Local view for "http://purl.org/linkedpolitics/eu/plenary/2000-11-16-Speech-4-216"
| Predicate | Value (sorted: default) |
|---|---|
| rdf:type | |
| dcterms:Date | |
| dcterms:Is Part Of | |
| dcterms:Language | |
| lpv:document identification number |
"en.20001116.12.4-216"4
|
| lpv:hasSubsequent | |
| lpv:speaker | |
| lpv:spoken text |
"Señor Presidente, en primer lugar, señalaría que la Comisión considera con satisfacción el hecho de que el informe de la Sra. Villiers afecte no solamente a la evaluación de la Directiva de recursos propios sino también a la revisión actual de las modificaciones de los Reglamentos sobre adecuación de capital. Y también consideramos satisfactoria la importante contribución que este informe hace a todo el proceso.
Volviendo a los puntos de las enmiendas específicas que van a realizarse y que se han incluido en el informe, me gustaría hacer dos comentarios: en primer lugar, en lo que se refiere a las enmiendas 8 y 13: la utilización de un enfoque basado en la clasificación interna tiene que ser introducido de forma sana y prudente. Para muchas instituciones puede no ser deseable ni apropiado y, desde luego, su uso nunca puede ser obligatorio.
Desde el primer momento la Comisión ha sido favorable al desarrollo de un enfoque de clasificación interna amplio y sujeto a estándars, que puedan alcanzarse en las instituciones que están bien gestionadas, con independencia de cuál sea su tamaño o del sector en que se encuentre. Éste es un desarrollo positivo que deseamos que sea adoptado por tantas instituciones como sea posible, pero reconocemos que no es deseable insistir en un enfoque de clasificación interna para todas las instituciones financieras.
Respecto a la enmienda 12 sobre el sistema de revisión de la supervisión, quiero señalar que ya se encuentra dentro de las competencias de los supervisores solicitar o establecer un nivel mayor que el mínimo de los requerimientos de capital. La propuesta para utilizar este instrumento sólo como una especie de recurso de última instancia disminuiría el impacto del proceso de revisión de la supervisión como un elemento clave de este marco. Por ello, pensamos que esa situación tiene que seguir manteniéndose como está.
La reacción a los dos documentos de consulta, el de la Comisión Europea y el del Comité de Supervisión Bancaria de Basilea, sobre este tema es positiva y querría hacer algún comentario sobre este último. Yo comprendo que nada tiene que ver la capacidad del Comité de Supervisión Bancaria de Basilea con la del Parlamento Europeo. No existe competencia legislativa, pero tampoco hay que olvidar algunas situaciones de hecho importantes y es que el Comité de Basilea pertenece al Grupo de los Diez y, aunque no tenga carácter legislativo, sus normas se aplican en 130 países y son utilizadas por múltiples organismos internacionales, entre ellos el Banco Mundial, el Fondo Monetario y, evidentemente, los países terceros. Por eso, es importante no disociarse de lo que está sucediendo en Basilea, aunque es evidente que nosotros tenemos nuestro propio procedimiento legislativo. Sí que es fundamental que definamos unas normas de juego propias que nos permitan también influir en aquello que se decide en Basilea como Unión.
Hecho este primer comentario, me gustaría señalar que creo que los operadores económicos también consideran satisfactorio el enfoque que se ha estado dando a estas reglamentaciones sobre el capital que refuerzan los temas referidos al riesgo. La Comisión considera que el amplio apoyo que se ha dado en el informe para ese enfoque –antes señalado- del papel consultivo de la Comisión es evidentemente positivo. El informe coincide en gran medida con las ideas de la Comisión y los objetivos que estamos intentando conseguir.
La Comisión va a seguir siendo especialmente vigilante para asegurar que se tomen en cuenta aquellos sectores potencialmente más vulnerables. El informe destaca algunas preocupaciones válidas respecto al posible daño que puede generarse, por ejemplo en el sector de las pequeñas y medianas empresas, y también sobre nuestro sistema bancario y nuestras entidades inversoras, que no mantienen un nivel competitivo dentro de la Unión Europea y entre la Unión Europea y los restantes países del mundo.
Todos sabemos que el Sr. Lamfalussy ha elaborado respecto a este punto un informe muy claro y enormemente útil, que creemos que puede servir para trabajar en términos legislativos más eficientes, capaces o más ajustados –podríamos decir- a los cambios que se están produciendo en el mercado. Tenemos que enfrentarnos a una realidad en la que debemos conseguir que las nuevas directivas no estén sobrepasadas en el momento en que se adoptan y que las normas de las directivas existentes sean capaces de mantenerse de acuerdo con la rápida evolución que se está produciendo en los mercados financieros.
La falta de capacidad de adaptación, la inflexibilidad está dañando la posición competitiva de nuestras empresas financieras. Quiero decir, en primer lugar, que nuestra legislación tiene que estar suficientemente al día y ser lo suficientemente flexible como para responder a los rápidos desarrollos del mercado. En segundo lugar, tenemos que evitar los excesivos costes que puedan afectar a las instituciones financieras y, consecuentemente, de forma indirecta a los clientes de estas instituciones financieras.
Debemos apoyar estos objetivos mediante normas prudentes que sean sanas y que garanticen la seguridad de nuestros mercados y de nuestras instituciones. Y, finalmente, y éste es un punto clave, somos absolutamente conscientes de que debemos respetar el equilibrio institucional establecido en el Tratado.
Hoy es todavía excesivamente pronto para que podamos hablar de una posición formal de la Comisión sobre estos temas, pero tal vez podamos definir algunos elementos del diseño del posible enfoque. Este enfoque podría referirse a diferentes niveles. Un primer nivel incluiría los principios fundamentales, los
que estarían recogidos en ciertas normas, como, por ejemplo, directivas. En segundo lugar, un nivel de detalle técnico que recogería aquella parte que está más sometida a cambios, si queremos mantener una adecuación entre la reglamentación y las mejores prácticas. Esto podría recogerse en anexos de esas Directivas y deberíamos encontrar un sistema satisfactorio para modificarlas de forma rápida. Estaríamos hablando de un segundo nivel de decisión. Habría un tercer nivel que correspondería al desarrollo de mecanismos que permitieran promover una consistencia y convergencia en la supervisión y reforzar el papel, en ese sentido, de los Estados miembros y de la Comisión.
Un punto básico para nosotros en el proceso es la forma en que tenemos que conseguir que se mantenga el actual equilibrio institucional. El Parlamento necesitará en el futuro que se satisfagan mediante un acuerdo sobre ese futuro modelo de regulación los principios que subyacen en sus tomas de decisiones y que esos principios, por lo tanto lo que él pueda acordar, sean sustanciales y no respondan a generalidades, sino a temas muy concretos. Esos son unos primeros pensamientos de cómo podríamos llegar a conseguir un proceso legislativo rápido que fuera controlable y eficiente dentro de las actuales regulaciones del Tratado. Espero que el Parlamento participe activamente en las discusiones en los próximos meses."@es12
|
| lpv:translated text |
"Hr. formand, jeg vil først og fremmest sige, at Kommissionen med tilfredshed kontaterer, at fru Villiers' betænkning ikke kun omhandler evalueringen af egenkapitaldirektivet, men også den aktuelle revision af ændringerne af forordningerne om kapitalgrundlag. Og vi ser også med tilfredshed på det vigtige bidrag, som denne betænkning giver til hele processen.
Hvis vi vender tilbage til de punkter i de specifikke ændringsforslag, som skal gennemføres, og som er indeholdt i betænkningen, vil jeg fremføre to kommentarer. Den første vedrører ændringsforslag 8 og 13. Anvendelsen af en strategi baseret på intern
skal indføres på en gavnlig og fornuftig måde. For mange institutioner er den muligvis hverken ønskelig eller hensigtsmæssig, og det kan naturligvis aldrig blive obligatorisk at bruge den.
Kommissionen har fra starten været positivt indstillet over for en strategi for intern
der er bred og underlagt standarder, som kan opnås i de institutioner, der er velorganiserede, uanset deres størrelse eller den sektor, de befinder sig i. Strategien er en positiv udvikling, og vi ønsker, at den bliver vedtaget af så mange institutioner som muligt, men vi erkender, at det ikke er ønskeligt at insistere på en strategi for intern
for alle de finansielle institutioners vedkommende.
Hvad angår ændringsforslag 12 om tilsynssystemet, vil jeg sige, at de tilsynsførende allerede har beføjelse til at anmode om og fastlægge et højere niveau end minimumsniveauet for kapitalkrav. Forslaget om kun at benytte dette instrument som en slags sidste udvej ville svække virkningen af tilsynsprocessen som et nøgleelement for denne ramme. Derfor mener vi, at den situation skal forblive, som den er.
Reaktionen på de to høringsdokumenter, et fra Europa-Kommissionen og et fra Basel-udvalget, om dette emne er positiv, og jeg har nogle bemærkninger til det sidste. Jeg mener ikke, at Basel-udvalgets kapacitet har noget som helst med Europa-Parlamentets kapacitet at gøre. Der findes ikke lovgivningskompetence, men vi må heller ikke glemme noget vigtigt, og det er, at Basel-udvalget tilhører G10-gruppen, og selv om det ikke har lovgivende karakter, anvendes dets bestemmelser i 130 lande, og de bruges af mange internationale organer, bl.a. Verdensbanken, Valutafonden og naturligvis tredjelande. Derfor er det vigtigt ikke at udelukke sig fra det, der sker i Basel, selv om det er klart, at vi har vores egen lovgivningsprocedure. Det er bestemt vigtigt, at vi definerer vores egne spilleregler, som også gør det muligt for os som Union at få indflydelse på det, der besluttes i Basel.
