transmitir a este último a nossa posição.
Senhoras e Senhores Deputados, questões como a adesão da Turquia dão toda a razão de ser a este Parlamento. São questões que criam a oportunidade a esta Assembleia de se envolver e pôr de lado o papel de mero espectador. Decisões desta natureza nem sempre reúnem a aprovação das duas fontes de legitimidade. Os governos podem chegar a conclusões distintas das dos cidadãos. É seguramente uma grande oportunidade para debater a natureza da Europa que queremos construir, bem como as consequências de avançar numa direcção e não noutra.
Esperamos pois sinceramente que a Comissão produza um relatório objectivo, de maneira a que esta Câmara, tal como o Conselho, possam formar um juízo político com plena consciência das consequências de optar por uma ou outra via. Refiro-me às implicações que a adesão da Turquia teria na União e às implicações que teria a sua rejeição nas nossas relações com o mundo islâmico. O mesmo se passa com a aceitação ou rejeição da Constituição.
O Parlamento tem de partir para este debate livre de ideias preconcebidas e reacções infundadas. O debate deve ser enquadrado numa perspectiva estratégica, tendo um horizonte a médio prazo.
Este sentimento de orgulho partilhado por todos anda a par e passo de um sentido de responsabilidade. A responsabilidade no exercício das nossas competências, na nossa tomada de posição em matérias internacionais, bem como a responsabilidade de garantir o bom funcionamento deste Parlamento alargado.
Isto porque este Parlamento tem de estar ciente, e estou certo de que está, de que o desafio mais importante que a Europa do futuro enfrenta é a sua relação com o mundo islâmico, o que envolve o Iraque, o Afeganistão e a Palestina.
Mas trata-se também de uma relação sustentada por uma nova política de vizinhança, pela parceria Euromediterrânica e pela integração dos imigrantes nas nossas cidades. A Europa conta 10 milhões de muçulmanos e o mundo com 1.000 milhões. Independentemente da decisão tomada, cumpre-nos provar ao mundo islâmico que não traçamos as nossas fronteiras em função do choque de civilizações que alguns estão empenhados em provocar.
Como contribuição para o nosso debate, Senhoras e Senhores Deputados, gostaria de os informar que recebi um relatório destinado à Comissão, elaborado por um grupo de peritos que inclui três distintos membros desta Assembleia, que tiveram a amabilidade de o disponibilizar ao Parlamento Europeu, e cuja leitura, permitam-me dizê-lo, vos aconselho.
Também teremos de nos pronunciar antes do final do ano sobre as perspectivas financeiras, cujo projecto inicial foi já elaborado pela Comissão e que em breve nos será apresentado.
Obviamente que os recursos financeiros da União devem estar à altura das nossas ambições e dar resposta às expectativas que o alargamento gerou em muitos cidadãos, embora tendo em conta as preocupações que suscitou noutros. O pacote financeiro 2007/2013 contem mais do que propostas orçamentais. É mais do que um orçamento. Trata-se de um quadro de referência para toda uma série de propostas legislativas relativas ao financiamento da política agrícola, os Fundos Estruturais, os programas de juventude, as redes transeuropeias, etc. A forma final do quadro de referência que for aprovada condicionará praticamente todo o nosso trabalho legislativo.
Este Parlamento desempenhará um papel vital na adopção de um pacote legislativo. O seu papel na adopção deste pacote composto por mais de 50 propostas será essencial, uma vez que terá de ser aprovado em co-decisão ou por parecer favorável. Uma excelente ocasião para demonstrar que o Parlamento não se fica pelas palavras, mas que é de facto um colectivo de pessoas que tomam decisões sobre questões concretas com consequências extremamente abrangentes.
Será, definitivamente, uma ocasião única para este Parlamento promover as suas prioridades políticas. Os cidadãos da Europa não poderão deixar de ter esse entendimento se conseguirmos traduzir o nosso jargão na sua linguagem de todos os dias.
Nesse sentido, propus à Conferência dos Presidentes a criação de uma comissão temporária
para dar início a este debate, reunindo todos os pontos de vista a partir dos quais se deverá abordar a questão. O plenário deverá decidir hoje sobre essa questão. O orçamento é o eixo onde confluem todos os raios da roda europeia. Todos os seus detalhes devem ser cuidadosamente analisados. Razão por que estou convicto de que uma comissão
eventualmente presidida pelo Presidente do Parlamento, seria uma mensagem clara sobre a importância que atribuímos a esta tarefa.
É essencial não esquecer que as Perspectivas Financeiras estão relacionadas com outros aspectos das nossas políticas de que tanto ouvem falar os cidadãos, muito embora desconfie que apreendam todo o seu alcance. Refiro-me por exemplo à Estratégia de Lisboa e ao Pacto de Estabilidade. Poderá perguntar-se o que deve ser estabilizado, se serão os preços e, se assim for, por que razão só os preços.
Em 2005, terão passado cinco anos desde que a União decidiu fixar-se o objectivo de se tornar na economia baseada no conhecimento mais competitiva e dinâmica do mundo, capaz de crescer economicamente de forma sustentável, com mais e melhores empregos e mais coesão social. Não lhes parece que tudo isto começa a soar a oco, e que todo o alcance político que isto envolve não foi acompanhado de um debate democrático que lhe desse a alma de que precisa para poder avançar?
A legitimidade da União provém de duas fontes. Uma delas flui através deste Parlamento e emana dos cidadãos da Europa que o mesmo representa. A outra emana dos Estados-Membros. Uma e outra não têm necessariamente de ser coincidentes.
Reconheçamos que os objectivos de Lisboa não estão a ser realizados, e parece pouco provável que venham a ser realizados até 2010. Cumpre ao Parlamento fazer soar uma nota de preocupação quanto a um objectivo tão vital para a vida da União, que continuamos a proclamar, como um mantra, sem que tenhamos, porventura, reflectido o suficiente na melhor forma de o alcançar. Convidaremos o Sr. Kok a apresentar o relatório que lhe coube elaborar sobre as deficiências do processo e as suas perspectivas futuras. Creio que o debate nesta Câmara deverá centrar-se neste relatório.
Há que reconhecer que os objectivos fixados em Lisboa foram extremamente ambiciosos, formulados numa época de prosperidade económica, vivida no ano 2000, pouco antes do início da crise que o terrorismo veio depois agudizar, e que foram objecto de um processo intergovernamental que deixa à boa vontade dos Estados-Membros a sua implementação, através de um método de coordenação que carece de ser reforçado.
Sabemos perfeitamente que durante este período o investimento em tecnologia foi baixo em comparação com os Estados Unidos e que este último continua a absorver os nossos melhores cérebros. Uma realidade que provavelmente pede um debate exaustivo. A nossa formação de capital humano não é a que Lisboa decidiu que fosse.
O processo de Lisboa anda a par e passo do crescente destaque dado às políticas ambientais. Quioto exercerá uma pressão sobre a sociedade europeia à semelhança dos critérios de Maastricht. A nossa sociedade será obrigada a mudar os seus métodos de produção e consumo de uma maneira que, provavelmente, ainda escapará um pouco aos nossos cidadãos. Somos a favor dessa mudança, mas teremos de ponderar no que significa e cumprir as obrigações decorrentes.
Voltando às propostas de reforma do Pacto de Estabilidade e Crescimento, creio que este Parlamento deveria fazer um esforço de imaginação política para pô-lo ao serviço da estratégia de Lisboa, ainda que esta Assembleia tenha competências limitadas nessa área. De uma forma mais geral, considero que o Parlamento deve esforçar-se por introduzir um debate mais democrático relativamente às grandes linhas de orientação da política económica europeia.
O debate deverá ter lugar nesta Assembleia, com o envolvimento dos parlamentos nacionais, de modo a que se sintam parte das decisões europeias que se repercutem nos debates orçamentais de cada país.
Neste sentido, saúdo a chegada do Senhor Junker, conhecido como o Sr. Euro. Certamente que é verdade que tínhamos um problema na Europa, a saber a necessidade de uma maior coordenação das políticas económicas.
Haverá, obviamente, necessidade de analisar o papel que a União Europeia desempenha a nível mundial e, em especial, haverá que dar atenção às relações transatlânticas. Creio que chegou o momento de esta Câmara demonstrar a maturidade e responsabilidade da sua diplomacia parlamentar, trabalhando mais de perto com a Comissão e o Conselho no que se refere à cena internacional.
Senhoras e Senhores Deputados, a União Europeia é uma referência para o resto do mundo. Os seus pais fundadores tinham o sonho de unir e reconciliar o continente. O chamado sonho europeu tornou-se agora uma realidade. Infelizmente, perdeu a sua magia democrática nesse processo, pois deixou de ter o poder de mobilizar vontades e criar consensos activos.
Senhores Deputados, permitam-me que vos faça umas perguntas. Haverá alguém que ouse imaginar um sonho europeu diferente, um sonho de uma Europa mais pluralista? Haverá alguém que sonhe com uma Europa diferente da concebida pelos seus pais fundadores e os seis países que a fundaram? Será possível moldar um ideal de civilização baseada na inclusão, que ajudaria a combater a intolerância, a rejeição dos imigrantes, os conflitos étnicos e a intolerância religiosa?
Actualmente, este Parlamento reúne 25 tradições parlamentares diferentes e expressa-se em vinte línguas oficiais e de trabalho, com os custos e a complexidade inerentes. Mesmo assim, e é com frequência que me lembro disso, este elevado número de línguas não reflecte toda a diversidade linguística da Europa.
Creio que o Parlamento deve esforçar-se nesse sentido. Afinal de contas, a maioria dos cidadãos que esta Instituição representa sabem, ou pelo menos intuem, que nenhum dos seus países poderá enfrentar sozinho a globalização. Nenhum país sozinho poderá também dar resposta aos desequilíbrios ambientais, ou à emergência dos chamados Estados-continente, às ameaças terroristas ou à pobreza e à imigração que a mesma produz.
Senhoras e Senhores Deputados, chegou o tempo de os cidadãos da Europa fazerem ouvir a sua voz. Gostaria de trabalhar ao vosso lado e espero que consigamos mobilizar os povos do nosso continente e dinamizar as suas sociedades, de modo a que este sonho europeu possa ser uma realidade.
Boa sorte e muito obrigado pela vossa atenção.
Tive ocasião de exercer essa responsabilidade durante os últimos dias das férias de Verão. Coube-me a triste tarefa de emitir uma série de comunicados em nome desta Assembleia condenando cabalmente os atentados e acções terroristas cometidos, da forma mais cruel e selvagem, em várias partes do mundo.