Efter denne indledende kommentar vil jeg gerne sige, at jeg tror, at de økonomiske aktører også er tilfredse med den fokusering, der har været på disse regler om kapital, som styrker de spørgsmål, der vedrører risiko. Kommissionen mener, at den brede støtte i betænkningen til den førnævnte fokusering på Kommissionens rådgivende rolle naturligvis er positiv. Holdningerne i betænkningen er i stor udstrækning sammenfaldende med Kommissionens idéer og de mål, som vi forsøger at nå.
Kommissionen vil fortsætte med at være særligt vagtsom for at sikre, at der tages hensyn til de potentielt mest sårbare sektorer. I betænkningen fremhæves der nogle voldsomme bekymringer, hvad angår den mulige skade, der kan forårsages på f.eks. sektoren for små og mellemstore virksomheder og også på vores banksystem og vores investorer, som ikke opretholder et konkurrenceniveau inden for Den Europæiske Union og mellem Den Europæiske Union og de øvrige lande i verden.
Vi ved alle, at hr. Lamfalussy på dette område har udarbejdet en meget klar og nyttig betænkning, som vi mener kan tjene til lovgivningsmæssigt at arbejde mere effektivt, kompetent eller - så at sige - tilpasset til de ændringer, der sker på markedet. Vi står over for en virkelighed, hvor vi skal sikre, at de nye direktiver ikke er forældede i det øjeblik, de vedtages, og at bestemmelserne i de eksisterende direktiver kan ajourføres i overensstemmelse med den hurtige udvikling, der sker på de finansielle markeder.
Den manglende tilpasningsevne, den manglende fleksibilitet skader vores finansielle virksomheders konkurrencestilling. Jeg vil for det første sige, at vores lovgivning skal være tilstrækkeligt ajourført og tilstrækkeligt fleksibel til at kunne imødekomme den hurtige udvikling på markedet. For det andet skal vi undgå de overdrevne udgifter, som kan ramme de finansielle institutioner og dermed indirekte disse finansielle institutioners kunder.
Vi skal støtte disse mål ved hjælp af fornuftige bestemmelser, som er gavnlige og garanterer vores markeders og vores institutioners sikkerhed. Og endelig, og dette er et vigtigt punkt, er vi helt bevidste om, at vi skal respektere den institutionelle ligevægt, som er fastlagt i traktaten.
I dag er det endnu for tidligt at tale om Kommissionens formelle holdning til disse spørgsmål, men vi kan måske definere nogle elementer af den mulige strategi. Denne strategi kunne vedrøre forskellige niveauer. Det første niveau skulle indeholde de grundlæggende principper
som ville indgå i visse bestemmelser, f.eks. direktiver. Dernæst et niveau med tekniske detaljer, som ville omfatte den del, der er underlagt flest ændringer, hvis vi ønsker at sikre en tilpasning mellem reglerne og bedste praksis. Dette kunne indgå i bilag til direktiverne, og vi kunne finde frem til et tilfredsstillende system til at ændre dem hurtigt. Der ville være tale om et andet beslutningsniveau. Der ville være et tredje niveau, som omfattede udviklingen af mekanismer, der ville gøre det muligt at fremme konsistens og konvergens i tilsynet og styrke medlemsstaternes og Kommissionens rolle på området.
Et grundlæggende spørgsmål for os i processen er, hvordan vi kan opnå, at den nuværende institutionelle ligevægt opretholdes. Parlamentet får i fremtiden brug for, at de principper, der ligger til grund for deres beslutninger, imødekommes gennem en aftale om den fremtidige reguleringsmodel, og at disse principper, altså det, som det kan bestemme, er indholdsrige og ikke omfatter generelle forhold, men meget konkrete emner. Det er nogle første idéer til, hvordan vi kunne få en hurtig lovgivningsprocedure, som er kontrollabel og effektiv inden for traktatens nuværende bestemmelser. Jeg håber, at Parlamentet vil deltage aktivt i drøftelserne i de kommende måneder."@da1
"Herr Präsident! Zunächst möchte ich sagen, dass die Kommission mit Genugtuung auf die Tatsache hinweist, dass der Bericht von Frau Villiers nicht nur die Bewertung der Eigenmittelrichtlinie, sondern auch die gegenwärtige Überprüfung der Änderungen der Kapitaladäquanzvorschriften berührt. Mit gleicher Genugtuung nehmen wir den bedeutsamen Beitrag dieses Berichts zum Gesamtprozess zur Kenntnis.
Zu den jeweiligen Punkten in den Änderungsanträgen, die vorgeschlagen wurden und in den Bericht Eingang fanden, möchte ich zwei Bemerkungen machen. Zunächst zu den Änderungsanträgen 8 und 13: Die Verwendung eines auf das interne Rating gestützten Konzepts muss in zuträglicher und vernünftiger Form eingeführt werden. Für viele Kreditinstitute kann es möglicherweise weder wünschenswert noch geeignet sein, und seine Anwendung darf natürlich niemals obligatorischen Charakter tragen.
Die Kommission war von Anfang an für die Entwicklung eines umfangreichen Konzepts des internen Ratings, das an Standards gebunden ist, die in den gut geführten Instituten unabhängig von ihrer Größe und dem zugehörigen Sektor erreicht werden können. Dies ist eine positive Entwicklung, von der wir wünschen, dass sie von der größtmöglichen Zahl von Instituten übernommen wird, aber wir geben zu, dass es nicht wünschenswert ist, auf einem Konzept des internen Ratings für alle Finanzinstitute zu bestehen.
Was Änderungsantrag 12 zum System der Überprüfung durch die Aufsichtsbehörden angeht, möchte ich darauf hinweisen, dass diese bereits die Befugnis haben, ein höheres Niveau der Eigenkapitalvorschriften als Minimum zu fordern oder festzulegen. Der Vorschlag, dieses Instrument nur als eine Art letztes Mittel einzusetzen, würde die Wirkung des Prozesses der Überprüfung durch die Aufsichtsbehörden als ein Schlüsselelement dieses Rahmens vermindern. Deshalb meinen wir, dass der jetzige Zustand beibehalten werden muss.
Die Reaktion auf die beiden Konsultationspapiere, das der Europäischen Kommission und das des Basler Ausschusses für Bankenaufsicht, zu diesem Thema ist positiv, und ich möchte einige Bemerkungen zu dem letzteren machen. Ich verstehe, dass die Kompetenz des Basler Ausschusses für Bankenaufsicht nichts mit der des Europäischen Parlaments zu tun hat. Er hat keine Gesetzgebungsbefugnis, aber man darf auch nicht einige wirklich wichtige Konstellationen vergessen, nämlich dass der Basler Ausschuss der Gruppe der Zehn angehört und er zwar keinen Gesetzgebungscharakter hat, seine Normen jedoch in 130 Ländern gelten und von mehreren internationalen Organisationen, darunter der Weltbank und dem Währungsfonds, sowie natürlich von den Drittländern verwendet werden. Daher ist es wichtig, sich nicht von den Vorgängen in Basel abzukoppeln, obwohl wir selbstverständlich unser eigenes Gesetzgebungsverfahren haben. Grundlegend ist tatsächlich, dass wir ein paar eigene Spielregeln festlegen, die es uns als Union gestatten, auch darauf Einfluss zu nehmen, was in Basel beschlossen wird.
Nach diesen Vorbemerkungen möchte ich darauf hinweisen, dass die Wirtschaftsteilnehmer meiner Meinung nach auch den Ansatz als zufriedenstellend betrachten, der diesen Regelungen zum Kapital, die die Themen im Zusammenhang mit dem Risiko abstützen, zugrunde liegt. Die Kommission ist der Ansicht, dass die breite Unterstützung, die im Bericht diesem – oben genannten – Konzept von der beratenden Rolle der Kommission gegeben wurde, offensichtlich positiv ist. Der Bericht stimmt in hohem Maße mit den Vorstellungen der Kommission und den von uns angestrebten Zielen überein.
Die Kommission wird weiterhin besonders wachsam sein, um zu sichern, dass die potenziell anfälligsten Sektoren berücksichtigt werden. Im Bericht werden einige berechtigte Bedenken in Bezug auf den möglichen Schaden geäußert, der zum Beispiel im Bereich der kleinen und mittleren Unternehmen und auch für unsere Kreditinstitute und Wertpapierfirmen entstehen kann, die innerhalb der Europäischen Union und zwischen der Europäischen Union und den übrigen Ländern der Welt nicht wettbewerbsfähig sind.
Wir wissen alle, dass Herr Lamfalussy zu diesem Punkt einen sehr klaren und äußerst hilfreichen Bericht erarbeitet hat, der nach unserer Ansicht nützlich sein kann, wenn wir an effizienteren, tauglicheren oder – wir könnten sagen – an besser den Marktveränderungen angepassten Rechtsvorschriften zu arbeiten. Wir müssen in der Realität erreichen, dass die neuen Richtlinien zum Zeitpunkt ihrer Annahme nicht schon überholt sind und dass die Vorschriften in den bestehenden Richtlinien mit der schnellen Entwicklung auf den Finanzmärkten Schritt halten können.