O Parlamento Europeu associa-se pois ao sentimento de tristeza e à solidariedade expressa por todos os democratas para com as famílias enlutadas tão injustamente por este sofrimento brutal de que, infelizmente, nenhum país está livre."@pt17
"Señoras y Señores Diputados, quisiera ahora utilizar mi privilegio como Presidente para dirigirme a ustedes.
El Parlamento Europeo se ha asociado así al sentimiento de tristeza y a la expresión de solidaridad de los demócratas con las familias enlutadas de forma tan injusta y brutal por esa lacra de la que desgraciadamente ningún país está exento.
Para insistir en ello, para expresar de la forma más solemne y colectiva posible este sentimiento, me he dirigido a los 25 Jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros de nuestra Unión, sugiriéndoles que hoy, junto con nosotros, representantes de los ciudadanos europeos, las escuelas de la UE se recogieran en un minuto de silencio en memoria de los niños de los niños víctimas de la masacre de la escuela de Beslán y, en general, de todos los niños objeto de la violencia terrorista en el mundo. Puedo anticiparles ya que varios países han anunciado que se unirán a esta iniciativa, expresión del sentimiento de los europeos frente a estos acontecimientos terribles.
Señoras y señores diputados, nuestro Parlamento condena y rechaza todas las acciones terroristas, porque el terror, de cualquier signo y en cualquier país, contradice los valores en que se basa la Unión Europea, cuyos ciudadanos esperan que la unidad de Europa sea una forma de luchar más eficazmente contra una amenaza que constituye hoy una de sus principales fuentes de preocupación y de inseguridad.
Permítanme que les diga que no basta manifestar el horror que sentimos. Las condenas reiteradas hacen que las palabras de dolor acaben reflejando frustración e impotencia. No hay excusa ni razón para hechos tan abominables como los que hemos vivido este final de verano, los del 11 de septiembre en Nueva York o los del 11 de marzo en Madrid. Todos los terrorismos son condenables, pero el debate que tiene hoy lugar en el mundo, especialmente en nuestro mundo occidental y desarrollado, no se refiere a su condena sino a la forma de combatirlos. Ciertamente, el fanatismo suicida no se va a detener con argumentos razonables expuestos por personas cultas e inteligentes. Pero tampoco podemos pretender erradicar todas sus causas con el simple e indiscriminado uso de la fuerza, vengando en otros niños el daño hecho a los nuestros y creando una escalada insoportable de violencia.
No ganaremos la batalla contra el terrorismo concibiéndola como una guerra convencional. Este Parlamento debe desarrollar el espacio de seguridad y justicia, impulsar activamente una estrategia antiterrorista basada en la cooperación internacional en materia policial, judicial y de inteligencia, así como en la lucha contra las causas subyacentes que alimentan el fanatismo asesino y suicida.
Analizar no es justificar. Los debates y resoluciones de este Parlamento nunca se podrán confundir con una justificación de la violencia terrorista. La lucha contra el terrorismo nos obliga a una reflexión sobre sus causas para mejor combatirlo y este Parlamento deberá seguir debatiendo con libertad de conciencia, como lo ha hecho hasta ahora, y analizando, en particular, la situación en Chechenia, en Iraq o en Palestina, por airadas que sean las reacciones que nuestra deliberación produzca.
Señoras y Señores diputados, las noticias de este verano han reflejado también otra fuente de preocupación e inseguridad en Europa. Me refiero al fenómeno, cada vez más frecuente, del desplazamiento de la actividad de las empresas dentro de un espacio económico integrado, buscando mejores condiciones laborales y fiscales, lo que llamamos deslocalización.
Habrán podido observar ustedes cómo este fenómeno genera reacciones defensivas en algunos países que pueden condicionar las políticas de solidaridad de la Unión. Ciertamente plantea de forma conflictiva la relación entre competitividad económica y cohesión social, objetivos que, para nosotros, deben ser complementarios y que se proclaman en la construcción europea y, en particular, en la estrategia de Lisboa.
Todo es más complicado de lo que parece. La simple comparación nominal de los costes del trabajo no es quizás la única explicación a este fenómeno. Este debate interesa, sin duda, a los europeos, que esperan una "Europa como solución" y no una "Europa como problema". Por lo tanto, deberá estar muy presente en los trabajos de este Parlamento, a través de los múltiples temas que desbordan nuestra agenda y a los que luego me referiré.
Pero antes, permítanme recordarles que nuestra primera obligación es contribuir al óptimo funcionamiento del Parlamento ampliado, que próximamente contará también con Rumanía y Bulgaria. Recordemos que somos una institución que consume recursos públicos y se enfrenta a nuevos problemas de dimensión y eficacia. Presidiré personalmente un grupo de trabajo encargado de asegurar que nuestra dimensión no disminuya nuestra eficacia.
En primer lugar, les reitero mi agradecimiento por la confianza que en mí
A este respecto, dos cuestiones se presentan como especialmente importantes: el Estatuto de los Diputados y el régimen lingüístico. Ya les anuncié que el Estatuto sería una cuestión prioritaria y, por ello, ya me entrevisté, el pasado 8 de septiembre, con el Presidente en ejercicio del Consejo, Sr. Balkenende, que me aseguró que establecería los oportunos contactos con los representantes de los gobiernos que no pudieron dar su acuerdo a nuestra propuesta de Estatuto, para conocer cuáles podrían ser sus planteamientos alternativos. Les recuerdo que el Parlamento no ha sido nunca informado de las razones por las cuales algunos países no pudieron aceptar esa propuesta.
Creo que, mientras no dispongamos de información al respecto, no deberemos modificar el consenso alcanzado en el seno del Parlamento, sin perjuicio de que reiteremos nuestra permanente disposición al diálogo y un espíritu abierto frente a las sugerencias que recibamos del Consejo o de los Estados miembros que están en mejor situación para avanzar hacia un acuerdo.
En cuanto al régimen lingüístico, debo recordarles que su aplicación está regulada por una disposición de la Mesa del anterior Parlamento, a través de un Código de Conducta sobre el Multilingüismo. Ruego a todos, especialmente a las mesas de las comisiones y a los coordinadores, la máxima colaboración para su adecuada aplicación, habida cuenta de la escasez de recursos de interpretación y traducción que todavía sufrimos y que tardaremos algún tiempo en resolver. Ruego a todo el mundo que adapte permanentemente las necesidades lingüísticas de cada reunión de trabajo a los recursos disponibles.
En cuanto al deseo de algunos diputados, manifestado en el Pleno anterior, de utilizar la lengua que les es propia, pero que no es aún lengua oficial de la Unión, debo recordarles que nuestro régimen lingüístico depende de acuerdos del Consejo, que debe tomarlos por unanimidad, y, mientras no se produzcan, la Presidencia debe exigir el cumplimiento del Reglamento, independientemente de sus opiniones personales.
Por otra parte, quiero recordarles que, cuando se ratifique el Tratado Constitucional -si así ocurre por fin-, el Parlamento Europeo habrá alcanzado su madurez y dispondremos de un marco que definirá de forma estable nuestras funciones y responsabilidades.
Sin embargo, la Constitución no entrará en vigor, si finalmente es ratificada, hasta el 1 de noviembre de 2006. Hasta entonces, nuestra tarea más importante será el impulso y la participación en el debate sobre la ratificación del Tratado Constitucional.
Entre el 29 de octubre, fecha de la firma en Roma del Tratado Constitucional, y el 1 de noviembre de 2006, fecha fijada para su entrada en vigor, mi Presidencia estará marcada por el proceso de ratificación de la Constitución Europea en los 25 Estados miembros. Muchas de las ratificaciones -más o menos una al mes- se expresarán por referéndum. El primero tendrá lugar en mi propio país, España, en febrero de 2005.
Transcurrirán así dos años, que supondrán una gran ocasión para que los europeos se interesen por la Europa que quieren hacer, tal como está definida en ese texto, por lo que les aporta y por qué les importa.
Y nosotros tenemos que tener una actitud de servicio hacia los ciudadanos, innovando la comunicación y elaborando posiciones útiles para ellos. Antes de fin de año, aprobaremos un informe, redactado por los diputados Corbett y Méndez Vigo y debatido en la Comisión de Asuntos Constitucionales.
Este Parlamento debe ser la gran AGORA de Europa. Debemos dar ejemplo de un debate abierto, plural, y democrático. Sin descalificaciones ni maniqueísmos ni pretensiones de monopolizar el sentimiento o la razón europeísta. Nadie está en posesión de la verdadera y única idea de Europa. El debate será complejo por razones identitarias o ideológicas, o por las diferentes concepciones que unos y otros albergamos acerca de la Europa que queremos hacer.
depositaron al elegirme como Presidente de nuestro Parlamento. Ya les anuncié que dejaba para esta sesión plenaria la exposición de mi visión estratégica de la primera mitad de esta legislatura.
Por ello, tenemos que tratar en el seno de la Comisión de Asuntos Constitucionales, en grandes debates, los grandes temas del proyecto constitucional; y he pedido a su Presidente que me haga llegar propuestas concretas para animar así nuestro debate parlamentario.
Pero lo importante no es nuestro debate, sino la forma en que lo perciban los ciudadanos. Lo importante es ilustrarles sobre qué es, qué dice y qué no dice la Constitución. Lo importante es que se pronuncien sobre el texto del tratado Constitucional y no en función del contexto político de cada uno de sus países.
Una vez que el Parlamento haya fijado su opinión deberemos esforzarnos en que se conozca y se tome en cuenta en el proceso de ratificación que ¡ojalá se hubiese podido plantear de forma más paneuropea, más cercana, en todos los países!
Nuestro principal reto es EUROPEIZAR el debate y evitar que las cuestiones de política interna influyan, como sucedió tanto en las pasadas elecciones europeas.
Nos coordinaremos con los Parlamentos nacionales, con los que hemos trabajado estrechamente durante la Convención y yo mismo presidiré un grupo de trabajo dedicado a divulgar la Constitución como proyecto político sometido al más importante debate que los europeos hayan acometido desde que iniciaron su común andar sobre las ruinas de la guerra. A ello les invito.
Pero antes tenemos trabajos más inmediatos. El primero de ellos es la investidura de la Comisión. Hemos leído en alguna prensa que nuestra tarea es una mera formalidad. Para algunos, el resultado está ya descontado y se trata de un proceso meramente formal, sin valor añadido político. Ustedes saben que no es así. Tendremos que demostrarlo.
Cualquiera que sea la apreciación que la Comisión Barroso nos merezca a cada uno de nosotros, la investidura debe ser una gran ocasión para que se conozcan las grandes orientaciones del trabajo que quieren hacer, para conocer las capacidades personales y políticas de los hombres y mujeres que la componen; para conocer lo que los grupos políticos de este Parlamento reclaman de ese órgano que es el motor del gobierno comunitario.
Al inicio de mi intervención les he planteado los dos grandes temas que son hoy fuente de inseguridad en Europa: el terror y las circunstancias sociales que rodean el empleo. ¿Qué dirá, qué propondrá la Comisión sobre estos grandes aspectos? ¿Qué dirá sobre la reforma del Pacto de Estabilidad? Ya sabemos qué ha empezado a decir la Comisión Prodi, y que el Comisario responsable seguirá siendo el mismo.
Tendremos también la ocasión para seguir debatiendo las propuestas de reforma de un Pacto que tiene mucho que ver con la estrategia de Lisboa y que el Sr. Barroso ha situado en el centro de su acción.
¿Cómo quiere la Comisión hacer de Europa una potencia de referencia en el terreno del medio ambiente, del desarrollo sostenible y de la ayuda al desarrollo? ¿Qué dirá sobre la concentración de los medios de comunicación en Europa? ¿Cómo pretende hacer frente a este problema?
Evidentemente, no se trata de presentar un programa político, ni de exponerles mis propias ideas sobre la construcción europea. Mi objetivo como Presidente sólo es describir y orientar las prioridades de nuestra agenda.
¿Cómo ve la relación de Europa con los otros continentes? ¿Y con el mundo islámico? ¿Cómo quiere impulsar las relaciones euro-mediterráneas? ¿Cómo pretende revitalizar el renqueante proceso de Barcelona?
¿Cuál será su relación con este Parlamento? ¿Cómo ve, en esta fase transitoria, sus relaciones con el Alto Representante del Consejo para la Política exterior?
Hablaremos de estos temas y procuraremos que las audiencias se organicen de una forma menos rígida, más viva y espontánea que en el pasado.
Cuando la nueva Comisión esté investida, este Presidente le pedirá que refuerce su presencia en el Parlamento Europeo. Pediré al Presidente de la Comisión que se entreviste regularmente con los Presidentes de los grupos políticos. Formularé la misma petición al Consejo, y en particular, al Alto Representante para la Política exterior, Javier Solana.
Además de nuestras tareas legislativas ordinarias y hay una de ellas muy importante, la relativa a la Directiva Reach sobre los productos químicos , de aquí a fin de año tendremos que examinar otras tres grandes cuestiones.
Me referiré, en primer lugar, por su importancia estratégica, a la cuestión de Turquía.Tal como deseábamos, la Conferencia de Presidentes recibirá el 23 de septiembre al Primer Ministro turco, Sr. Erdogan. Como ven, el Sr. Erdogan acudirá a este Parlamento antes de que la Comisión presente su informe, tal como era nuestro deseo.
Formalmente, este Parlamento no tiene ningún papel en la decisión sobre si las negociaciones de adhesión deben abrirse o no en Diciembre. No tenemos ninguna necesidad por tanto de emitir opinión al respecto. Pero sería inconcebible que estuviésemos callados sobre un tema que, al final del camino, por largo que éste sea, no podrá decidirse sin nuestro acuerdo. Y lo importante de los caminos no es cuán largos sean, sino adónde llevan.
Considero que este Parlamento debe elaborar un informe sobre la adhesión de Turquía antes del Consejo Europeo de diciembre para poder trasladarle nuestro punto de vista.
Señoras y Señores Diputados, cuestiones como la adhesión de Turquía dan toda la razón de ser a nuestro Parlamento. Es una ocasión para ser protagonistas y no espectadores. Puede ser ese tipo de grandes decisiones donde las dos fuentes de legitimidad no coincidan, donde la opinión de los gobiernos sea una y las de los pueblos, los ciudadanos, sea otra. Es una gran ocasión para debatir sobre la clase de Europa que queremos hacer, y las consecuencias que tendría hacerla de una o de otra manera.
Por eso esperamos que la Comisión emita un informe objetivo de manera que esta Cámara, como el Consejo, adopte su juicio político teniendo muy claras las consecuencias de una u otra decisión - como el sí o el no a la Constitución - las implicaciones que tendría para la Unión la adhesión de Turquía, y las consecuencias que supondría su rechazo para nuestras relaciones con el mundo islámico.
Al hacerlo quiero compartir con ustedes el orgullo de pertenecer a la mayor institución parlamentaria multinacional, símbolo de paz y de democracia, respetuosa de la diversidad, foro de debates y de decisiones que afectan a la vida cotidiana de todos los europeos, aunque muchos no sean suficientemente conscientes de ello, y al futuro del mundo en el que vamos a vivir.
El Parlamento tiene que encarar este debate lejos de reflexiones inopinadas o de ideas preconcebidas, situándolo en una perspectiva estratégica y un horizonte a medio plazo.
Porque hemos de ser conscientes, y estoy seguro de que lo somos, de que el reto más importante que tiene planteada la Europa del futuro es la relación con el mundo islámico y esa relación pasa por Irak, Afganistán y Palestina.
Pero también se basa en una nueva política de vecindad, en el partenariado euro-mediterráneo, y en la integración de la emigración en nuestras ciudades. Hay en Europa 10 millones de musulmanes y en el mundo, 1.000 millones. Cualquiera que sea nuestra decisión, es nuestra responsabilidad demostrar al mundo musulmán que no trazamos nuestras fronteras según el choque de civilizaciones que algunos están empeñados en provocar.
Como contribución a nuestro debate, Señorías, les señalo que he recibido un informe que ha elaborado para la Comisión un comité de expertos, entre los que figuran tres miembros distinguidos de nuestra Institución, que han tenido la amabilidad de presentarlo al Parlamento europeo y cuya lectura me permito aconsejar.
También, antes de fin de año, tendremos que pronunciarnos sobre las perspectivas
financieras cuyo proyecto inicial ha sido ya elaborado por la Comisión y nos será presentado en breve.
Es obvio que los recursos financieros de la Unión deben estar a la altura de nuestras ambiciones y dar respuesta a las expectativas que la ampliación ha generado en muchos ciudadanos y tener en cuenta las inquietudes que ha despertado en otros. El futuro paquete financiero 2007/2013 no sólo contiene propuestas presupuestarias. No es sólo un presupuesto. Es el marco de referencia de toda una serie de propuestas legislativas sobre la financiación de la Política agrícola, los fondos estructurales, los programas de juventud, las redes transeuropeas ... Prácticamente toda nuestra tarea legislativa quedará condicionada por la forma en que se apruebe este marco de referencia.
Tendremos un papel capital, imprescindible, en la adopción de un paquete legislativo, que estará formado por más de 50 propuestas, que tendrá que ser aprobado en codecisión o en dictamen conforme. Ocasión excelente para demostrar que esto no es una caja de grillos que cantan a al luna, sino un colectivo de personas que toman decisiones sobre temas muy concretos y muy transcendentales.
Será, en definitiva, una ocasión única para este Parlamento de hacer valer sus prioridades políticas y así tendrán que entenderlo los europeos si conseguimos traducir nuestra jerga en un lenguaje que forme parte de su cotidianeidad.
Para contribuir a ello, he propuesto a la Conferencia de Presidentes, y así lo decidirá hoy el Pleno, la creación de una comisión temporal ad hoc para iniciar este debate integrando todos los puntos de vista desde los que debe analizarse. En el vértice presupuestario confluyen todos los radios de la rueda europea y debemos analizarlo de una forma compleja y completa, y para ello, creo que una comisión ad hoc, presidida quizá por el propio Presidente del Parlamento, sería un mensaje claro de la importancia que damos a esta tarea.
Y no debemos olvidar que las perspectivas financieras forman parte de un engranaje con otros elementos de nuestras políticas de los que oyen hablar continuamente los europeos y que dudo de que lleguen a comprender toda su trascendencia. Me refiero al Pacto de Estabilidad - ¿estabilidad de qué?, ¿de precios?, pero, ¿por qué sólo de precios?- y a la estrategia de Lisboa.
Este sentimiento de orgullo por todos compartido va parejo a un sentimiento de responsabilidad. Responsabilidad en el ejercicio de nuestros poderes, en nuestra toma de posición en materias internacionales, responsabilidad en el buen funcionamiento de este Parlamento ampliado.
En 2005 habrán pasado cinco años desde que la Unión decidió fijarse el objetivo de "convertirse en la economía basada en el conocimiento más competitiva y dinámica del mundo, capaz de crecer económicamente de manera sostenible con más y mejores empleos y con mayor cohesión social". ¿No les parece que es una frase que empieza ya a sonar ritual? ¿Que toda la transcendencia política que encierra no ha ido seguida de un debate democrático que le diese el alma que necesita para crecer?
Reconozcamos que los objetivos de Lisboa no se están cumpliendo, y parece que tampoco se cumplirán de aquí a 2010. Y este Parlamento debe alzar su voz de preocupación ante un objetivo transcendental para la vida de la Unión que seguimos proclamando ritualmente y quizá no analizando suficientemente en qué vía estamos de conseguirlo. Invitaremos al Sr. Kok a que presente el informe que tiene encargado elaborar sobre los fallos del proceso y sus perspectivas futuras. Creo que, en torno a este informe, el Parlamento debe animar su debate.
Hay que reconocer que en Lisboa se plantearon objetivos muy ambiciosos, formulados en una época de bonanza económica (año 2000), poco antes de que empezara la crisis y el terrorismo la acelerara, y que fueron objeto de un proceso intergubernamental que deja a la buena voluntad de los Estados miembros su aplicación a través de un método de coordinación, que debiera reforzarse.
En este período, sabemos que la inversión en tecnología es baja en comparación con Estados Unidos, que sigue drenando nuestros mejores cerebros, y probablemente de eso tenemos que debatir intensamente. Nuestra formación de capital humano no es la que en Lisboa se decidió que fuera.
Ese proceso de Lisboa coincide con el redoblado protagonismo de las políticas medioambientales. Kioto someterá a la sociedad europea a un estrés parecido al que los criterios de Maastricht le obligaron a asumir, cambiando sus formas de producción y consumo, y ello de una forma que quizá todavía no son suficientemente conscientes nuestros ciudadanos. Estamos a favor de esto, pero tendremos que ver lo que supone y cumplir con la obligación que de ello se deriva.
Y en relación a las propuestas de reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, aunque nuestras competencias al respecto son limitadas, creo que este Parlamento debe hacer un esfuerzo de imaginación política para ponerlo al servicio de la estrategia de Lisboa y, de forma más general, introducir más debate democrático en las grandes orientaciones de la política económica en Europa.
Es aquí donde hay que hacerlo, asociando a los Parlamentos nacionales para que se sientan concernidos por las decisiones europeas que enmarcan la deliberación presupuestaria en cada país.