Die fehlende Anpassungsfähigkeit, die Inflexibilität schädigt die Wettbewerbsposition unserer Finanzunternehmen. Ich möchte erstens sagen, dass unsere Gesetzgebung ausreichend aktuell und ausreichend flexibel sein muss, um auf die schnellen Entwicklungen des Marktes zu reagieren. Zweitens müssen wir die übermäßigen Kosten verhindern, die die Finanzinstitute und folglich indirekt die Kunden dieser Finanzinstitute treffen können.
Wir müssen diese Ziele durch vernünftige Vorschriften unterstützen, die verlässlich sind und die Sicherheit unserer Märkte und unserer Kreditinstitute gewährleisten. Schließlich, und das ist der entscheidende Punkt, sind wir uns völlig bewusst, dass wir das im Vertrag festgelegte institutionelle Gleichgewicht respektieren müssen.
Heute ist es noch zu früh, um über eine formelle Position der Kommission in Bezug auf diese Themen sprechen zu können, aber vielleicht können wir einige Elemente der Gestaltung des möglichen Konzepts definieren. Dieses Konzept könnte auf verschiedene Ebenen Bezug nehmen. Eine erste Ebene würde die grundlegenden Prinzipien, die
enthalten, die in bestimmten Vorschriften, wie zum Beispiel Richtlinien, erfasst würden. Eine zweite Ebene technischer Details würde den stärker Veränderungen unterworfenen Teil erfassen, wenn wir eine Entsprechung zwischen der Reglementierung und den besten Praktiken aufrechterhalten wollen. Dies könnte in Anhängen dieser Richtlinien erfasst werden, und wir müssten ein zufriedenstellendes System für schnelle Änderungen finden. Wir würden von einer zweiten Entscheidungsebene sprechen. Es würde eine dritte Ebene geben, die der Entwicklung von Mechanismen entsprechen würde, welche es erlauben würden, eine Konsistenz und Konvergenz bei der Überwachung und Stärkung der diesbezüglichen Rolle der Mitgliedstaaten und der Kommission zu fördern.
Ein grundlegender Punkt im Prozess ist für uns die Form. Hierbei müssen wir erreichen, dass das gegenwärtige institutionelle Gleichgewicht beibehalten wird. Für das Parlament wird es in Zukunft erforderlich sein, dass durch eine Vereinbarung über dieses künftige Regulierungsmodell den Grundsätzen entsprochen wird, die seinen Entscheidungen zugrunde liegen, und dass diese Grundsätze, also das, was es beschließen kann, substantiell sind und nicht Allgemeinplätzen, sondern sehr konkreten Themen entsprechen. Dies sind einige erste Gedanken darüber, wie wir innerhalb der derzeitigen Regelungen des Vertrags einen zügigen Gesetzgebungsprozess erreichen könnten, der kontrollierbar und effizient wäre. Ich hoffe, dass das Parlament sich in den kommenden Monaten aktiv an den Diskussionen beteiligt."@de7
"Κύριε Πρόεδρε, καταρχάς, θα ήθελα να σημειώσω ότι η Επιτροπή θεωρεί ικανοποιητικό το γεγονός ότι η έκθεση της κ. Villiers δεν θίγει μόνο την αξιολόγηση της οδηγίας ιδίων πόρων αλλά και την παρούσα αναθεώρηση των τροποποιήσεων των κανονισμών σχετικά με την επάρκεια κεφαλαίου. Και επίσης θεωρούμε ικανοποιητική τη σημαντική συμβολή αυτής της έκθεσης στην όλη διαδικασία.
Επιστρέφοντας στις συγκεκριμένες τροπολογίες που θα πραγματοποιηθούν και που συμπεριλήφθηκαν στην έκθεση, θα ήθελα να κάνω δύο σχόλια: πρώτον, όσον αφορά στις τροπολογίες 8 και 13: η υιοθέτηση μιας προσέγγισης βασισμένης στην εσωτερική ταξινόμηση πρέπει να γίνει με τρόπο υγιή και συνετό. Για πολλά όργανα ίσως να μην είναι επιθυμητή ούτε κατάλληλη και βέβαια δεν πρέπει να είναι ποτέ υποχρεωτική.
Από την πρώτη στιγμή η Επιτροπή ευνόησε την εξέλιξη μιας ευρείας, υποκείμενης σε πρότυπα, προσέγγισης εσωτερικής ταξινόμησης, που θα μπορέσει να εφαρμοστεί στα όργανα με σωστή διαχείριση, ανεξάρτητα από το μέγεθός τους ή τον τομέα λειτουργίας τους. Αυτή είναι μια θετική εξέλιξη που επιθυμούμε να υιοθετηθεί από όσο το δυνατόν περισσότερα όργανα, αλλά παραδεχόμαστε ότι δεν είναι επιθυμητό να επιμείνουμε σε μια προσέγγιση εσωτερικής ταξινόμησης για όλα τα οικονομικά όργανα.
Όσον αφορά στην τροπολογία 12 σχετικά με το σύστημα αναθεώρησης της εποπτείας, θέλω να επισημάνω ότι βρίσκεται πια στις αρμοδιότητες των εποπτών να ζητήσουν ή να θέσουν ένα υψηλότερο επίπεδο από το ελάχιστο των απαιτήσεων κεφαλαίου. Η πρόταση να χρησιμοποιηθεί αυτό το μέσο μόνο σαν ένα είδος πόρων ύστατης ανάγκης θα περιόριζε τελικά τον αντίκτυπο της διαδικασίας αναθεώρησης της εποπτείας σαν βασικό στοιχείο στο πλαίσιο αυτό. Γι’ αυτό, πιστεύουμε ότι αυτή η κατάσταση πρέπει να διατηρηθεί ως έχει.
Η αντίδραση για τα δύο συμβουλευτικά έγγραφα, αυτό της Ευρωπαϊκής Επιτροπής και αυτό της Επιτροπής Τραπεζικής Εποπτείας της Βασιλείας, γι’ αυτό το θέμα είναι θετική και θα ήθελα να κάνω ένα σχόλιο πάνω σ’ αυτό το τελευταίο. Καταλαβαίνω ότι δεν έχει καμία σχέση η δυναμικότητα της Επιτροπής Τραπεζικής Εποπτείας της Βασιλείας με αυτή του Ευρωπαϊκού Κοινοβουλίου. Δεν υπάρχει νομοθετική αρμοδιότητα αλλά δεν πρέπει να ξεχνάμε κάποιες εκ των πραγμάτων σημαντικές καταστάσεις όπως ότι η Επιτροπή της Βασιλείας ανήκει στην Ομάδα των Δέκα και ότι, αν και δεν έχει νομοθετικό χαρακτήρα, οι κανόνες της εφαρμόζονται σε 130 χώρες και χρησιμοποιούνται σε πολλούς διεθνείς οργανισμούς, ανάμεσα στους οποίους η Παγκόσμια Τράπεζα, το Νομισματικό Ταμείο και, φυσικά, στις τρίτες χώρες. Γι’ αυτό, είναι σημαντικό να μην αποστασιοποιούμαστε από αυτό που συμβαίνει στη Βασιλεία αν και είναι προφανές ότι εμείς έχουμε το δικό μας νομοθετικό σύστημα. Και βέβαια είναι σημαντικό να καθορίσουμε ορισμένους κανόνες που θα μας επιτρέψουν να επηρεάζουμε ως Ένωση ότι αποφασίζεται στη Βασιλεία.
Μετά το πρώτο σχόλιο, θα ήθελα να επισημάνω πως πιστεύω ότι και οι οικονομικοί παράγοντες θεωρούν ικανοποιητική την προσέγγιση που έγινε σε εκείνες τις διατάξεις περί κεφαλαίου που ενισχύουν τα θέματα που αναφέρονται στον κίνδυνο. Η Επιτροπή προφανώς θεωρεί θετική την εκτεταμένη υποστήριξη που δόθηκε στην έκθεση γι’ αυτήν την προσέγγιση στον συμβουλευτικό ρόλο της Επιτροπής που αναφέρθηκε πριν. Η έκθεση συμπίπτει σε μεγάλο βαθμό με τις ιδέες της Επιτροπής και τους στόχους που προσπαθούμε να επιτύχουμε.
Η Επιτροπή θα συνεχίσει να είναι ιδιαίτερα προσεκτική για να διασφαλίσει ότι λαμβάνονται υπόψη οι πιο ευάλωτοι ενδεχομένως τομείς. Η έκθεση αναγνωρίζει ορισμένες δικαιολογημένες ανησυχίες για την πιθανή ζημία που μπορεί να προκληθεί, για παράδειγμα, στον τομέα των μικρομεσαίων επιχειρήσεων, στο τραπεζικό μας σύστημα και στους επενδυτικούς μας φορείς, που δεν διατηρούνται σε ανταγωνιστικό επίπεδο μέσα στην Ευρωπαϊκή Ένωση και μεταξύ της Ευρωπαϊκής Ένωσης και των υπόλοιπων χωρών του κόσμου.
Όλοι γνωρίζουμε ότι ο κ. Lafalussy συνέταξε σχετικά μ’ αυτό το θέμα μία πολύ σαφή και εξαιρετικά χρήσιμη έκθεση, που πιστεύουμε ότι μπορεί να χρησιμεύσει για να εργαστούμε πιο αποτελεσματικά σε νομοθετικό επίπεδο, ικανοί ή –θα μπορούσαμε να πούμε- πιο προσαρμοσμένοι στις αλλαγές που συντελούνται στην αγορά. Χρειάζεται να αντιμετωπίσουμε μια πραγματικότητα η οποία δεν επιτρέπει να είναι ήδη ξεπερασμένες οι νέες οδηγίες τη στιγμή που υιοθετούνται και πρέπει να εξασφαλίσουμε ότι οι κανόνες των υφισταμένων οδηγιών μπορούν να παρακολουθούν την ταχεία εξέλιξη των οικονομικών αγορών.
Η έλλειψη ικανότητας προσαρμογής, η ανελαστικότητα ζημιώνει την ανταγωνιστική θέση των οικονομικών επιχειρήσεών μας. Θέλω να πω, καταρχάς, ότι η νομοθεσία μας πρέπει να είναι αρκετά ενημερωμένη και να είναι στο αρκετά ευέλικτη ώστε να μπορεί να ανταποκριθεί στις γρήγορες εξελίξεις της αγοράς. Και δεύτερον, πρέπει να αποφεύγουμε τις υπερβολικές δαπάνες που μπορούν να επηρεάσουν τα οικονομικά όργανα και, φυσικά, εμμέσως και τους πελάτες αυτών των οικονομικών οργάνων.
Πρέπει να υποστηρίξουμε αυτούς τους στόχους με συνετούς, υγιείς κανόνες, που θα μπορούν να εγγυηθούν την ασφάλεια των αγορών μας και των θεσμών μας. Και τελικά, και αυτό είναι ένα σημείο κλειδί, είμαστε γνωρίζουμε πολύ καλά ότι πρέπει να σεβαστούμε τη θεσμική ισορροπία που καθορίζεται στη Συνθήκη.
Σήμερα είναι πολύ νωρίς ακόμα για να μπορέσουμε να μιλήσουμε για μια επίσημη θέση της Επιτροπής γι’ αυτά τα θέματα, αλλά ίσως θα μπορούσαμε να προσδιορίσουμε ορισμένα στοιχεία του σχεδίου της ενδεχόμενης προσέγγισης. Αυτή η προσέγγιση θα μπορούσε να αναφέρεται σε πολλά επίπεδα. Ένα πρώτο επίπεδο θα περιελάμβανε τις θεμελιώδεις αρχές, τα
που θα περιλαμβάνονταν σε ορισμένους κανόνες, όπως, για παράδειγμα, σε οδηγίες. Δεύτερον, ένα επίπεδο τεχνικής λεπτομέρειας το οποίο θα περιελάμβανε το μέρος εκείνο που υποβάλλεται περισσότερο σε αλλαγές, αν θέλουμε να διατηρήσουμε μια ισορροπία μεταξύ της ρύθμισης και της καλύτερης πρακτικής. Αυτό θα μπορούσε να συμπεριληφθεί στα παραρτήματα αυτών των οδηγιών και θα έπρεπε να βρεθεί ένα ικανοποιητικό σύστημα για να τις τροποποιήσουμε γρήγορα. Θα μιλούσαμε για ένα δεύτερο επίπεδο απόφασης. Και για ένα τρίτο επίπεδο που θα ανταποκρινόταν στην εξέλιξη μηχανισμών που θα επέτρεπαν την προώθηση σταθερότητας και σύγκλισης στην εποπτεία και την ενίσχυση του ρόλου, των Κρατών μελών και της Επιτροπής προς την κατεύθυνση αυτή.
Ένα βασικό για μας σημείο στη διαδικασία είναι ο τρόπος με τον οποίο πρέπει να επιτύχουμε τη διατήρηση της παρούσας θεσμικής ισορροπίας. Το Κοινοβούλιο θα πρέπει στο μέλλον να ικανοποιήσει, μέσω μιας συμφωνίας για το μελλοντικό μοντέλο ρύθμισης, τις αρχές που υπόκεινται στη λήψη των αποφάσεων, οι οποίες αρχές πρέπει να είναι, όσο αυτό είναι δυνατόν, ουσιαστικές και να μην αποκρίνονται σε γενικότητες αλλά σε πολύ συγκεκριμένα θέματα. Αυτές είναι μερικές πρώτες σκέψεις για το πως θα μπορούσαμε να επιτύχουμε μια νομοθετική διαδικασία που θα ήταν ελεγχόμενη και αποτελεσματική μέσα στις παρούσες ρυθμίσεις της Συνθήκης. Ελπίζω το Κοινοβούλιο να συμμετάσχει ενεργά στις συζητήσεις τους επόμενους μήνες."@el8
"Mr President, in the first place, I would point out that the Commission is pleased to see that Mrs Villiers’ report relates not only to the evaluation of the Own Resources Directive but also to the current revision of the changes to the regulations concerning capital adequacy. We also think that this report makes an important and satisfactory contribution to the whole process.
Turning to the points in the specific amendments which are to be made and which have been included in the report, I should like to make two comments. Regarding, in the first place, Amendments Nos 8 and 13: the use of an approach based on internal ratings must be introduced in a sound and prudent way. For many institutions, this approach may be neither desirable nor appropriate and, of course, its use must never be compulsory.
Right from the start, the Commission has been in favour of developing a full internal ratings system, subject to standards which may be achieved by well-managed institutions, independently of their size or of the sector in which they operate. This is a positive development we should like to see adopted by as many institutions as possible, but we appreciate that it would not be right to insist on an internal ratings system for all financial institutions.
With regard to Amendment No 12 on the supervisory review system, I should like to point out that it is already within the powers of the supervisors to request or establish levels in excess of the minimum capital requirements. The proposal to use this instrument solely as a type of last resort would reduce the impact of the supervisory review process as a key element of this framework. I therefore think that the position needs to remain as it is.
The reaction to the two consultation documents on this subject – that of the European Commission and that of the Basel Committee on Banking Supervision – has been positive, and I should like to comment on the latter document. I appreciate that the capacity of the Basel Committee on Banking Supervision has nothing to do with that of the European Parliament. It has no legislative power, but nor should it be forgotten that it is a matter of actual fact that the Basel Committee on Banking Supervision belongs to the Group of the Ten and that, even though it is not a legislative body, its standards apply in 130 countries and are used by a multiplicity of international organisations, including the World Bank, the International Monetary Fund and, obviously, third countries. It is therefore important not to dissociate ourselves from what is happening in Basel, even though we obviously have our own legislative procedure. It is, of course, crucial that we should define our own rules to enable us, as the European Union, also to influence what is being decided in Basel.
Having made this initial comment, I should like to point out that I believe that economic operators are also satisfied with the approach adopted towards these regulations on capital, which help deal with the issues related to risk. The Commission believes that the high degree of support given by the report to the aforementioned approach of the Commission’s consultation paper is obviously to be welcomed. The report coincides, to a large degree, with the ideas of the Commission and the objectives we are trying to achieve.
The Commission will continue to be especially vigilant in ensuring that the potentially most vulnerable sectors are taken into account. The report highlights a number of valid concerns regarding the possible damage that may be caused, for example in the SMEs sector, and also to our banking system and to those of our investment institutions which do not maintain a competitive level within the European Union and between the European Union and other countries in the world.
We all know that, on this point, Mr Lamfalussy has prepared a very clear and enormously useful report which may help us produce legislation that is more effective, more efficient and, so to speak, better adjusted to the changes occurring in the market. We have to confront a situation in which we must ensure that the new directives are not superseded as soon as they are adopted and that the standards under existing directives are capable of keeping pace with the rapid development of the financial markets.
Inflexibility and lack of adaptability are damaging the competitiveness of our financial institutions. I should like to say, in the first place, that our legislation must be sufficiently up to date and be flexible enough to respond to the rapid developments in the market. Secondly, we must avoid the excessive costs which can affect financial institutions and, consequently and indirectly, the clients of those financial institutions.
We ought to support these objectives by means of sound and prudent standards which guarantee the security of our markets and institutions. And finally, and this is a key point, we are entirely alert to the fact that we ought to respect the institutional balance established in the Treaty.
It is at present far too soon to speak of the Commission’s adopting a formal position on these subjects, but perhaps we can define a number of outline features of the possible approach. This approach could refer to different levels. A first level would include the basic principles, or
to be included in certain norms such as directives. In the second place, there would be a level of technical detail covering that area which will be most subject to change if we want the regulations to reflect best practice. This could be included in annexes to these directives, and we would have to devise a satisfactory system for modifying them quickly. We would be talking about a second level of decision-making. There would also be a third level corresponding to the implementation of mechanisms enabling us to promote consistency and convergence in the area of supervision and to reinforce what is stated along those lines in the paper produced by the Member States and the Commission.
A basic point for us in the process is the way in which we seek to maintain the present institutional balance. Parliament will, in future, require that the principles underlying its decision-making should be observed by means of an agreement on this future regulation model and that these principles, to the extent that they can be applied, should be of substance and respond to more practical issues rather than to generalities. These are a few initial thoughts on how we might succeed in devising a rapid legislative process which is controllable and efficient within the current Treaty regulations. I hope that Parliament will take an active part in the discussions over the next few months."@en3
"Monsieur le Président, je voudrais, avant tout, signaler que la Commission se réjouit que le rapport de Mme Villiers porte non seulement sur l'évaluation de la directive concernant les fonds propres, mais également sur la révision actuelle des modifications des règlements sur l'adéquation du capital. De même, nous nous réjouissons de l'importante contribution de ce rapport à tout le processus.
Pour revenir aux points des amendements spécifiques qui seront présentés et ont été inclus dans le rapport, je voudrais formuler deux remarques : premièrement, en ce qui concerne les amendements 8 et 13, l'utilisation d'une approche fondée sur l'évaluation interne doit être introduite d'une façon saine et prudente. Pour de nombreuses institutions, elle peut n'être ni souhaitable ni appropriée et, de toute évidence, son utilisation ne pourra jamais être obligatoire.