En este sentido, saludo la llegada del Señor "EURO", del Sr. Junker, por que es cierto que teníamos un problema en Europa: una demanda de mayor coordinación de las políticas económicas.
Tendremos, obviamente, que analizar el papel que nuestra Unión juega en el mundo y, en particular, dedicar atención a las relaciones trasatlánticas. Creo que ha llegado el momento de demostrar la madurez y la responsabilidad de la diplomacia parlamentaria que ejerce nuestra Cámara, buscando más concertación con la Comisión y el Consejo en nuestro trabajo internacional.
Señoras y señores diputados. La UE es un referente para las demás regiones del mundo. El “sueño europeo” (¿debemos hablar de un
?), de sus padres fundadores, el sueño de reconciliar y unir el continente, es ya una realidad. Y al hacerse realidad, ha perdido su poder de encantación democrática, ha perdido su capacidad de movilizar voluntades y de crear consensos activos.
Un Parlamento a través del que fluye una de las dos fuentes de legitimidad en las que se basa nuestra Unión, la que fluye y representa a los ciudadanos europeos, que no tiene por qué coincidir siempre con la otra, la que emana de los Estados miembros.
¿Es posible imaginar otro “sueño europeo” para una Europa más pluriforme? ¿Es posible imaginar otro “sueño europeo” para una Europa que no será la que imaginaron los padres fundadores ni los seis países que la iniciaron? ¿Es posible alumbrar un ideal de civilización, basado en la inclusión, con el que enfrentarse a la intolerancia, al rechazo hacia los inmigrantes, al enfrentamiento étnico y a la intolerancia religiosa?
Creo que a todo ello debe contribuir este Parlamento, porque la mayoría de los ciudadanos que representamos aquí saben, o por lo menos intuyen, que ninguno de sus países podrá enfrentarse solo a la mundialización, a los desequilibrios medioambientales, a la emergencia de Estados-continente, a las amenazas terroristas o a la pobreza y a la inmigración que produce.
Señoras y señores diputados, en Europa ha sonado la hora de los ciudadanos. Quisiera, con todos ustedes, movilizar a sus pueblos y dinamizar a sus sociedades para hacer realidad ese nuevo sueño europeo.
Muchas gracias y buen trabajo
Un Parlamento en el que ya conviven 25 tradiciones parlamentarias diferentes y se expresa en 20 lenguas oficiales y de trabajo, con la complejidad y el coste que ello conlleva. Son muchas lenguas y, sin embargo, aún no representan toda la diversidad lingüística de Europa. A mí en particular se me recuerda este hecho con frecuencia.
En el ejercicio de esta responsabilidad, he pasado los últimos días del verano emitiendo, en nombre de todos ustedes, continuos comunicados de tajante condena de los atentados y acciones terroristas que han golpeado, de la forma más salvaje y cruel, en distintas partes del mundo."@sk18
"Señoras y Señores Diputados, quisiera ahora utilizar mi privilegio como Presidente para dirigirme a ustedes.
El Parlamento Europeo se ha asociado así al sentimiento de tristeza y a la expresión de solidaridad de los demócratas con las familias enlutadas de forma tan injusta y brutal por esa lacra de la que desgraciadamente ningún país está exento.
Para insistir en ello, para expresar de la forma más solemne y colectiva posible este sentimiento, me he dirigido a los 25 Jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros de nuestra Unión, sugiriéndoles que hoy, junto con nosotros, representantes de los ciudadanos europeos, las escuelas de la UE se recogieran en un minuto de silencio en memoria de los niños de los niños víctimas de la masacre de la escuela de Beslán y, en general, de todos los niños objeto de la violencia terrorista en el mundo. Puedo anticiparles ya que varios países han anunciado que se unirán a esta iniciativa, expresión del sentimiento de los europeos frente a estos acontecimientos terribles.
Señoras y señores diputados, nuestro Parlamento condena y rechaza todas las acciones terroristas, porque el terror, de cualquier signo y en cualquier país, contradice los valores en que se basa la Unión Europea, cuyos ciudadanos esperan que la unidad de Europa sea una forma de luchar más eficazmente contra una amenaza que constituye hoy una de sus principales fuentes de preocupación y de inseguridad.
Permítanme que les diga que no basta manifestar el horror que sentimos. Las condenas reiteradas hacen que las palabras de dolor acaben reflejando frustración e impotencia. No hay excusa ni razón para hechos tan abominables como los que hemos vivido este final de verano, los del 11 de septiembre en Nueva York o los del 11 de marzo en Madrid. Todos los terrorismos son condenables, pero el debate que tiene hoy lugar en el mundo, especialmente en nuestro mundo occidental y desarrollado, no se refiere a su condena sino a la forma de combatirlos. Ciertamente, el fanatismo suicida no se va a detener con argumentos razonables expuestos por personas cultas e inteligentes. Pero tampoco podemos pretender erradicar todas sus causas con el simple e indiscriminado uso de la fuerza, vengando en otros niños el daño hecho a los nuestros y creando una escalada insoportable de violencia.
No ganaremos la batalla contra el terrorismo concibiéndola como una guerra convencional. Este Parlamento debe desarrollar el espacio de seguridad y justicia, impulsar activamente una estrategia antiterrorista basada en la cooperación internacional en materia policial, judicial y de inteligencia, así como en la lucha contra las causas subyacentes que alimentan el fanatismo asesino y suicida.
Analizar no es justificar. Los debates y resoluciones de este Parlamento nunca se podrán confundir con una justificación de la violencia terrorista. La lucha contra el terrorismo nos obliga a una reflexión sobre sus causas para mejor combatirlo y este Parlamento deberá seguir debatiendo con libertad de conciencia, como lo ha hecho hasta ahora, y analizando, en particular, la situación en Chechenia, en Iraq o en Palestina, por airadas que sean las reacciones que nuestra deliberación produzca.
Señoras y Señores diputados, las noticias de este verano han reflejado también otra fuente de preocupación e inseguridad en Europa. Me refiero al fenómeno, cada vez más frecuente, del desplazamiento de la actividad de las empresas dentro de un espacio económico integrado, buscando mejores condiciones laborales y fiscales, lo que llamamos deslocalización.
Habrán podido observar ustedes cómo este fenómeno genera reacciones defensivas en algunos países que pueden condicionar las políticas de solidaridad de la Unión. Ciertamente plantea de forma conflictiva la relación entre competitividad económica y cohesión social, objetivos que, para nosotros, deben ser complementarios y que se proclaman en la construcción europea y, en particular, en la estrategia de Lisboa.
Todo es más complicado de lo que parece. La simple comparación nominal de los costes del trabajo no es quizás la única explicación a este fenómeno. Este debate interesa, sin duda, a los europeos, que esperan una "Europa como solución" y no una "Europa como problema". Por lo tanto, deberá estar muy presente en los trabajos de este Parlamento, a través de los múltiples temas que desbordan nuestra agenda y a los que luego me referiré.
Pero antes, permítanme recordarles que nuestra primera obligación es contribuir al óptimo funcionamiento del Parlamento ampliado, que próximamente contará también con Rumanía y Bulgaria. Recordemos que somos una institución que consume recursos públicos y se enfrenta a nuevos problemas de dimensión y eficacia. Presidiré personalmente un grupo de trabajo encargado de asegurar que nuestra dimensión no disminuya nuestra eficacia.
En primer lugar, les reitero mi agradecimiento por la confianza que en mí
A este respecto, dos cuestiones se presentan como especialmente importantes: el Estatuto de los Diputados y el régimen lingüístico. Ya les anuncié que el Estatuto sería una cuestión prioritaria y, por ello, ya me entrevisté, el pasado 8 de septiembre, con el Presidente en ejercicio del Consejo, Sr. Balkenende, que me aseguró que establecería los oportunos contactos con los representantes de los gobiernos que no pudieron dar su acuerdo a nuestra propuesta de Estatuto, para conocer cuáles podrían ser sus planteamientos alternativos. Les recuerdo que el Parlamento no ha sido nunca informado de las razones por las cuales algunos países no pudieron aceptar esa propuesta.
Creo que, mientras no dispongamos de información al respecto, no deberemos modificar el consenso alcanzado en el seno del Parlamento, sin perjuicio de que reiteremos nuestra permanente disposición al diálogo y un espíritu abierto frente a las sugerencias que recibamos del Consejo o de los Estados miembros que están en mejor situación para avanzar hacia un acuerdo.
En cuanto al régimen lingüístico, debo recordarles que su aplicación está regulada por una disposición de la Mesa del anterior Parlamento, a través de un Código de Conducta sobre el Multilingüismo. Ruego a todos, especialmente a las mesas de las comisiones y a los coordinadores, la máxima colaboración para su adecuada aplicación, habida cuenta de la escasez de recursos de interpretación y traducción que todavía sufrimos y que tardaremos algún tiempo en resolver. Ruego a todo el mundo que adapte permanentemente las necesidades lingüísticas de cada reunión de trabajo a los recursos disponibles.
En cuanto al deseo de algunos diputados, manifestado en el Pleno anterior, de utilizar la lengua que les es propia, pero que no es aún lengua oficial de la Unión, debo recordarles que nuestro régimen lingüístico depende de acuerdos del Consejo, que debe tomarlos por unanimidad, y, mientras no se produzcan, la Presidencia debe exigir el cumplimiento del Reglamento, independientemente de sus opiniones personales.
Por otra parte, quiero recordarles que, cuando se ratifique el Tratado Constitucional -si así ocurre por fin-, el Parlamento Europeo habrá alcanzado su madurez y dispondremos de un marco que definirá de forma estable nuestras funciones y responsabilidades.
Sin embargo, la Constitución no entrará en vigor, si finalmente es ratificada, hasta el 1 de noviembre de 2006. Hasta entonces, nuestra tarea más importante será el impulso y la participación en el debate sobre la ratificación del Tratado Constitucional.
Entre el 29 de octubre, fecha de la firma en Roma del Tratado Constitucional, y el 1 de noviembre de 2006, fecha fijada para su entrada en vigor, mi Presidencia estará marcada por el proceso de ratificación de la Constitución Europea en los 25 Estados miembros. Muchas de las ratificaciones -más o menos una al mes- se expresarán por referéndum. El primero tendrá lugar en mi propio país, España, en febrero de 2005.
Transcurrirán así dos años, que supondrán una gran ocasión para que los europeos se interesen por la Europa que quieren hacer, tal como está definida en ese texto, por lo que les aporta y por qué les importa.
Y nosotros tenemos que tener una actitud de servicio hacia los ciudadanos, innovando la comunicación y elaborando posiciones útiles para ellos. Antes de fin de año, aprobaremos un informe, redactado por los diputados Corbett y Méndez Vigo y debatido en la Comisión de Asuntos Constitucionales.
Este Parlamento debe ser la gran AGORA de Europa. Debemos dar ejemplo de un debate abierto, plural, y democrático. Sin descalificaciones ni maniqueísmos ni pretensiones de monopolizar el sentimiento o la razón europeísta. Nadie está en posesión de la verdadera y única idea de Europa. El debate será complejo por razones identitarias o ideológicas, o por las diferentes concepciones que unos y otros albergamos acerca de la Europa que queremos hacer.
depositaron al elegirme como Presidente de nuestro Parlamento. Ya les anuncié que dejaba para esta sesión plenaria la exposición de mi visión estratégica de la primera mitad de esta legislatura.
Por ello, tenemos que tratar en el seno de la Comisión de Asuntos Constitucionales, en grandes debates, los grandes temas del proyecto constitucional; y he pedido a su Presidente que me haga llegar propuestas concretas para animar así nuestro debate parlamentario.
Pero lo importante no es nuestro debate, sino la forma en que lo perciban los ciudadanos. Lo importante es ilustrarles sobre qué es, qué dice y qué no dice la Constitución. Lo importante es que se pronuncien sobre el texto del tratado Constitucional y no en función del contexto político de cada uno de sus países.
Una vez que el Parlamento haya fijado su opinión deberemos esforzarnos en que se conozca y se tome en cuenta en el proceso de ratificación que ¡ojalá se hubiese podido plantear de forma más paneuropea, más cercana, en todos los países!
Nuestro principal reto es EUROPEIZAR el debate y evitar que las cuestiones de política interna influyan, como sucedió tanto en las pasadas elecciones europeas.
Nos coordinaremos con los Parlamentos nacionales, con los que hemos trabajado estrechamente durante la Convención y yo mismo presidiré un grupo de trabajo dedicado a divulgar la Constitución como proyecto político sometido al más importante debate que los europeos hayan acometido desde que iniciaron su común andar sobre las ruinas de la guerra. A ello les invito.
Pero antes tenemos trabajos más inmediatos. El primero de ellos es la investidura de la Comisión. Hemos leído en alguna prensa que nuestra tarea es una mera formalidad. Para algunos, el resultado está ya descontado y se trata de un proceso meramente formal, sin valor añadido político. Ustedes saben que no es así. Tendremos que demostrarlo.
Cualquiera que sea la apreciación que la Comisión Barroso nos merezca a cada uno de nosotros, la investidura debe ser una gran ocasión para que se conozcan las grandes orientaciones del trabajo que quieren hacer, para conocer las capacidades personales y políticas de los hombres y mujeres que la componen; para conocer lo que los grupos políticos de este Parlamento reclaman de ese órgano que es el motor del gobierno comunitario.
Al inicio de mi intervención les he planteado los dos grandes temas que son hoy fuente de inseguridad en Europa: el terror y las circunstancias sociales que rodean el empleo. ¿Qué dirá, qué propondrá la Comisión sobre estos grandes aspectos? ¿Qué dirá sobre la reforma del Pacto de Estabilidad? Ya sabemos qué ha empezado a decir la Comisión Prodi, y que el Comisario responsable seguirá siendo el mismo.
Tendremos también la ocasión para seguir debatiendo las propuestas de reforma de un Pacto que tiene mucho que ver con la estrategia de Lisboa y que el Sr. Barroso ha situado en el centro de su acción.
¿Cómo quiere la Comisión hacer de Europa una potencia de referencia en el terreno del medio ambiente, del desarrollo sostenible y de la ayuda al desarrollo? ¿Qué dirá sobre la concentración de los medios de comunicación en Europa? ¿Cómo pretende hacer frente a este problema?
Evidentemente, no se trata de presentar un programa político, ni de exponerles mis propias ideas sobre la construcción europea. Mi objetivo como Presidente sólo es describir y orientar las prioridades de nuestra agenda.
¿Cómo ve la relación de Europa con los otros continentes? ¿Y con el mundo islámico? ¿Cómo quiere impulsar las relaciones euro-mediterráneas? ¿Cómo pretende revitalizar el renqueante proceso de Barcelona?
¿Cuál será su relación con este Parlamento? ¿Cómo ve, en esta fase transitoria, sus relaciones con el Alto Representante del Consejo para la Política exterior?
Hablaremos de estos temas y procuraremos que las audiencias se organicen de una forma menos rígida, más viva y espontánea que en el pasado.
Cuando la nueva Comisión esté investida, este Presidente le pedirá que refuerce su presencia en el Parlamento Europeo. Pediré al Presidente de la Comisión que se entreviste regularmente con los Presidentes de los grupos políticos. Formularé la misma petición al Consejo, y en particular, al Alto Representante para la Política exterior, Javier Solana.
Además de nuestras tareas legislativas ordinarias y hay una de ellas muy importante, la relativa a la Directiva Reach sobre los productos químicos , de aquí a fin de año tendremos que examinar otras tres grandes cuestiones.
Me referiré, en primer lugar, por su importancia estratégica, a la cuestión de Turquía.Tal como deseábamos, la Conferencia de Presidentes recibirá el 23 de septiembre al Primer Ministro turco, Sr. Erdogan. Como ven, el Sr. Erdogan acudirá a este Parlamento antes de que la Comisión presente su informe, tal como era nuestro deseo.
Formalmente, este Parlamento no tiene ningún papel en la decisión sobre si las negociaciones de adhesión deben abrirse o no en Diciembre. No tenemos ninguna necesidad por tanto de emitir opinión al respecto. Pero sería inconcebible que estuviésemos callados sobre un tema que, al final del camino, por largo que éste sea, no podrá decidirse sin nuestro acuerdo. Y lo importante de los caminos no es cuán largos sean, sino adónde llevan.
Considero que este Parlamento debe elaborar un informe sobre la adhesión de Turquía antes del Consejo Europeo de diciembre para poder trasladarle nuestro punto de vista.
Señoras y Señores Diputados, cuestiones como la adhesión de Turquía dan toda la razón de ser a nuestro Parlamento. Es una ocasión para ser protagonistas y no espectadores. Puede ser ese tipo de grandes decisiones donde las dos fuentes de legitimidad no coincidan, donde la opinión de los gobiernos sea una y las de los pueblos, los ciudadanos, sea otra. Es una gran ocasión para debatir sobre la clase de Europa que queremos hacer, y las consecuencias que tendría hacerla de una o de otra manera.
Por eso esperamos que la Comisión emita un informe objetivo de manera que esta Cámara, como el Consejo, adopte su juicio político teniendo muy claras las consecuencias de una u otra decisión - como el sí o el no a la Constitución - las implicaciones que tendría para la Unión la adhesión de Turquía, y las consecuencias que supondría su rechazo para nuestras relaciones con el mundo islámico.
Al hacerlo quiero compartir con ustedes el orgullo de pertenecer a la mayor institución parlamentaria multinacional, símbolo de paz y de democracia, respetuosa de la diversidad, foro de debates y de decisiones que afectan a la vida cotidiana de todos los europeos, aunque muchos no sean suficientemente conscientes de ello, y al futuro del mundo en el que vamos a vivir.
El Parlamento tiene que encarar este debate lejos de reflexiones inopinadas o de ideas preconcebidas, situándolo en una perspectiva estratégica y un horizonte a medio plazo.
Porque hemos de ser conscientes, y estoy seguro de que lo somos, de que el reto más importante que tiene planteada la Europa del futuro es la relación con el mundo islámico y esa relación pasa por Irak, Afganistán y Palestina.
Pero también se basa en una nueva política de vecindad, en el partenariado euro-mediterráneo, y en la integración de la emigración en nuestras ciudades. Hay en Europa 10 millones de musulmanes y en el mundo, 1.000 millones. Cualquiera que sea nuestra decisión, es nuestra responsabilidad demostrar al mundo musulmán que no trazamos nuestras fronteras según el choque de civilizaciones que algunos están empeñados en provocar.
Como contribución a nuestro debate, Señorías, les señalo que he recibido un informe que ha elaborado para la Comisión un comité de expertos, entre los que figuran tres miembros distinguidos de nuestra Institución, que han tenido la amabilidad de presentarlo al Parlamento europeo y cuya lectura me permito aconsejar.
También, antes de fin de año, tendremos que pronunciarnos sobre las perspectivas
financieras cuyo proyecto inicial ha sido ya elaborado por la Comisión y nos será presentado en breve.
Es obvio que los recursos financieros de la Unión deben estar a la altura de nuestras ambiciones y dar respuesta a las expectativas que la ampliación ha generado en muchos ciudadanos y tener en cuenta las inquietudes que ha despertado en otros. El futuro paquete financiero 2007/2013 no sólo contiene propuestas presupuestarias. No es sólo un presupuesto. Es el marco de referencia de toda una serie de propuestas legislativas sobre la financiación de la Política agrícola, los fondos estructurales, los programas de juventud, las redes transeuropeas ... Prácticamente toda nuestra tarea legislativa quedará condicionada por la forma en que se apruebe este marco de referencia.
Tendremos un papel capital, imprescindible, en la adopción de un paquete legislativo, que estará formado por más de 50 propuestas, que tendrá que ser aprobado en codecisión o en dictamen conforme. Ocasión excelente para demostrar que esto no es una caja de grillos que cantan a al luna, sino un colectivo de personas que toman decisiones sobre temas muy concretos y muy transcendentales.
Será, en definitiva, una ocasión única para este Parlamento de hacer valer sus prioridades políticas y así tendrán que entenderlo los europeos si conseguimos traducir nuestra jerga en un lenguaje que forme parte de su cotidianeidad.
Para contribuir a ello, he propuesto a la Conferencia de Presidentes, y así lo decidirá hoy el Pleno, la creación de una comisión temporal ad hoc para iniciar este debate integrando todos los puntos de vista desde los que debe analizarse. En el vértice presupuestario confluyen todos los radios de la rueda europea y debemos analizarlo de una forma compleja y completa, y para ello, creo que una comisión ad hoc, presidida quizá por el propio Presidente del Parlamento, sería un mensaje claro de la importancia que damos a esta tarea.
Y no debemos olvidar que las perspectivas financieras forman parte de un engranaje con otros elementos de nuestras políticas de los que oyen hablar continuamente los europeos y que dudo de que lleguen a comprender toda su trascendencia. Me refiero al Pacto de Estabilidad - ¿estabilidad de qué?, ¿de precios?, pero, ¿por qué sólo de precios?- y a la estrategia de Lisboa.