Dès le début, la Commission a été favorable au développement d'une approche fondée sur l'évaluation interne, ample et sujette à des normes, qui pourraient être atteints dans les institutions bien gérées, indépendamment de leurs dimensions ou du secteur où elles opèrent. Nous souhaitons que ce développement positif soit adopté par le plus grand nombre d'institutions possible, mais nous reconnaissons qu'il est préférable de ne pas insister sur une approche fondée sur l'évaluation interne pour toutes les institutions financières.
Pour ce qui est de l'amendement 12 sur le système de révision de la surveillance, je tiens à souligner qu'il est déjà du ressort des superviseurs de demander ou d'établir un niveau plus élevé que les exigences minimales de capital. La proposition d'utiliser cet instrument uniquement comme une espèce de recours de dernière instance diminuerait l'impact du processus de révision de la surveillance en tant qu'élément clé de ce cadre. C'est pourquoi nous pensons que cette situation ne doit pas changer.
La réaction aux deux documents de consultation sur le sujet, celui de la Commission européenne et celui du Comité de Bâle sur le contrôle bancaire, est positive et je souhaiterais formuler quelques commentaires sur ce dernier. Je comprends que les compétences du Comité de Bâle sur le contrôle bancaire n'ont rien à voir avec celles du Parlement européen. Le Comité de Bâle n'a pas de compétence législative, mais il ne faut pas oublier certains faits importants, à savoir que ce Comité appartient au groupe des dix et, bien qu'il n'ait aucun caractère législatif, ses normes sont appliquées dans 130 pays et utilisées par de nombreux organismes internationaux, dont la Banque mondiale, le Fonds monétaire et, bien évidemment, les pays tiers. C'est pourquoi il importe de ne pas se dissocier de ce qui se déroule à Bâle, même s'il est évident que nous disposons d'une procédure législative propre. À ce tire, il est fondamental que nous définissions certaines règles du jeu propres, qui nous permettraient, en tant qu'Union, d'influer sur les décisions prises à Bâle.
Ceci étant dit, je crois, et je voudrais le souligner, que les opérateurs économiques sont, eux aussi, satisfaits de l'approche donnée à ces réglementations sur le capital, qui renforcent les thèmes liés au risque. La Commission estime que le large soutien dont a bénéficié le rapport en ce qui concerne l'approche donnée au rôle consultatif de la Commission est, de toute évidence, positif. Le rapport concorde, en grande mesure, avec les idées de la Commission et les objectifs qu'elle essaie d'atteindre.
La Commission continuera à se montrer particulièrement vigilante et veillera à ce que les secteurs potentiellement plus vulnérables soient pris en compte. Le rapport met en exergue quelques inquiétudes légitimes quant aux dommages éventuels qui risquent d'affecter, par exemple, le secteur des petites et moyennes entreprises, et également notre système bancaire et nos entreprises d'investissement, qui ne maintiennent pas un niveau compétitif au sein de l'Union européenne et entre l'Union européenne et les autres pays du monde.
Nous savons tous que M. Lamfalussy a élaboré un rapport très clair et extrêmement utile sur ce point, qui peut permettre, selon nous, de travailler en termes législatifs plus efficaces, plus aptes et mieux adaptés - pourrions-nous dire - aux changements qui se produisent actuellement sur le marché. Nous devons veiller - et c'est une réalité à laquelle nous devons faire face - à ce que les nouvelles directives ne soient pas dépassées au moment de leur adoption et que les normes des directives existantes puissent rester en accord avec l'évolution rapide des marchés financiers.
Le manque de capacité d'adaptation et de flexibilité nuit à la compétitivité de nos entreprises financières. Je tiens à dire, premièrement, que notre législation doit être suffisamment à jour et flexible pour pouvoir répondre aux développements rapides du marché ; deuxièmement, nous devons éviter les coûts excessifs que risquent de subir les institutions financières et, partant, de façon indirecte, les clients de ces institutions.
Nous devons soutenir ces objectifs par le biais de normes prudentes et saines, qui garantissent la sécurité de nos marchés et de nos institutions. Enfin, et il s'agit d'un point clé, nous sommes absolument conscients de la nécessité de respecter l'équilibre institutionnel établi dans le Traité.
Aujourd'hui, il est encore excessivement tôt pour parler d'une position formelle de la Commission sur ces thèmes, mais peut-être pourrions-nous définir certains éléments de cette éventuelle approche. Celle-ci pourrait se référer à différents niveaux. Un premier niveau inclurait les principes fondamentaux, les
qui seraient repris dans certaines normes, comme des directives. Deuxièmement, un niveau de détail technique qui reprendrait la partie la plus sujette aux changements, si nous voulons garder une adéquation entre la réglementation et les meilleures pratiques. Ceci pourrait figurer en annexe de ces directives et nous devrions trouver un système satisfaisant permettant de les modifier rapidement. Nous parlerions d'un second niveau de décision. Le troisième niveau correspondrait au développement de mécanismes permettant de promouvoir une cohérence et une convergence des contrôles et de renforcer le rôle, dans ce sens, des États membres et de la Commission.
La manière dont nous devons parvenir à maintenir l'équilibre institutionnel actuel est, pour nous, un point fondamental dans ce processus. À l'avenir, il faudra, pour le Parlement, que les principes qui sous-tendent ses prises de décisions, se concrétisent par le biais d'un accord sur ce futur modèle de réglementation et que ces principes - ceux dont il pourra convenir - soient substantiels et ne répondent pas à des généralités, mais à des thèmes très concrets. Ce sont là quelques idées sur la manière dont nous pourrions parvenir à un processus législatif rapide, contrôlable et efficace dans le cadre des réglementations actuelles du Traité. J'espère que le Parlement participera activement aux discussions qui auront lieu dans les prochains mois."@fr6
"Signor Presidente, innanzitutto, desidero segnalare che la Commissione giudica positivamente il fatto che la relazione della onorevole Villiers non riguarda soltanto la valutazione della direttiva in materia di risorse proprie, ma anche l'attuale revisione delle modifiche ai regolamenti sull’adeguatezza patrimoniale. Inoltre, consideriamo positivo il contributo che questa relazione offre a tutto il processo.
Tornando ai punti specifici relativi agli emendamenti che saranno effettuati e che sono stati inclusi nella relazione, vorrei fare due osservazioni: innanzitutto, per quel che riguarda gli emendamenti nn. 8 e 13, l’utilizzo di un’impostazione fondata sul
interno deve essere introdotta in modo sano e prudenziale. Potrebbe non essere adeguato o auspicabile per molti istituti e, quindi, il suo impiego non potrà mai essere obbligatorio.
Sin dall’inizio, la Commissione si è espressa a favore dell’elaborazione di un’impostazione ampia e soggetta a
in materia di
interno
che potrebbero essere ottenuti negli istituti ben amministrati, indipendentemente dalla loro dimensione o dal settore in cui operano. Si tratta di uno sviluppo positivo che auspichiamo sia adottato dal più grande numero possibile di istituti, anche se riconosciamo l'opportunità di non insistere su di un’impostazione in materia di
interno per tutti gli istituti finanziari.
Quanto all’emendamento n. 12 sul sistema di revisione della vigilanza, desidero segnalare che tra le competenze delle autorità di vigilanza vi è già la possibilità di richiedere o di stabilire un livello maggiore rispetto ai requisiti patrimoniali minimi. La proposta di utilizzare questo strumento solo come una specie di risorsa finale ridurrebbe l’impatto del processo di revisione della vigilanza, elemento fondamentale in questo ambito. Riteniamo pertanto che si debba mantenere lo
.
La reazione ai due documenti di consultazione relativi a questo tema, quello della Commissione europea e quello del Comitato di Basilea per la vigilanza bancaria, è positiva e vorrei fare alcune osservazioni sul Comitato di Basilea. Capisco che la funzione del Comitato di Basilea per la vigilanza bancaria non abbia nulla a che vedere con quella del Parlamento europeo. Non esiste una competenza legislativa, ma non si possono neppure dimenticare alcuni fattori rilevanti, ovvero che il Comitato di Basilea appartiene al Gruppo dei dieci e, anche se non possiede carattere legislativo, le sue norme sono applicate in 130 paesi e vengono utilizzate da numerose organizzazioni internazionali, tra le quali la Banca mondiale, il Fondo monetario e, ovviamente, i paesi terzi. E' importante quindi evitare di dissociarsi da ciò che sta avvenendo a Basilea, anche se è chiaro che noi abbiamo la nostra procedura legislativa. Resta di fatto essenziale definire alcune regole del gioco a noi proprie che ci permettano d’influenzare ciò che si decide a Basilea e nell’Unione.
Questa è la mia prima osservazione. Vorrei inoltre segnalare che anche gli operatori economici, da quanto mi risulta, considerano soddisfacente l’impostazione definita in queste normative in materia di capitale, che rafforzano i temi relativi al rischio. La Commissione ritiene che l’ampio sostegno che la già ricordata impostazione dà al ruolo consultivo della Commissione nella relazione è ovviamente positivo. La relazione coincide in larga misura con le idee della Commissione e con gli obiettivi che stiamo cercando di conseguire.
La Commissione continuerà ad essere particolarmente vigile per garantire che non si tralascino quei settori potenzialmente più vulnerabili. La relazione mette in rilevo alcune preoccupazioni fondate relative all’eventuale danno che potrebbe generarsi, ad esempio, nel settore delle piccole e medie imprese e rispetto al nostro sistema creditizio e alle società d’investimento, che non sono in grado di mantenere un livello competitivo all’interno dell’Unione europea e tra l’Unione e i restanti paesi del mondo.
E’ noto a tutti che il signor Lamfalussy ha preparato su questo punto una relazione molto chiara ed estremamente utile, che pensiamo possa servire per lavorare in termini legislativi più efficienti, più idonei o maggiormente adeguati - potremmo dire - ai cambiamenti che si stanno producendo nel mercato. Siamo tenuti ad affrontare una realtà in cui è nostro compito far sì che le nuove direttive non risultino già superate al momento della loro adozione e che le norme delle direttive esistenti siano in grado di mantenere il ritmo della rapida evoluzione cui stiamo assistendo sui mercati finanziari.
La mancanza di capacità d’adattamento e di flessibilità sta minando la posizione competitiva delle nostre società finanziarie. Intendo dire innanzitutto che la nostra legislazione deve essere sufficientemente aggiornata e sufficientemente flessibile da rispondere ai rapidi sviluppi del mercato. In secondo luogo, dobbiamo evitare oneri eccessivi che possono gravare sugli istituti finanziari e di conseguenza, indirettamente, sui clienti di tali istituti.
Dobbiamo sostenere questi obiettivi tramite norme prudenziali che siano sane e garantiscano la sicurezza dei nostri mercati e dei nostri istituti. Infine, e questo è un punto fondamentale, siamo perfettamente consapevoli di dover rispettare l’equilibrio istituzionale definito dal Trattato.
Oggi è troppo presto per parlare di una posizione formale della Commissione su queste tematiche, ma forse potremmo definire alcuni elementi di massima di una possibile impostazione da seguire. Tale impostazione potrebbe contemplare diversi livelli. Un primo livello potrebbe includere i principi fondamentali, i
che sarebbero accolti in alcune norme, come, ad esempio, in direttive. In secondo luogo, un livello tecnico più dettagliato in cui raccogliere quella parte maggiormente esposta a cambiamenti, se vogliamo mantenere una certa capacità d’adattamento tra la regolamentazione e le migliori prassi. Ciò potrebbe essere inserito in allegato alle direttive e dovremmo trovare una procedura soddisfacente per modificarle rapidamente. Oltre questo secondo livello decisionale, vi potrebbe essere un terzo livello che corrisponderebbe all’elaborazione di meccanismi in grado di promuovere una certa coerenza e convergenza nella vigilanza, rafforzando il ruolo, in questo senso, degli Stati membri e della Commissione.
Un punto per noi essenziale in questo processo è come riuscire a mantenere l’attuale equilibrio istituzionale. Il Parlamento necessiterà in futuro che si osservino i principi alla base delle sue decisioni mediante un accordo su questo futuro modello di regolazione, e che tali principi, da esso convenuti, siano sostanziali e non corrispondano a termini generici, bensì a temi molto concreti. Ecco alcuni pensieri preliminari su come potremmo riuscire ad ottenere un processo legislativo rapido, controllabile ed efficiente nell’ambito delle attuali procedure di controllo del Trattato. Spero che il Parlamento partecipi attivamente alle discussioni nei prossimi mesi."@it9
"Mr President, in the first place, I would point out that the Commission is pleased to see that Mrs Villiers’ report relates not only to the evaluation of the Own Resources Directive but also to the current revision of the changes to the regulations concerning capital adequacy. We also think that this report makes an important and satisfactory contribution to the whole process.
Turning to the points in the specific amendments which are to be made and which have been included in the report, I should like to make two comments. Regarding, in the first place, Amendments Nos 8 and 13: the use of an approach based on internal ratings must be introduced in a sound and prudent way. For many institutions, this approach may be neither desirable nor appropriate and, of course, its use must never be compulsory.
Right from the start, the Commission has been in favour of developing a full internal ratings system, subject to standards which may be achieved by well-managed institutions, independently of their size or of the sector in which they operate. This is a positive development we should like to see adopted by as many institutions as possible, but we appreciate that it would not be right to insist on an internal ratings system for all financial institutions.
With regard to Amendment No 12 on the supervisory review system, I should like to point out that it is already within the powers of the supervisors to request or establish levels in excess of the minimum capital requirements. The proposal to use this instrument solely as a type of last resort would reduce the impact of the supervisory review process as a key element of this framework. I therefore think that the position needs to remain as it is.
The reaction to the two consultation documents on this subject – that of the European Commission and that of the Basel Committee on Banking Supervision – has been positive, and I should like to comment on the latter document. I appreciate that the capacity of the Basel Committee on Banking Supervision has nothing to do with that of the European Parliament. It has no legislative power, but nor should it be forgotten that it is a matter of actual fact that the Basel Committee on Banking Supervision belongs to the Group of the Ten and that, even though it is not a legislative body, its standards apply in 130 countries and are used by a multiplicity of international organisations, including the World Bank, the International Monetary Fund and, obviously, third countries. It is therefore important not to dissociate ourselves from what is happening in Basel, even though we obviously have our own legislative procedure. It is, of course, crucial that we should define our own rules to enable us, as the European Union, also to influence what is being decided in Basel.
Having made this initial comment, I should like to point out that I believe that economic operators are also satisfied with the approach adopted towards these regulations on capital, which help deal with the issues related to risk. The Commission believes that the high degree of support given by the report to the aforementioned approach of the Commission’s consultation paper is obviously to be welcomed. The report coincides, to a large degree, with the ideas of the Commission and the objectives we are trying to achieve.
The Commission will continue to be especially vigilant in ensuring that the potentially most vulnerable sectors are taken into account. The report highlights a number of valid concerns regarding the possible damage that may be caused, for example in the SMEs sector, and also to our banking system and to those of our investment institutions which do not maintain a competitive level within the European Union and between the European Union and other countries in the world.
We all know that, on this point, Mr Lamfalussy has prepared a very clear and enormously useful report which may help us produce legislation that is more effective, more efficient and, so to speak, better adjusted to the changes occurring in the market. We have to confront a situation in which we must ensure that the new directives are not superseded as soon as they are adopted and that the standards under existing directives are capable of keeping pace with the rapid development of the financial markets.
Inflexibility and lack of adaptability are damaging the competitiveness of our financial institutions. I should like to say, in the first place, that our legislation must be sufficiently up to date and be flexible enough to respond to the rapid developments in the market. Secondly, we must avoid the excessive costs which can affect financial institutions and, consequently and indirectly, the clients of those financial institutions.
We ought to support these objectives by means of sound and prudent standards which guarantee the security of our markets and institutions. And finally, and this is a key point, we are entirely alert to the fact that we ought to respect the institutional balance established in the Treaty.
It is at present far too soon to speak of the Commission’s adopting a formal position on these subjects, but perhaps we can define a number of outline features of the possible approach. This approach could refer to different levels. A first level would include the basic principles, or
to be included in certain norms such as directives. In the second place, there would be a level of technical detail covering that area which will be most subject to change if we want the regulations to reflect best practice. This could be included in annexes to these directives, and we would have to devise a satisfactory system for modifying them quickly. We would be talking about a second level of decision-making. There would also be a third level corresponding to the implementation of mechanisms enabling us to promote consistency and convergence in the area of supervision and to reinforce what is stated along those lines in the paper produced by the Member States and the Commission.
A basic point for us in the process is the way in which we seek to maintain the present institutional balance. Parliament will, in future, require that the principles underlying its decision-making should be observed by means of an agreement on this future regulation model and that these principles, to the extent that they can be applied, should be of substance and respond to more practical issues rather than to generalities. These are a few initial thoughts on how we might succeed in devising a rapid legislative process which is controllable and efficient within the current Treaty regulations. I hope that Parliament will take an active part in the discussions over the next few months."@lv10
"Mijnheer de Voorzitter, in de eerste plaats wens ik de voldoening van de Commissie uit te spreken over het feit dat het verslag van mevrouw Villiers zich niet beperkt tot de beoordeling van de richtlijn inzake eigen vermogen, maar tevens rekening houdt met de huidige herziening van de wijzigingen van de verordeningen betreffende kapitaaltoereikendheid. Het verheugt ons eveneens dat het onderhavige verslag een enorme bijdrage aan het proces in zijn geheel levert.
Nu zou ik even willen terugkomen op de onderwerpen van de specifieke amendementen die zullen worden aangebracht en in het verslag zijn opgenomen. Ik heb daarbij twee opmerkingen. Ten eerste wil ik u er in verband met de amendementen 8 en 13 op attenderen dat de verwijzing naar het gebruik van interne ratings op verantwoorde en verstandige wijze moet worden opgenomen. Er zijn wellicht talloze instellingen die niet met deze aanpak gebaat zijn. Dit gebruik mag derhalve in geen geval een verplichting inhouden.
De Commissie heeft van meet af aan geijverd voor de ontwikkeling van een ruime op interne ratings gebaseerde benadering die onderhevig is aan bepaalde normen waaraan goed beheerde instellingen probleemloos kunnen voldoen, onafhankelijk van hun omvang of de sector waartoe zij behoren. Wij wensen dan ook dat deze gunstige ontwikkeling door zoveel mogelijk instellingen wordt overgenomen. Anderzijds zien wij in dat het niet wenselijk is alle financiële instellingen te verplichten een op interne ratings gebaseerde aanpak te hanteren.