Este sentimiento de orgullo por todos compartido va parejo a un sentimiento de responsabilidad. Responsabilidad en el ejercicio de nuestros poderes, en nuestra toma de posición en materias internacionales, responsabilidad en el buen funcionamiento de este Parlamento ampliado.
En 2005 habrán pasado cinco años desde que la Unión decidió fijarse el objetivo de "convertirse en la economía basada en el conocimiento más competitiva y dinámica del mundo, capaz de crecer económicamente de manera sostenible con más y mejores empleos y con mayor cohesión social". ¿No les parece que es una frase que empieza ya a sonar ritual? ¿Que toda la transcendencia política que encierra no ha ido seguida de un debate democrático que le diese el alma que necesita para crecer?
Reconozcamos que los objetivos de Lisboa no se están cumpliendo, y parece que tampoco se cumplirán de aquí a 2010. Y este Parlamento debe alzar su voz de preocupación ante un objetivo transcendental para la vida de la Unión que seguimos proclamando ritualmente y quizá no analizando suficientemente en qué vía estamos de conseguirlo. Invitaremos al Sr. Kok a que presente el informe que tiene encargado elaborar sobre los fallos del proceso y sus perspectivas futuras. Creo que, en torno a este informe, el Parlamento debe animar su debate.
Hay que reconocer que en Lisboa se plantearon objetivos muy ambiciosos, formulados en una época de bonanza económica (año 2000), poco antes de que empezara la crisis y el terrorismo la acelerara, y que fueron objeto de un proceso intergubernamental que deja a la buena voluntad de los Estados miembros su aplicación a través de un método de coordinación, que debiera reforzarse.
En este período, sabemos que la inversión en tecnología es baja en comparación con Estados Unidos, que sigue drenando nuestros mejores cerebros, y probablemente de eso tenemos que debatir intensamente. Nuestra formación de capital humano no es la que en Lisboa se decidió que fuera.
Ese proceso de Lisboa coincide con el redoblado protagonismo de las políticas medioambientales. Kioto someterá a la sociedad europea a un estrés parecido al que los criterios de Maastricht le obligaron a asumir, cambiando sus formas de producción y consumo, y ello de una forma que quizá todavía no son suficientemente conscientes nuestros ciudadanos. Estamos a favor de esto, pero tendremos que ver lo que supone y cumplir con la obligación que de ello se deriva.
Y en relación a las propuestas de reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, aunque nuestras competencias al respecto son limitadas, creo que este Parlamento debe hacer un esfuerzo de imaginación política para ponerlo al servicio de la estrategia de Lisboa y, de forma más general, introducir más debate democrático en las grandes orientaciones de la política económica en Europa.
Es aquí donde hay que hacerlo, asociando a los Parlamentos nacionales para que se sientan concernidos por las decisiones europeas que enmarcan la deliberación presupuestaria en cada país.
En este sentido, saludo la llegada del Señor "EURO", del Sr. Junker, por que es cierto que teníamos un problema en Europa: una demanda de mayor coordinación de las políticas económicas.
Tendremos, obviamente, que analizar el papel que nuestra Unión juega en el mundo y, en particular, dedicar atención a las relaciones trasatlánticas. Creo que ha llegado el momento de demostrar la madurez y la responsabilidad de la diplomacia parlamentaria que ejerce nuestra Cámara, buscando más concertación con la Comisión y el Consejo en nuestro trabajo internacional.
Señoras y señores diputados. La UE es un referente para las demás regiones del mundo. El “sueño europeo” (¿debemos hablar de un
?), de sus padres fundadores, el sueño de reconciliar y unir el continente, es ya una realidad. Y al hacerse realidad, ha perdido su poder de encantación democrática, ha perdido su capacidad de movilizar voluntades y de crear consensos activos.
Un Parlamento a través del que fluye una de las dos fuentes de legitimidad en las que se basa nuestra Unión, la que fluye y representa a los ciudadanos europeos, que no tiene por qué coincidir siempre con la otra, la que emana de los Estados miembros.
¿Es posible imaginar otro “sueño europeo” para una Europa más pluriforme? ¿Es posible imaginar otro “sueño europeo” para una Europa que no será la que imaginaron los padres fundadores ni los seis países que la iniciaron? ¿Es posible alumbrar un ideal de civilización, basado en la inclusión, con el que enfrentarse a la intolerancia, al rechazo hacia los inmigrantes, al enfrentamiento étnico y a la intolerancia religiosa?
Creo que a todo ello debe contribuir este Parlamento, porque la mayoría de los ciudadanos que representamos aquí saben, o por lo menos intuyen, que ninguno de sus países podrá enfrentarse solo a la mundialización, a los desequilibrios medioambientales, a la emergencia de Estados-continente, a las amenazas terroristas o a la pobreza y a la inmigración que produce.
Señoras y señores diputados, en Europa ha sonado la hora de los ciudadanos. Quisiera, con todos ustedes, movilizar a sus pueblos y dinamizar a sus sociedades para hacer realidad ese nuevo sueño europeo.
Muchas gracias y buen trabajo
Un Parlamento en el que ya conviven 25 tradiciones parlamentarias diferentes y se expresa en 20 lenguas oficiales y de trabajo, con la complejidad y el coste que ello conlleva. Son muchas lenguas y, sin embargo, aún no representan toda la diversidad lingüística de Europa. A mí en particular se me recuerda este hecho con frecuencia.
En el ejercicio de esta responsabilidad, he pasado los últimos días del verano emitiendo, en nombre de todos ustedes, continuos comunicados de tajante condena de los atentados y acciones terroristas que han golpeado, de la forma más salvaje y cruel, en distintas partes del mundo."@sl19
"Mina damer och herrar! Jag vill nu vända mig till er som parlamentets talman.
Jag vände mig till EU-medlemsstaternas 25 stats- och regeringschefer för att denna känsla skulle uttryckas så högtidligt och kollektivt som möjligt. Jag föreslog att alla skolor i unionen i dag ansluter sig till oss, företrädarna för Europas medborgare, i en tyst minut till minne av de barn som föll offer för dödandet i skolan i Beslan och alla andra barn som fallit offer för terrorismen. Med glädje kan jag tala om att flera länder redan har samtyckt till att delta och därmed låta EU:s medborgare uttrycka sina känslor inför dessa fruktansvärda händelser.
Parlamentet fördömer och förkastar alla terrordåd. Terrorism innebär nämligen förnekelse av just de värden som Europeiska unionen bygger på, oavsett vilken grupp som bär ansvaret eller i vilket land dåden inträffar. Folk hoppas att ett enat Europa skall att bli bättre på att motarbeta detta hot, som är en av huvudorsakerna till oron och osäkerheten i vår region.
Jag måste säga att det inte räcker med att uttrycka den fasa vi upplever. När fördömandena avlöser varandra i snabb följd blir våra ångestladdade ord en spegling av frustration och maktlöshet. Det finns inga ursäkter eller skäl till en så ohygglig händelse som vi blev vittnen till i slutet av sommaren eller till händelserna den 11 september i New York, eller till vad som hände den 11 mars i Madrid. All slags terrorism måste fördömas. I den aktuella internationella debatten – särskilt i den utvecklade västvärlden – handlar det dock inte om att fördöma utan om hur alla former av terrorism kan bekämpas. Självmordsfanatismen kan givetvis inte stoppas med förnuftiga argument från bildade och intelligenta personer. Å andra sidan skall man inte vänta sig att man kan eliminera samtliga orsaker genom att på ett simpelt och urskillningslöst sätt bruka våld och hämnas på andra barn för den skada våra egna utsatts för och på så sätt starta en ohållbar våldsspiral.
Kriget mot terrorismen kan inte vinnas om terrorism betraktas som ett konventionellt krig. Parlamentet bör utveckla området med frihet och säkerhet. Vi måste aktivt främja en antiterrorstrategi som bygger på internationellt samarbete där polisen, rättsväsendet och underrättelsetjänsterna är delaktiga. Det krävs också internationellt samarbete för att angripa de bakomliggande orsakerna till den dödsbringande självmordsfanatismen.
Att analysera är inte detsamma som att rättfärdiga. Parlamentets debatter och resolutioner får aldrig tolkas som försvar för terrorvåld. Kampen mot terrorismen kräver att vi studerar dess orsaker så att vi kan bekämpa den effektivare. Parlamentet måste fortsätta att diskutera med full samvetsfrihet på samma sätt som hittills. Vi måste särskilt granska situationen i Tjetjenien, Irak och Palestina, oavsett vilka ilskna reaktioner som kan uppstå.
Mina damer och herrar! Bland sommarens nyheter fanns ytterligare en anledning till oro och otrygghet i Europa. Jag tänker på det allt vanligare beslutet att flytta ett företags ekonomiska verksamhet inom ett integrerat ekonomiskt område, med syftet att utnyttja mer gynnsamma skatte- och arbetskraftsförhållanden. Detta brukar kallas omlokalisering.
Ni har säkert lagt märke till att fenomenet väcker defensiva reaktioner i vissa medlemsstater, vilket kan påverka unionens solidaritetspolitik. Saken tydliggör definitivt intressekonflikten mellan ekonomisk konkurrenskraft och social sammanhållning. I våra ögon borde dessa två syften komplettera varandra. Båda är avgörande för Europas utveckling och särskilt för Lissabonstrategin.
Detta är mycket mer invecklat än man tror. En enkel jämförande beräkning av arbetskraftskostnaderna är sannolikt inte den enda förklaringen till fenomenet. Debatten kommer med säkerhet att vara av särskilt intresse för de européer som hoppas att EU skall visa sig vara en lösning och inte ett problem. Frågan bör därför ha en framträdande plats i parlamentets arbete och vara en självklar del av de många frågorna på vår dagordning. Jag återkommer till dem senare.
Jag tar mig friheten att påminna er om att parlamentets främsta skyldighet är att bidra till att det utvidgade parlamentet fungerar på bästa möjliga sätt. Snart kommer även Rumänien och Bulgarien att vara företrädda här. Vi skall komma ihåg att parlamentet är en offentligt finansierad institution som står inför nya utmaningar i fråga om storlek och effektivitet. Jag själv kommer att vara ordförande för en arbetsgrupp med uppdraget att se till att parlamentets storlek inte försämrar effektiviteten.
Två frågor är särskilt viktiga i sammanhanget, nämligen ledamotsstadgan och språkordningen. Jag uppgav tidigare att stadgan kommer att vara en prioriterad fråga. Den 8 september hade jag därför ett möte med rådets ordförande Jan Peter Balkenende, som försäkrade mig att han skulle ta lämpliga kontakter med företrädare för de regeringar som inte kunde stödja förslaget till ledamotsstadga, för att ta reda på vilka alternativ de hade i åtanke. Jag bör påminna er om att parlamentet aldrig underrättades om skälen till att vissa länder inte kunde godkänna förslaget.
Jag skall börja med att tala om hur hedrad jag känner mig över att ni beslutade att sätta er tillit till mig och välja mig till parlamentets talman. När ni valde mig sade jag att jag skulle vänta till detta sammanträde med att sammanfatta min strategi för den första hälften av denna mandatperiod.
Parlamentets samförstånd bör inte äventyras innan vi får den informationen. Jag vill emellertid upprepa att vi fortfarande är helt beredda på att inleda en dialog och att vi är öppna för alla förslag från rådet eller de medlemsstater som har bäst förutsättningar att främja en överenskommelse.
När det gäller språkordningen måste jag påminna parlamentet om att den tillämpas enligt bestämmelser som fastställts av förra parlamentets presidium i form av en uppförandekod för flerspråkighet. Jag vädjar till alla ledamöter, särskilt utskottens presidier och samordnare, att göra allt för att koden skall tillämpas korrekt med hänsyn till de knappa resurserna för tolkning och översättning. Det kommer att ta lite tid innan situationen blir bättre. Jag uppmanar alla att fortsätta att anpassa språktäckningen för arbetsmöten efter de tillgängliga resurserna.
Vid det förra plenarsammanträdet argumenterade vissa ledamöter för rätten att uttrycka sig på sitt modersmål, även om det ännu inte är ett av unionens officiella språk. I det här sammanhanget måste jag påpeka att språkordningen godkänns genom överenskommelser i rådet. Rådet måste fatta ett enhälligt beslut. Innan relevanta beslut har fattats måste ordförandeskapet kräva att arbetsordningen följs, oavsett personliga ståndpunkter i frågan.
Jag vill också framhålla att Europaparlamentet blir ett fullt utvecklat parlament om och när det konstitutionella fördraget ratificeras. Parlamentet kommer då att ha regelverk där dess funktioner och ansvarsområden definieras en gång för alla.
Även om konstitutionen så småningom ratificeras kommer den inte att träda i kraft förrän den 1 november 2006. Till dess är en av parlamentets viktigaste uppgifter att stimulera en bred debatt om ratificeringen av det konstitutionella fördraget.
Mellan den 29 oktober – dagen då det konstitutionella fördraget skall undertecknas i Rom – och den 1 november 2006 – då den skall träda i kraft – kommer mitt ordförandeskap att domineras av ratificeringen av EU:s konstitution i de 25 medlemsstaterna. Enligt planerna kommer konstitutionen att ratificeras i ungefär en medlemsstat i månaden. I de flesta fall kommer förfarandet att omfatta en folkomröstning. Mitt hemland Spanien är det första som genomför en folkomröstning, i februari 2005.
Denna tvåårsperiod blir ett utmärkt tillfälle för européerna att lära sig mer om det EU de vill skapa, enligt definitionerna i texten. Medborgarna får möjlighet att bedöma vad ett sådant EU skulle kunna betyda för dem och varför det är viktigt för dem.
Ledamöterna i parlamentet uppmanas att stå till medborgarnas tjänst. Vi måste hitta kreativa sätt att kommunicera med medborgarna och formulera ståndpunkter som gagnar dem. Ett betänkande av Richard Corbett och Íñigo Méndez de Vigo som har diskuterats i utskottet för konstitutionella frågor skall antas före årets slut.
Parlamentet måste sträva efter att bli en verklig europeisk församling. Det måste bli ett föredöme för en öppen, pluralistisk och demokratisk debatt. Parlamentet får inte vara föraktfullt, hycklande eller tro sig ha monopol på den europeiska andan eller det europeiska tänkandet. Ingen kan göra anspråk på att sitta inne med den sanna tanken om Europa. Debatten kommer med all säkerhet att bli komplicerad med tanke på antalet särdrag och ideologier och de olika partiernas skilda sätt att se på det EU vi vill åstadkomma.
De centrala frågorna i utkastet till konstitution måste därför behandlas i större debatter i utskottet för konstitutionella frågor. Jag har bett ordföranden för detta utskott att ge mig specifika förslag som underlag för parlamentsdebatten.
Jag kommer självklart inte att presentera ett politiskt program eller framföra mina egna idéer om den europeiska integrationen. Som talman är mitt syfte helt enkelt att beskriva prioriteringarna på vår dagordning och sätta dem i ett sammanhang.
Viktigare än själva debatten är dock hur medborgarna uppfattar den. Medborgarna måste få information om konstitutionens karaktär, vad den handlar om och vad den faktiskt inte handlar om. Det är mycket viktigt att de röstar om texten i det konstitutionella fördraget och inte som en reaktion på det politiska läget i deras respektive länder.
När parlamentet väl har formulerat sin ståndpunkt måste vi se till att den blir känd och vägs in i ratificeringsprocessen. Det är högst beklagligt att ratificeringen inte kommer att vara mer genuint alleuropeisk, ligga närmare folket, och att den inte kommer att äga rum i alla länder!
Vår största utmaning måste vara att föra upp debatten på EU-nivå och se till att interna politiska diskussioner inte påverkar, som vid det senaste valet till Europaparlamentet.
Parlamentet kommer att etablera kontakt med de nationella parlamenten. Redan under konventet hade Europaparlamentet ett nära samarbete med de nationella parlamenten. Personligen kommer jag dessutom att vara ordförande för en arbetsgrupp som skall verka för att främja konstitutionen som ett politiskt projekt, som kommer att diskuteras i den viktigaste debatt européerna har gett sig in i sedan de påbörjade sin gemensamma resa mot framtiden och lämnade krigets förödelse bakom sig. Jag uppmanar er alla att fullgöra era uppdrag.
Innan dess behöver parlamentet ta itu med ett antal mer brådskande frågor. Den första är tillsättningen av kommissionen. Vissa uppgifter i pressen gör gällande att detta skulle vara en ren formsak. Somliga tror att resultatet är givet på förhand och att parlamentet bara kommer att gå igenom förslagen utan att tillföra något politiskt mervärde. Ni vet att det inte är så, mina damer och herrar. Det måste parlamentet bevisa för världen.
Ledamöterna har rätt till sina åsikter om Barrosokommissionen. Tillsättningen av kommissionen är ändå ett utmärkt tillfälle att uppmärksamma de viktigaste riktlinjerna i kommissionens program. Den är också ett tillfälle att bekanta sig med den personliga och politiska förmågan hos de kvinnor och män som utgör den blivande kommissionen, och att bli medveten om vad parlamentets politiska grupper kräver av kommissionen. Kommissionen är givetvis motorn i gemenskapens styre.
I början av mitt anförande nämnde jag två stora frågor som i dag skapar osäkerhet i Europa, nämligen terrorn och de sociala faktorerna som inverkar på sysselsättningen. Det råder spänd förväntan på den nya kommissionens uttalanden och förslag kring dessa två frågor, liksom på kommissionens syn på en reform av stabilitetspakten. Prodikommissionens första svar känner vi redan till, och vi vet också att kommissionsledamoten i fråga kommer att vara kvar på sin post.
Det blir också ett tillfälle att fortsätta debatten om den föreslagna reformen av pakten, som har så stor betydelse för Lissabonstrategin. Barroso har satt frågan högst upp på sin dagordning.
Vi måste ställa frågor om hur kommissionen planerar att göra EU till ett föredöme när det gäller miljö, hållbar utveckling och utvecklingsstöd. Vi måste också få reda på kommissionens syn på mediekoncentrationen i Europa och hur den skulle kunna ta itu med problemet.
Det är viktigt att fastställa kommissionens syn på förhållandet mellan Europa och andra världsdelar och med den islamiska världen, och även dess syn på hur förbindelserna mellan Europa och länderna i Medelhavsområdet kan utvecklas och hur den försvagade Barcelonaprocessen kan förnyas.
När jag gör detta skulle jag vilja dela med mig av min stolthet över att tillhöra den största av alla multinationella parlamentariska institutioner. Europaparlamentet står för fred och demokrati och respekt för mångfald. Många européer är ännu inte tillräckligt medvetna om detta, men faktum är att parlamentet är ett forum för debatter och beslut som påverkar vår vardag och den framtida värld vi kommer att leva i.
Vi är angelägna om att få veta vilket slags förbindelse kommissionen planerar att skapa med parlamentet, och hur den ser på sina förbindelser med rådets höge representant för den gemensamma utrikes- och säkerhetspolitiken under den här övergångsperioden.
Alla dessa frågor kommer att tas upp. Utfrågningarna bör också göras mer livfulla, spontana och mindre stelbenta än tidigare.
När kommissionen väl har tillsatts kommer jag i egenskap av parlamentets talman att uppmana kommissionen att vara mer närvarande i Europaparlamentet. Jag kommer att be kommissionens ordförande att hålla regelbundna möten med ordförandena för de politiska grupperna. Jag kommer att be rådet om samma sak, särskilt Javier Solana, Europeiska unionens höge representant för den gemensamma utrikes- och säkerhetspolitiken.
Parlamentet måste fullfölja sitt sedvanliga lagstiftningsarbete, där kemikaliedirektivet REACH är särskilt viktigt. Dessutom bör tre viktiga frågor diskuteras före årets slut.
Med hänsyn till den strategiska betydelsen nämner jag Turkiet först. Talmanskonferensen kommer att ta emot Turkiets premiärminister Recep Tayyip Erdogan den 23 september, som vi hoppades på. Erdogan kommer således att besöka parlamentet innan kommissionen lägger fram sin rapport, vilket var vår önskan.
Parlamentet har egentligen inget att säga till om när det gäller beslutet om huruvida anslutningsförhandlingar skall inledas i december. Parlamentet behöver således inte framföra sin ståndpunkt i frågan. Det vore emellertid otänkbart för oss att inte göra vår röst hörd i början av denna långa resa, för när vi än når fram måste parlamentet ge sitt godkännande. Man bör komma ihåg att det viktiga med resor inte är hur långa de är utan vart de leder.
Min uppfattning är att parlamentet bör utarbeta ett betänkande om Turkiets anslutning före Europeiska rådets möte i december, så att Europeiska rådet kan ta del av våra uppfattningar.
Mina damer och herrar! Frågor liknande den om Turkiets anslutning kan rättfärdiga parlamentets existens. De ger parlamentet tillfälle att delta i stället för att bara vara åskådare. Sådana beslut kan vara de tillfällen då de två legitimitetskällorna inte stämmer överens. Regeringarna kan komma fram till en annan slutsats än folken. Det här är definitivt ett utmärkt tillfälle att diskutera det slags EU vi hoppas skapa liksom konsekvenserna av olika tillvägagångssätt.