Wat amendement 12 over het systeem van versterkt toezicht betreft, wil ik onderstrepen dat de toezichthouders nu reeds de bevoegdheid hebben een groter volume dan de minimale kapitaalvereisten op te leggen of vast te stellen. Het voorstel om dit instrument uitsluitend als een soort van laatste redmiddel te gebruiken zou afbreuk doen aan de impact van het toezichtproces als basiselement van het systeem. Daarom zijn wij van oordeel dat de huidige situatie gehandhaafd moet blijven.
De bestaande overlegdocumenten worden gunstig onthaald, zowel het document van de Europese Commissie als de tekst van het Bazelse Comité voor bankentoezicht, waarop ik nader zou willen ingaan. Ik begrijp dat de bevoegdheden van het Bazelse Comité voor bankentoezicht niet met die van het Europees Parlement kunnen worden vergeleken. Het beschikt immers niet over wetgevende bevoegdheid. Er doen zich evenwel enkele belangrijke omstandigheden voor die wij niet uit het oog mogen verliezen. Zo behoort het Bazelse Comité tot de Groep van Tien, en hoewel het geen wetgevend karakter heeft, wordt de door het Comité uitgevaardigde regelgeving toegepast in 130 landen en gebruikt door talloze internationale organisaties, waaronder de Wereldbank, het Monetair Fonds en uiteraard ook derde landen. Daarom mogen wij ons in geen geval afzijdig houden van wat er in Bazel gebeurt, ofschoon wij een eigen wetgevende procedure hebben. Wij moeten eigen spelregels vaststellen die ons toelaten als Unie invloed op de besluitvorming in Bazel uit te oefenen.
Dit gezegd zijnde wil ik onderstrepen dat ook de economische actoren mijns inziens tevreden zijn met het uitgangspunt van de regelgevingen inzake kapitaal die de risicoverwante thema's versterken. De Commissie vindt het een goede zaak dat de eerder genoemde benadering van de raadgevende functie van de Commissie in het verslag ruime steun geniet. Het verslag valt grotendeels samen met de ideeën van de Commissie en de door ons nagestreefde doelstellingen.
De Commissie zal er nauwlettend op blijven toezien dat ook de potentieel meest kwetsbare sectoren in aanmerking worden genomen. Het verslag heeft terecht oog voor de mogelijke nadelige gevolgen, bijvoorbeeld voor de sector van het midden- en kleinbedrijf, en met name voor onze banksector en onze beleggingsmaatschappijen. Hun concurrentiepositie binnen de Europese Unie en ten aanzien van de overige landen van de wereld mag niet worden verzwakt.
Zoals wij allen weten, heeft de heer Lamfalussy aan dit thema een zeer duidelijk en bijzonder nuttig verslag gewijd dat ons, naar ik meen, kan helpen om een efficiëntere en doeltreffendere wetgeving op te stellen die om zo te zeggen beter is aangepast aan de snel veranderende marktomstandigheden. Wij moeten het hoofd bieden aan een realiteit die ons ertoe verplicht te garanderen dat de nieuwe richtlijnen niet reeds achterhaald zijn op het moment dat zij worden aangenomen en de regels van de bestaande richtlijnen van kracht blijven ondanks de razendsnelle ontwikkeling van de financiële markten.
Het gebrek aan aanpassingsvermogen en flexibiliteit brengt de concurrentiepositie van onze financiële sector in het gedrang. Ik wil hier ten eerste mee zeggen dat onze wetgeving bijdetijds en voldoende flexibel moet zijn om op de snel veranderende markt in te spelen. Ten tweede moeten wij vermijden dat de maatregelen buitensporige kosten meebrengen voor de financiële instellingen en dus indirect ook voor hun cliënten.
Wij moeten de genoemde doelstellingen steunen aan de hand van goed doordachte regels die geen nadelige gevolgen hebben en de positie van onze markten en onze instellingen niet in gevaar brengen. Er is nog een ander belangrijk punt dat ik hier wil onderstrepen. Wij zijn ons er ten volle van bewust dat wij het in het Verdrag neergelegde institutionele evenwicht moeten respecteren.
Het is een beetje voorbarig om nu reeds een formeel standpunt van de Commissie terzake te formuleren, maar wij kunnen misschien wel al een aantal ingrediënten van de toekomstige benadering definiëren. Het is zeer waarschijnlijk dat de aanpak van de Commissie zich op drie verschillende niveaus zal situeren. Een eerste niveau zou de basisbeginselen omvatten, de zogeheten
die in bepaalde regels, bijvoorbeeld richtlijnen, zouden worden ondergebracht. Op een tweede eerder technisch niveau zou vooral rekening worden gehouden met de aspecten die aan sterke veranderingen onderhevig zijn. De bedoeling hiervan is de regelgeving af te stemmen op de beste praktijken. De desbetreffende regels zouden in bijlagen bij de genoemde richtlijnen kunnen worden opgenomen. Bovendien zouden wij een gepast systeem moeten uitdokteren om hierin snel wijzigingen te kunnen aanbrengen. Tot zover het tweede beslissingsniveau. Het derde niveau zou betrekking hebben op de ontwikkeling van mechanismen ter bevordering van de coördinatie en harmonisatie van de controlemaatregelen en ter versterking van de rol die hierbij voor de lidstaten en de Commissie is weggelegd.
Ons inziens vormt de wijze waarop het huidige institutionele evenwicht wordt bewaard de hoeksteen van het proces. Het Parlement moet de garantie hebben dat de beginselen die aan de besluitvorming ten grondslag liggen in de toekomst worden geëerbiedigd middels een akkoord over dit op handen zijnde regelgevingsmodel. Het moet tevens de zekerheid hebben dat deze beginselen, dat wil zeggen hetgeen door het Parlement wordt beslist, essentieel zijn en geen algemeenheden verkondigen, maar zeer concrete kwesties behandelen. Dit zijn enkele inleidende beschouwingen over hoe wij binnen de huidige regelgeving van het Verdrag een snel, controleerbaar en efficiënt wetgevingsproces tot stand kunnen brengen. Ik hoop dat het Parlement de komende maanden actief aan de debatten zal deelnemen."@nl2
"Senhor Presidente, começaria por salientar que é com satisfação que a Comissão constata que o relatório da senhora deputada Theresa Villiers aborda não exclusivamente a avaliação da directiva sobre os recursos próprios, como também a revisão em curso das modificações dos regulamentos sobre adequação dos fundos próprios. Congratulamo-nos também pelo contributo que este relatório representa para todo o processo.
Voltando às alterações específicas que irão ser introduzidas e que constam do relatório, passo a fazer duas observações. Em primeiro lugar, no que diz respeito às alterações 8 e 13: a utilização de uma abordagem baseada na notação interna deve ser introduzida de forma sã e prudente. Para muitas instituições pode não ser desejável nem adequado e, logicamente, a sua utilização não pode ter carácter obrigatório.
A Comissão foi, desde o início, favorável ao desenvolvimento de uma abordagem de notação interna ampla e sujeita a critérios, cuja definição deve ser feita nas instituições com uma gestão eficaz, independentemente da sua dimensão ou do sector que integre. Este é o desenvolvimento positivo que desejamos venha a ser adoptado pelo maior número possível de instituições, mas reconhecemos que não é desejável insistir numa abordagem de notação interna para todas as instituições financeiras.
Em relação à alteração 12, relativa ao sistema de revisão da supervisão, desejo salientar que já faz parte das competências das autoridades de supervisão solicitar ou estabelecer um nível superior ao mínimo dos requisitos de capital. A proposta de utilizar este instrumento unicamente como uma espécie de recurso de última instância reduziria o impacto do processo de revisão da supervisão enquanto elemento fundamental deste âmbito. Por conseguinte, somos de opinião que essa situação deve manter-se nos moldes actuais.
É positiva a reacção aos dois documentos de consulta sobre este tema, o da Comissão e o do Comité de Basileia de Supervisão Bancária, e gostaria de fazer algumas observações sobre o último deles. Compreendo que a capacidade do Comité de Basileia é totalmente distinta da do Parlamento Europeu. Não tem competências legislativas, mas importa também não esquecer algumas situações efectivamente importantes, como o facto de o Comité de Basileia integrar o Grupo dos Dez e de, ainda que sem carácter legislativo, as suas normas serem aplicáveis nos 130 países e serem cumpridas por múltiplas organizações internacionais, entre as quais o Banco Mundial, o Fundo Monetário e, como é lógico, os países terceiros. É, portanto, importante ter presente as decisões de Basileia, embora tenhamos, obviamente, o nosso próprio processo legislativo. É fundamental definir regras de jogo próprias que nos permitam também ter voz, enquanto União, nas decisões adoptadas em Basileia.
Feita esta primeira observação, desejo salientar que estou convencido de que os operadores económicos também aferem como satisfatória a forma como estas regulamentações sobre o capital estão a ser abordadas, com as quais se visa reforçar os temas relativos ao risco. A Comissão considera que o amplo apoio dado no relatório a essa abordagem - já salientada - do papel consultivo da Comissão é, logicamente, um facto positivo. O relatório segue a linha, em grande medida, das ideias defendidas pela Comissão e dos objectivos por nós pretendidos.
A Comissão manterá a sua posição particularmente vigilante por forma a assegurar que se tomem em consideração os sectores potencialmente mais vulneráveis. O relatório salienta algumas preocupações legítimas relativas a eventuais prejuízos que possam derivar-se, por exemplo, para o sector das pequenas e médias empresas, e também em relação ao nosso sistema bancário e às nossas empresas de investimento, que não têm um nível competitivo no conjunto da União Europeia nem entre a União Europeia e os restantes países do mundo.
É sabido que o senhor Lamfalussy elaborou um relatório muito claro e de enorme utilidade em relação a este ponto, documento que acreditamos venha a contribuir para desenvolver um trabalho legislativo mais eficiente, mais eficaz e mais adequado - poderíamos dizer - às mudanças a que o mercado está presentemente sujeito. Estamos confrontados com uma realidade que nos obriga a velar por que as novas directivas não estejam ultrapassadas no momento da sua adopção e por que as normas previstas nas directivas vigentes acompanhem a rápida evolução que caracteriza os mercados financeiros.
A falta de capacidade de adaptação, a inflexibilidade, está a lesar a posição competitiva das nossas empresas financeiras. Começaria por dizer que a nossa legislação deve estar actualizada e ser suficientemente flexível para poder dar resposta à rápida evolução do mercado. Em segundo lugar, devemos evitar os custos excessivos que podem afectar as instituições financeiras e, consequentemente, de forma indirecta, os respectivos clientes.
Devemos apoiar estes objectivos através de disposições prudentes, que sejam sãs e que garantam a segurança dos nossos mercados e das nossas instituições. Por último, e trata-se de um ponto fundamental, estamos plenamente conscientes de que se deve respeitar o equilíbrio institucional estabelecido no Tratado.
É ainda prematuro falar de uma posição formal da Comissão sobre estes temas, mas talvez possamos definir alguns elementos de uma possível abordagem da Comissão, que poderia referir-se a diferentes níveis. Um primeiro nível incluiria os princípios fundamentais, os
previstos em determinadas normas, designadamente, directivas. Em segundo lugar, um nível que diria respeito a questões técnicas, que incluiria tudo aquilo que está mais sujeito a alterações, caso pretendamos adequar a regulamentação às melhores práticas. Tudo isto poderia figurar em anexos a essas directivas e deveríamos prever um sistema adequado que permitisse modificá-las de forma rápida. Este seria um segundo nível de decisão. Existiria um terceiro nível, que corresponderia ao desenvolvimento de mecanismos que permitissem promover uma consistência e convergência na supervisão e reforçar o papel, nessa linha, dos Estados-Membros e da Comissão.
Consideramos fundamental no processo a forma utilizada para preservar o actual equilíbrio institucional. O Parlamento necessitará no futuro que os princípios subjacentes à tomada das suas decisões sejam garantidos por um acordo sobre esse futuro modelo de regulamentação e que esses princípios, o que se conseguir acordar, sejam substanciais e não se cinjam a generalidades, mas a temas concretos. Estas são algumas bases de reflexão de como alcançar um processo legislativo rápido, controlável e eficiente respeitando as actuais disposições do Tratado. Espero que o Parlamento tenha uma participação activa nos debates nos próximos meses."@pt11
"Herr talman! För det första skulle jag vilja uppmärksamma att kommissionen med tillfredsställelse ser att Villiers betänkande inte bara påverkar utvärderingen av kapitalbasdirektivet utan också den aktuella översynen av ändringarna i förordningarna om utjämning av kapital. Och vi anser också att det är tillfredsställande med det viktiga bidrag detta betänkande ger i hela processen.
För att återgå till de specifika ändringsförslag som kommer att göras och som innefattats i betänkandet skulle jag vilja göra två kommentarer. För det första det som handlar om ändringsförslag 8 och 13. Användningen av en fokusering som grundar sig i en intern klassificering måste introduceras på ett säkert och väl övertänkt sätt. För många institutioner kan det vara vare sig önskvärt eller lämpligt och naturligtvis kan användningen aldrig vara obligatorisk.
Sedan första stund har kommissionen varit positivt inställd till utvecklingen av en fokusering med en bred intern registrering som är underställd normer som kan utarbetas i institutioner och som är väl bearbetade, oberoende av storlek eller sektor. Det är en positiv utveckling som vi önskar antas av så många institutioner som möjligt, men vi medger att det inte är önskvärt att insistera på en fokusering med intern registrering för alla kreditinstitut.
När det gäller ändringsförslag 12 om revisionssystemet av övervakningen vill jag säga att det ligger inom övervakarnas behörighet att begära eller fastställa en högre nivå än minimum för kapitalkraven. Förslaget att använda detta instrument endast som en slags sista instans skulle minska verkan av granskningen av övervakningsprocessen som nyckelfråga för denna ram. Därför anser vi att denna situation skall bibehållas som den är.
Reaktionen inför kommissionens och Baselkommittén för banktillsyns samrådsdokument om denna fråga är positiv och jag skulle vilja kommentera den senare. Jag menar att befogenheten för Baselkommittén för banktillsyn inte har något att göra med Europaparlamentets befogenhet. Det finns ingen lagstiftande behörighet men man får inte heller glömma några viktiga situationer och det är att Baselkommittén tillhör 10-gruppen och även om den inte är lagstiftande används dess normer i 130 länder och av många internationella organ, som t.ex. Världsbanken, Valutafonden och naturligtvis av tredje land. Därför är det viktigt att inte avskärma oss från vad som händer i Basel, även om det är uppenbart att vi har vårt eget lagstiftningsförfarande. Det är viktigt att vi definierar egna spelregler som också gör det möjligt för oss att påverka såväl det som beslutas i Basel som i unionen.
Efter denna första kommentar skulle jag vilja tala om att jag tror att de ekonomiska aktörerna också anser att det är tillfredsställande med den fokusering som givits dessa kapitalregler som stärker frågan om riskhantering. Kommissionen anser att det breda stödet i betänkandet för denna fokusering, som jag tidigare nämnt, om kommissionens rådgivande roll naturligtvis är positivt. Betänkandet sammanfaller i stort med kommissionens idéer och de mål som vi försöker uppnå.
Kommissionen kommer att fortsätta att vara särskilt uppmärksam på att försäkra att man tar hänsyn till de eventuellt sårbaraste sektorerna. Betänkandet tar upp några orosmoln avseende den möjliga skada som kan uppstå, t.ex. i sektorn för de små och medelstora företagen, och också vårt banksystem och våra investeringsinstitut, som inte upprätthåller en konkurrensnivå i Europeiska unionen och mellan Europeiska unionen och övriga länder i världen.
Alla vet vi att Lanfalussy i denna fråga har utarbetat ett mycket tydligt och oerhört användbart betänkande, som vi tror kan tjäna till att arbeta i mer effektiva lagstiftande termer, mer kapabla eller mer anpassade skulle vi kunna säga till de förändringar som sker på marknaden. Vi måste ta itu med en verklighet i vilken vi måste uppnå att de nya direktiven inte är överspelade vid den tidpunkt de antas och att reglerna i de gällande direktiven skall kunna bestå i enlighet med den snabba utvecklingen på finansmarknaderna.
Bristen på kapacitet att anpassa sig, bristen på flexibilitet skadar våra finansföretags konkurrenskraft. Jag menar för det första att vår lagstiftning måste vara tillräckligt aktuell och tillräckligt flexibel för att svara mot marknadens snabba utveckling. För det andra måste vi undvika de alltför höga kostnader som kan påverka kreditinstituten och i konsekvens därmed på indirekt sätt kunderna vid dessa kreditinstitut.
Vi bör stödja dessa mål med hjälp av väl övertänkta, säkra regler som garanterar våra marknaders och våra institutioners säkerhet. Slutligen, och det är en nyckelfråga, är vi helt medvetna om att vi måste respektera den institutionella balansen som slagits fast i fördraget.
I dag är det fortfarande alltför tidigt att tala om en formell ståndpunkt från kommissionen i dessa frågor men vi kan kanske definiera några delar i utformningen av den möjliga inställningen. Denna inställning skulle kunna handla om olika nivåer. En första nivå skulle innefatta de grundläggande principerna
som skulle innefattas i vissa regler som t.ex. direktiv. För det andra, en nivå med tekniska detaljer som skulle omfatta den del som är mest utsatt för förändringar, om vi vill upprätthålla en anpassning mellan regleringen och god praxis. Detta skulle kunna innefattas i bilagor till dessa direktiv och vi borde finna ett tillfredsställande system för att ändra dem snabbt. Vi talar då om en andra beslutsnivå. Det skulle finnas en tredje nivå som skulle motsvara utvecklingen av mekanismer som skulle göra det möjligt att främja en fasthet och överensstämmelse i övervakningen och också att stärka medlemsstaternas och kommissionens roll.
En grundfråga för oss avseende processen är den form med vilken vi måste uppnå att den nuvarande institutionella balansen bibehålls. För parlamentet blir det i framtiden nödvändigt att de principer som är grund för dess beslutsfattande tillfredställs genom en överenskommelse om denna framtida regleringsmodell samt att dessa principer, det parlamenten kan gå med på förstås, skall vara betydande och inte handla om allmänna frågor utan om mycket konkreta frågor. Dessa är några första tankar om hur vi skulle kunna uppnå en snabb lagstiftningsprocess som är kontrollerbar och effektiv inom fördragets aktuella regleringar. Jag hoppas att parlamentet kommer att delta aktivt i diskussionerna under de närmsta månaderna."@sv13
|
| lpv:unclassifiedMetadata |
"codes principals"13,2,1,8,10,3,12,11,7,9,6
"rating"1,9
|
Named graphs describing this resource:
The resource appears as object in 2 triples