En stor förhoppning är därför att kommissionen kommer att lägga fram en objektiv rapport. På så sätt skulle parlamentet och rådet kunna bilda sig en politisk uppfattning med full kännedom om konsekvenserna av det beslut som fattas. Jag tänker på vad Turkiets anslutning skulle innebära för unionen, och hur ett avslag skulle påverka våra förbindelser med den islamiska världen. Detsamma gäller frågan om konstitutionen kommer att godtas eller förkastas.
Parlamentet behöver frigöra sig från förutfattade meningar och grundlösa reaktioner när det ger sig in i debatten. Debatten bör ses som en del i ett strategiskt förhållningssätt, med inriktning på det medellånga perspektivet.
Vår gemensamma stolthet måste gå hand i hand med en ansvarskänsla. Det är vår skyldighet att visa ansvar när vi utövar våra befogenheter, tar ställning i internationella frågor och ser till att det utvidgade parlamentet fungerar smidigt.
Parlamentet behöver nämligen inse – vilket jag är säker på att det gör – att förbindelserna med den islamiska världen är det framtida Europas största utmaning. Dessa förbindelser innefattar Irak, Afghanistan och Palestina.
Förbindelserna gynnas också av en ny grannskapspolitik, partnerskapet mellan Europa och Medelhavsländerna samt integrationen av invandrare i våra städer. Det finns 10 miljoner muslimer i Europa och 1 miljard i världen. Oavsett vilket beslut som fattas är det vår sak att visa den islamiska världen att vi inte stakar ut våra gränser enligt den sammandrabbning mellan civilisationer som vissa är fast beslutna att åstadkomma.
För att ge ett bidrag till debatten, mina damer och herrar, vill jag meddela er att jag har fått en rapport som utarbetats för kommissionen av en expertgrupp, där tre framstående ledamöter av Europaparlamentet ingår. Rapporten har vänligt nog överlämnats till Europaparlamentet. Jag måste säga att den är väl värd att läsa.
Parlamentet måste också fatta beslut om budgetplanen före årets slut. Kommissionen har färdigställt sitt första förslag som vi kommer att få inom kort.
Unionens finansiella medel måste givetvis ligga i nivå med våra ambitioner och göra det möjligt att uppfylla de förväntningar som utvidgningen har väckt hos många medborgare och samtidigt ta hänsyn till den oro som andra känner. Det finansiella paketet för 2007–2013 innehåller mer än budgetförslag. Det är mycket mer än en budget: det är en referensram för en rad lagstiftningsförslag om hur bland annat den gemensamma jordbrukspolitiken, strukturfonderna, ungdomsprogrammen och de transeuropeiska näten skall finansieras. Utformningen av den slutligt godkända referensramen kommer att påverka nästan alla våra lagstiftningsuppgifter.
Parlamentet kommer att få en central roll när det gäller att anta lagstiftningspaket, och det får en viktig funktion när detta paket med fler än 50 förslag skall antas, eftersom det måste godkännas enligt medbeslutandeförfarandet eller samtyckesförfarandet. Det här blir ytterligare ett utmärkt tillfälle att visa att det inte bara pratas i parlamentet, utan att det här är ett organ som faktiskt fattar beslut i specifika frågor med långtgående konsekvenser.
Detta blir faktiskt ett unikt tillfälle för parlamentet att föra fram sina politiska prioriteringar. Europas medborgare kommer att ta till sig dem om vi översätter vår jargong till vardagsspråk.
För det ändamålet har jag föreslagit talmanskonferensen att ett tillfälligt utskott inrättas som skall inleda debatten genom att ställa samman alla de ståndpunkter som diskussionen bör utgå från. Beslut om detta skall fattas vid plenarsammanträdet i dag. Budgeten är det nav där alla ekrar i det europeiska hjulet strålar samman. Alla detaljer i budgeten måste övervägas noggrant. Därför menar jag att ett tillfälligt utskott, möjligen med parlamentets talman som ordförande, tydligt skulle visa hur viktig vi anser att den här uppgiften är.
Viktigt att komma ihåg är att budgetplanen hänger samman med andra delar i vår politik som unionsmedborgarna hela tiden hör talas om, även om jag misstänker att de inte inser den fulla innebörden. Jag tänker på Lissabonstrategin och stabilitetspakten. Man kan verkligen undra vad den är tänkt att stabilisera, och om det är priserna, varför då bara priserna.
År 2005 har fem år gått sedan unionen fastställde målet att bli världens mest konkurrenskraftiga och dynamiska kunskapsbaserade ekonomi med möjlighet att skapa hållbar ekonomisk utveckling, fler och bättre arbetstillfällen samt ökad social sammanhållning. Anser inte parlamentet att detta börjar låta ihåligt och att den politiska innebörden av detta inte har debatterats demokratiskt, vilket är nödvändigt för att tända den gnista som krävs för tillväxt?
Unionens legitimitet har två källor. Den ena finns här i parlamentet och kommer från EU:s medborgare, som parlamentet företräder. Det finns inget som säger att den alltid måste stämma överens med den andra källan, nämligen medlemsstaterna.
Låt oss inse att Lissabonmålen inte uppfylls och att de sannolikt inte kommer att nås till 2010. Det är parlamentets skyldighet att framföra oro när det gäller detta så avgörande mål för unionens framtid. Det upprepas hela tiden likt ett mantra, fast man har sannolikt tänkt alldeles för lite på hur målet bäst uppnås. Wim Kok kommer att bjudas in för att presentera den rapport han har fått i uppdrag att utarbeta om processens brister och framtidsutsikter. Jag anser att parlamentets debatt bör fokuseras på denna rapport.
Målen från Lissabon var ytterst ambitiösa och fastställdes mot bakgrund av den konjunkturuppgång som rådde 2000, strax före början på den kris som senare intensifierades av terrorismen. Detta måste medges, liksom det faktum att målen hanterades i en mellanstatlig process, som är beroende av medlemsstaternas goda vilja att genomföra målen inom ramen för en samordningsmetod i behov av förstärkning.
Det är väl känt att teknikinvesteringarna har varit begränsade under den här perioden i jämförelse med Förenta staterna, och att detta land fortfarande lockar till sig våra främsta förmågor. Den frågan kräver sannolikt en fokuserad debatt. Humankapitalet har inte utvecklats såsom vi beslutade i Lissabon.
Lissabonprocessen går hand i hand med en ökad tonvikt på miljöpolitiska åtgärder. I likhet med Maastrichtkriterierna kommer Kyoto att sätta tryck på Europa. Vårt samhälle kommer att tvingas att förändra produktions- och konsumtionsmetoderna på ett sätt som medborgarna kanske inte är tillräckligt medvetna om ännu.
För att återgå till den föreslagna reformen av stabilitets- och tillväxtpakten anser jag att parlamentet bör visa politisk uppfinningsförmåga för att få pakten att främja Lissabonstrategin, även om parlamentet har begränsade befogenheter på området. Mer allmänt är det min uppfattning att parlamentet bör försöka få en mer demokratisk debatt att inverka på huvudlinjerna i EU:s ekonomiska politik.
Debatten måste föras här i parlamentet under medverkan av de nationella parlamenten, så att de känner sig delaktiga i EU-beslut som får konsekvenser för budgetdebatterna i respektive land.
I det här sammanhanget välkomnar jag Jean-Claude Juncker, känd som Mr Euro. Det stämmer faktiskt att vi hade problem i Europa när det gällde behovet av ökad samordning av den ekonomiska politiken.
Vi kommer självklart att behöva titta närmare på Europeiska unionens roll på internationell nivå. Särskild uppmärksamhet måste ägnas åt de transatlantiska förbindelserna. Jag anser att det är dags att parlamentet visar mognad och ansvar för sin parlamentariska diplomati genom ett närmare samarbete med kommissionen och rådet på den internationella arenan.
Mina damer och herrar! Europeiska unionen är ett föredöme för övriga världen. EU:s grundare hade en vision om en enad och försonad världsdel. Den så kallade europeiska drömmen har nu blivit verklighet. Under processen har den tyvärr förlorat sin demokratiska magi. Den har inte längre makt att sätta viljor i rörelse och skapa aktivt samförstånd.
Tillåt mig att ge er en utmaning, mina damer och herrar. Vågar man drömma en annan europeisk dröm, en dröm om ett mer pluralistiskt EU? Vågar man drömma om ett EU som skiljer sig från det som grundarna och de sex första medlemsstaterna hade i åtanke? Är det möjligt att forma ett ideal för en civilisation som bygger på delaktighet, vilket skulle bidra till att motarbeta intolerans, avvisandet av invandrare, etniska konflikter och religiös intolerans?
Parlamentet sammanför nu 25 parlamentariska traditioner. Det uttrycker sig på 20 officiella språk och arbetsspråk, vilket medför kostnader och komplikationer. Men inte ens så många språk speglar hela Europas språkliga mångfald, vilket jag ofta blir påmind om.
Jag anser att parlamentet måste engagera sig för detta. De flesta medborgare som är företrädda här inser när allt kommer omkring – åtminstone intuitivt – att inget land kan hantera globaliseringen på egen hand. Ett land kan inte heller på egen hand klara av obalanserna i miljön eller uppkomsten av så kallade kontinentstater, terroristhoten, fattigdomen eller den invandring som därmed uppstår.
Mina damer och herrar! Det är dags att EU:s medborgare gör sina röster hörda. Jag vill arbeta vid er sida och hoppas att vi skall lyckas med att mobilisera folken i vår världsdel och gjuta nytt liv i våra samhällen, så att denna europeiska dröm kan slå in.
Lycka till och tack så mycket för er uppmärksamhet.
Jag fick tillfälle att ta det ansvar jag talade om under sommaruppehållets allra sista dagar. Det var då min sorgliga plikt att göra ett antal uttalanden på parlamentets vägnar för att klart och tydligt fördöma de mest grymma och barbariska terrorattacker och terrordåd som olika delar av världen utsatts för.
Europaparlamentet gör därför gemensam sak med alla demokrater genom att förmedla sin sorg och uttrycka sin solidaritet med alla de familjer som så orättvist tvingas sörja på grund av den brutala plåga som tyvärr inget land nu är befriat från."@sv21
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"(Aplausos)"5,19,15,1,18,14,11,16,13,20,17
"El Presidente."5,19,15,1,18,14,16,11,13,20
"European dream"5,19,15,1,18,14,11,16,3,13,20
"Mister Euro"3
"Presidente."17,12
"ad hoc"4,17,12
"agora"3,12
"mantra"12
"stress"12
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